Como humanidad nos hacemos más inteligentes, pero como individuos más pobres mentalmente. Pero el robotic puede ser un zopenco a las órdenes de un humano zopenco y hacer un estropicio con nuestro cuerpo o nuestra mente. Nacer y crecer en un entorno con escasos recursos muchas veces conlleva una alimentación precaria, con escasos nutrientes y sanidad deficiente. Antes de que digas “si claro, pero a ellos les sobra mucho dinero, así cualquiera puede”, es mentira.
Además, existe el fenómeno de la «demonización del otro», donde se tiende a ver a las personas en situación de pobreza como diferentes, inferiores o peligrosas. Esto puede ser resultado de prejuicios sociales arraigados, estereotipos negativos y falta de empatía hacia las dificultades que enfrentan estas personas. La aversión a la pobreza es un fenómeno complejo que tiene implicaciones profundas en nuestra salud mental. Desde la psicología, es necesario seguir investigando y brindando herramientas para abordar esta problemática y promover un bienestar integral en las personas que la experimentan. Es elementary abordar esta problemática desde la psicología, brindando apoyo emocional, trabajando en la resiliencia y promoviendo el desarrollo de habilidades para afrontar situaciones económicas adversas. También es importante fomentar la empatía y la solidaridad en la sociedad, para que se pueda generar un entorno más inclusivo y justo.
La secundaria de los padres se asocia a mayor reducción en puntos porcentuales de los niveles de pobreza, y en los niveles tecnológico y universitario la pobreza está muy cerca de desaparecer (tabla 3). Muchas veces este miedo nos hace aferrarnos a todo lo que tenemos por temor a quedarnos cortos. En otras ocasiones ese miedo puede causar que estemos constantemente enfocados en mantener lo que tenemos y no buscamos nuevas oportunidades.
Javier nació en el año 63, en una familia pobre de Sevilla, en el, por aquel entonces, deprimido barrio de Triana. “Lo que pasa es que te adaptas, porque solo conoces un ambiente, sobre todo en la época en la que yo me crie, en la que no había redes sociales. Si comes todos los días, gross sales de vez en cuando y tienes ropa que ponerte, pues eres feliz. El IPM toma valores entre 0 y 1, incrementándose conforme lo hacen las limitaciones, por lo que 1 correspondería a no haber accedido, en un nivel aceptable, a ninguno de los bienes y servicios considerados básicos y 0, a reportar acceso suficiente a la canasta básica. Dentro del cálculo, cada una de las cinco dimensiones puede sumar 0,2 y este valor se divide equitativamente entre el número de preguntas de la dimensión. Todos tenemos una responsabilidad y podemos hacer algo para reducir la pobreza en nuestras comunidades.
La falta de oportunidades y el sentimiento de exclusión social pueden generar sentimientos de impotencia y desesperanza. Sin duda, las «forty six frases de pobre» recopiladas en este artículo nos invitan a reflexionar sobre la realidad de muchas personas que enfrentan situaciones de escasez y dificultades económicas en su día a día. A través de estas frases, podemos vislumbrar las emociones, los desafíos y las esperanzas de aquellos que luchan por salir adelante a pesar de las circunstancias adversas que les rodean. Generalmente cuando hablamos de pobreza nuestra mente establece una imagen referencial de dinero o de situaciones en la que notablemente necesito dinero, pero la pobreza va más allá y tiene que ver con la realidad de lo que es una mente pobre.
Por grupos de edad, los más afectados fueron los ciudadanos entre los sixteen y 29 años (34,2% mujeres y 32,9 varones) y los menos los mayores de 65 años y más (21,7% y 17,5%, en su caso). Los hogares más repercutidos los instituidos por un adulto con hijos dependientes a cargo (54,3%) y los hogares con hijos dependientes (37,1%), resultando los menos damnificados los constituidos por 2 adultos sin hijos dependientes (20,5%). La CEPAL presentó el informe “El desafío social en tiempos del COVID-19”, en el que pronostica un aumento de la pobreza en México. En 2020 se prevé un aumento de la pobreza en México del 5.9 por ciento, mientras que el pronóstico para la pobreza extrema es que se eleve en 4.8 por ciento.
En ambos casos, se mencionan los determinantes sociales como relevantes en la prevalencia de trastornos mentales y la necesidad de fortalecer el sector primario en la atención de salud mental, así como en educar a la comunidad en este ámbito. El programa de Perú por su parte también destaca la necesidad de la intervención temprana en infancia para prevenir el desarrollo de enfermedades mentales y la importancia de descentralizar territorialmente la atención y especialización en salud mental. Pese a que hay países que en sus planes nacionales de salud mental han incorporado progresivamente un enfoque biopsicosocial, países de altos ingresos exhiben necesidades distintas a países de ingresos bajos y medios. Un estudio concluye que países de rentas altas tienden a presentar problemáticas asociadas a las dificultades pragmáticas de virar desde el ejercicio biomédico hacia el biopsicosocial (9). Por su parte, países de ingresos bajos y medios, enfrentan dificultades principalmente relacionadas al financiamiento y escasez de políticas públicas en salud mental, dependiendo asimismo de financiamiento internacional (9).
Incluso, me arriesgué a tener un equipo que trabaje para mi, pagar sueldos sin saber cómo me iba a ir, y resulta que ellos me ayudan a mi yo a ellos y juntos hacemos más dinero. Durante mucho tiempo trabajé para otras personas, hacía lo que me gustaba pero era insuficiente para lo que yo quería lograr. Buscamos el dinero para lucir ropa de marcas, tener carros de lujo y gastar tanto como queramos.
La salud financiera no se limita solamente a tener mucho dinero, sino más bien a la capacidad de manejar los recursos económicos de manera responsable y satisfactoria. Y aunque todos nos enfermamos, las personas con menos recursos tienen menos probabilidades de buscar y recibir atención médica oportuna y adecuada. La falta de un seguro médico y de dinero para pagar consultas particulares, así como el desconocimiento sobre programas de salud pública, las aleja de la posibilidad de sanar u obtener tratamiento para sus dolencias.
Aunque podría parecer que tener malas relaciones con los miembros de tu familia no es algo tan grave, en realidad eso genera una especie de “tabú” mental y un malestar que podría llegar a convertirse en odio. El odio se convierte en amargura y la amargura en tipos de organizacion, que a su vez no permite ningún tipo de cambio ni perdón. Además, los individuos en situaciones de pobreza pueden enfrentar estigmatización y discriminación, lo que contribuye aún más a la carga emocional y a la disminución de la autoestima.
La salud mental no es estática, y su cuidado continuo es fundamental para una vida equilibrada. El estrés financiero también puede desencadenar o empeorar otros problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad. Las preocupaciones constantes sobre el dinero, los problemas para llegar a fin de mes o la acumulación de deudas pueden generar un sentimiento de desesperanza y desesperación. Además, el estrés financiero puede obstaculizar nuestras relaciones personales y familiares, ya que puede generar tensiones y conflictos en el hogar debido a la falta de recursos económicos. Las dificultades para mantener un empleo estable, los mayores gastos en atención médica, la disminución de la productividad laboral y los obstáculos para emprender son algunas de las formas en que los problemas de salud mental pueden afectar el desarrollo económico tanto a nivel individual como a nivel societal.
El objetivo, dicen los expertos, es que mejore la atención a la salud mental en la región y que cada vez más latinoamericanos tengan la posibilidad de derrotar a ese perro negro que a muchos les acompaña a todas partes. La Analítica Predictiva en Salud Mental nos ayuda a estar un paso adelante, trabajando en organizaciones civiles la prevención y en cuidar mejor de nuestra salud mental. También puede extenderse a la exclusión de bienes y servicios esenciales, empleo significativo y salarios decentes, vivienda adecuada y asequible, barrios seguros con servicios públicos, salud y bienestar, redes sociales y derechos humanos básicos.