De los países con datos disponibles a 2022, solo la Argentina registró un aumento de la pobreza, aunque no de la pobreza extrema, y Paraguay fue el único con un aumento significativo de la pobreza extrema. En el caso specific de México y Chile el informe destaca que se caracterizaron por una fuerte contracción de la pobreza, de 4,4 y 2,9 puntos porcentuales por año, respectivamente, aunque en este caso la comparación se realiza con 2020, año en que la pandemia tuvo un mayor impacto. “Estos países también fueron los que registraron las mayores disminuciones en la pobreza extrema”, destaca el texto. Otro aspecto que reveló el informe fue que pese al complejo panorama laboral que vive la región, las personas que viven en situación de pobreza van a la baja. De acuerdo con un informe especial de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentado el pasado junio, los países de la región se encuentran ante una desaceleración del crecimiento económico, una mayor presión inflacionaria y una recuperación lenta e incompleta de los mercados laborales de las repercusiones de la pandemia del Covid-19.
De ahí la importancia del acceso a un empleo productivo y de calidad y al trabajo decente. Según cálculos realizados por la CEPAL con datos de 17 países de América Latina alrededor de 2013, los ingresos laborales representan en promedio 80% del ingreso total de los hogares; 74% del ingreso complete de los hogares en situación de pobreza; y 64% en los hogares en situación de indigencia. La Comisión también estima que 18,9% del total de personas ocupadas recibe ingresos por debajo de la línea de pobreza en América a que se debe la pobreza Latina y el Caribe. En la primera década del siglo XXI, la pobreza en América Latina descendía, pero esto cambió con el comienzo de la pandemia. En Chile, por ejemplo, el Banco Mundial proyectó que la pobreza aumentará al 10,5% para este 2022. Por otro lado, según un informe de la Cepal, presentado el pasado junio, los países de la región se encuentran ante una desaceleración del crecimiento económico, una mayor presión inflacionaria y una recuperación lenta e incompleta de los mercados laborales de las repercusiones de la pandemia del Covid-19.
Sin embargo, este país había sido el único que registró un aumento de la pobreza en 2021, por lo que el nivel alcanzado está apenas por debajo del observado en 2019. Pero ya no se plantea este desarrollo con una concepción economicista y meramente técnica. No podemos enfocar el análisis bioético sólo en los derechos de los pacientes desde el ámbito clínico, debemos profundizar en los aspectos éticos de la salud pública y, más aún, en los determinantes sociales de las deficientes situaciones de salud. Hemos mostrado los datos de pobreza en América Latina de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), recogidos entre 1989 y 2004(5), para ver la relación del ingreso medio per cápita entre el quintil 1 y el quintil 5, que tiene en cuenta los hogares del conjunto de cada país ordenados según su ingreso per cápita.
El índice de feminidad de la pobreza sólo disminuyó en Panamá, mientras que en los demás países se mantuvo constante o tendió al aumento. Economía de la pobreza energética ¿por qué y cómo garantizar un acceso common y equitativo a la energía? Pese a ello, se estima que 142 millones de personas económicamente activas aún no están cubiertas, según afirmó la secretaria ejecutiva.
Tras unos años en los que el índice de Gini había bajado de zero,fifty three a 0,46 entre 2001 y 2019, la pandemia ha ocasionados enormes costes sociales muy desigualmente distribuidos. Este incremento de la desigualdad ha reavivado las protestas sociales en la región, generalizando las ya manifestadas durante la segunda mitad de 2019 en Chile, Ecuador y Colombia. El resultado de la disminución de los ingresos públicos y el incremento de los gastos ha sido un incremento del déficit público y de la deuda pública. Brasil y Argentina son los países con mayor nivel de deuda (en torno al one hundred pc del PIB) y de déficit público (superando el 10% del PIB) en 2020. Aunque hablemos en su conjunto de América Latina, las diferencias entre países son muy elevadas. Perú, Argentina, Ecuador, Panamá, El Salvador, México y Colombia han sido los países más afectados.
El Coeficiente de Gini, utilizado internacionalmente para medir la distribución del ingreso, creció en zero,7 puntos porcentuales para el promedio regional debido a las repercusiones de la pandemia, señaló el informe. La subida de la pobreza extrema es «consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia que no se compensan con el incremento de los ingresos por trabajo», explica el documento. «La recuperación económica de 2021 no ha sido suficiente para mitigar los profundos efectos sociales y laborales de la disaster sanitaria», lamentó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, durante la presentación digital del informe desde Santiago de Chile.
La vulnerabilidad y la dependencia son universales y nos llevan a una necesaria cooperación social fundada en las virtudes personales. Las virtudes que el ser humano necesita para desarrollarse y llegar a ser un agente racional e independiente son las mismas que las que requiere para hacer frente a la vulnerabilidad y la discapacidad, tanto de uno mismo como de los demás. Son «las virtudes propias de los animales racionales y dependientes»(28), por lo que la razón misma nos invita a una filosofía humana del cuidado de la persona vulnerable(29). Desde los pobres y enfermos, receptores de la ayuda de los demás, podemos hablar de «derechos de bienestar» y, sobre todo, del deber de promover su autonomía. Desde los agentes que pueden ayudar, los principios éticos fundamentales son los de justicia y solidaridad. Por un lado está la persistencia de la pandemia del COVID-19, con sus disrupciones sobre el mercado laboral y en las cadenas de suministro.
Además, las mujeres han tenido que redoblar el tiempo de trabajo en el cuidado del hogar y de la familia, con nuevas obligaciones durante el confinamiento domiciliario. El teletrabajo ha sido un elemento diferencial y muy importante para poder mantener la producción y la actividad características de desigualdad social laboral. Pero el teletrabajo no es posible para todas las empresas, ni para todos los empleados. Las pequeñas empresas y los trabajadores poco cualificados tienen mayores dificultades y, por lo tanto, también se han visto más perjudicados por las restricciones de la pandemia.
Las exportaciones de bienes de la región se verán significativamente impactadas este año, según el informe, debido al alza de los precios de las materias primas, el aumento de los costes de transporte y las interrupciones en las cadenas internacionales de suministro. En diciembre de 2021, la Cepal proyectó para este año un aumento del 10% del valor de las exportaciones regionales de bienes y del 9% del valor de las importaciones. Sin embargo, el aumento de varios de los principales productos de comercialización han reajustado la proyección a una expansión del 23% tanto de las exportaciones como de las importaciones para 2022.
Los países con las peores cifras en la región fueron Argentina, Colombia y Perú, los tres con aumento de siete puntos porcentuales o más. En México, de acuerdo a los datos ofrecidos por el Consejo Nacional de Evolución de la Política de Desarrollo Social, La pobreza por ingresos en México para 2023 se ubicó en el 36,3%, lo que implica que aproximadamente forty seven millones de mexicanos viven en la pobreza, mientras que la pobreza extrema alcanzó el 12,1% que equivale a 15,6 millones de personas. “En un contexto de bajo crecimiento económico, cabe esperar que las cifras de pobreza y pobreza extrema permanezcan prácticamente sin variaciones a nivel regional, aun cuando algunos países podrían presentar cambios mayores”, cube el informe. Esto supone políticas sociales que concreten la solidaridad -que ésta no se ejerza sólo particularmente- y la organización de unos sistemas de salud con atención de calidad, más allá de las atenciones básicas, que supere las desigualdades en el acceso y en las prestaciones de salud.
De acuerdo a la información que maneja la Cepal, con datos actualizados por país hasta 2017, la pobreza extrema aumentó principalmente en Brasil, Bolivia y Ecuador. Como muchos de los países de la región han hecho recortes del gasto social, esto ha afectado directamente a las familias más vulnerables, que viven de sus ingresos y de los subsidios que entrega el Estado. Las remesas de los trabajadores latinoamericanos desde fuera de la región se redujeron un 19,3% en 2020 según el Banco Mundial.
Algunos ejemplos son el Ingreso Familiar de Emergencia en Argentina, el Bono COVID-19 de Chile, el Ingreso Solidario de Colombia, el Bono Proteger en Costa Rica o el Bono de Emergencia en Brasil. En realidad, no existen recetas mágicas para eliminar la pobreza y las brechas de género que la acompañan, pero identificar las expresiones concretas del problema y acercar las soluciones a la localidad son algunos de los caminos a explorar. Pero es necesario también avanzar en los procesos de recuperación económica, mapear de forma realista las situaciones de mayor desventaja y favorecer un sistema de atención a la pobreza que se construya más desde la escala native, agregó. En Cuba, la propuesta de una parte de la academia es que -sin desmantelar la red de servicios universales- se realice una redistribución de recursos que priorice las demandas y la situación de los grupos que están en mayor desventaja, refirió. “Hay un potencial de mejoras en usar los recursos que se tienen de otra manera, activando políticas afirmativas focalizadas”, señaló.
En la vereda opuesta, relativa a la disminución de la desigualdad, los países que constataron mejores fueron República Dominicana, Brasil, Paraguay, México y Costa Rica. «Creemos que en la inclusión laboral se encuentra la solución a muchos de los problemas. Es lo que le da el empoderamiento y la autonomía económica a las personas», apunta Bárcena. Y en lo que se refiere al salario mínimo, mientras en Sudamérica la situación ha mejorado en los últimos años, en México y Centroamérica el sueldo sigue siendo demasiado escaso, un problema que se suma a la pérdida de poder adquisitivo. Lo complejo es que la mayor parte de las personas con escasos recursos económicos vive del trabajo casual, lo que no les permite ahorrar para la jubilación ni tener un mínimo de estabilidad para enfrentar eventos como la enfermedad de un miembro de la familia o el nacimiento de nuevos hijos. Por eso, el organismo argumenta que la capacidad de los Estados para proveer garantías universales de protección socialsigue siendo limitada. La mayor alza de la extrema pobreza se produjo entre 2015 y 2016, mientras que el último incremento fue de un millón de personas entre 2017 y 2018.