Chile Creció En Desigualdad: América Latina Retrocedió 27 Años En Extrema Pobreza

De igual forma, mientras el 62% de la población no indígena ni afrodescendiente era considerada no vulnerable, esa cifra baja a 56% en el caso de la población afrodescendiente y a solo 33% en el de los pueblos indígenas. Pero aún queda mucho camino por recorrer, enfatiza la Comisión, sobre todo considerando la precise coyuntura económica que augura dificultades para recuperar las tasas de crecimiento registradas en años anteriores y mantener el nivel del gasto público en algunos países. Un nuevo estudio del organismo regional destaca la importancia de generar empleos productivos y decentes, ya que los ingresos laborales representan en promedio 80% del ingreso whole de los hogares en la región. Se han desarrollado diferentes técnicas de evaluación de la calidad de vida con instrumentos más o menos precisos, como los años de vida ajustados por calidad (QALYs) o por discapacidad (DALYs), que han sido incorporados al análisis bioético(14), y la calidad de la asistencia en salud también se intenta medir con criterios concretos evaluables(15). Sin entrar en el término utilizado en potencial, «debería», que más bien debiera ser imperativo -«se debe» o, mejor, «debemos»(2)-, es claro que la protección de los individuos y grupos más vulnerables es una de las misiones principales de la bioética en su reflexión sobre los valores en la atención y en los sistemas de salud. El informe también resalta la desigualdad de ingresos en la región, mencionando que el 10% más rico gana 21 veces más que el 10% más pobre.

De hecho, de acuerdo al organismo, el 29% de la población de América Latina se encontraba en situación de pobreza y un 11,2% vivía en condiciones de pobreza extrema en 2022. Cifras significativamente más bajas que las que se registraron en 2021, cuando dichos indicadores alcanzaron el 32,6% y el 13%, respectivamente. Más allá de una bioética centrada en asegurar la no maleficencia y el respeto a los derechos de justicia por parte de todos, absolutamente imprescindible en nuestros países, debemos avanzar en el respeto de la autonomía de las personas, profesionales de la salud y pacientes. Y parte de este respeto es el deber ético de promover su competencia como agentes morales, mediante una solidaridad private, institucional y social que lleve a la inserción social de los más vulnerables y a conseguir su efectivo empoderamiento para llevar adelante sus ideales de vida buena, con una solidaridad y una beneficencia no paternalistas.

Además, agregó que la pobreza “es más alta entre las mujeres, los indígenas y los que viven en el campo”. El informe también mostró que la región tiene altos niveles de desigualdad, informalidad y exclusión laboral, especialmente entre las mujeres, los niños, los adolescentes, los indígenas y los habitantes de zonas rurales. El nivel del PIB per cápita regional, además, terminó el año pasado en el mismo nivel de 2010, lo que significa que la región se encuentra frente a una nueva década perdida, como la vivida en la de 1980. “Latinoamérica tiene el 8 capitalismo desigualdad social,4% de la población mundial y el 27,8% de muertes registradas por la pandemia en el mundo.

america latina pobreza

Las personas en situación de pobreza -y las mujeres más- tienen carencias de salud, alimentación deficitaria, bajos niveles de escolaridad y una menor autonomía para decidir sobre sus vidas y las de sus familias, agregó. En ese sentido, de acuerdo a los analistas, es posible que el ciclo de protestas y estallidos sociales iniciado el año pasado retome su fuerza y que el descontento ciudadano se extienda por buena parte del continente. Lejos de resolverse y de disiparse, las causas de las protestas siguen vigentes, acentuadas por la disaster económica. «No creo que los episodios del 2019 vayan a ser hechos aislados. Vamos a ver nuevos estallidos y crisis políticas en América Latina, sobre todo porque estamos recién al principio de la profunda crisis económica y social que trajo la pandemia», apuntó Garzón. Al encadenamiento social de la disaster económica, hay que sumarle sus efectos políticos.

Lo que desde la Cepal aún ven con recelo son las cifras de empleo, en especial de las mujeres. «La falta de acceso al trabajo decente es un factor determinante de la pobreza y las desigualdades sociales», señala Bárcena. Además de las redes a que llamamos desigualdad social de protección social, la clave para superar la pobreza y la extrema pobreza es el empleo. «La extrema pobreza depende en gran medida de los programas sociales», explica Bárcena, y cuando los recursos asignados disminuyen, ésta sube inmediatamente.

«Posiblemente la mayor tragedia biológica que sufre la especie humana es que su población crece con individuos vulnerados en su vitalidad, no ya sólo existencialmente vulnerables»(3), en un mundo cada vez más cargado de riesgos y sobre todo de miedo, como señala Bauman(4), consecuencias más directas de la vulnerabilidad. Respecto al empleo, el informal es un problema que afecta a la mitad de los 292 millones de trabajadores de América Latina y el Caribe. El informe indicó que el 20% de los empleados vive en pobreza, el 40% gana menos del salario mínimo y la mitad no tiene pensión. La medición realizada por la Cepal asegura que las cifras alcanzas niveles prepandemicos. Con todo, Chile se ubicó en el segundo lugar del ranking de países menos pobres, secundando a Uruguay. La Cepal atribuye, en common, estos cambios como «consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia que no se compensan con el incremento de los ingresos por trabajo».

El cierre de actividades económicas, la destrucción de empleo y la reducción del comercio, la inversión y las remesas, tienen su reflejo en el incremento de la desigualdad y la pobreza. Si bien el comercio internacional se ha contraído en 2020 a nivel mundial, lo ha hecho de forma más severa en América Latina. De hecho, desaparecerá el 20,7% de las microempresas y solo el 0,6% de las grandes empresas.

Para ello, construimos un panel anual de países para las últimas seis décadas y que contiene trece indicadores de pobreza energética que cubren tres dimensiones (acceso, calidad y asequibilidad). Los resultados indican que se ha producido un proceso de convergencia entre los países de América Latina y el Caribe, que incluye todas las dimensiones analizadas (es decir, los países de la región se han vuelto más similares en términos de pobreza energética a lo largo del tiempo). Las recomendaciones específicas para el contexto que surgen de los hallazgos tienen como objetivo promover una mayor adopción de energías renovables, reducir los retrasos en la obtención de una conexión eléctrica y recortar los subsidios al gas pure y al petróleo.

Se estima que en 2040 las personas mayores de 60 años superarán en cantidad a la generación de niños de hasta 14 años. La representante de la Cepal destacó que las proyecciones para 2017 estiman que los niveles de pobreza se van a mantener, aumentando en un millón el número de pobres. La variante Ómicron, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la predominante en el mundo, ha provocado una escalada de contagios sin precedentes en Latinoamérica con récord de infectados en varios países como México, Argentina, Perú y Chile.

Según Fundora, por las tradiciones de la cultura patriarcal, por la forma en que se organizó la familia y el trabajo, un gran segmento de la población femenina no se incorporó y no se incorpora, en muchos casos, al mercado laboral formal. La urgencia en la incorporación de nuevas profesiones al Código Sanitario, debido a las actuales problemáticas que enfrenta el sistema de salud en Chile, quedó de manifiesto por unanimidad en un panel conformado por ex autoridades y expertos del… «No solo es mayor el porcentaje, sino que también preocupa que la tendencia, en lugar de estabilizarse, se está acentuando». Son 26 de los 33 países los que no han podido vacunar al 70% de la población, dijo Bárcena, siendo el caso más grave el de Haití, que no llega al 1%. Las mayores alzas de la desigualdad tuvieron lugar en Perú, Chile, El Salvador, Bolivia y Colombia. Por su parte, República Dominicana, Brasil, Paraguay, México y Costa Rica mejoraron en la distribución de la riqueza.

Las consecuencias de la guerra en Ucrania, especialmente el aumento de los precios de la energía y los alimentos, elevarán la pobreza de Latinoamérica y el Caribe al 33,7 % y la pobreza extrema 14,9 % este año, lo que se traduce en un aumento del 1,6% y 1,1% respectivamente con respecto a 2021, según el informe económico publicado este lunes por la Cepal. “La tasa de crecimiento de la región va a ser con sesgo a la baja y con una inflación que hay que controlar. Cuando se aumenta la tasa de interés, las inversiones disminuyen y eso produce un efecto negativo.

«Vemos ahora mismo las cifras de pobreza más altas de los últimos 27 años,” cuenta Christof Wünsch, director del departamento para América Latina de la organización de ayuda alemana «Brot für die Welt» (Pan para el mundo). El Producto Interno Bruto (PIB) del continente bajó en ,8%, la mayor contracción en one hundred twenty años. En 2021, con la implementación de medidas económicas de los gobiernos en apoyo a los trabajadores, resultó en un alza del 6,2%.

“Esas mujeres que no se integraron al espacio laboral, que no tienen ingresos propios ni autonomía económica son, por tanto, muy vulnerables y dependientes de sus parejas”, aseguró. Por si todo esto fuera poco, la tasa de desocupación -que influye en la capacidad de una persona para superar la pobreza- proyectada para 2022 representa un retroceso de 22 años, y afecta especialmente a las mujeres, para quienes la desocupación sube de un 9,5 por ciento en 2019 a un eleven,6 por ciento en 2022. Incluso en 2021, cuando se observaron señales de una ligera recuperación, la reducción de la pobreza no contribuyó a reducir las brechas de género.