Frente a esto, Lavín señaló que “no es una sorpresa, pero la verdad es que cuando el ministro Jackson mostró la baja sistemática de la pobreza en las últimas tres décadas, eso te cube que el pensamiento del Presidente Boric de derrocar al capitalismo no es lo que le conviene a Chile para nada. Si justamente es este modelo el que ha hecho que la pobreza baje, la creación de empleo, la dinamización de la economía, complementado con una política social activa del gobierno”. Se trata de la frase más recordada de la película El Lobo de Wall Street, basada en la historia de Jordan Belford, un inescrupuloso corredor de Wall Street de los años ochenta.
Se trata del menor nivel de pobreza por ingreso desde que se realiza la medición, ya que ésta pasó de 10,7% en 2020 a un 6,5% en 2022, la mayor caída desde que se realiza el sondeo, cuyos datos se dan a conocer de forma bianual o trianual. Otro elemento de alerta es el aumento de la tasa de desempleo respecto a 2017. Entre la fuerza de trabajo en situación de pobreza, el desempleo pasó de 25% en 2017 a 30,4% en 2022, mientras que, entre la fuerza de trabajo no pobre, la tasa de desempleo escaló desde 6,8% en 2017 a 7,7% en 2022. Las cifras revelan la necesidad de estimular la creación de empleo de mayor calidad y con mayor capacidad de generación de valor e ingresos, cuadro que exige aumentar la inversión, en especial en esta fase en la que el ingreso del trabajo promedio ha estado estancado entre 2017 y 2022. La única región que no ha visto en promedio una reducción de la pobreza es África, que es precisamente la región menos integrada a la economía world, con mayores problemas institucionales y menor protección de derechos de propiedad. Aunque también en ese continente hay países que lo han hecho bien y han visto reducida la pobreza.
La capacidad de readaptación del capitalismo explica, en parte, su supervivencia y superioridad. Actualmente, la complejidad del mercado, que hace depender la prosperidad de los países de su integración en redes globales de intercambio, puede restar eficacia a los intentos políticos por dar dirección a la economía. Pero el malestar generalizado y la insostenibilidad de un conflicto social de largo plazo quizás conduzcan a una nueva vuelta de timón en su desarrollo. O incluso, aunque es la opción menos probable de materializarse en un futuro próximo, a su superación. Otra dificultad mayor es que un modelo como el coreano implica que el Estado elige a los ganadores. Samsung fue financiada y apoyada por fondos fiscales coreanos así como Toyota fue respaldada durante 20 años con inversión pública japonesa.
¿Cuáles son los factores que debemos replantear para visualizar el Estado Social del siglo XXI? Aplicando este razonamiento a los casos de colusión de precios que se han investigado en Chile, es válido preguntarse si esa es la razón de por qué los “grupos diversificados” chilenos son prósperos y se mantienen atados a las materias primas. En su libro, Schneider aborda ese punto preguntándose por qué la Papelera no aprovechó el growth de bet365 fundación las materias primas para transformarse en Nokia. El Grupo Matte –escribe Schneider- es poco especializado, con una gama de inversiones poco innovadoras. Para ese tipo de grupos, explica, “las alzas en los precios de las materias primas se vuelven una tentación irresistible para invertir más en commodities y reforzar su estrategia de desarrollo”. Esto constituye un tipo de capitalismo muy distinto al que hay en Estados Unidos o el Sudeste Asiático.
Como aporte a este llamado a imaginar alternativas, propone un “socialismo participativo”, no centralizado, donde los trabajadores tomen parte en la gestión de sus empresas y compartan el poder con los accionistas privados. Todo esto lleva a considerar desde otra perspectiva el problema de la formación de la fuerza laboral que traba la productividad. No es sólo un problema con el que se encuentran las empresas, sino que ellas también han ayudado a generarlo. Un segundo problema es que hay versiones del feminismo que toman nota de la diversidad de experiencias de las mujeres para luego renunciar a una crítica estructural al capitalismo. Desde esta perspectiva, se reconoce que las dinámicas opresoras del patriarcado no funcionan para todas las mujeres por igual (dependen de la clase, edad, raza, sexualidad, estatus migratorio, and so on.).
Un punto muy relevante es que el management que tienen estas grandes compañías sobre los precios les permite acumular mucho efectivo, el que usan para expandirse a otras regiones o para saltar a otras actividades económicas. Schneider ejemplifica el impacto de esta práctica en la empresa mexicana Cemex (Cemento y Concreto), que controla alrededor de dos tercios del mercado de su país. La falta de competencia hace que los consumidores mexicanos paguen el doble por el cemento que los consumidores norteamericanos. Eso le permite a Cemex acumular mucho efectivo el cual usa para expandirse agresivamente a otros mercados, arrinconando a la competencia, explica Schneider en su libro sobre el capitalismo jerárquico. Y agrega que el control que tienen estas firmas sobre precios y mercados les hace la vida más fácil y reducen su esfuerzo por mejorar su productividad.
Para Schneider, los grandes conglomerados no son necesariamente negativos. Al contrario, la experiencia internacional le indica que, en la tarea de buscar nuevas áreas de desarrollo que permitan diversificar la producción de los países, ellos son buenos partners “debido a que conocen el espacio productivo y fácilmente pueden identificar un sector interesante al que moverse”. Schneider repara en que pese a su relativo tamaño pequeño, “Chile tiene un desproporcionado número de grandes firmas”.
En esos mercados reales e imperfectos la intervención pública es necesaria. Una política que, por ejemplo, terminara con la colusión, podría hacer que la economía chilena ganara a la vez en eficiencia y equidad. En los mercados reales e imperfectos en que vivimos, decía Atkinson, políticas que busque la equidad pueden hacer ganar eficiencia a la economía. «El capitalismo de libre empresa no solo es el único sistema posible para terminar con la pobreza del mundo, sino que es el único sistema moralmente deseable para lograrlo». En esta línea, Lavín destacó el apoyo que ha significado la Pensión Garantizada Universal (PGU) en la población.
Pero la estrategia de desarrollo que es buena para los grandes conglomerados, no es necesariamente buena para todo el país. En opinión de Schneider, uno de los problemas más complejos que caracterizan al “capitalismo jerárquico” y que limitan la posibilidad de los países de ser productivos, es lo que llama la trampa de las “bajas habilidades”. En ese contexto, la posibilidad de corrupción se acrecienta debido a que muchos conglomerados se benefician de sectores regulados por el Estado. Las regulaciones, remarca Schneider, son técnicamente complejas y tanto los ciudadanos como los medios de comunicación y los políticos carecen de la experticia y del interés para estar atentos a ellas. Se produce así lo que el cientista político Pepper D. Culpepper llama “la política silenciosa”, donde al amparo de la complejidad, las empresas obtienen grandes ventajas.
Así, el desarrollo materials de las muy vulnerables clases medias se asemeja en realidad a la paradoja de Aquiles y la tortuga. El caso de las personas que “salen de la pobreza” en un esquema capitalista es muy comparable a la lucha infructuosa de Aquiles. En virtud del crecimiento económico (ie. chorreo), un segmento de la población, con mucho esfuerzo y sacrificio, logra asomarse por sobre la línea de la pobreza. Pero en cuanto lo ha hecho, se da cuenta que la sociedad, en el mismo lapso, ha generado nuevos bienes y servicios, de los cuales nuevamente está excluida. Materialmente está mejor que hace una década, probablemente tiene mejores instalaciones en su hogar, mejores artefactos y más equipamiento. Pero en un sentido social, no está más integrada a la sociedad, se ha generado una nueva forma de desigualdad.
En la actualidad en cambio, esta crítica se puede hacer con más fundamento y más profundidad. De la capacidad que tengamos de realizarla con valentía y altura de miras, depende que seamos capaces de enfrenar los principales desafíos sociales y políticos que enfrentamos en la actualidad. La primera corriente se originó al inside del mundo conservador-católico que, a partir de la Encíclica Rerum Novarum, adhirió a la línea social cristiana impulsada por la iglesia católica. A grandes rasgos, vio la cuestión social como resultante de una crisis a que llamamos pobreza moral que desvirtuó el rol dirigente y protector de la elite criolla. El énfasis estuvo puesto en la responsabilidad que le correspondió a los ricos en el cuidado y bienestar tanto material como espiritual de los más pobres, a través de la educación, la beneficencia, el socorro y la justicia.
Y por eso también los países con la pobreza más baja son lugares como Dinamarca y Finlandia. Esa alta desigualdad no impidió que el país creciera ni que pudiera reducir la pobreza, lo que distingue nuestro caso de lo que describe Atkinson en relación a Estados Unidos y Europa. Los autores lo atribuyen al crecimiento económico (durante la década de los ‘90) y a la redistribución (a partir de 2000). Durante la mayor parte de su vida académica, Atkinson se dedicó a tratar de sacar la desigualdad del rincón en que la dejaron tanto la economía ortodoxa como la izquierda renovada desde la década de los ‘80.