Por ello, las encuestas origen-destino siguen siendo la fuente principal de información para la planificación del transporte metropolitano. Por ello, el análisis que sigue no apunta a tener una relevancia destacada en esta última esfera. Brasil, la Argentina, Colombia, México y Perú forman parte de los 10 países más golpeados por el coronavirus.
La directiva reconoció que prima en la región una débil infraestructura en materia sanitaria incapaz de hacer frente a la situación. Así, se calcula que para América Latina el retroceso económico de la región sería de un 1,eight por ciento, aunque no se descarte que pueda llegar a caer aún más, quizás hasta un tres por ciento. Según la funcionara, la pobreza extrema aumentaría de los 67,5 millones a los ninety,7 millones. «Se combina el fin de la fiesta para todos con una situación donde empieza a empeorar otra vez la distribución». Stiglitz, que ha escrito distintos libros sobre desigualdad, observa «un círculo vicioso» en la región.
Y los discursos antisistema, los políticos «outsiders» que se autopostulan como «salvadores» frente a las múltiples crisis, aparecerán como una alternativa tentadora para importantes franjas de la población. Detrás de las protestas no solo hay causas inmediatas vinculadas a la crisis económica y la desigualdad social. También subyacen fenómenos más profundos, como el descontento generalizado hacia las élites y clases gobernantes.
Esto se da no por razones accidentales, sino por distintas trayectorias históricas y configuraciones de economía política. Los enfoques cuantitativos aportan a la interseccionalidad porque ayudan a identificar atributos o características de las personas o del contexto que resultan influyentes en la asignación de privilegios o recursos y que no estaban previamente en el radar de los investigadores. También transmiten la magnitud y la distribución de desigualdades socio-estructurales, e identifican los procesos causales que afectan dicha diferenciación y evolución en el tiempo (Bowleg y Bauer 2016). Una aproximación de derechos fundamentales con una comprensión interseccional de los distintos tipos de exclusiones que las tecnologías promueven y clausuran es la única manera de hacer frente a la desigualdad a la que millones de personas están siendo sometidas en el continente. Solo así, las nuevas tecnologías quizás puedan convertirse en un factor america latina desigualdad social que ayude al cierre de las brechas que enfrentamos ahora.
Esto ciertamente se vincula con su configuración político-administrativa, por cuanto la migración en ellas es en su gran mayoría desde el municipio central a los periféricos, pero los puestos de trabajo siguen concentrados en los municipios centrales, de manera tal que la salida de ellos conduce con mucha facilidad a la conmutación. Esto último, sin embargo, no es tan evidente, ya que el efecto de atracción de conmutantes que ejercen las comunas ricas es más acentuado entre los asalariados de nivel socioeconómico bajo que alto. De hecho, la capacidad de retención de asalariados que tienen las comunas, en términos de traslados diarios, no se deriva de la series de gráficos 2a-2d. Por esto, en la serie de gráficos 3a a 3d se examina esta capacidad, para luego finalizar este capítulo con conclusiones específicas. Desde la tradición liberal, John Rawls afirma que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”.
Ciertamente hay muchos otros aspectos a considerar, si se tiene en cuenta la devaluación de la institucionalidad política, el empoderamiento de las comunidades y los cambios que trae consigo la automatización del empleo y la revolución digital. Es tarea de todos contribuir a superar los obstáculos y aspirar a un país más justo, próspero y solidario. Bajo su alero surgieron grandes fortunas, cuyo origen se centra en la minería, las finanzas y el comercio. Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor.
Unas regiones tienen más pobladores rurales, y más minorías étnicas por distintas razones aleatorias económicas, históricas, políticas y ecológicas y eso produce desventajas y privilegios. Por dicha composición en las regiones se reflejan dinámicas de racismo, el sexismo, y el sesgo rural6, que son comunes en el conjunto de la nación pero que se expresan con más fuerza en ciertas regiones en función de su número de minorías. Como se recordará, parte de esta porción no explicada se explica por diferencias en los efectos (o los coeficientes) que tiene ser mujer, ser campesino o ser minoría indígena en las regiones desventajadas. Es decir, tiene que ver con la forma como dentro de la región interactúan de forma explicit autores que hablen sobre la pobreza los atributos de género, ruralidad y etnia. Por ello la porción no explicada se refiere en parte a un componente interseccional de la brecha. En Chile la brecha étnica es muy pequeña entre los hombres urbanos, y un poco mayor entre las mujeres urbanas, y ambas se han reducido a casi su totalidad según el último censo.
En Perú, en cambio, la brecha de género es más importante, y la categoría donde se registra una brecha de mayor tamaño es la urbano-rural. En Chile se registran brechas menos amplias, aunque las diferencias entre grupos indígenas y no indígenas, y entre la zona urbana y la rural son importantes. Todos los países tienen brechas regionales, pero estas no son más profundas que las de las otras categorías. La investigación subnacional en América Latina ha establecido que en los países de la región las condiciones de vida están fuertemente determinadas por el lugar de residencia.
En América Latina la incidencia de la pobreza aun es mayor en zonas rurales, para las personas indígenas y afrodescendientes, señaló la Cepal en su informe de 2019 sobre el panorama social de la región. Pese a sus avances económicos y sociales de los primeros años de este siglo, América Latina aun es «la región más desigual del planeta», ha advertido en distintas ocasiones la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Se trata de la región del mundo que registra mayor desigualdad de ingresos en el informe sobre desarrollo humano 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), divulgado en diciembre. Esa no es la única contradicción que detectan entre el cuadro que muestra la Casen y los datos tributarios de Impuestos Internos. De hecho, al examinar en una perspectiva histórica esta encuesta que vienen haciéndose desde 1987 los autores detectaron que la Casen permanentemente “ha subestimado a niveles irreales los ingresos más altos”, por lo que consideran que no es un buen instrumento para analizar la desigualdad.
En los países desarrollados, el debate sobre la vigencia de los modelos de ciudad monocéntrica tiende a inclinarse hacia el modelo opuesto, es decir, el de ciudad policéntrica «More recent analysis continues to show that employment in most metropolitan areas of the world, is each dispersing and in some cases clustering into subcenters» (Wheaton, 2002, p. 4). Con todo, el enfoque de la «ciudad twin» se opone a esta visión de fragmentación y dispersión policéntrica (Holt-Jensen, 2002). Y tales supuestos difícilmente se verifican en las ciudades de la región (Polése, 1998), en explicit por el alto grado de informalidad que predomina en ellos y las marcadas asimetrías que existen entre los actores relevantes de ellos. Ejemplos de reactivación de las protestas son los episodios del fin de semana pasado en Chile, pocos días antes del plebiscito por la reforma constitucional, que incluyeron casi 600 detenidos y la quema de dos iglesias céntricas, o las protestas que surgieron en Colombia el mes pasado contra el abuso policial. En Bolivia, el triunfo electoral del candidato del MAS, Luis Arce, parece haber clausurado la disaster política desatada el año pasado. Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad.
Los hogares tienden a declarar menos ingresos de lo que realmente reciben, sobre todo, los procedentes de las rentas del capital. A raíz de ello, tanto el grado de desigualdad como la tendencia pueden estar mal calculados. Creo que reducir las desigualdades podría ser una primera etapa para crear una sociedad menos segregada, no sólo en el ámbito económico, sino en otros aspectos de la vida cotidiana. De hecho, desaparecerá el 20,7% de las microempresas y solo el zero,6% de las grandes empresas.
Por otra parte, pueden existir visiones más matizadas y que reconocen tendencias visibles, que podrían ser hasta secundarias, y solapadas, que eventualmente podrían ser más profundas. Un ejemplo de ello es el análisis de Escolano y Ortiz (2005) para la ciudad de Santiago. Estos autores dan por seguro el fortalecimiento de los núcleos periféricos, lo que abonaría a la ciudad policéntrica y sobre todo al acercamiento entre residencia y servicios. Con todo, también reconocen que los dos centros de actividades (el histórico en la comuna de Santiago, y el, según ellos, emergente de «Providencia»), que constituyen el corazón comercial y económico de la ciudad, terminen por fusionarse, surgiendo, así, un gran centro extendido, lo que originaría un monocentrismo renovado, ampliado, si se quiere. Los gobiernos latinoamericanos se enfrentan al reto de aumentar la conectividad a internet en las zonas rurales y urbanas para reducir la brecha digital, lo cual será clave no solo para el desarrollo económico sino también para el ámbito educativo.