«En la segregación territorial en Santiago, tenemos un cono de alta renta en la zona nororiente y luego algunas zonas de alta acumulación de pobreza. Estamos viendo importantes diferencias materiales y urbanas en las condiciones de vida, tanto de las familias mismas como de los entornos en los que viven», indica Vives. Sumados los habitantes de estas ciudades, más de 50 millones de personas fueron parte del estudio. “Nosotros tuvimos que luchar por instalar un hospital, un cementerio, un registro civil”, explica. Solo en su comuna, pasaron de tener una población de three mil personas, a one hundred thirty mil habitantes en diez años. Proponemos nuevos sentidos y enfoques para la política social de Chile basados en aprendizajes y reflexiones sobre la pobreza, vulnerabilidad y desigualdad.
Es importante que el gobierno use los datos existentes sobre los rendimientos escolares para hacer una conclusión informada de cómo mejorar el sistema educativo. La desigualdad educativa empuja a muchas niñas y niños fuera de las aulas escolares, haciéndolos vulnerables a la explotación al entorno felony e incluso en casos extremos, al tráfico de personas. A pesar de esta evidencia, los datos sobre desigualdad comúnmente se relativizan frente a las percibidas bondades del modelo económico. Para terminar con estas diferencias, dice el investigador español hay dos pasos fundamentales. «Lo primero es que la ciudadanía sea consciente de estas brechas, para que puedan valorarlas y reclamar soluciones y segundo, diseñar e implementar medidas para romper estas brechas», indicó.
Si bien el aporte fiscal corrige la inequidad del sistema, éste no alcanza a evitar que un 33% de los recursos disponibles para estos chilenos sean gastados por el 21% de los usuarios pertenecientes a las isapres. En cambio, el 79% de la población, beneficiaria del seguro público, gasta un 67% restante de los recursos. 10.three Garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de resultados, incluso eliminando las leyes, políticas y prácticas discriminatorias y promoviendo legislaciones, políticas y medidas adecuadas a ese respecto. A pesar de la existencia de algunos indicios positivos hacia la reducción de la desigualdad en algunas dimensiones, como la reducción de la desigualdad de ingresos en algunos países y el estatus comercial preferente que beneficia a los países de bajos ingresos, la desigualdad aún continúa. La igualdad de género y el avance de las mujeres son dimensiones intrínsecas del desarrollo humano equitativo y sustentable.
«Estos resultados también podrían usarse como herramientas de defensa de la incidencia política para llevar la justicia social a las ciudades de América Latina», dicen los investigadores al inal del documento. Las personas que nacen en Ciudad de Panamá, tienen una diferencia de hasta 15 años para hombres y mujeres; en Ciudad de México diferencias de 11 años para los hombres y 9 entre las mujeres, en Buenos Aires y en Belo Horizonte de four años para los hombres y seis para las mujeres, y en San José de Costa Rica cuatro años entre los hombres y tres entre las mujeres. “Hace muchos años se está tratando de desarrollar el corredor bioceánico, que uniría Brasil, Argentina, Paraguay y Chile para exportar por el Pacífico. Todavía estamos luchando por ese proyecto, lo que queremos es poder descentralizarnos de Iquique, y ofrecer espacio para desarrollos industriales, que sobran en la comuna”, dice el alcalde de la comuna nortina. “Lo impresentable es que la provisión de bienes del sector público sean de distinta calidad en Las Condes, que en La Granja, cuando la focalización debiera estar en esta última”, agrega.
El GES, por ejemplo, al asegurar cobertura sólo para algunas patologías en ciertos tramos de edad, genera aún más problemas de exclusión. Paralelamente, la corrupción interviene en la formación de las personas y su condición de ciudadanos, actuando como una respuesta social esperable a una percepción amplia de desigualdad social e injusticia, de normas sociales vulneradas e instituciones deslegitimadas. La corrupción de las altas cumbres del poder también se reproduce en poblaciones más desfavorecidas, quienes, buscando un mayor bienestar, se involucran frecuentemente en actividades corruptas en su origen e ilegales. Las personas más pobres cuentan además con menos habilidades emocionales y recursos cognitivos debido a una exclusión social crónica, con mayor probabilidad de experimentar sentimientos de inferioridad y vergüenza. Estudios en distintos estados de E.E.U.U. y de países europeos, han mostrado también que los países más desiguales también presentan mayor ansiedad por el estatus en todos los grupos económicos, menor preocupación por la armonía social y menor solidaridad.
La Organización Mundial de la Salud ha reportado hace unos días un aumento diario récord de casos globales de coronavirus, con alrededor de 308 mil infecciones confirmadas. La magnitud de los efectos de la pandemia por COVID-19, que desde diciembre afecta a escala mundial, ha develado el rostro brutal de las desigualdades y las carencias del modelo económico capitalista financiero dominantes en el mundo. Sus países representan el 8% de la población mundial y, hasta ahora, el 43% de los muertos por COVID. El Régimen GES, buscaba disminuir las inequidades en salud, por la vía de entregar garantías en cobertura, acceso, oportunidad (plazos máximos de atención) y financiamiento a un conjunto de atenciones para un grupo priorizado de problemas de salud, que al día de hoy alcanzan eighty patologías. Para financiarlo se aumentó el impuesto al valor agregado (IVA) del 18% al 19%, impuesto de claro carácter regresivo. Uno de los problemas del GES es que en caso de que el prestador público no pueda cumplir con las garantías (de acceso, y plazo máximo de atención) debe comprar la prestación al sistema privado, generando otra gran fuente de traspasos.
Esto sigue la teoría de que la educación proporciona más capital humano en la que, cuanto más educadas están las personas en una sociedad, mejor compiten por empleos e ingresos y viceversa. Para hacer visible este problema, desde Good Neighbors Chile hemos preparado una recopilación de datos alarmantes sobre la desigualdad educativa y la pobreza en Chile. De Harvard hace décadas, ha señalado que la corrupción interpela al significado ethical de los bienes y servicios en juego, y a las normas que deben regirlos. Los mercados no tratan solo de dinero, incentivos y mecanismos de intercambio, también encarnan ciertos valores que progresivamente han comenzado a desplazar a valores no mercantiles y a normas sociales que requieren ser preservadas. Cuando esto ocurre, estas últimas comienzan a degradarse, contaminarse, corroerse, como bien señala etimológicamente la palabra corrupción.
En estos párrafos, se busca hacer una descomposición un poco más profunda de evidencia nacional sobre desigualdad para entregar perspectivas acerca de la concentración de ingresos, su dimensión territorial y su eventual rol en el conflicto social. Ello se traduce en que actualmente el 4,three por ciento de la población, 831 mil 232 personas, se encuentran en la pobreza extrema por la insuficiencia de sus ingresos, mientras que un millón 280 mil 953 (6,6 por ciento) aparecen como «pobres no extremos». En esta oportunidad el sondeo se centró en la situación en medio de la pandemia y sus efectos en los ingresos de la población y la distribución a nivel de país, con datos obtenidos entre octubre de 2020 y febrero pasado. Nuestra propuesta de política social orientada a superar la pobreza, fruto de un aprendizaje acumulado en 27 años de trabajo en las a hundred comunas más pobres y rezagadas del país. En el siguiente gráfico puedes ver cómo el índice de pobreza por ingresos ha disminuido considerablemente en Chile y sus regiones en los últimos años, pero la pobreza multidimensional no ha tenido una caída tan abrupta.
En 1987 el gasto público de salud era equivalente al 2% del PIB y este año llegará al three,5%. Sin embargo, un país del tamaño del nuestro debería tener un gasto de al menos un 6% del PIB, según recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Bajo el paradigma de la focalización, que en Chile opera en todas las políticas públicas, el sistema llegó al extremo de focalizar los recursos en algunas enfermedades.