No Hay Salud Mental Sin Justicia Social: Desigualdades, Determinantes Sociales Y Salud Psychological En Chile Facultad De Psicología Udp

Sin embargo, no ha solucionado, sino que ha agravado, las necesidades básicas de tipo material, sociocultural y espiritual de gran parte de la humanidad. Y es que una concepción ingenua del progreso humano o una visión tecnocientífica demasiado easy no permite valorar adecuadamente el conjunto de la realidad del planeta ni de todos los seres vivos que en él habitan. Ante un escenario tan difícil y complejo como peligroso, este libro quiere aportar algunas respuestas a temas tan cruciales para la salud y la equidad como la política y la desigualdad, la disaster ecológica y el sistema capitalista, el desempleo y la precarización laboral, la mercantilización sanitaria y la reciente pandemia del coronavirus. A lo anterior debemos sumar que los pacientes perciben tratos injustos en salud, los cuales son atribuidos a su condición socioeconómica. Lo anteriormente descrito exacerba de forma no virtuosa el problema, pues un paciente que percibe malos tratos en salud tiende a discontinuar su tratamiento y de paso empeorar la progresión de su enfermedad. Entonces entendí que la salud pública no iba a resolver los problemas de salud de la población, ni revertir las desigualdades en esta materia a través de un mensaje de conductas saludables o de la transferencia del cuidado a las mujeres sin un entorno que habilite esas prácticas.

Luego,  en una publicación posterior estos autores trabajan aún más este argumento enfatizando que las sociedades desiguales también están afectadas psicológicamente, puesto que sus habitantes sufren más de ansiedad, estrés crónico, depresión, adicción y trastorno bipolar. Además, muestran una alta correlación entre los diferentes patrones nacionales de desigualdad de ingresos y la adicción al juego, problemas de comportamiento en la niñez, trastorno bipolar e incluso “sesgo de autoestima”. Sin duda la actual disaster social, política y sanitaria en América Latina ha sido analizada desde múltiples aristas relacionadas a la historia, economía, sociología y ciencias políticas. En el caso de Chile y la gran mayoría de los países de la región,  la desigualdad es parte de la historia y uno de sus principales desafíos a la hora de construir el presente y el futuro. Desde ahí,  queremos poner el foco y la mirada sobre cómo la inequidad afecta la salud mental. La relación entre la desigualdad de ingresos y la salud mental es una cuestión crítica que merece la atención de los psicoterapeutas.

Por último, el Dr. Mujica agradeció la invitación a la instancia, haciendo referencia a la trayectoria de Chile en “la lucha por la justicia social” y en materia de salud pública, contrastando con que su buen historial no libraba al país de “esta terrible pandemia silente, que es la desigualdad social y en salud”. Adicionalmente, la probabilidad de tener un nuevo diagnóstico (durante la pandemia) asociado a un problema de salud mental también es mayor para las mujeres, así como la probabilidad de seguir un tratamiento y el consumo de psicofármacos. Sin embargo, es importante recalcar que la utilización de servicios de salud en Chile es relativamente baja. Solamente el 5 por ciento de las mujeres y menos del 3 por ciento de los hombres que respondieron la encuesta reportaron haber tenido un diagnóstico o tratamiento asociados a un problema de salud mental. Estas cifras apuntan a una barrera al acceso a servicios de salud psychological, posiblemente asociadas a las cuarentenas estrictas, al costo, y al tiempo de ajuste a la telemedicina. El confinamiento tiene efectos negativos sobre la salud mental de las personas y también altera el comportamiento de los niños.

Esto implica que la cifra final de gasto público reportada por la OCDE es en efecto mayor de lo actual, tal como se pudiera entender si se restara este aporte a fondos privados. Según señalan las cifras de la desigualdad economica globalizacion OCDE, el 37% del gasto en salud en Chile es gasto de bolsillo, siendo la media de los países de la OCDE inferior al 20%. Se indica que después de México, Chile tiene el gasto de bolsillo más alto de todos los países de la OCDE.

desigualdad de la salud

Por ejemplo, mientras Salvador Allende period ministro de Salubridad, Previsión y Asistencia Social durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, la provisión de vivienda se entendía como un asunto estratégico para mejorar las condiciones sanitarias de la población (Amar, 2008). “Sirven para mostrar lo heterogéneo que es Chile, que a pesar de que tenemos muchos discursos de un Estado capaz y potente, aún existen diferencias nacionales territoriales que tienen que ver con categorías como ser mujer e indígena en el acceso a la salud y eso tiene una fuerte implicancia en política pública. Entonces, esta investigación sirve para promocionar y para impulsar políticas que sean más pertinentes tanto territorialmente como para categorías de grupos específicos”, cerró la invitada. ¿Será simplemente coexistencia que en Chile tenemos paralelamente malos índices de salud mental y de distribución de ingresos? Diversos estudios han mostrado que mientras más desigual -económica y socialmente- es una comunidad, más precaria será la salud psychological de la misma. Por ello, comprender la relación entre la desigualdad de ingresos y la salud psychological es crucial para los psicólogos clínicos, ya que informa nuestra práctica y sus intervenciones.

Los fármacos, como lo ha planteado el colegio de la orden, deben ser considerados bienes sociales para interés basic de la nación y la salubridad pública, por lo que su acceso debiera vincularse a la red de salud pública y no depender de su oferta en establecimientos comerciales. En octubre de 2019, había 59 comunas sin farmacias, en las que el Ministerio de Salud se proponía instalar establecimientos farmacéuticos. En efecto, la lógica comercial que domina la oferta de medicamentos margina a una parte importante de la población que vive en territorios aislados rurales, de baja población o distante de sus cabeceras comunales. La organización indica además en su sitio net (/es), que por otra parte, la tecnología digital “está abriendo puertas para el empoderamiento de las mujeres, las niñas y otros grupos marginados en todo el mundo. Desde la formación digital sensible al género a los servicios de salud reproductiva y sexual facilitados por la tecnología, la era digital ofrece una oportunidad sin precedentes para acabar con todas las formas de disparidad y desigualdad”.

Para Verónica Pesce, directora del Instituto Nacional del Cáncer en Argentina, el documento “pone en valor recomendaciones que de distinta manera se vienen llevando adelante” en los países de la región, pero advierte que los déficits estructurales y socioeconómicos podrían limitar su cumplimiento. Los tipos de cáncer más diagnosticados en los hombres de la región son de pulmón (11,7 por ciento), colorrectal (10,2 por ciento) y próstata (8,6 por ciento). En las mujeres, de mama (30,7 por ciento), pulmón (10,3 desigualdad economica de genero por ciento) y colorrectal (9,6 por ciento).

Si bien hubo una judicialización asociada a las regulaciones de salud, producida por la presentación de recursos de protección que invocaban otros derechos con el objetivo de obtener acciones o prestaciones relacionadas con la salud, esta fue relativamente limitada. Entre 1990 y 2001, por ejemplo, se presentaron tan solo 85 recursos de protección contra las ISAPREs, de los cuales fueron acogidos un 65% (Soto 2008). A principios de noviembre de 2023, el gobierno ingresó indicaciones a la Ley Corta en base a las recomendaciones de la Comisión Técnica Asesora.

El último Decreto GES fue dictado en 2022 y consideró el aumento de eighty five a 87 enfermedades cubiertas. El GES es un conjunto de beneficios que garantiza un acceso oportuno y cobertura financiera al diagnóstico y tratamiento de enfermedades que se consideran de alto impacto y relevancia en el país. Para costear este beneficio se estableció la prima GES, que en el caso de los beneficiarios de FONASA está dentro de la cotización del 7% de salud, pero para los usuarios de ISAPRE se paga mensualmente de forma adicional al precio del plan.

Si en los hospitales públicos de Santiago trabaja el 40% de los especialistas, en los de la Región de Tarapacá sólo lo hace el 1.5%, en Aysén el 1.4% y en Magallanes, el 1.6%.

Por otro lado, el interés socio-territorial en la investigación surge al especializarme en salud pública. Surge al darme cuenta cómo muchas acciones de salud pública se apoyan en las familias, entregando recomendaciones sobre las conductas saludables que deben adoptar para alcanzar un buen estado de salud y evitar la enfermedad, por ejemplo. Como diría un viejo filósofo, “un nuevo fantasma recorre Chile, es el fantasma del regionalismo”. En efecto, la llegada de autoridades regionales electas y las prioridades que marca la Convención Constitucional anticipan que muchas inequidades territoriales debieran enfrentarse.

Estos datos se combinaron en un Índice de Sueño Problemático, lo que permitió cuantificar la influencia particular person y combinada de una amplia gama de características que se cruzaron con la riqueza private, incluidos los ingresos del hogar y la propiedad, el grupo étnico, el empleo, la educación y la información sobre la privación social. Tratamos de darle un poco la vuelta a cómo repensar los marcos teóricos, cómo darle vuelta a la metodología y cómo también un poco motivar a los estudiantes en ir un poco más allá de los simples datos y de los simples promedios que generalmente estamos mirando”. Las comunidades con mayor inequidad generan más ansiedad, vergüenza, depresión y otras emociones negativas. Además, en las sociedades con más desigualdad hay menos movilidad social, por ende, el querer salir adelante y que no estén las condiciones del medio para lograrlo genera una frustración constante y debilitamiento de los lazos sociales. Pero tal vez lo más nefasto y dramático desde una perspectiva de la humanización, que debe estar al centro de todo desarrollo médico, es que este nuevo modelo de ejercicio de la salud generó y acrecentó la desigualdad de las personas en el acceso, oportunidad, calidad y resultados a su derecho humano irrenunciable, su salud.