Las Claves Para Lograr Un País Con Menos Desigualdad De Oportunidades

Entre países, debemos garantizar que los países en desarrollo estén mejor representados en el proceso de toma de decisiones sobre los problemas mundiales, a fin de que las soluciones sean más eficaces, más dignas de crédito y más responsables. La desigualdad social se expresa en las condiciones injustas y dispares en el acceso a recursos económicos, oportunidades y derechos en una sociedad. Por ello, representa un obstáculo que impide el goce de una vida plena a diversos grupos de personas. El problema de la desigualdad social está en gran medida ligado al de la desigualdad económica, producto de una mala distribución de la renta. Otras manifestaciones de la desigualdad social se ven reflejadas en las carencias sufridas por algunas personas, mientras otras clases privilegiadas son favorecidas. Además de la discrepancia en los ingresos, la desigualdad puede estar presente en la falta de oportunidades para acceder a empleos, servicios de salud y educación de calidad.

De acuerdo con el informe, preparado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, las sociedades que son muy desiguales son menos efectivas a la hora de reducir la pobreza, crecen más despacio, y cierran la puerta al avance social y económico. Por ejemplo, desde finales de la década de 1970, la desigualdad de los ingresos ha vuelto a los altos valores que tenía hace un siglo en las economías avanzadas de habla inglesa, aunque no aumentó tanto en los países de Europa continental. El parámetro de sensibilidad va desde el zero, que indicaría indiferencia por parte del investigador hacia la naturaleza de la distribución del ingreso, hasta el infinito, lo que implicaría que se destacan las posiciones del grupo de ingreso más bajo.

Laura Oroz Ulibarri destacó “la alianza estratégica de la AECID con CEPAL, que suma ya 30 años”, y adelantó que, en una nueva etapa de esta asociación, se busca contribuir al fortalecimiento de la institucionalidad social en la región para promover políticas de cohesión social centradas en la igualdad y en el goce efectivo de derechos. «Llevamos décadas diciendo que Chile en términos de distribución de ingresos, tenemos una alta desigualdad y no mejora incluso después de algunas medidas redistributivas. Del punto de vista de la desigualdad material, está claro que no la hemos logrado podido revertir eso», detalla Méndez. Paulina Benítez profundiza en una de las ramas más controvertidas del discurso en que se basa el modelo económico chileno, el mérito. Entonces, ese mérito se trata de un individualismo muy competitivo y ese quizás es uno de los legados más nocivos de esa estrategia de desarrollo, como lo fue el individualismo muy exacerbado. Si fue a la universidad, después trate de estudiar un postgrado y eso va a significar mayor salario’. A esta altura, también con los datos de la Casen de esta década, lo que se da en Chile es una alta variabilidad, no hay garantías.

desigualdad social

En la práctica, se usan valores de ε de zero.5, 1, 1.5 o 2; cuanto mayor sea el valor, más sensible será el índice de Atkinson a las desigualdades en la parte inferior de la distribución del ingreso. El Banco Mundial determinó a partir del gasto básico necesario, la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) en 370 dólares anuales por cápita para los países en desarrollo más pobres. Siguiendo el mismo parámetro, todos aquellos que vivieran con menos de 275 dólares al año son “extremadamente pobres”. El Banco Mundial ha estado buscando establecer una línea internacional de pobreza que aplique para cualquier país independientemente de su nivel de desarrollo, sin embargo, esto no ha funcionado. La desigualdad informativa muchas veces es causada por la falta de conocimientos o educación formal, así como la falta de acceso a fuentes de información adecuada.

En conclusión, la desigualdad social es un problema que ha existido desde siempre en todas las sociedades a lo largo del mundo. A pesar de que se han implementado diversas medidas para disminuirla, como la redistribución de la riqueza y el acceso a la educación, todavía queda mucho por hacer. La desigualdad social no solo afecta a los más pobres, sino que tiene un impacto en toda la sociedad, ya que puede conducir a tensiones sociales y políticas, y a una menor calidad de vida en general. Por lo tanto, es importante que se sigan buscando soluciones innovadoras y efectivas para reducir la brecha entre los ricos y los pobres, y garantizar una sociedad más justa y equitativa para todos.

En efecto, en Chile las personas que toman decisiones tienden a escogerse desde un subconjunto bastante reducido de la sociedad. Los mecanismos de reproducción de los segmentos de altos ingresos, particularmente mediante la educación, tienen mucho que ver con esto”. Además, la falta de igualdad en el acceso a trabajos bien remunerados y oportunidades de carrera también puede afectar la calidad de vida de las personas.

La inequidad asociada a los roles de acuerdo con el género está presente en diversos aspectos de la desigualdad social. Aún hoy, las mujeres son más afectadas por muchos de los problemas que generan las desigualdades sociales. Visto de esta manera, la desigualdad social implica una distribución inequitativa de oportunidades, del respeto y del acceso a los bienes y servicios, que se fundamenta en diversas razones de tipo cultural o social. No es, como muchos quisieran hacer creer, un rasgo natural u obvio de la existencia humana, ni es una forma de “justicia” o castigo divino. Según este estudio, al ser preguntados por su grado de conformidad, un 52% de los españoles dicen estar “muy de acuerdo” con que las personas ricas paguen más impuestos y el el 18,7% dijo estar “bastante de acuerdo”, mientras que el thirteen,7 % respondió estar “poco de acuerdo” y el 14%, nada.

Quienes ganan las guerras, además, son casi siempre los que se apoderan del derecho de acceder a los recursos y las fuentes de ingresos que en principio tienen una naturaleza común. La desigualdad sería menos problemática si el lugar que ocupan las personas en el orden social fuese pasajero, sujeto a cambios durante el ciclo de vida o, por último, si la posición social de los hijos no dependiera de la de los padres. Desde la tradición liberal, John Rawls afirma que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”. Por su parte, la filósofa Nancy Fraser habla de la paridad participativa y postula que la justicia exige unos acuerdos que permitan que todos los miembros de la sociedad interactúen en pie de igualdad, tanto a nivel de redistribución como de reconocimiento.

Esas evidencias, apuntan a que las desigualdades en las sociedades humanas se hicieron más marcadas en las sociedades neolíticas, en las que existía una creciente especialización y, por tanto, asimetrías en el acceso a los recursos naturales, bienes económicos, información common y conocimientos. Las élites responsables de centralizar y organizar la producción y custodia de alimentos, en las sociedades preestatales en general aprovechan su acceso diferencial a los recursos en beneficio de sus parientes, lo cual parece ser una de las formas iniciales de desigualdad social en las sociedades humanas. Una de las más graves consecuencias de la desigualdad social, es la desigualdad educativa, que a su vez es una manifestación de la desigualdad de oportunidades.

Otra medida es “trabajar sobre los sistemas impositivos” para hacerlos más progresivos. “No hay otra”, señala, ya que “si se quieren tener recursos públicos para invertir en educación y salud no hay que otra que tener ingresos públicos que se colectan a través de los impuestos”. La experta también propone invertir “en una seguridad social que pueda proteger a los individuos cuando haya una situación de desempleo, cuando se jubila o cuando hay una discapacidad”.

La causa mayor de la tendencia hacia la desigualdad son las políticas de los Gobiernos. Los Objetivos de Desarrollo, adaptados en 2015 por todos los países, están cosidos con el hilo de un principio, el de no dejar a nadie atrás. El 1% más rico de la población tiene cada vez más dinero, mientras que el 40% más pobre obtiene menos de un 25% de los ingresos.

La desigualdad social tiene consecuencias muy concretas y muy contrarias al desarrollo armónico de las naciones o de la humanidad. La perpetuación de la pobreza, el afianzamiento del resentimiento y la necesidad de las revoluciones o de los conflictos violentos son apenas algunas de ellas, ya que el malestar de hallarse estancado en estratos sociales inamovibles suele conducir a la depresión o a la rabia en las colectividades oprimidas. En algunas sociedades se trata de un tema vinculado exclusivamente con la clase socioeconómica, mientras que en otros lugares implica también consideraciones sobre la raza, la religión, la orientación sexual, and so ods1 on. Se entiende por desigualdad social a una situación de disparidad o desventaja de alguna porción de la ciudadanía de un país, o entre países de una región, o entre regiones del mundo, respecto a otras que se ven favorecidas injustamente.

Es preciso redoblar los esfuerzos para erradicar la pobreza extrema y el hambre, e invertir más en salud, educación, protección social y trabajo decente, especialmente en favor de los jóvenes, los migrantes y otras comunidades vulnerables. Dentro de los fundaciones que necesiten voluntarios mismos países, es importante potenciar y promover el crecimiento económico y social inclusivo. Podemos garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de los ingresos si eliminamos las leyes, políticas y prácticas discriminatorias.