Libro Combatir La Inequidad En El Sector Salud Sintesis De Evidencias Y Herramientas De Abdo S Yazbeck

Aunque el país ha avanzado en muchos aspectos, persisten brechas significativas que afectan a las mujeres. Por último, los psicólogos clínicos podemos incorporar estrategias de fomento de la resiliencia en nuestras intervenciones terapéuticas. Los psicólogos podemos mejorar el bienestar mental de nuestros pacientes dotándoles de habilidades para afrontar los retos asociados a la desigualdad de ingresos, como el estrés financiero o el aislamiento social.

Una importante dimensión de su aporte ha sido desarrollar centros de investigación y laboratorios que generan conocimientos en los temas prioritarios de salud en cada territorio. Asimismo, las universidades regionales integran sus actividades de formación e investigación con los programas de extensión y vinculación con las comunidades de su entorno. El acceso a los fármacos es vital para asegurar la calidad de vida y, en muchos casos, la vida misma de las personas. En Chile su acceso es negado a muchas personas por el elevado precio o por la distribución geográfica de las farmacias, o sea, por discriminación socioeconómica y/o territorial. Dentro de los autores se encuentran los doctores Jorge Ramírez y Rubén Alvarado, académicos de la Escuela de Salud Pública de los programas de Salud Global y Salud Mental, respectivamente. Los hallazgos, sugieren que entre los trabajadores sanitarios, las mujeres pueden haber estado expuestas de manera desproporcionada a factores estresantes relevantes del COVID-19 a nivel particular person y nacional.

El informe explica que en Chile el gasto en salud se financia por medio de las cotizaciones legales y obligatorias de los trabajadores, equivalente al 7% del sueldo; estas cotizaciones se colocan en fondos de seguros de salud que se diferencian entre uno público (Fondo Nacional de Salud, FONASA) y otros privados (ISAPRE). Salud Un Derecho señala que los afiliados a los seguros privados de salud aportan montos adicionales de su sueldo para cubrir los planes de salud privados que son más caros. Por esta razón, el INDH recomendó al Estado elaborar estadísticas y datos más detallados de estos grupos específicos. “Si bien el sistema de recopilación es bueno, falta registrar datos que permitan identificar las condiciones específicas de ciertos grupos.

La autoresponsabilidad y la autorganización de algunos de los sectores sociales más postergados por el desarrollo de la época, originaban así nociones y exigencias en materia de salud que tuvo importantes efectos en el sucesivo siglo XX. En specific, tomaba forma con estas prácticas un concepto de salud que la historiadora María Angélica Illanes ha definido como solidario y social y que influenció, por lo menos parcialmente, las posteriores reflexiones en materia de políticas sociales y de salud del movimiento sindical y del Estado chileno. En esta lógica “la enfermedad period inseparable de la condición social” y una verdadera política de salud tenía que atacar las causas de la desigualdad social.

Primero, son alarmantes al informar que existe una diferencia de hasta 17,7 años en la esperanza de vida al nacer, según posición socioeconómica. Y segundo, los resultados difieren de los informes realizados localmente hasta la fecha, los que han mostrado diferencias considerablemente menores entre las comunas de Santiago. El informe muestra que invertir en un sector de salud que incluya la discapacidad es rentable. La OMS calcula que los gobiernos podrían esperar un retorno de unos 10 dólares por cada dólar invertido en la prevención y atención de enfermedades no transmisibles que incluyan a las personas con discapacidad. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que las personas con discapacidad tienen el riesgo de morir antes que las personas sin discapacidad, en ocasiones hasta 20 años antes, debido a la desigualdad sistémica y persistente en el acceso a la salud.

Para responder esta pregunta revisamos la investigación internacional, la cual resumimos brevemente a continuación. Lamentablemente, la disaster política y social actual está agravando nuestra ya frágil salud psychological debido a la violencia, la incertidumbre, el desempleo, mayores dificultades de acceso a la salud, el aumento de la polarización que trae el conflicto a nivel familiar y social, y la experimentación (y re-experimentación) de situaciones traumáticas. Si bien es muy reciente para cuantificar el impacto de la crisis en la salud mental a nivel país, el Ministerio de Salud ya ha reportado un aumento en 22 % de las licencias médicas por salud mental desigualdad ciudadana, llegando a las 6.000 diarias (Daza & Zuñiga, 2019). También se ha reportado un incremento importante en el número de consultas por trastornos mentales; un aumento, prácticamente al doble, del uso de medicamentos tranquilizantes o antidepresivos, y un incremento alarmante de personas que señalan que desearían poner término a su vida (Mañalich, 2019). Centros de atención, centros de salud mental, residencias de ancianos, centros de rehabilitación, servicios médicos de urgencia).

Sin duda, una dimensión relevante del descontento social que tiene movilizado al país en estos días. En esta misma línea, cuando se ha estudiado la desigualdad y sus efectos económicos, se ha reflexionado y llegado a la conclusión que el bienestar de los países no obedece simplemente del crecimiento económico, ya que la distribución del ingreso también juega un papel relevante. La desigualdad económica conduce a un deterioro en las relaciones sociales, en el capital humano y en la salud de sus ciudadanos (Wilkinson, 2011). Según profesionales de la Universidad de California y la escuela de Salud Pública de Harvard (Berkman, Kawachi, & Glymour, 2014), señalan que es una sociedad con inequidad viven personas con poco acceso a la salud y malas condiciones de vida, lo que genera un aumento en los indicadores de salud psychological y física del país. Uno de los primeros y mas importantes pasos que los profesionales debemos tomar, es el adoptar una perspectiva basada en los “determinantes sociales de la salud”, que reconoce que los factores socioeconómicos, incluida la desigualdad de ingresos, influyen significativamente en los resultados de la salud mental.

«Estos son números que asustan. En el estudio escogimos los tres cánceres que más muertes causan en hombres y mujeres como son mama, gástrico y vesicular en mujeres, y gástrico, próstata y pulmón, en hombres». Aprofa, organización con casi 60 años de trayectoria en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, se ha propuesto a lo largo de su historia llegar a diferentes grupos de la población con intervenciones que permitan a las personas saber más sobre su salud sexual y salud reproductiva. Una de las principales causas de la crisis actual en el sistema de salud chileno es una regulación deficiente que no ha sido abordada correctamente por falta de acuerdos transversales. Este escenario ha fomentado la judicialización, especialmente en el ámbito de las ISAPREs, afectando la estabilidad de todo el sistema de salud. La discusión de la Ley Corta es un paso imprescindible, pero requiere modificaciones para que pueda cumplir dichos objetivos.

Segundo, definió una Tabla Única de Factores (TUF) a la cual se tuvieron que ceñir todos los nuevos contratos de salud a partir de abril de 2020, la que eliminó las diferencias por sexo y redujo el número de tramos de edad. A medida que aumenta la edad, el sueño se reduce en duración y experimenta cambios estructurales, como la reducción del sueño lento desigualdad distribucion de la riqueza y el aumento de la vigilia nocturna. Dormir inadecuadamente tiene claras consecuencias para la salud, y se ven, en parte, influidas por las desigualdades sociales. Los estudios sugieren que los problemas de calidad de sueño están sujetos a un «gradiente social». Se requiere de un entendimiento profundo entre territorios, actores sociales y procesos de salud-enfermedad.

desigualdad de la salud

¿Qué pasó con el reconocimiento internacional por los éxitos en los resultados de los programas de salud pública del Estado de Chile? Aquella distinción que hacía de nuestro país un objetivo muy deseado por profesionales de la salud en busca de experiencias y formación reconocida en todo el planeta, ubicándonos a la cabeza de Latinoamérica y el mundo en programas estatales de salud. Hoy miércoles 7 de abril es el Día Mundial de la Salud, en conmemoración de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948.

A continuación, el informe indica que del subcomponente del gasto que se canaliza en los fondos de seguros de salud -que suma el 6,9% del PIB- un 2,4% del PIB está constituido por cotizaciones a fondos privados y gasto de bolsillo de afiliados a los seguros privados. Por otra parte, el financiamiento de los beneficiarios de FONASA concentra el four,5% del PIB, que incluye las cotizaciones, los gastos de bolsillo y el aporte fiscal. La institución analizó la falta de médicos especialistas, sobre todo en la regiones más apartadas del país, así como la falta de infraestructura necesaria, situación que impide a muchos chilenos ejercer su derecho a la salud de manera adecuada. Investigador adjunto del Departamento de Salud Pública de la PUC y Secretario Ejecutivo del Foro Nacional de Cáncer, que es presidido por el Dr. Jorge Jiménez y su presidente honorario es el Ministro de Salud.

Esas entidades destacan que un tercio de los casos de cáncer podrían prevenirse evitando factores de riesgo como el tabaco, el abuso de alcohol, la dieta poco saludable y la inactividad física. Finalmente, las listas de espera para consultas de especialidad médica han exhibido un aumento constante desde 2017. Sin embargo, los tiempos de espera promedio han mostrado una tendencia decreciente desde 2021, aunque todavía superiores al periodo prepandemia. Como se evidencia en el destacado N° 2, la judicialización en sede de protección por alzas en los planes de salud ha significado, ya desde hace más de una década, una importante carga de trabajo para los Tribunales de Justicia.

Si bien con el enfoque de los determinantes sociales elaborados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha producido un avance al vincular condiciones económicas y políticas en los procesos de salud-enfermedad, este concepto deja de lado las dinámicas territoriales y las relaciones de poder que se conjugan en los espacios urbanos. Por otro lado, tampoco cuestiona el modelo de acumulación capitalista que es la base de las inequidades en salud en Latinoamérica. En ese sentido, es necesario considerar la dimensión territorial y profundizar en las desigualdades espaciales en salud desde el modelo de determinación social que propone la corriente de salud colectiva (Morales-Borrero et al., 2013).