Desnutrición Infantil Y Daño Del Capital Humano: Damage To The Human Capital

Sus síntomas eran erróneamente atribuidos a factores genéticos y sociales adversos que se aceptaban como inherentes a la realidad social de aquellos tiempos y por ello no eran considerados en las estrategias de desarrollo económico y social. Se trataba de la desnutrición crónica, que en conjunto con la pobreza, impactaba negativamente en la población infantil, provocando una elevada morbimortalidad temprana y daños posteriores permanentes en los sobrevivientes, lo que condicionaba un perjuicio en la escolaridad y en la productividad. Estos efectos constituyen un mecanismo de transmisión integeneracional de la pobreza y la desigualdad. Conjuntamente, una investigación en Ecuador demostró que los infantes de género masculino en el primer año de vida, son más propensos a la inseguridad alimentaria18.

La obesidad –que es la otra cara de la malnutrición– también se ha visto incrementada en medio de esta contingencia. De hecho, el Mapa Nutricional 2020 también da cuenta de ese fenómeno y revela un aumento ‘sin precedentes’ de la obesidad severa que llegó al 64% en el segmento de los escolares de quinto básico. “Cuando hay una disaster económica, aunque las personas puedan tener acceso a alimentos, cuidan más el presupuesto y ahí aparece el concepto de inseguridad alimentaria que es la incertidumbre respecto a la capacidad de obtener alimentos. Y eso se puede traducir en obesidad o desnutrición porque puede que la población reduzca la calidad de su alimentación (obesidad) o derechamente no tenga acceso a ella (desnutrición)”, analiza Carla Leiva, académica de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica. Pero no era sólo el déficit de calorías y nutrientes lo que afectaba su desarrollo, sino también otros factores ambientales.

«Los niños primero», se transformó en un slogan del gobierno de Piñera, mientras ha quedado en evidencia una enorme carencia de políticas para la infancia, con desigualdades a nivel educacional, violencia intrafamiliar, trabajo infantil, desnutrición, entre otros. “Las cifras son bajas, pero si la tendencia se mantiene sería una situación inquietante para nosotros como país”, cube. Destaca que Chile tuvo “una baja gigantesca” en la desnutrición gracias al trabajo de la Corporación para la Nutrición Infantil (Conin). Si uno se descuida la mortalidad infantil aumenta, la desnutrición aumenta, las cifras de niños vacunados empeoran, así como la expectativa de vida al nacer.

“Pese a que la pobreza había venido disminuyendo, siempre eran los grupos de niños, niñas y adolescentes quienes padecían en mayor medida la pobreza, muy principalmente el grupo de la primera infancia, de cero a tres años, y esta tendencia etaria se mantuvo”, sostiene el investigador del Observatorio Niñez y Adolescencia, Nicolás Contreras. “En los informes, en common, no se habla lo suficiente de pobreza o no se enfocan en los niños. Creo que la gente desconoce los niveles de pobreza infantil que tenemos hoy en día”, afirma Bratti. En términos generales la malnutrición -que incluye sobrepeso y obesidad- también ha aumentado si se mira por tramos de edad desde el año 2009. En este sentido, el médico recomienda hacer un censo de la población en los lugares donde hay más riesgo, pues este fenómeno suele estar distribuido en forma inequitativa, tomando como base la información que entreguen los servicios de atención primaria, y desarrollar un programa de alimentación complementaria, manejado por nutricionistas.

pobreza y desnutrición infantil

Mirta Crovetto Mattassi, junto con lamentar esta realidad, dijo no sentirse sorprendida, especialmente por el contexto de pandemia, a raíz del cual muchas familias han ingresado a la condición de vulnerabilidad. Por ello -lo esperable- dijo, es que dentro de la Mesa de Seguridad Alimentaria se detectaran situaciones como ésta, pues la desnutrición es una condición de salud que ya había sido superada en nuestro país. “La alteración nutricional por exceso que lleva al sobrepeso y la obesidad es una epidemia.

En los niños que sufren una desnutrición precoz, su cerebro, al igual que los demás órganos, crece menos, lo que se evidencia por un menor tamaño de la circunferencia craneana, lo que correlaciona estadísticamente con un menor desarrollo intelectual (32,34). Hace algunos años comprobamos que la desnutrición efectivamente producía una atrofia del tejido cerebral. Utilizando una técnica de transiluminación del cráneo, usando una fuente potente de luz, aplicada en la superficie del cráneo, se evidenciaba un incremento del líquido céfalo raquídeo, secundario a la atrofia cerebral (35) (figura 4). Por otra parte, nuestras investigaciones realizadas, tanto en experimentación animal, como en el cerebro de lactantes fallecidos por desnutrición grave, demostraban importantes alteraciones en las estructuras de las neuronas y en un menor número de conexiones interneuronales (figura 5) (36,37).

Además, hay que considerar la falta de regularidad de los niños en asistir a los establecimientos educacionales, donde también hay alertas tempranas sobre el tema. Hay que hacernos cargo para resguardar que como país no vayamos a tener una doble carga de malnutrición, o sea altas cifras en obesidad y desnutrición a la vez”, plantea Paolo Castro, director de la carrera de Nutrición de la Universidad Central y ex presidente del Colegio de Nutricionistas. Mientras tanto, el mundo, la inmensa mayoría de los países han alcanzado un desarrollo inaudito. Darle la espalda a la evidencia empírica implica estimular, por inmadurez, complicidad, soberbia o ignorancia, lo que condena a millones a sufrir la extrema pobreza. No hay justificación para tolerar la pérdida de vidas por ella, puesto que sabemos de qué manera remediarla.

El caos sensorial (violencia doméstica, abusos, y abandono), van dejando un profundo daño en su salud mental que va a persistir a lo largo de su vida (40). Seguramente que ha sido la suma de todas estas medidas económicas las que explican el cambio del nivel de vida alcanzado durante los últimos años. Sin embargo, previamente existió otro hecho esencial, que por haber sido más silencioso, para muchos no especialistas pasó desapercibido. La erradicación de la desnutrición que ocurría ancestralmente durante los primeros años de vida, condicionando una elevada mortalidad temprana, y de paso dañando a un alto porcentaje de los que sobrevivían (2,3).

Desde el comienzo del conflicto, UNICEF ha estado distribuyendo en la Franja de Gaza suministros vitales, entre ellos vacunas, materials médico, equipos de higiene, sucedáneos de la leche materna listos para su consumo, alimentos suplementarios especializados, suplementos nutritivos y alimentos terapéuticos listos para el consumo a fin de prevenir y tratar a tiempo la desnutrición aguda. UNICEF también ha distribuido flamable, agua, tanques y bidones de agua, retretes móviles, lonas, tiendas de campaña, ropa de invierno y mantas. Los primeros resultados de la encuesta entregados en agosto ya advertían que la pobreza multidimensional no bajó sino que se estancó y, además, empeoró la distribución del ingreso. “En consecuencia, las desigualdades de género en salud estudiadas muestran que las mujeres tendrían peor salud percibida que los hombres, más síntomas emocionales o psicológicos y más dolor, problemas somáticos, depresión, así como la mayor utilización de los servicios de salud”, revela el estudio. Como fue enunciado anteriormente, la principal etiología de la desnutrición es primaria o por déficit de ingesta.

Es así como el impacto negativo en los primeros períodos de la vida pueden persistir a lo largo del tiempo, pudiendo llegar a expresarse en la edad adulta, en diversas enfermedades degenerativas, como trastornos cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión, dislipidemias, osteoporosis, cáncer y enfermedades mentales (25-28). Es durante los primeros períodos de la vida, cuando los daños se producen y a lo largo de la vida, cuando se expresan. Debido al impacto de la pandemia, Bratti sostiene que las preguntas de la Encuesta Casen 2020 no son suficientes para hacer un análisis de la pobreza multidimensional. Comparte con la directora del jardín infantil del Hogar de Cristo, Cristina Díaz, que la calidad de los alimentos que se entregan a través de los distintos programas deberían ser distintos. “Salud, por ejemplo, sigue entregando la Purita Cereal que no es un producto adecuado para la epidemia de obesidad que estamos viviendo.