Libro Capitalismo Y Pandemias

El comunismo, en esta perspecti­va, jugó el papel histórico de barrer con los arcaicos fundamentos económicos, mientras dejaba intacto al Estado autoritario y en posición de ser el partero en el nacimiento de una nueva forma de economía capita­lista. El Estado chino logró esto precisamente al vin­cular la incipiente empresa capitalista con las econo­mías capitalistas avanzadas de Occidente, desafiando a los teóricos de la dependencia de los años 60 y 70, quienes habían sostenido que el mundo en desarrollo seguiría dependiendo de las economías avanzadas, a menos que cortara sus vínculos para fomentar el desarrollo doméstico. A nivel global y regional es claro que también hay un déficit democrático en la forma como actúan las instituciones financieras internacionales como el FMI, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea entre otras. Estas instituciones son dominados por los países ricos, a pesar de que en la actualidad en la actualidad más de la mitad del PIB mundial se genera en economías fuera de la OECD (países en desarrollo y economías emergentes) como lo ha mostrado los mismos estudios de la OECD. Por otra parte, el contenido de la condicionalidad detrás de la concesión de recursos financieros por estas instituciones responde a ajustes asimétricos en que los intereses de los acreedores están muy bien representados y el de los deudores sólo son débilmente considerados, lo que facilita imponer políticas de austeridad a naciones debilitadas por el alto endeudamientos y por la disaster.

Daños colaterales, una obra estrenada hace un par de años por Zygmunt Bauman, sintetiza no sólo parte de su carrera profesional e intelectual, sino que pone el foco en las asimetrías causadas por el capitalismo avanzado, al cual el autor bautiza como modernidad líquida. Particularmente, la tesis central del trabajo de Bauman discute los alcances y los resultados de una gran desigualdad entre los que tienen y los que no. En parte, porque el estado nacional como protector de la ciudadanía, o como aquel organismo funcional a la seguridad basic, dio paso a una nueva forma de estado, en donde lo social impone los riesgos y/o peligros que las personas deben afrontar en forma individual…

Es cierto que las nuevas “clases medias”, en el sentido más amplio del término, depositan su esperanza en la promoción y mejoramiento de sus situación a través del esfuerzo y la agencia particular person,  pero este sueño hace sentido sólo en un contexto sociocultural que ha compartimentalizado la experiencia en casilleros individuales, sin conexión entre sí. Desde esta perspectiva estrictamente individual, las personas terminan siendo “rehenes del capitalismo”, en una situación donde la única alternativa posible es tratar de medrar por cuenta propia, a veces a sabiendas que este esfuerzo puede resultar a la larga fútil. La representante de la CEPAL recalcó que la brecha entre ricos y pobres está llegando a niveles extremos. Usando cifras obtenidas de Credit Suisse, Bárcena reveló que el 1% más pudiente continúa acumulando más riqueza que el resto del mundo, mientras que, la mitad de la población con menores ingresos, ha visto su riqueza disminuir en los últimos seis años.

En lugar de centrarse en los orígenes del neoliberalismo, Capitalism on Edge de Albena Azmanova demuestra las formas en que el neoliberalismo en la práctica ha llevado a un nuevo capitalismo de precariedad. Las políticas que impulsan la desregulación y el libre comercio global han tenido resultados inesperados. El mercado global se transformó de un sistema de “economías nacionales integradas a través de acuerdos comerciales en redes de producción transnacionales”.

CIPER/Académico es un espacio abierto a toda aquella investigación académica nacional e internacional que busca enriquecer la discusión sobre la realidad social y económica. A modo de ejemplo, el Gini de la Región Metropolitana para el año 2017 es de 0,50, levemente por sobre el de Chile (0,49), pero muy por sobre el de otras regiones, tales como la de O’Higgins (0,40), Arica y Parinacota (0,41), Tarapacá (0,42) y Antofagasta (0,43). De hecho, el segundo lugar del rating de desigualdad en Chile lo ocupan La Araucanía, Aysén y Los Ríos, todas con coeficientes de Gini de zero,47, lo que constituye una diferencia no menor respecto de la Región Metropolitana y del promedio nacional. A pesar de esta evidencia, los datos sobre desigualdad comúnmente se relativizan frente a las percibidas bondades del modelo económico. Todo esto es razo­nablemente conocido a partir de una serie de je­remiadas recientes, que lamentan la desigualdad rampante y la aparente incapacidad de la demo­cracia para domar lo que solía llamarse “el poder del dinero”.

Otra forma de ver cómo golpeó la pandemia en los sectores más precarizados de una clase trabajadora ya precarizada es examinando la situación de las personas en edad de jubilar. La tasa de ocupación de este grupo venía sostenidamente al alza desde mucho antes de la pandemia. No podía ser de otra forma en un país que entrega pensiones bajo el salario mínimo. Entre los años 2019 y 2020 la tasa de ocupación de las personas en edad de jubilar se redujo en 8,6 puntos porcentuales, recuperándose en sólo 2,1 puntos porcentuales el año 2021 (mientras que la recuperación promedio nacional fue de four desigualdad de la globalización,3 puntos). Dentro de los empleos recuperados, las mujeres de 60 años y más tienen cifras más altas de recuperación de empleos informales (un 62% de las mujeres de 60 años y más se emplearon en trabajos informales el año 2021), es decir, recuperaron empleos que en su mayoría son de bajos salarios y sin un piso mínimo de seguridad social. Según datos de la Encuesta CASEN, la pandemia golpeó duramente a la clase trabajadora en Chile.

Por esta razón Dalio propone una serie de medidas que -a su juicio- ayudarían a resolver los problemas que actualmente está provocando el capitalismo en Estados Unidos, como lo son la baja movilidad social, y la desigualdad de ingresos y en oportunidades. Es un lugar de pérdida y desmantelamiento, lugares con fantasías de un pasado capitalista floreciente que, por un tiempo, podría haber dejado que algunos permanecieran con la esperanza de que sus vidas y las de sus hijos pudieran mejorar. Remanentes de un capitalismo industrial que los dejó atrás por mano de obra más barata, el interior desigualdad autores está maduro para la nueva explotación intensificada del neofeudalismo. Ya no hacen cosas, la gente en el inside persiste a través de almacenes, centros de atención telefónica, tiendas de dólar y comida rápida.

Si el presidente hubiese emitido la misma opinión hablando tan solo de neoliberalismo, de seguro la reacción de políticos y analistas hubiese sido mucho más recatada. Pues bien, es en esta distinción entre capitalismo y neoliberalismo en donde reside lo esencial. Además, la riqueza tiene la característica que suele transmitirse intergeneracionalmente, por lo que esta alta concentración de riqueza contradice principios de igualdad de oportunidades dentro de cada generación.[16] Coherente con el análisis de la primera columna, es evidente el riesgo que estos niveles de concentración suponen para el ejercicio democrático. Es por eso que algunos países han implementado impuestos a la herencia como un tipo de impuesto al patrimonio (ver aquí para una discusión al respecto). La literatura académica sugiere que las tasas óptimas a la herencia podrían ser bastante altas (del orden del 50%-60%). Podríamos decir que nos trata igualitariamente, nos pone en igual riesgo de enfermar, perder a alguien cercano y vivir en un mundo de amenaza inminente.

desigualdad capitalismo

Paradójica­mente, en este relato, se puede decir que el capitalismo ha logrado el objetivo del comunismo de instigar a la extinción del Estado, que se ha reducido, en la visión de Milanovic, a “el Consejo de Administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa” (para tomar prestada una frase de Marx y Engels). Violencia e historia de la desigualdad desde la Edad de Piedra hasta el siglo XXI, Walter Scheidel, Crítica, 2018, 624 páginas, $33.900. Así, el inversionista exhibe datos que muestran que los estudiantes pertenecientes a las escuelas de menores ingreso tienen un puntaje promedio 25% inferior en las pruebas de admisión universitaria respecto de los de escuelas de superior nivel económico, lo que se traduce en falta de oportunidades. También Dalio subraya que a lo largo de las generaciones, la superación económica ha disminuido en Estados Unidos.

El virus opera dentro de un marco global, pero ¿qué pasa con el resto de nosotros? A medida que se mueve y ataca, el virus demuestra que la comunidad humana global es igualmente precaria. Durante el «evismo», la acción colectiva del sector minero fue central para forzar la nacionalización de la principal reserva estañífera del país, trayendo consigo una nueva elite de gestión ministerial en el área. Describe también el recorrido trazado en tiempos recientes por la antes fortísima Central Obrera Boliviana.

Asimismo, se realizó un foro organizado en conjunto con el Colegio de Antropólogos de Chile. En esta instancia, el Dr. Reygadas abordó el tema del mercado laboral de la antropología y los problemas que encuentran los antropólogos jóvenes para insertarse en el mundo del trabajo, y expuso parte de su investigación realizada en el 2019 que condujo a un libro llamado “antropólogo del nuevo milenio”. [6] El mayor número de billonarios per cápita (ajustando por el tamaño de la población) se encuentra en los Estados Unidos, en tanto que la Federación de Rusia ocupa el segundo lugar. Para Stiglitz, la preocupación principal de las compañías no está puesta en proporcionar mejores bienes y servicios a través de la innovación, sino en la creación de monopolios.

Aunque en el pasado la desigualdad alcanzó cifras superiores a las actuales, las brechas no se veían agravadas por este hecho inédito, y esa separación perfecta que existía entre capitalistas y trabajadores hoy se ha desdibujado. “La desigualdad es mayor allí donde es mayor la cuota de capitalistas ricos por la renta del trabajo”, anota Milanovic, “pero ¿acaso no es bueno que las personas puedan hacerse ricas trabajando? ¿No es mejor acaso que se obtengan rentas más altas tanto del trabajo como de la propiedad, y no solo de esta última? La lucha por la desigualdad’ es un trabajo de primer orden histórico; un análisis crítico y en profundidad que quiere descubrir al lector cómo las desigualdades que hoy nos toca vivir proceden de la esencia misma del sistema económico que se forjó en el siglo XVIII.