Cuando nos enfrentamos a la tarea de definir el concepto de desigualdad económica, la primera pregunta que surge es ¿desigualdad de qué? En otras palabras, hay que determinar a qué nos referimos cuando hablamos de desigualdad económica y aquí es donde nos encontramos con dos perspectivas, ex-ante y ex-post 1 . Atkinson (2015) afirma que la literatura se encuentra, generalmente, dividida sobre si comprender la desigualdad como una de oportunidades o de resultados. Sin embargo, propone que ambas se encuentran relacionadas y se afectan entre sí, ya que la primera se verá condicionada por la des-igualdad de resultados de la generación anterior, creándose un círculo vicioso que solo puede tratarse enfrentando ambas caras de la desigualdad económica. Kanbur & Wagstaf (2014) afirman que esta relación recíproca entre ambas facetas es esencial para tratar el problema de la desigualdad, por cuanto aún si se intentaran igualar las recompensas en los resultados, estos continuarían siendo dispares por las diferencias que existen ex-ante, y ocurriría lo mismo en el sentido contrario.
Esta agrupación incluye las naciones más desarrolladas del planeta, pero también aquellas emergentes como México, Chile y Turquía. Nuestro país se sumó el 2010, durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, convirtiéndose en el miembro número 31 de la OCDE y el segundo latinoamericano en ingresar a esta organización, después de México. Oxfam plantea que los sueldos de casi 800 millones de trabajadores no siguieron el ritmo de la inflación, lo que produjo una pérdida aproximada de 1,5 billones de dólares durante los últimos dos años, el equivalente a 25 días de sueldo perdido por cada persona empleada. Somos un centro de investigación y acción, que busca generar conocimiento crítico y acciones para potenciar las luchas
El auge económico del país asiático, experimentado a partir de los años 80, logró un reequilibrio geográfico que ha puesto fin a la superioridad militar, política y económica de Occidente. Aunque este crecimiento trajo un aumento en la desigualdad al interior de China, la brecha respecto de Occidente se acortó, contribuyendo a la disminución global de la disparidad en las rentas. Pero la exitosa economía china de los últimos forty años, por otro lado, también ha derribado esa vieja certeza sobre la comunión entre libre mercado y democracia. Y aunque esta última pueda ser un valor deseable en sí mismo, apunta Milanovic, no parece tan descabellado pensar que algunos, incluso muchos, prefieran sacrificarla por las ventajas que supone el modelo chino.
Estas compañías ofrecen diferentes salarios, por el mismo esfuerzo y el mismo trabajo, generando desigualdad de resultados para dos personas que tenían en principio igualdad de oportunidades. De esta manera, la libertad que tendrán estos sujetos en cuestión para alcanzar un resultado se ve limitada por la desigualdad de recompensas, generando así desigualdad entre ellos. «El país tiene mucho que avanzar en los distintos ámbitos que abarca la desigualdad. Elevar el gasto en transferencias monetarias a las familias, y rediseñarlas, imprimir progresividad al sistema tributario, agregar solidaridad a la seguridad social, revisar los mecanismos de provisión de lo público y procurar más competencia en los mercados, son solo algunas posibilidades”. Para efectos de nuestro ejercicio inicial, esto implica que reducir la desigualdad de 0 desigualdad de recursos,forty nine a zero,forty three para Chile o de 0,50 a 0,forty three para la Región Metropolitana, implica una reducción de cerca de 18% en los conflictos a nivel nacional y de 21% en la RM.
Ha priorizado desarrollar las capacidades de administradores educativos, docentes y otros profesionales de la educación para promover la inclusión y la diversidad de los/as estudiantes. Otra nueva prioridad es fortalecer las capacidades de administradores escolares locales y de nivel medio para mejorar la calidad y la equidad de la educación. Tanto de la gestión como del apoyo pedagógico y del desarrollo de las escuelas públicas locales. Es más, para el caso de Chile, el PNUD (2017) identificó seis factores que reproducen la desigualdad a lo largo del tiempo en el país. Primero, la estructura productiva de Chile, que se relaciona a las diferencias de productividad, capacidad de inversión y nivel educacional de los/as trabajadores/as.
Para ilustrar ambos puntos, Oxfam Internacional recalca que, desde el inicio de la pandemia, la fortuna de los diez hombres más ricos del mundo (según Forbes) ha aumentado en medio billón de dólares, mientras que cientos de millones de personas se encuentran subempleadas o sin trabajo. Nos alejamos de los paradigmas lineales y reduccionistas y nos abrimos a enfoques sistémicos, organizacionales, tectológicos, determinantes sociales tienen injerencia en la salud y se deben corregir. La Organización Mundial de la Salud ya colocó la mejora de esta brecha como objetivo (número dos) en la estrategia de “Salud para el siglo XXI”. Con voluntad política, con conocimiento, con arduo trabajo y con solidaridad hacia el otro como declara el Papa Francisco al referirse sobre el deber de la solidaridad que “nos obliga a buscar modos justos de compartir, para que no exista esa dramática desigualdad entre quien tiene demasiado y quien no tiene nada, entre el que descarta y el descartado”. Nuestro país tiene una población más reducida, sin embargo, concentra un porcentaje importante de publicaciones, Ignacio menciona que tiene que ver con que en Chile las desigualdades son un tema hace mucho tiempo, y éstas se han trasladado al tópico ambiental, tanto desde la esfera política como desde el público basic. “Yo creo que el área verde, la vegetación y las cosas ambientales son temas importantes en Chile, la gente es consciente de cosas que están mucho más en cercanía, en cosas que interactúan con su cotidianidad inmediata”.
En el año 2015, Chile adoptó la Agenda 2030, la cual busca guiar a los países en la implementación del desarrollo sostenible. Dentro de esta agenda, se encuentra el Objetivo de Desarrollo Sostenible 10 sobre “Reducir la desigualdad en y entre los países”, el cual contempla diez metas. Así, para este artículo, desigualdad ambiental se analizaron las acciones públicas, presentadas por el Consejo Nacional para la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con el fin de determinar si la estrategia chilena, llevada a cabo entre el 2015 y 2018, considera un concepto multidimensional de las disparidades económicas o no.
diversidad de valores, preferencias y capacidades que nos distinguen como personas. Es con esa motivación que se ha reactivado el interés político y académico por el impuesto a la riqueza whole (también conocido en Chile como el impuesto a los “súper ricos”).[17] Hoy la evidencia académica es más optimista que antes respecto a la aplicación de estos impuestos en términos de factibilidad e impacto esperado (ver aquí). Evidencia reciente en Colombia sugiere que incluso en países con instituciones fiscalizadoras más débiles que las de un país desarrollado, estos impuestos pueden ser ejecutados de manera efectiva. Esto es importante para nuestro país, porque muchos analistas han argumentado, equivocadamente, que la desigualdad ha disminuido significativamente en los últimos 30 años. Según la encuesta que da base a este trabajo, las desigualdades y las brechas se han acentuado y pueden prolongarse durante la próxima década para un gran sector de la población mundial.
De esta manera, este economista identificó cinco causas responsables de la desigualdad de oportunidades, las cuales se describen a continuación. Utilizando datos de la CASEN para los años 2009 a 2017, los resultados de este ejercicio indican que alrededor del 11% de la desigualdad (medida a través del coeficiente de Gini) es exclusivamente atribuible al 1% más rico (ver Tabla 1). De acuerdo a la información del COES (2018), la mayor cantidad de conflictos sociales por habitante se producen en las regiones de Aysén, Atacama, Los Ríos, Arica y Parinacota, y Magallanes, todas regiones donde los índices de desigualdad son iguales o superiores al promedio nacional. Aunque tendemos a pensar que la desigualdad depende de disparidades en los ingresos, este texto –parte de un extenso proyecto de investigación realizado por el Buell Center de Columbia University– muestra que la vivienda es uno de sus más poderosos motores. Por lo tanto ciertas prácticas arquitectónicas podrían ser entendidas como «el arte de la desigualdad».
Otro ejemplo que propone Sen (2000), tiene que ver con los virus y las bacterias que hay en el medio, que trastornan la manera y la calidad en que viven los individuos, o bien, la forma en que tienen que distribuir sus recursos los países. Por lo tanto, la diversidad en el medio influye di-rectamente en la libertad que tienen los individuos y países para lograr cierto nivel de calidad de vida “ideal”. Las encuestas de hogares, como la Casen, sobre las que se basan las estimaciones habituales del Gini, no son capaces de capturar la concentración en la parte alta de la distribución, porque no suelen representar al pequeño grupo de personas más ricas y porque a la vez tienen dificultades para capturar los ingresos del capital.
Chile experimenta, por un lado, una creciente desconfianza en el Estado (p. ej. escándalo de corrupción ligado al caso Convenios) y, por el otro, la necesidad de recaudar más recursos para hacer frente a una creciente deuda pública, mayores demandas sociales (entre ellas, bajar la desigualdad), y para converger en capacidad fiscal con la OCDE. Específicamente, como muestra Irarrázaval, estos países recaudan significativamente más impuestos directos sobre las personas que Chile (8% del PIB versus 2%), brecha existente tanto en nivel (especialmente progresividad – los ingresos altos pagan poco) y cobertura – aprox. Según un análisis de Oxfam, de acuerdo con datos de la UNESCO, en los países en desarrollo, niñas y niños de familias pobres tienen siete veces menos probabilidades de terminar la escuela secundaria (media) que niños de familias ricas. Además, en los países desarrollados, solo un 75% de niñas y niños de familias más pobres se gradúan de las instituciones de educación secundaria, mientras que un 90% de los niños de familias ricas se gradúan. Si una buena educación es más accesible a los más ricos de la sociedad, eso crea más desigualdad en el futuro ya que las personas ricas se seguirán asociando con otros ricos y obteniendo los trabajos más lucrativos mientras las personas pobres continuarán siendo pobres y permanecerán en la sociedad, completando un ciclo de la pobreza debido a la desigualdad educativa y social. El rol de nosotros como bases de datos es entregar este tipo de informaciones a la población para que luego este tipo de debate se den de manera informada.
Sin embargo, según lo revela otro estudio, debido a que las transferencias monetarias no están enfocadas exclusivamente en los pobres sino que son universales, su efecto distributivo en general no es progresivo sino impartial. Conocer los derechos de las niñas y niños nos sensibiliza y nos hace responsable de su cumplimiento. Es reconocer que son seres humanos y titulares de sus propios derechos, al igual que los adultos. Para hacer visible este problema, desde Good Neighbors Chile hemos preparado una recopilación de datos alarmantes sobre la desigualdad educativa y la pobreza en Chile. Ambos tienen una relevancia dependiendo de lo que uno esté estudiando, ambos tienen interés, lo tenemos en la agenda y lo vamos a estimar. Es por una razón de tiempo no más que no lo hemos podido publicar, porque eso tiene cierta complejidad en términos de hacer ciertas estimaciones que requieren una mayor capacidad computacional.