“Tanto hombres como mujeres asignaron a su vida la misma calificación de felicidad. Esta paridad se da porque no hay diferencias de género en el acceso a la educación”, sostiene el informe. El autor de esta columna de opinión es Administrador Público y Licenciado en Ciencias de la Administración Pública de la Universidad de Santiago de Chile. Actualmente cursa el Programa de Diploma en Políticas Públicas de esta casa de estudios superiores.
personas sobre determinada carencia. La necesidad comparativa se centra en la comparación entre los
creado por las relaciones sociales para mejorar el desarrollo. Así, existiría complementariedad entre políticas públicas y asociatividad con el paradigma del capital social basado en la confianza, reciprocidad y cooperación. Se puede abordar las distintas formas del concepto de capital social desde dos dimensiones o ejes principales.
carácter ambivalente que se debate entre la universalidad de las necesidades y la subjetividad de las mismas, marcada por un contexto capitalista. Otro enfoque es el denominado “necesidades básicas”, crítica a los que usan como variables el ingreso y el consumo. Esta perspectiva supone que la satisfacción de las personas (no sentirse carenciadas o pobres) no depende solo del consumo, siendo este solo una de las variables relevantes. Por ejemplo, es posible la existencia de una familia que pueda adquirir más de dos canastas básicas al mes, pero que tenga problemas de integración social, por lo cual puede ser catalogada como una familia pobre.
Este autor define los hechos sociales como formas de actuar, de pensar y de sentir, que son externos al individuo, siendo las características básicas que representan a dichos hechos, la exterioridad, la coerción y la colectividad. Georg Simmel, por su parte rechaza que la pobreza se defina mediante una cantidad, o falta de cantidad de dinero, puesto que establece que los pobres lo son desde la
simbólico es el paso de utilizar un objeto como un capitalismo pobreza y desigualdad bien, a utilizarlo como una forma de expresión
como la etnometodología, rechazan la thought de que las necesidades sean objetivas y universales. La liberación se vincula a la forma en que la trabajamos y tiene que ver con la emancipación de las personas, que puedan opinar sobre lo que les afecta y necesitan, que puedan tener una mirada crítica sobre las condiciones de vida que hacen surgir sus problemas, así como los recursos para hacerles frente. No lo trabajamos desde los partidos políticos, sino más bien pensándolo como el rol ciudadano, cómo tener poder y usar ese poder para hacer exigencias. Son enfoques hechos en Latinoamérica que representan la praxis social comunitaria de nuestro continente como diría la psicóloga Marisa Montero.
Si bien, redujimos la pobreza por ingresos a 6% según Casen 2022, lo cierto es que nuestros niveles de pobreza multidimensional se mantienen cercanos al 17%. Desde una perspectiva estrictamente formal, los gobiernos que utilizan las líneas de pobreza absoluta para sus definiciones en el ámbito de las políticas públicas, como es el caso de Chile, son países que se encuentran en vías de desarrollo, caracterizados por la privación que sufre su población pobre. En contraste, son los países con altos niveles de desarrollo los que usan las líneas de pobreza relativa, dado que logrado un estándar de vida, es posible preocuparse de la distribución, la equidad, la justicia y mejorar las oportunidades de todos los miembros de la sociedad.
Se autoriza la adaptación, remezcla, transformación y creación a partir de las obras. Y es que dentro de la discusión internacional respecto de qué es lo que consideramos pobreza, las miradas de cómo teorizar y luego medir el fenómeno son variadas y responden a diversos elementos variables como las visiones de ser humano, idiosincrasias, intereses políticos, modelo económico, entre muchas otras. El valor de cambio
Otras ventajas que logra la medición multivariable de la pobreza es que a través de las distintas ponderaciones, cada una de las variables, permite reconocer señales de vulnerabilidad que persisten independiente que se aumenten los ingresos económicos, por ejemplo la mala alimentación, acceso la salud o a altos niveles educativos. Asimismo, se reconoce como una de las ventajas principales el hecho que son las propias personas quienes describen su experiencia de exclusión social. “Producto de políticas públicas, se observan significativos avances en la reducción de la pobreza multidimensional pese a que la economía ha tenido últimamente bajas tasas de crecimiento.
poder continuar su vida individual. Un camino para realizarlo es vinculándonos estrechamente con la realidad, en explicit con la de aquellos más excluidos, desde el propio ámbito del ejercicio profesional. Sin esa relación más estrecha será muy difícil que en autores de la pobreza el “mundo propio” ingrese la rica diversidad de personas, familias y comunidades para que sean reconocidas y respetadas. Al mismo tiempo, profundizó, se buscó analizar la crítica a lo que puede ser el rol pasivo de la iglesia y el impulso por que constituya un rol más protagónico en la sociedad.
Es necesario, a nuestro juicio integrar dos nuevas ópticas en la medición de la Casen, primero el Enfoque de capacidades y el Enfoque de derechos. El primero de ellos, centrado en la medición de la pobreza a partir de la privación de capacidades, el no tener acceso a alfabetización, alimentación adecuada, políticas de saneamiento, salud, conectividad, entre otros, de acuerdo a esta visión, las personas, se ven impedidas de desarrollar sus habilidades, y de este modo, optar a más y mejores oportunidades. En tanto, el enfoque de derechos “(…) busca cortar con anteriores prácticas del desarrollo centradas en la identificación y satisfacción de las necesidades básicas de la población beneficiaria, y remplazarlas por prácticas basadas en el reconocimiento de que toda persona es titular de unos derechos inherentes”. Se conceptualiza aquí la pobreza como una violación a los derechos humanos y otorga al Estado la responsabilidad de generar políticas sociales que permitan subsanar esta situación. Entre 1980 y 1988 en Oxford como profesor de Economía Política deja de lado la teoría de Elección Colectiva, aunque mantiene su preocupación por la medición de la pobreza y se aboca a las cuestiones éticas y metaéticas que permiten evaluar el bienestar individual y colectivo mediante el criterio de las «capacidades». Parte importante de la discusión sobre el desarrollo económico fue redefinida a partir de las conferencias de Sen tituladas «Equality of What?», «Bienes y capacidades» y varios artículos (Sen A., 1980), (AA., 1988) (Sen A., 1983), (Sen A., 1982), (Sen A., 1983), (Sen A., 1984).