Su interés puede ser directo (una fuerza laboral educada puede ser menos dócil) o indirecta (no vale la pena pagar una fuerza de trabajo educada) o puede funcionar en un nivel social más amplio (una población educada puede ser menos propensa a aceptar el status quo). No importa como sea visto, tal interés es real, y la capacidad de quienes tienen ese interés para imponerlo sobre la sociedad en basic es el resultado de su poder socio–político y su situación económica, es decir se trata de un resultado de la desigual distribución del ingreso y la riqueza. En muchas sociedades, entonces, es difícil imaginar un progreso real en la educación sin algunos cambios en la estructura del poder y la distribución del ingreso y la riqueza.
Este enfoque reconoce que la pobreza es un fenómeno complejo que no puede ser reducido únicamente a la falta de recursos económicos. También tiene en cuenta otros aspectos importantes que influyen en la calidad de vida de las personas. Este enfoque se centra en la falta de recursos económicos como la principal causa de la pobreza. Sin embargo, no tiene en cuenta otras dimensiones de la pobreza, como la falta de acceso a servicios básicos o la exclusión social.
(Aunque en el informe se habla de ‘empoderamiento’, el término se utiliza para significar aumento del bienestar económico absoluto de la población. El aumento del bienestar económico de la población es algo bueno, pero no es lo mismo que el cambio en las relaciones sociales que constituyen el empoderamiento actual. Esta cuestión se examina con más detalle más adelante. Las concepciones estándar de la pobreza son engañosas y generan políticas económicas inadecuadas, porque no toman suficientemente en cuenta la distribución del ingreso. El bienestar económico es, en gran medida, socialmente contingente, y la pobreza es un fenómeno de la desigualdad, así como un fenómeno de la falta absoluta de ingresos. Las Metas de Desarrollo del Milenio (MDM), centradas sobre el ingreso absoluto, conducen a enfoques técnicos de la política que dejan sin examinar los orígenes sociales básicos de la pobreza. En gran medida, los pobres son pobres porque carecen de poder, y no tienen poder porque son pobres.
Esto refleja el nivel de desarrollo de su conceptualización y, en consecuencia, la forma en que se mide. Con esta distinción se han establecido los umbrales para localizar a quienes son o no pobres, con qué nivel de ingreso son considerados en esa situación combinando esta medida con la región en que se ubique a un individuo o un grupo. En este sentido, hay complementariedad entre los aspectos que aportan Sen y Townsend en los estudios y conceptos de pobreza.
Entre los más desfavorecidos hay elementos generalmente ausentes, como educación, acceso a la tierra, salud y longevidad, justicia, apoyo acquainted y comunitario, créditos y otros recursos productivos, voz en las instituciones y acceso a las oportunidades. “Las necesidades y los recursos para satisfacerlas cambian a lo largo del ciclo de vida de un hogar. Por ejemplo, cuando los niños son pequeños y numerosos, las necesidades son muchas, pero la capacidad de generar ingresos es baja, por lo que muchos hogares se sitúan por debajo de los umbrales de pobreza durante este período.
Como dice Marx, medimos nuestras necesidades por la sociedad, es decir, que percibimos nuestras necesidades por lo que vemos a nuestro alrededor, lo que otros tienen en nuestra sociedad, y qué ha sido socialmente determinado como la norma. Una vez superadas el hambre y la inanición, el cómo la gente percibe sus necesidades (y cómo los otros perciben sus necesidades) es lo que define su posición, su pobreza, y sin duda su vergüenza. Lo psicológico —o lo psicosocial— no es menos actual, simplemente porque no está obviamente conectado a una necesidad biológica, como lo está una ingesta calórica mínima. Cuando las personas no tienen acceso a empleos remunerados y estables, les resulta difícil salir de la pobreza y mejorar sus condiciones de vida.
Sin embargo, prácticamente, poco se presta atención en el Informe a la estructura ni al contenido de la escuela y otros programas sociales. Es relativamente importante si las escuelas y clínicas de salud les son proporcionadas a los pobres o si los pobres se involucran en la creación y organización de estas instituciones sociales. Un buen ejemplo es la reforma agraria redistributiva, que podría servir de base tanto para la mejora de la distribución del ingreso como para el aumento de la productividad agrícola en muchas partes de bajos ingresos del mundo.
Para buscar ejemplos, Sen visita una y otra vez al mundo de la mujer que, junto con las hambrunas y las libertades, ha sido su trabajo pionero dentro de la economía del desarrollo de los más pobres. Una mujer con más educación, explica, suele tener un trabajo mejor remunerado, mayor management sobre su fertilidad y mejor índice de salud para ella y sus hijos. Sen ha predicado desde hace muchos años que la imagen de la mujer como heroina relegada al sacrificio del hogar y la familia no la ha beneficiado en absoluto. De acuerdo con Sen, la pobreza es un mundo complejo y complicado que requiere un análisis claro para descubrir todas sus dimensiones. “Los seres humanos somos fundamentalmente diversos”, afirmaba recientemente el profesor en su intervención dentro de las actividades de la Red para la Reducción de la Pobreza de la que forma parte el Banco Interamericano de Desarrollo.
En la cuarta sección, se responde a la pregunta sobre cuál es la importancia del concepto de pobreza para las ciencias sociales y el desafío que esto representa. La forma científica del discurso crítico es, sin embargo, la forma clave para la dilucidación de los procesos causales de la desigualdad y el sufrimiento humano. Esto es, la Investigación Crítica, cuyo objeto es el desarrollo de las condiciones de posibilidad de la autorrealización humana, tiene en la forma científica su pieza clave.
Para combatir la pobreza de manera efectiva, es necesario adoptar un enfoque multidimensional y abordar las causas subyacentes de la pobreza. Este tipo de argumentos acerca de una pobreza y marginalidad o exclusión inducida ha sido criticado pero a veces también complementado desde un punto de vista institucionalista por un enfoque que pone su énfasis en el elemento coercitivo o forzoso que conduce a la pobreza y la exclusión. En teoría económica se conoce esta situación como un conflicto entre insiders, o grupos establecidos, y outsiders, o grupos que buscan entrar en un determinado mercado, ya sea laboral o de otro tipo.