En los países de ingresos bajos, donde los servicios son más escasos, una de cada 41 mujeres muere por causas relacionadas con la maternidad, en comparación con una de cada 3300 en los países de ingresos altos. En más del 90% de los países de ingresos bajos hay menos de cuatro enfermeros y profesionales de partería por cada a thousand personas. El foro es el punto culminante de actos y manifestaciones que desde el 12 de diciembre, Día de la Cobertura Sanitaria Universal, se vienen celebrando en más de one hundred países para poner de relieve la creciente dinámica que acerca al mundo a la cobertura sanitaria universal. La respuesta a cuál de los dos enfoques es preferible adoptar para que las medidas de pobreza sigan siendo buenas aproximaciones del estado de salud basic de la población no es de fácil respuesta. Sin embargo, debe avanzarse en el debate al respecto, en especial cuando se busca que el indicador de pobreza multidimensional pueda capturar los progresos en el avance de la medicina preventiva por sobre la curativa, el rol del autocuidado en salud y el nivel de éxito de las políticas públicas de salud. En definitiva, este estudio pretende estimular la reflexión sobre los indicadores de salud y el cómo estos debiesen estar integrados a la política social vía los indicadores agregados de pobreza.
Incluso antes del COVID-19, casi a thousand millones de personas gastaban más del 10% de su presupuesto acquainted en salud. Cuando los hombres y las mujeres se enfrentan a la misma enfermedad, los hombres suelen acudir en menor medida a los servicios de atención de la salud que las mujeres. En países con epidemias generalizadas de infección por VIH, por ejemplo, los hombres son menos proclives a hacerse la prueba del VIH y a acceder a un tratamiento antirretrovírico que las mujeres, y tienen más probabilidades que ellas de morir por enfermedades relacionadas con el sida. Del mismo modo, los datos apuntan a que los pacientes varones de tuberculosis son menos propensos a buscar atención sanitaria que las mujeres. La Organización Mundial de la Salud define los determinantes sociales de la salud (DSS) como «las circunstancias en que las personas nacen crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana».
EL PAÍS ofrece en abierto la sección América Futura por su aporte informativo diario y international sobre desarrollo sostenible. Con seguridad se puede afirmar que una de las principales consecuencias generadas por la pobreza, es la falta de buenas condiciones de salud. Según Zygmunt (2000) en la Europa premoderna los pobres eran considerados hijos de Dios, tenían propósitos divinos, y le servían a los más afortunados para practicar la caridad y obtener su salvación. En la modernidad, se fijaron nuevas reglas y la presencia de los pobres se transformó en un problema, una amenaza y un obstáculo para el orden impuesto en la sociedad.
El Banco Mundial se ha comprometido a ayudar a los países en desarrollo a lograr la cobertura sanitaria universal a través de sistemas de salud más sólidos y más resilientes y proporcionar servicios sanitarios de calidad y asequibles para todos, especialmente las personas más vulnerables. El Grupo Banco Mundial (GBM) apoya las medidas de los países dirigidas a lograr este objetivo y proveer servicios médicos de calidad y asequibles para todos, independientemente de la capacidad de pago de las personas, fortaleciendo los sistemas de atención primaria y reduciendo los riesgos financieros asociados con la mala salud y la creciente desigualdad. En relación con la medición del nivel de asociación en la identificación de los pobres/carentes, la Tabla 2 muestra la distribución conjunta existente entre dos carencias en dos dimensiones de bienestar j y j ’.
Primero, independientemente de la forma en cómo la pobreza sea medida, los niveles de asociación de estas medidas con los indicadores disponibles de la dimensión salud han decrecido sostenidamente en el tiempo. Segundo, tal y como es esperado, se comprueba que la medida de pobreza multidimensional tiene un nivel de asociación significativamente mayor (aunque igualmente decreciente) con los indicadores de salud, que el que estos mismos indicadores tienen con la medida de pobreza monetaria. Olavarría utilizando la encuesta CASEN entre 1987 y 2000 encuentra que los pobres monetarios tienen serias dificultades para acceder a la atención de salud cuando la necesitan, y cuando la obtienen, acceden a ella de manera tardía14 . Bedregal et al. encuentra que las personas en condición de extrema pobreza desconfían del sistema de salud y perciben obstáculos para acceder a el15 . Vega et al. muestra que, durante los 90s, las mujeres tenían serias desventajas de acceso a salud en comparación con los hombres, ya que a pesar de que los salarios de ellas eran en promedio 30% inferiores al de los hombres, las mujeres usan los servicios de salud con mayor intensidad (1,5 veces más)16 . En el informe se propugna también un «entorno favorable de mecanismos de gobernanza e instituciones» que haga posible la transformación.
“Nos encontramos frente a centros de salud que carecen de mantenimiento estructural, a falta de personal especializado que en muchos casos ha dejado los hospitales o directamente el país, y donde los cupos a disposición de los pacientes para las estancias y/o tratamientos son limitados”, dice la directora de la ONG. Dentro de estos determinantes, dos de los más urgentes e importantes a considerar son la educación y el trabajo, vistos como fuente para superar limitaciones, recuperar capacidades, planificar un mejor futuro y salir de la pobreza. Data.who.int proporcionará representaciones diversas y atractivas con datos de salud confiables; combinando expertos en estadística y líderes técnicos con diseñadores creativos de clase mundial. Las metas de los tres mil millones (GPW 13) brindan un enfoque unificado para acelerar el progreso hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud. «Detrás de cada número de las Estadísticas Sanitarias Mundiales hay una persona, una familia, una comunidad o una nación.
También brindamos acceso a atención médica, medicamentos y programas para ayudar a los padres de familia a tratar temas de nutrición. 1.2 Para 2030, reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños y niñas de todas las edades que viven en la pobreza en todas sus dimensiones con arreglo a las definiciones nacionales. El informe recalca que el sector de la salud y asistencial se caracteriza por unos salarios bajos y unas condiciones de trabajo exigentes. La devaluación de los cuidados, un trabajo que efectúan principalmente mujeres, incide negativamente en los salarios, las condiciones de trabajo, la productividad y la huella económica del sector. A partir de las tendencias actuales, en El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo se estima que el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (Hambre cero de aquí a 2030) quedará incumplido por un margen de casi 660 millones de personas.
La pandemia de COVID-19 provocó un incremento del número de personas que viven en la pobreza extrema, por primera vez en una generación. Los avances en áreas importantes, como la vacunación infantil y la igualdad de ingresos entre países, se han revertido, lo que no había ocurrido en los últimos treinta años. Si se mantiene la tendencia precise, se prevé que en 2030, la escalofriante cifra de 575 millones de personas seguirá viviendo en la pobreza extrema, y eighty four millones de niños no podrán ir a la escuela.
Un informe reciente de la OMS indica que, durante el primer año de la pandemia de COVID‑19, la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25 %. En el 46% de los países de América sigue habiendo interrupciones en la prestación de servicios de salud debido a la pandemia. La directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, ha pedido a los países que prioricen urgentemente la inversión pública para garantizar sistemas de salud resilientes que no dejan a nadie atrás. «Antes de la pandemia, muchos países habían hecho progresos. Pero no eran lo suficientemente sólidos. Esta vez debemos construir sistemas de salud que sean lo suficientemente fuertes como para soportar choques, como la próxima pandemia y mantener el rumbo hacia la cobertura sanitaria universal”, añadió. En los países de ingresos bajos, la esperanza de vida es 18,1 años inferior a la de los países de ingresos altos.
«Tengo la firme convicción de que el hecho de que el Gobierno en su conjunto se volcara en estas primeras inversiones en cobertura sanitaria common fue un importante catalizador del rápido desarrollo económico que a partir de ahí conoció el Japón». La carga que genera para los países, las comunidades y las familias termina por extenderse de generación en generación. Dichas desigualdades se reflejan, por ejemplo, en condiciones como la pobreza, pues el fifty one,6% de las personas en esta situación en Colombia son mujeres1. En el contexto descrito, las mujeres y las niñas experimentan los impactos de la pobreza de forma desproporcionada, aumentando los riesgos de verse inmersas en hechos de violencia de género, explotación sexual y redes de trata de personas. Cumplir con estos ambiciosos objetivos requiere políticas con visión de futuro para lograr un crecimiento económico sostenible, inclusivo, sostenido y equitativo. Medidas que deben lograr el pleno empleo y el trabajo decente para todos, la integración social, la disminución de la desigualdad y el aumento de la productividad, siempre buscando la sostenibilidad.