Reportan Que Empeoró La Desigualdad En El Empleo Y Salario De Las Mujeres Frente A Los Hombres Economía

Por otra parte, y como también se mencionó al comienzo de este artículo, el Coeficiente de Gini es uno de los indicadores más utilizados a nivel internacional a la hora de medir la desigualdad ( Medina, 2001 ; Goubin, 2018 ) y Chile no es la excepción. Si bien se reconoce la utilidad de este índice, existen críticas al mismo, como las planteadas por Atkinson (1970 ) sobre la proporcionalidad de las transferencias, otorgando más peso a las transferencias en el centro de la dis-tribución que en las colas, lo que no necesariamente refleja los valores sociales tras un indicador de desigualdad. El autor examina también las propiedades de utilizar varianzas y la desviación relativa de la media, encontrando que cada una de ellas tiene sus propias limitaciones. Sin embargo, tomando en consideración las críticas que ha establecido la literatura, el Índice de Gini continúa siendo un indicador ampliamente utilizado para la medición de la desigualdad y la formulación de políticas públicas (Liu & Gastwirth, 2020; Furman, Kye & Su, 2019). En este sentido, al utilizar este índice como una herramienta common para medir las dis-paridades, se podría haber pensado que el foco de las acciones públicas también respondería a este mismo, no obstante, el Índice de Gini solo muestra un promedio de la distancia que existe entre los ingresos de los individuos de una economía ( Medina, 2001 ; Alvaredo et al., 2018). Así, se podría haber inferido que la estrategia chilena para reducir las desigualdades en el contexto de la Agenda 2030 se centraría mayormente en la dimensión ex-post.

De acuerdo con la última publicación de la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) en 2021, con datos de 2021, el 41,8% de las personas ocupadas fueron mujeres. El 50% de ellas obtuvo ingresos mensuales iguales o menores a $405.348, provenientes de su ocupación principal. Por otro lado, un 61% cree que las cosas ya han ido bastante lejos en el país en cuanto a otorgar los mismos derechos a hombres y mujeres, y la misma cifra piensa que se espera demasiado de los hombres para apoyar la igualdad. 54% considera que hemos llegado tan lejos en la búsqueda por la igualdad que estamos discriminando a los hombres. Se trata una realidad que hemos abordado en distintas ocasiones, ya que esta desigualdad tiene consecuencias graves para las mujeres, entre ellas la falta de autonomía económica y la precariedad laboral.

desigualdad economica entre hombres y mujeres

Este grupo está conformado por representantes de empresas, autoridades de gobierno y actores de la sociedad civil, que se han comprometido a colaborar en la dirección de esta iniciativa. En el caso de Chile, son parte de esta instancia el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Economía, el Ministerio del Trabajo, el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, la SBIF, Comunidad Mujer, Antofagasta Minerals, Manpower, Sodexo y Telefónica. El informe fue elaborado a partir de la encuesta ‘Hopes and Fears Survey 2023’, realizada a 54 mil empleados en todo el mundo, 23 mil de ellos mujeres.

Aquellos que fuerzan la disponibilidad femenina para beneficiarse de ello, argumentando su experiencia o sintonía con los aspectos domésticos y de cuidado. Ejemplos de esto es aprovechar y abusar de las capacidades «femeninas de servicio» (ellos como proveedores y ellas como cuidadoras), delegar trabajo del cuidado de personas, no responsabilizarse sobre lo doméstico y/o pedir ayuda en ese sentido de manera informal, negar la reciprocidad y expresar un amiguismo paternal, entre otros. Esas trampas son concepts, expresiones, gestos, actitudes y comportamientos cotidianos, interiorizados y justificados como naturales, que condicionan el día a día de la mujer y que se conocen como micromachismo. El término fue acuñado por el psicoterapeuta español Luis Bonino Méndez, en 1991, para definir aquellas prácticas que otros especialistas calificaban como «pequeñas tiranías», «terrorismo íntimo» o «violencia blanda».

El segundo informe elaborado por PwC con motivo del Día Internacional de la Mujer es ‘Inclusion Matters’, que analiza la situación de la mujer en el puesto de trabajo y confirma que “la disparidad salarial” es uno de los “puntos débiles” ya que solo el 39% de las mujeres sienten que están siendo recompensadas económicamente de forma justa por su trabajo. Las causas de estas inequidades son múltiples, con factores que van desde la gran brecha de oportunidades que existe en el país, a su estructura productiva e incluso el rol del Estado (PNUD, 2017). No obstante, el objetivo de este artículo no es el de determinar los orígenes y fundamentos de la desigualdad en Chile 5 , sino que examinar qué concepto de desigualdad está justificando el plan de acción del país respecto del ODS 10 sobre desigualdad en el país y entre los países. Un desafío que también abordamos a nivel interno y que nos llevó a realizar el primer Diagnóstico Institucional de Género, proceso que se desarrolló entre octubre y diciembre del año pasado. Hoy, el 53% de la dotación institucional son mujeres, las que, en promedio, llevan más de una década integrando nuestra Superintendencia y aportando con su compromiso a la labor funcionaria.

No obstante, el plan muestra un enfoque en la dimensión ex-ante, por sobre la otra dimensión, y dentro de esta, en aquellas acciones dirigidas principalmente a reducir las brechas que se generan por las variaciones en el contexto social. Además, respecto de la Agenda 2030, las acciones públicas responden a seis de las diez metas presentadas, 10.1, 10.2, 10.three, 10.four, 10.5 y 10.7. Asimismo, la temporalidad anterior de estas acciones respecto de la agenda podría explicarse debido a que Chile aún se encuentra en una etapa de implementación de la misma. Chile, Colombia, México y Perú han logrado importantes adelantos en la participación de la mujer en la toma de decisiones, los años de escolaridad de las niñas, el ingreso de la mujer al mercado laboral y la protección social para las familias. Sin embargo, la desigualdad económica se mantiene alta en toda la región, y esta desigualdad tiene un efecto especialmente duro en las mujeres, sobre todo, en las pertenecientes al ámbito rural, con bajos ingresos y menor nivel educativo. Sin duda los factores son múltiples, pero la desigual distribución de las tareas familiares juega un rol fundamental.

Es así como en octubre de 2017, cuando se dieron a conocer en Estados Unidos las denuncias por acoso sexual en contra el productor de cine Harvey Weinstein, la actriz Alyssa Milano (¿Quién manda a quién?) publicó su propia historia en twitter e invitó a las mujeres a hablar del tema, utilizando el hashtag MeToo (#MeToo). De este modo nació el movimiento que ha sacado a la luz diversos abusos sufridos por mujeres, no sólo del mundo del espectáculo, y no sólo en el país del norte, sino del mundo entero. El próximo domingo 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y es possible que nuevamente seamos testigo de las tradicionales postales de mujeres agasajadas con flores o regalos. Así, la densidad promedio de cotización para el whole de los hombres afiliados fue de fifty six,3%, en las mujeres alcanzó un 45,9,1%. Respecto de las solicitudes para acceder a los beneficios del seguro de cesantía, la mayor parte de las solicitudes aprobadas en el caso de las mujeres fue con cargo a la Cuenta Individual de Cesantía (CIC), mientras que en los hombres con cargo al Fondo de Cesantía Solidario (FCS). «Impulsaremos todas las transformaciones que sean necesarias para avanzar hacia una educación verdaderamente inclusiva tanto en nuestra institución como en el país, como lo demanda nuestro compromiso con el derecho a la educación», expresó luego de obtener la victoria en la elección.

Explicó que la mitad de las mujeres participan en la fuerza laboral mundial y, en el caso de los hombres, es de tres cuartos. Aumentar la participación económica de las mujeres es clave para amplificar sus voces y configurar las decisiones que las afectan de manera directa. «Urge más que nunca acelerar los esfuerzos para reformar las leyes y promulgar políticas públicas que empoderen a las mujeres para que puedan trabajar, crear empresas y hacerlas crecer”, planteó la autora principal del informe, Tea Trumbic. Así lo reveló el último informe del Banco Mundial “La mujer, la empresa y el derecho 2024”, que estudia a one hundred ninety economías y mide el entorno favorable para las oportunidades económicas de las mujeres. “Si sumamos la dimensión social de género a las dimensiones de ruralidad y de mujeres adultas mayores –dos grupos objetivos de trabajo para la fundación-, el índice de pobreza multidimensional aumenta significativamente, alcanzando un forty four,4% en mujeres rurales con 60 años o más”, explica Paola Diez. No se trata de que se hayan dado vuelta las estadísticas y que antes las mujeres hayan gozado de una mejor situación sino que la crisis actual ha agudizado lo que ya period un gran problema.

Esto impulsará la promoción de las mejores prácticas de gobierno corporativo, no sólo en términos de sostenibilidad, sino que también de igualdad entre hombres y mujeres en el sector público. En este sentido, la realidad de las manifestaciones sociales en Chile motivaron la hipótesis de este trabajo, ya que el descontento social ha dejado en evidencia las grandes faltas que existen en el país respecto de desigualdad e inclusión social la dimensión ex-ante, lo que podría implicar, al menos, una falta de trabajo desde esta perspectiva. Es más, para el caso de Chile, el PNUD (2017) identificó seis factores que reproducen la desigualdad a lo largo del tiempo en el país. Primero, la estructura productiva de Chile, que se relaciona a las diferencias de productividad, capacidad de inversión y nivel educacional de los/as trabajadores/as.

Agregar un ingreso más a las familias, y eso tiene consecuencias directas sobre los niveles de pobreza”, precisó Contreras. • Las mujeres tienen una esperanza de vida mayor a la de los hombres; en 2023, este fue de eighty four,1 para ellas y de seventy eight,7 años para ellos. Esta disparidad aumenta en los países de ingresos bajos (29 céntimos por cada dólar de un hombre) y de ingresos medios (33 céntimos), y aunque en los países de ingresos más altos la situación es algo mejor, dista mucho de ser perfect desigualdad economica social. Según los nuevos datos, un 15% de mujeres en edad de trabajar quieren un empleo, comparado con un 10,5% en el caso de los hombres, lo que indica que esta brecha no se ha reducido en dos décadas.

Por parte de OCEC UDP, su director, Juan Bravo, comentó que “La igualdad no sólo tiene que ver con incorporar a mujeres a los sectores masculinizados, sino que también pasa porque más hombres puedan participar en aquellos sectores más feminizados”. María Teresa Vial, presidenta de la CCS, indicó que “queremos que estos datos sean un instrumento más para que las autoridades puedan desarrollar planes y programas que fomenten el empleo femenino, especialmente en algunas áreas más masculinizadas. En el caso del comercio, la presencia de mujeres alcanza un 46%, lo que consideramos que es una buena cifra respecto de otras ramas. Y a los equipos de trabajo de los ministerios de Hacienda y de Economía, por el valor agregado que le dieron, logrando mejoras y enriquecimiento de la información.

Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Día Internacional de la Mujer tiene sus orígenes en las manifestaciones de las mujeres que especialmente en Europa, a inicios del siglo XX reclamaban derecho al voto, mejores condiciones de trabajo e igualdad. Sus reportes indican que en 1910, en Copenhague, Dinamarca, cientos de mujeres provenientes de 17 países llevaron a cabo la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas (la primera fue en 1907) y ahí deciden organizar anualmente una jornada para reforzar su lucha por obtener el sufragio femenino universal. Lo que comenzó hace más de 160 años como una demanda local de mejoras salariales y derecho a voto, se convirtió en una conmemoración internacional que reivindica el rol de la mujer en todos sus ámbitos. En el caso de las y los nuevos pensionados, las mujeres anotaron una densidad promedio de 55,5% y los hombres de 65%, con una brecha promedio por sexo de 9,5%.

Además, indicó que según el INE la tasa de participación laboral femenina a nivel nacional aumentó desde 45,3% en 2010 a forty eight,2% en 2015, pero muy lejos del 71% de la contribución masculina; y que si bien el ingreso medio mensual de las mujeres ocupadas aumentó entre 2010 y 2014, siguen ganando 29,7% menos que el ingreso medio mensual de los hombres. El informe del Banco Mundial que inspira el libro se publica cada dos años y mide las leyes y regulaciones en ocho áreas que afectan la participación económica de las mujeres. El banco de datos se forma a través de forty four preguntas sobre las leyes, trabajo que es apoyado por más de three.000 abogados de a hundred ninety países.