puntuales, por los diferentes sesgos político partidarios e ideológicos que han ido tomando los gobiernos, se ha twister muy difícil siquiera sostener esta participación restringida y muy acotada, sustentada en enunciados generales que nadie podría discutir, pero que al confrontarlos con la realidad
Aunque se habla de una convocatoria a “todos los actores interesados” y de “consolidar una cultura de colaboración” entre actores sociales diversos, el decreto que reglamenta el mecanismo por el cual se conforman los
además, los dispositivos están pensados para incluir a una gran cantidad de comunidades y/o de participantes favoreciendo la participación directa en vez de que solamente participen representantes de instituciones en ámbitos acotados. Las conclusiones de dichos escritos, nos orientaron en dos sentidos,
ciclo. Este aspecto no es menor si se considera que es en esos momentos, en que se negociarán, por ejemplo, las formas que adquirirán en concreto los criterios de focalización o universalidad, los mecanismos de acceso, las
lo cual, como se dijo antes, no parece posible profundizar demasiado en que el problema puede no ser la pobreza sino la concentración de la riqueza, según entiende Hourest (2005). Nuestra propuesta no puede separar el momento del diagnóstico del de la intervención porque es en el mismo espacio grupal en donde los sujetos alcanzan a visualizar la manera en que se comunican, reflexionan sobre ella y la modifican. Si la comunicación organizacional se da entre personas en relación, es en la misma interacción en donde puede ser modificada. Nunca de manera individual y tampoco como modelo impuesto a seguir, como normas a las cuales ajustarse.
Esta respuesta, la represión neurótica, era protegida por el discurso victoriano, que justifica y asume como apropiados la distancia social y la evitación de la intimidad psíquica o física. Al mismo tiempo, la prohibición de pensar sobre la sexualidad o conceptos asociados, orienta el pensamiento precisamente hacia contenidos de tipo sexual, los que al no poder ser integrados en las conversaciones resultan difíciles de asimilar en la identidad o, desde ahí, procesados de manera abstracta, impidiendo su interpretación en términos de relaciones jerárquicas, alienación o estructura socioeconómica. A los discursos y emociones, se le agrega el management social que actúa impidiendo la elaboración por la vía de coerción, intentos de reeducación u orientación hacia explicaciones artefactadas, tal como la misma sobreactuación de la sexualidad. Desde el punto de vista de los contenidos y siguiendo la taxonomía de Gardner (2005), los discursos están compuestos por ideas, conceptos, historias, teorías y habilidades. Finalmente, la thought de habilidad refiere a procedimientos que los sujetos pueden activar voluntaria e involuntariamente y que permiten la ejecución de funciones.
Los ejemplos anteriores describen sólo un tipo de estructura y numerosos autores se han referido a las formas en que el self evoluciona a lo largo de la vida. En la primera etapa los individuos se relacionarían con las normas y la realidad social en función del nivel de gratificación obtenido al hacerlo; en este primer nivel la capacidad de elaboración intelectual es relativamente baja y el comportamiento está controlado mayormente por los estímulos externos. El artículo también permite comprender los puntos de encuentro entre mujeres de clase media y de clase trabajadora. Para todas, las responsabilidades personales y familiares coexisten con fuertes aspiraciones de progreso profesional o de mejoramiento de las condiciones de empleo, así como con proyectos personales de autonomía e independencia. Esto quiere decir que los compromisos con diversos roles no son excluyentes y que las mujeres contemporáneas parecen estar comprometidas con una multiplicidad de roles y actividades, tanto en su vida laboral como privada. Entender esto permite captar las prácticas integradoras, adaptativas y creativas de la experiencia carrera-familia en la mujer, en las que se negocian e integran los desafíos de lo laboral y el cuidado.
de desarrollo gubernamentales de nivel nacional, o equipos de educación well-liked o investigación acción surgidos desde organizaciones no gubernamentales técnicas. Lamentablemente, en los límites de un artículo no es posible realizar la revisión que sería necesaria para exponer una teoría comprensiva sobre los diversos aspectos del self asociados a su representación, evolución y relaciones que pudiera ser comparada directamente con la teoría de Mintzberg. Sin embargo, dado que la concept de self tiene, como muchos constructos en psicología, diversas interpretaciones, es necesario puntualizar al menos algunos elementos que constituyen la definición de self utilizada en este trabajo.
Así, podría suceder que un sujeto funcione integrando discursos de manera publish formal en un ámbito de acción laboral y que, al mismo tiempo, opera de manera formal e incluso literal respecto a contenidos de su identidad o religión. Las entrevistadas expresan un agradecimiento a aquellos familiares que apoyan parte del cuidado. La concept de favor devela aquel mandato donde el cuidado de los niños, niñas y personas mayores es responsabilidad primeramente de la mujer.
Las mejores condiciones laborales de este grupo sustentan, en buena medida, sus estrategias. Las investigaciones sobre conflicto familia-trabajo han indagado en las razones de la participación de las madres en el trabajo remunerado y sus experiencias conciliando empleo, crianza de los hijos y labores de cuidado en países como España, Colombia, Chile y Estados Unidos (Brunet y Alarcón, 2005; Cardona, 2017; Godoy, 2011; Settle y Brumley, 2014). La mayoría de estos estudios da cuenta de cómo en la modernidad las mujeres se enfrentan a dos mandatos contradictorios. Por un lado, se encuentran con el ideal de maternidad intensiva como expectativa social dominante, en el que, según las normas tradicionales de la división del trabajo por género, las madres son llamadas a ocupar una gran cantidad de tiempo, dinero y energía con sus niños (Hays, 1996). La buena maternidad se caracteriza como “maternidad de tiempo completo” y ser “ama de casa” (Tobío y Parella, 2004). Si bien estas expectativas se han debilitado en las últimas décadas con el ingreso de la mujer al trabajo remunerado, han vuelto a recobrar impulso los valores centrados en el niño, guiados por expertos, que requieren mucho tiempo y dinero (Johnston y Swanson, 2007).