Libro Por Qué El Capitalismo Puede Soñar Y Nosotros No?

Todo ello fue gracias a la revolución industrial y al mercado, lo cual se confirma cuando se observa el atraso de los países que no se sumaron a ellos. Como consecuencia, el ingreso de los asiáticos en 1950 era equivalente al de los europeos en 1500. Luego de que China, India y otros países abrazaran el capitalismo, su ingreso se multiplicó de 717 dólares en 1950 a four.434 en 2003. Es decir, en apenas medio siglo se incrementó en un issue de casi 6, más que en los dos mil años previos de su historia. En Capitalismo progresista, Joseph Stiglitz se pregunta cuáles son las fuentes de enriquecimiento de las naciones.

capitalismo y pobreza

De hecho, en los sectores regulados, la única gran amenaza es el cambio en las normas, por lo que los grupos dedican tiempo e ingresos a esta política silenciosa, explica Schneider. Además, su poder sobre la sociedad es tan grande que tienden a transformarse en monopolios u oligopolios en los sectores que dominan, lo que significa que tienen capacidad de controlar los precios en el mercado. Debido a eso, afirma Schneider, aunque nuestra economía se llama “de mercado”, muchas decisiones cruciales no se toman en el mercado, sino al inside de los “grupos diversificados” y de acuerdo a sus intereses. Morales aseguró que «las políticas del sistema capitalista no resuelven los problemas de la vida y la humanidad, y la concentración de riqueza no solo en pocas manos sino que en pocos estados». Pues simplemente de la fuerza profundamente subversiva y transformadora de la libertad. La libertad individual no es otra cosa que el derecho de cada uno de subvertir todo lo que existe, cuestionar todo aquello en lo que hemos creído, dejar obsoletas nuestras concepts así como nuestras formas de producir y organizarnos.

Pero la exitosa economía china de los últimos forty años, por otro lado, también ha derribado esa vieja certeza sobre la comunión entre libre mercado y democracia. Y aunque esta última pueda ser un valor deseable en sí mismo, apunta Milanovic, no parece tan descabellado pensar que algunos, incluso muchos, prefieran sacrificarla por las ventajas que supone el modelo chino. Independiente de que el país asiático se proponga exportar su “capitalismo político”, el modelo presenta un atractivo cierto para las élites políticas y los ciudadanos de a pie de otras naciones.

Esta amplia gama de debates políticos e ideológicos pueden resumirse en tres grandes corrientes. «El caso argentino es la demostración empírica de que si se adoptan medidas que entorpecen el libre funcionamiento de los mercados, la libre competencia, los sistemas de precios libres, el comercio, si se atenta contra la libertad privada, el único destino posible es la pobreza». En esta línea, manifestó que “tenemos que volver a crecer, con puros subsidios esto no se va a sostener. Tenemos que volver a generar ingresos autónomos de los hogares, y valorar las políticas públicas muy relevantes como la PGU y otras, que están contribuyendo socialmente al resultado que estamos viendo hoy día”. En la entrevista, el exministro fue consultado por los dichos del Presidente Gabriel Boric en su entrevista a la BBC, en el marco de su reciente gira por Europa, y que generaron polémica.

En consecuencia, muchos bienes y servicios se están encareciendo desmedidamente. En estos últimos años, además, estudios centrados en entender cómo se produce la innovación han mostrado el positivo efecto del rol del Estado. Así, la importancia de la inversión pública ha ido apareciendo en los lugares más insospechados. Durante la última década, Ben Ross Schneider, cientista político del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha investigado por qué a pesar de la riqueza que se ha acumulado en algunos ayuda a los pobres sectores, seguimos sabiendo tan poco. Desde un punto de vista productivo preguntarse por qué Chile no es Finlandia, equivale a preguntarse por qué la Papelera (empresa estrella del Grupo Matte) no es Nokia, como afirmó en 2006 el rector de de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez en revista Capital. El ejemplo es certero porque la finlandesa Nokia partió siendo una empresa forestal como la Papelera, pero tras una fuerte y constante inversión llegó a dominar el mercado de los celulares.

Pero la atenuación de dichos objetivos en las últimas décadas, o derechamente el incumplimiento de ellos, quitó brillo al modelo y no sería raro que en un futuro pierda influencia. Tanto la creación de una clase alta empeñada en perpetuarse como la polarización entre la élite y el resto de la sociedad constituyen las principales amenazas a la paz social y a la viabilidad del sistema a largo plazo. Segundo, dice Chang, porque el crecimiento de los países está basado fundamentalmente en las habilidades que tienen sus empresas y trabajadores para organizarse en tareas complejas y transformar sus formas de producir. Un país que depende de la mano de obra barata o de la explotación de materias primas no desarrolla esas habilidades y queda a merced de que lo que produce hoy sea reemplazado por la tecnología de países más hábiles. Primero, hay versiones del feminismo que lo reducen a un mero asunto de empoderamiento private.

Chile es el país más capitalista de América Latina y por ello el más próspero. Mientras otros se han empobrecido con las recetas populistas y socialistas, Chile ha seguido el camino de la libertad económica, cosechando sus frutos tal como un día lo hicieron todos los países que hoy son desarrollados. A pesar de ello, tanto en Chile como en muchos otros países que se han beneficiado de sus logros existe un fuerte sentimiento anticapitalista. Nos implicamos de manera académica, reflexiva y crítica con la política, los problemas públicos y la contingencia. [newline]Nuestro cuerpo académico genera conocimiento que contribuye con el análisis de diversos temas y forman estudiantes de excelencia, comprometidos en participar de los cambios en el país.

Y los segundos, quizás prefieran perder libertades individuales en favor de mejores resultados económicos. En primer lugar, dice, están las grandes empresas que podrían hacer investigación y desarrollar bienes con valor agregado, pero prefieren dedicarse a la explotación de materias primas. Dada esa elección, ofrecen pocos puestos para trabajadores especializados y muchos empleos para los que se requiere poco o ningún estudio y muy mal pagados.

La libertad crea por ello un “desorden” permanente, el desorden de la creatividad, del experimento, del cambio. La libertad es, en otras palabras, la salida del ser humano de lo controlable y lo predecible, y su entrada en la era del cambio incesante; y como tal también pesa, cuesta e incluso cansa. Atkinson creía que era un error mirar el cambio tecnológico como algo exógeno, determinado por los dioses y ante lo cual no cabía más que adaptarse, como parece sugerir el texto de Edwards. Por el contrario, argumentaba que “muchos cambios tecnológicos reflejan decisiones que fueron tomadas por científicos, jefes de investigación, hombres de negocio, inversionistas, gobierno y consumidores, entre otros”. Estas decisiones están influidas por consideraciones económicas que “hacen que los cambios tecnológicos sean endógenos, esto es, determinados desde adentro del sistema económico y social”. Por todo lo anterior, Atkinson estimaba que la desigualdad es el problema central de nuestra época.

Otro factor de este tipo que está profundizando las brechas se encuentra al analizar la procedencia de las grandes fortunas. Durante el siglo XIX, la parte alta de la sociedad (financieros, rentistas y propietarios de grandes explotaciones industriales) debía su riqueza fundamentalmente a la propiedad del capital. Pero en el presente los ricos también lo son por sus ganancias del trabajo. Aunque en el pasado la desigualdad alcanzó cifras superiores a las actuales, las brechas no se veían agravadas por este hecho inédito, y esa separación perfecta que existía entre capitalistas y trabajadores hoy se ha desdibujado. “La desigualdad es mayor allí donde es mayor la cuota de capitalistas ricos por la renta del trabajo”, anota Milanovic, “pero ¿acaso no es bueno que las personas puedan hacerse ricas trabajando?

En 2017 este ingreso imputado correspondía al 15% del whole (con $176 mil). En términos nominales equivale a un alza en el monto de forty eight,5%en este período. Y la situación es peor en los hogares de los primeros deciles de ingresos. Las tasas de pobreza extrema, se nos dice, se han desplomado bajo el capitalismo world. Se nos cube que el capitalismo international ha reducido la pobreza hasta en un 80% o 90%.

Sin embargo, “el gobierno de Piñera, opuesto a una política industrial vertical, suspendió las actividades del CNIC y traspasó los recursos a educación”. El problema –estima Ben Schneider- está en que ese salto requiere de un enorme esfuerzo institucional. Según muestra la experiencia internacional, los países de ingreso medio gastan gran parte de su capital político en el esfuerzo de llegar a esa posición; y cuando necesitan dar el salto last, sus  instituciones se han debilitado. Aunque Chile ha superado la barrera del ingreso medio (entre US$2.000 y US$11.000 per cápita) los problemas descritos parecen coincidir con las dificultades que enfrentamos hoy, como se verá a continuación. En esa reunión, las ideas a que llamamos desigualdad social de Mazzucato habrían sonado extrañas, pues el Estado solo fue mencionado como culpable de poner trabas burocráticas al crecimiento. De hecho, de  las 152 propuestas, la mayoría de las que aluden al Estado buscan cambiar normas laborales o financieras y bajar impuestos, es decir, achicar y redirigir la burocracia para que la inversión privada vuelva a ser el motor de la economía.