Organizaci�n, Politicas Y Sistemas De Gesti�n :codelco Chile:

Nos parece más ajustado, con los datos disponibles en la actualidad, pensar que los nuevos patrones de asentamiento y movilidad estuvieron aparejados de una importante disminución poblacional durante el Arcaico V, la cual habría comenzado un proceso de recuperación durante el Arcaico VI, pero nunca hasta el nivel exhibido entre el 7500 y el 4500 cal AP aproximadamente, es decir, entre los períodos Arcaico III y IV. Los cambios mencionados en el sistema de asentamiento del Arcaico VI de las poblaciones de cazadores, recolectores y pescadores locales parecen asociarse también a un cambio en el patrón mortuorio, tal como lo advierte originalmente Núñez (1984). Lo anterior puesto que en este período se documentan los primeros entierros flectados, como por ejemplo en los sitios Alero Bandurrias 2 y Quebrada Rincón 1 excavados por nosotros, o bien los entierros asociados a alfarería negra pulida y rojo pulida del salar de Atacama que excavó Capdeville (Mostny 1964; Núñez 1984), así como un caso de entierro de cúbito lateral en Portezuelo Choluto (Castelleti 2007). No obstante, hay que considerar que existiría una importante variabilidad en el período, debido a la existencia de entierros en aleros, en sitios abiertos bajo reparos rocosos, en sitios abiertos sin ninguna señalización y, aparentemente, en sitios abiertos bajo túmulos (Ballester y Clarot 2014). Las dataciones de las primeras estructuras circulares del patrón Caleta Huelén en Taltal indican fechas tempranas para su aparición, quizás incluso levemente anteriores a las del sitio Tulán fifty two en las tierras altas (Contreras et al. 2007).

En pocas palabras, la OMC es la única organización internacional que se ocupa de las normas de alcance mundial que regulan el comercio. Su principal función es velar por que las corrientes comerciales circulen con la mayor fluidez, previsibilidad y libertad posible. Esta tercera edición ofrece entrega información respecto de tendencias, así como la evolución de las políticas y los datos sobre la oferta y la demanda de la economía digital, ilustrando cómo la transformación digital está afectando a las economías y sociedades, con una mirada respecto de los efectos del COVID-19.

Con todo, nos queda claro que la información histórica disponible a partir de los cronistas y viajeros de los siglos XVII a XX, no solo debe ser manejada con cautela debido a los sesgos propios de este tipo de observaciones, sino que no debe ser considerada como un modelo válido para la interpretación de la organización económica de las poblaciones prehistóricas de Taltal, puesto que ésta ha demostrado ser mucho más variable de lo que habíamos supuesto hasta ahora. Pensamos, por lo tanto, que deben fortalecerse las investigaciones arqueológicas que permitan generar datos autónomos desde nuestra propia disciplina, los cuales permitirán complejizar la visión de los observadores occidentales y reconocer las particularidades de los procesos históricos más tempranos de las poblaciones locales de la costa arreica. Los escasos datos disponibles actualmente indican una significativa disminución en la frecuencia de los ecofactos en los sitios de este período, pero se mantienen representadas buena parte de las especies predominantes durante los períodos anteriores. Así por ejemplo, en Poza Bahamondes se registraron restos de Cilus gilberti (corvina), Trachurus murphyi (jurel) y Semicossyphus maculatus (pejeperro), mientras que la fauna malacológica incluyó la presencia destacada de Fissurellas spp., C. Por su parte, los restos de mamíferos y otáridos también se presentan en los sitios, aunque en muy baja frecuencia (Gaete et al. 2003). En el estado actual fundación coanil de la investigación, este período es el más pobremente representado dentro de la secuencia cultural del Arcaico en Taltal, ya que solo contamos con evidencias provenientes de un solo sitio para caracterizarlo.

En las capas asociadas al Arcaico II hemos identificado la presencia de un chope elaborado sobre costilla de otárido (Figura four.6), así como una posible preforma de barba de arpón elaborada sobre resto óseo de camélido. A la fecha hemos excavado aproximadamente 5 m2 correspondientes a este momento cultural en el sitio Morro Colorado. No obstante, cabe señalar que existen claras evidencias de que en algunos sectores los depósitos correspondientes a las ocupaciones Arcaico II fueron excavados y removidos durante el Arcaico III con el objeto de habilitar áreas habitacionales semisubterráneas en este último período. A la fecha hemos detectado evidencias del Arcaico II exclusivamente en los depósitos más profundos del sitio Morro Colorado, el cual se ubica a menos de 2 km al norte de Taltal (la ubicación del sitio puede consultarse en la Figura 6). Específicamente en lo que Capdeville (1921a) denominó como capa gris, correspondiente a la primera ocupación de este conchal, la cual también fue identificada por Uhle en algunos sectores del sitio (Mostny 1964), no así por Bird (1943), quien excavó en un sector más marginal del mismo.

Es por ello que mantener una comunicación fluida entre todos sus miembros, es essential para que la empresa cumpla sus metas. Además, la comunicación que se entrega a clientes, proveedores y relacionados, también refleja en buena parte lo que se comunica internamente. No obstante, cambian notablemente las modalidades de uso de estos campamentos y aparecen también sitios en locaciones previamente no ocupadas o con ocupaciones anteriores muy efímeras, tales como Poza Bahamondes 4 (Castelleti 2007). Con respecto a las especies ictiológicas representadas, es importante comentar que en el Arcaico II se consolida una tendencia que comienza a vislumbrarse en el período previo y que caracterizará a los períodos venideros, cual es la notable predominancia del jurel (Trachurus murphyi) dentro de los conjuntos óseos, especie que alcanza cerca del 70% de los especímenes identificados en las capas Arcaico II de Morro Colorado.

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Tal como lo señaló originalmente Castelleti (2007) a partir de lo observado en Morro Colorado, las ocupaciones con arquitectura tipo Caleta Huelén 42 pueden ocupar la cima de los conchales del Arcaico III, pero con mayor frecuencia se desplazan desde dichos montículos hacia sectores libres de desperdicios. Tal es el caso de Morro Colorado con respecto a los sitios denominados por Capdeville (1921b) Palo de Telégrafo, Caserón y Linderos Bajos, pero también sucede en Punta Morada, en Los Bronces-1, en Punta Negra 1A y en Zapatero. Caleta Bandurrias parece ser una excepción ya que aquí no se detectó una ocupación del Arcaico III. La subsistencia durante el Arcaico IV muestra una significativa continuidad respecto del período anterior, estando representadas las mismas especies malacológicas y faunísticas, generalmente en las mismas proporciones que en el Arcaico III. No obstante, se advierte un aumento en la frecuencia de especies cazadas, tales como otáridos y, especialmente, camélidos, a lo menos a partir de los datos proporcionados por el sitio Caleta Bandurrias (Power 2014).

Durante el Arcaico V las estructuras Caleta Huelén forty two son abandonadas, pero no así los sitios residenciales tales como Morro Colorado, Punta Morada y presumiblemente Zapatero. No obstante, las ocupaciones se advierten más efímeras, con muy baja depositación estratigráfica, digital ausencia de rasgos tales como fogones, presentando baja diversidad artefactual y notoria menor densidad ecofactual en comparación con el período previo. Lo anterior fue advertido por Capdeville (1921a) y por Bird para el caso del sitio Morro Colorado, y se repite también en el sitio Zapatero. También se utilizan nuevos sitios habitacionales, tales como Poza Bahamondes four, el cual muestra ocupaciones livianas y superficies acotadas para los conchales de desperdicios (Castelleti 2007). No hay evidencia de que los difuntos del período hayan sido enterrados en los espacios habitacionales, aunque sí se ha reconocido la presencia de pequeños aleros con entierros, tal como es el caso del sector de Agua Dulce, donde si bien no se tienen edades en los conchales para esta época, los entierros que las circundan (p.e. sitio San Lorenzo 1) sí arrojaron una edad dentro de este período8. El individuo mostró un patrón de inhumación extendido que continúa con la forma de disponer a los difuntos que caracterizó al Arcaico IV, lo cual respaldaría la tesis de Núñez (1984).

Si esta interpretación es correcta, es posible que estemos ante la operación de ciertos criterios de selección de los asentamientos base por parte de los cazadores, recolectores y pescadores de la costa de Taltal durante el Arcaico III. En particular debido a que la estructura espacial de los recursos es relativamente homogénea en el segmento que separa Zapatero de Los Bronces, por lo menos en la actualidad. Evidentemente, un criterio importante debieron ser las fuentes de agua (Núñez y Varela 1967; Capdeville 2008; Contreras et al. 2011), pues el Arcaico III parece haber sido contemporáneo con el momento de mayor aridez en la región (Grosjean et al. 2007). No obstante, cabe señalar que los sitios residenciales de corta duración también se asocian a aguadas actualmente.

Por una parte, Contreras y colaboradores (2011) reportan una fecha de 5401 ± forty cal AP (carbón) para el fin de la ocupación de una de las estructuras de Punta Negra 1A. Por su parte, nosotros obtuvimos una fecha de 4865 ± forty cal AP (hueso), para el fin de la ocupación del conchal asociado a estas estructuras en Caleta Bandurrias. En consecuencia, pareciese que el Arcaico IV tuvo una duración de menos de 1000 paises mas pobres del mundo años en la zona de Taltal.

Si bien los sitios y datos provenientes de Taltal aparecen mencionados en periodificaciones posteriores para la costa norte de Chile (p.e. Llagostera 1989, 2005), la investigación sistemática en la zona de Taltal solo sería reiniciada en la década del 2000 cuando Castelleti (2007) sintetiza los resultados de estudios de impacto ambiental liderados por él y previamente por Nelson Gaete. Posteriormente se habría desarrollado la «Cultura Dolménica» o «Civilización de la Gente de los Círculos de Piedras», que se presentaría estratigráficamente superpuesta respecto de los grupos «paleolíticos» en Morro Colorado, así como en diversos otros sitios de la zona. Los siguientes períodos estarían caracterizados por la presencia de cerámica, y fueron definidos por Capdeville como la «Cultura Chincha-Atacameña» o «Civilización de la Gente de los Vasos Pintados» y la «Cultura de los Túmulos de Tierra».

Según este autor, al igual que Latcham, los instrumentos «paleolíticos» serían característicos de las capas inferiores del sitio Morro Colorado. Sin embargo, Uhle los reconoce en toda la sucesión estratigráfica tal como lo hará posteriormente Bird (1946), quien los denomina Choppers o Chopping Tools, haciendo una definición funcional de estos instrumentos. No obstante, el hecho relevante es que de acuerdo con lo observado tanto por Uhle, Bird y el propio Capdeville, así como según la lectura más detallada de Berdichewsky (1962) y Núñez (1984), estos artefactos están presentes en toda la secuencia estratigráfica de Morro Colorado por lo que sugieren la posibilidad de un uso recurrente de rocas no silíceas durante el Arcaico III, especialmente en funciones específicas no cubiertas por la lítica de sílice tallado. Dentro de la lítica no silícea en la literatura se menciona para este período la presencia de cuencos de lava y morteros planos (Bahamondes y Silva 1969; Núñez 1984). Los datos provenientes de las capas Arcaico II de Morro Colorado muestran continuidad en las especies explotadas respecto de lo ya observado en el Arcaico I. Por un lado, destaca el registro de moluscos y peces, aun cuando estos aumentan proporcionalmente en comparación con el período anterior.

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De hecho, las áreas de calidad o las áreas de RRHH pueden agregar mucho valor siendo externas, ya que aprenden de muchos clientes y cuentan con las mejores prácticas al servicio de la empresa para la que trabajan. Para un país como Chile, pequeño y cuya estrategia de desarrollo está orientada fuertemente al comercio internacional, el sistema multilateral de comercio establecido en la OMC es de suma importancia. En primer lugar, porque sus reglas y disciplinas son vinculantes para todos los miembros de la OMC, independientemente de su tamaño.

El jurel es seguido bastante más de lejos por la corvina (Cilusgilberti) y la sierra (Thyrsites atun), que en conjunto suman cerca del 20%, mientras que con escasa representación se identificaron también para este período la merluza (Merlucciusgayi), el rollizo (Pinguipes chilensis), el bonito (Sarda chiliensis) y la cabrilla (Sebastes capensis). Morro Colorado es el sitio arqueológico más conocido y estudiado de la costa de Taltal (Andrade y Salazar 2011). Corresponde a un conchal y basural antrópico depositado sobre una puntilla donde destaca un promontorio rocoso con una elevación de poco más de 20 msnm.