Pobreza De Tiempo, Género Y Vivienda Social En Santiago De Chile Un Análisis Cualitativo Revista Eure Revista De Estudios Urbano Regionales

La primera corriente se originó al interior del mundo conservador-católico que, a partir de la Encíclica Rerum Novarum, adhirió a la línea social cristiana impulsada por la iglesia católica. A grandes rasgos, vio la cuestión social como resultante de una crisis ethical que desvirtuó el rol dirigente y protector de la elite criolla. El énfasis estuvo puesto en la responsabilidad que le correspondió a los ricos en el cuidado y bienestar tanto material como espiritual de los más pobres, a través de la educación, la beneficencia, el socorro y la justicia.

Por los subsidios monetarios, que se suman a los ingresos autónomos de los hogares. Los últimos gobiernos han incrementado de manera sustancial su gasto en transferencias monetarias o subsidios, para paliar la delicada situación socioeconómica que se generó por la pandemia. En Chile el principal instrumento para medir ambas pobrezas es la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN).

pobreza social

Para ello, la Fundación cuenta con el apoyo del Estado de Chile a través de diversos ministerios como el de Desarrollo Social; Vivienda y Urbanismo; y de las Culturas, Artes y el Patrimonio. Hogar de Cristo aborda la pobreza extrema, la de grupos que ni siquiera aparecen considerados en la encuesta. También, se ha trabajado extensamente para abordar los desafíos del país en materia de agua como un elemento de desarrollo y resiliencia. En 2023, Chile recibió el primer préstamo del BM a nivel global para promover el hidrógeno verde y apoyar los esfuerzos de mitigación del cambio climático.

La pobreza y la exclusión social se comprenden de manera multidimensional y los procesos y dinámicas asociadas a ellas se analizan de modo situado territorialmente. Con una exposición marcada por el análisis de los patrones e influencias que han llevado a perpetuar la desigualdad en nuestro país, el académico estadounidense fue enfático en señalar que “el tema basic en esta materia es la interacción entre desigualdades arraigadas y el diseño de políticas”. En esa línea, argumentó que “los chilenos apoyan las desigualdades ‘justificadas’ por el esfuerzo, pero expresan un gran descontento por las ventajas del privilegio”.

Vale decir que el componente laboral implica la existencia de oportunidades de empleo estable, bien pago, bajo los preceptos del trabajo decente. Ahora bien, no sobra recordar que algunos analistas han criticado los PTC por no haber encarado directamente problemas estructurales, como la reforma del mercado laboral y la redistribución equitativa del ingreso, propiciar la fragmentación de la provisión de bienes sociales y ser programas «pobres» para los grupos «pobres». Sin embargo, los PTC han contribuido a reducir sustancialmente la pobreza en América Latina. Los mayores de 60 años están entre los más favorecidos por bonos y subsidios y cuentan hoy con la Pensión Garantizada Universal (PGU). Eso hace que este grupo etario tenga apenas un 3,1% de pobreza por ingresos.

Garantizar la protección social de todos los niños y otros grupos vulnerables resulta essential para reducir la pobreza. Más de seven-hundred millones de personas, o el 10 % de la población mundial, aún vive en situación de extrema pobreza a día de hoy, con dificultades para satisfacer las necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso a agua y saneamiento, por nombrar algunas. La mayoría de las personas que viven con menos de 1,90 dólares al día viven en el África subsahariana.

Esta forma de transporte incrementa el gasto en movilidad de las familias, puesto que el transporte en colectivo no se encuentra integrado a la Red Metropolitana de Movilidad (ex Transantiago), la cual cobra por viaje, ya sea en bus o en metro, pero no integra el colectivo. Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile actual. Esta es una pregunta clave, especialmente en un mundo “post-pandemia” donde la pobreza, la vulnerabilidad y las desigualdades se han agudizado de manera dramática en Chile, tanto a nivel territorial como también respecto de grupos específicos de niños, niñas y adolescentes. Mientras el promedio nacional de hogares con niños, niñas y adolescentes que viven en pobreza es 15,6%, esta cifra se acrecienta en aquellos pertenecientes a pueblos indígenas (17%); aquellos habitantes de zonas rurales (18%); y en situación migrantes (26%). Como aporte a la discusión sobre pobreza multidimensional, se presentan en esta edición además, dos debates. En el primero de ellos, denominado “La Articulación académica y la formación social de los estudiantes de las universidades la UIA León”, sus autores Paulina León y Mario Iván Patiño destacan la importancia que tiene la compresión de la pobreza y la desigualdad en la formación de profesionales universitarios.

Esta situación se agudiza si miramos a las mujeres más pobres. Estudios que se aproximan de manera exploratoria a este tema para el caso chileno muestran que, para el caso de la Región Metropolitana, el 10% de la población es pobre de tiempo, en tanto excede las doce horas de trabajo, lo que sube a 26% si se consideran los tiempos de viaje. A ello se suma que, en todos los quintiles de ingreso, las mujeres trabajan más, tienen menos tiempo de ocio y más tiempo de tareas domésticas que los hombres (Encalada, 2015). El programa Vínculos forma parte de las políticas públicas orientadas a las personas adultas mayores del país, promoviendo el ejercicio de sus derechos y su participación activa en redes, reforzando la valorización de esta etapa de su vida. Su objetivo es la generación de condiciones que permitan a los adultos mayores alcanzar mejores condiciones de vida mediante el acceso a prestaciones sociales e integración a la purple comunitaria de promoción y protección social, promoviendo su autonomía y participación social.

También es imprescindible complementar el criterio monetario con la perspectiva de valoración multidimensional de la pobreza. De los tres países analizados, Brasil y Colombia aparecen con alta afectación en materia de desempleo y prevalencia del trabajo casual, al tiempo que se aprecian pocas diferencias entre los estratos poblacionales pobres y los vulnerables que coexisten con una muy alta desigualdad en el ingreso y en el acceso a los beneficios de la seguridad social. Los altos índices de informalidad en estos dos países muestran un elevado grado de asociación con la baja calidad del trabajo. Al mismo tiempo, las coberturas en educación, para todos los grupos etarios y niveles educativos, son superiores en Chile frente a los otros dos países analizados.

En 2022, con respecto a 2020, en common la distribución del ingreso mejora en los diversos tipos de mediciones de desigualdad. Espacio Público es un centro de estudios independiente que busca aportar en la construcción de una sociedad más justa, transparente y democrática, que permita un desarrollo económico, social y político que beneficie a todas las personas. A pesar de sus diferencias, cada una de estas tres corrientes coincidió en la urgente necesidad de otorgar pronta solución a los problemas derivados de la cuestión social, que hacia el año 1920 se convirtió en una preocupante cuestión política, traspasando las fronteras de la opinión pública e insertándose de lleno en los planes del Gobierno y del Congreso Nacional. Desde el enfoque de derechos, se requiere de políticas reforzadas para poblaciones más vulnerables de manera que puedan acceder en igualdad de condiciones a las oportunidades de desarrollo, como la niñez en situación migratoria, en situación de discapacidad, o pertenecientes a pueblos indígenas. La pobreza representa una grave vulneración de derechos, pero los niños, niñas y adolescentes no están “condenados” a ello.