La Magnitud De La Desigualdad En El Ingreso Y La Riqueza En México: Una Propuesta De Cálculo

Es el primer país Latinoamericano invitado a ser parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). No obstante, los buenos indicadores macroeconómicos no han podido mitigar el persitente y elevado efecto de la desigualdad del ingreso. Actualmente, Chile es el segundo país más desigual entre los miembros de la OCDE (medida a través del índice de Gini antes y después de impuestos y transferencias).

Sin embargo, la figura demuestra que gran parte de este resultado se debe a la redistribución de los hogares en edad de trabajar a los hogares jubilados. En países con estados del bienestar grandes, una buena parte del gasto adopta la forma de la seguridad social, que incluye asistencia a los hogares pobres, pero también pensiones públicas, prestaciones para los desemple­ados, vivienda social, prestaciones por menores a cargo y otros gastos dirigidos a grupos no definidos por sus ingresos bajos. Las prestaciones por menores a cargo, como los gastos en desigualdad ciudadana educación pública, transfieren ingresos a los más jóvenes (o a quienes cuidan de ellos). Dado que estos gastos se financian con impuestos pagados por los empleados adultos, se trata en definitiva de una manera a través de la que la sociedad facilita a las personas suavizar las fluctuaciones en sus ingresos a lo largo de sus vidas. Recibimos ingresos del gobierno cuando somos muy jóvenes y muy ancianos, y nuestros ingresos son bajos o nulos, y devolvemos una parte al gobierno cuando nos encontramos en edad de trabajar y recibimos una remuneración.

En common, la evidencia disponible sugiere una tendencia a la reducción de la desigualdad, tanto en períodos de incremento como de reducción de la pobreza. Se analiza la relación entre el nivel y cambios en la desigualdad con la tenencia de activos físicos y de capital humano, y con los retornos a algunos de esos activos. En las zonas urbanas, las diferencias de ingresos entre individuos con distintos niveles de educación, son el elemento más importante para explicar la desigualdad, seguido de los diferenciales según ocupación y edad o experiencia. Sin embargo, es la reducción en las diferencias de ingresos al interior de estos grupos la que explica la mayor parte de la reducción en la desigualdad del ingreso global.

Si Mark fuera negro, la brecha sería aún mayor que si fuera blanco pero, incluso así, su familia habrá tenido mejores condiciones materiales de vida que las dos familias chinas. El documento ofrece un análisis pormenorizado de la evolución de las desigualdades en la década de 2010. Para ello, se emplean microdatos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) para conocer cuál fue el comportamiento de sus determinantes. Asimismo, se llevan a cabo simulaciones para calcular el efecto de esos determinantes sobre las variaciones en las desigualdades durante el período de análisis.

Se puede hacer un desglose de estas políticas distinguiendo las que se aplican del lado de los impuestos y las que corresponden al lado de los gastos. En el lado de los impuestos se sitúa cualquier política que genere ingresos públicos, mientras que en el lado del gasto está cualquier política que dé dinero a los hogares o gaste dinero en su nombre. Estos dos efectos se representan en la nueva curva (línea discontinua) de Lorenz, que muestra el impacto a corto plazo de la nueva tecnología sobre los trabajadores que previamente ganaban dos tercios de un punto porcentual del producto cada uno. Al menos algunos de los 60 trabajadores en puestos para los que los robots remplazan a la fuerza de trabajo pierden sus empleos. Cinco de ellos se han sumado ahora a los desempleados; las máquinas han remplazado su trabajo. Quienes siguen empleados han sufrido una caída en su poder de negociación (debido a que ellos también pueden ser rempla­zados).

Para entender el impacto a corto plazo del plan de introducción de robots, pensemos en las dotaciones de habilidades de los trabajadores. Sesenta de ellos están realizando trabajos rutinarios que, en algún momento, estuvieron bien remunerados –como operar maquinas o clasificar correspondencia– y que ahora pueden realizar los robots. Otros, en cambio, tienen formación no solo para operar maquinaria, sino también para diseñar, reparar y calibrar las máquinas, y para gestionar su despliegue. Consideremos cómo la economía descrita en el panel izquierdo de la figura, con su equilibrio inicial en el punto X, cambia cuando los trabajadores (tanto empleados como desempleados) adquieren más educación.

En este sentido, si bien ha habido políticas públicas importantes a nivel mundial para resolver temas significativos relacionados a la desigualdad, como la reducción de la pobreza, éstas, por ejemplo, no han tenido grandes consecuencias en términos de desigualdad de ingresos para el resto de la población (Alfonso et al., 2015 ). Se concluye que la desigualdad tiende a empeorar en aquellas regiones con mayor concentración de población indígena, respecto al complete nacional, lo que enfatiza la desventaja económica de este grupo de la población. Igualmente, la esperanza de vida al nacer refleja que en Chile, las diferencias en acceso a salud de calidad, tienen consecuencias en las desigualdades del ingreso. La variable años de escolaridad promedio, está muy correlacionada con el PIB per cápita, se observa su significancia en la Tabla 3 desigualdad economica social (utilizando como variable dependiente el ratio 20/20), demostrando que regiones más escolarizadas tienden a reducir las desigualdades. En este sentido, guarda especial importancia la oferta de educación superior, demostrándose en cada caso que las regiones con mayor oferta educativa por habitante, tienden a tener menos desigualdad del ingreso. Se puede inferir, que los esfuerzos de los últimos 13 años para mejorar el acceso a la educación superior, en este caso por medio de la oferta, han contribuido en parte a mejorar los indicadores de desigualdad.

Acorde con sus resultados, se concluyó que en cada una de estas pandemias se observa un incremento de la desigualdad hasta cinco años después del evento, además de que la participación en el ingreso de los deciles más altos muestra un aumento significativo y persistente. Se exhibe que los niveles de empleo de aquellos con mayores niveles educativos fueron afectados levemente, situación que se agrava para aquellos con un nivel educativo básico. Con base en sus resultados, Furceri y compañía aseveran que las consecuencias distributivas de la pandemia por COVID-19 podrían ser aún más notables que las observadas en los eventos epidemiológicos y económicos pretéritos. Los cuadros 1 y 2 muestran la distribución del ingreso -por deciles de hogares, previa ordenación- según su ingreso complete (tanto en 1963 como en 1968, mientras que en 1977 según el ingreso monetario). Esta manera de construir los deciles tiene el inconveniente de que los hogares con muchos miembros, que a su vez suelen tener numerosos perceptores de ingreso, tenderán a estar localizados en deciles altos, aunque la retribución a cada uno de ellos sea pequeña.

No obstante, aunque con varios resultados positivos, esos quince años dejaron bastantes lecciones respecto del desarrollo y cómo debía enfrentarse. En otras palabras, “[e]n muchos lugares, el progreso no fue lo suficientemente sostenible ni equitativo para lograr las metas; en otros, el progreso se frenó o revirtió debido a desastres, conflictos, degradación ambiental o inestabilidad económica o climática” ( UNDP, 2016, p. 18). Esto permitió que las autoridades se replantearan el modelo de desarrollo implementado y la cooperación internacional, para abrir paso a nuevas conversaciones con el fin de dilucidar cuáles eran realmente las necesidades y cómo se debía llevar a cabo el trabajo internacional para lograr el desarrollo sostenible (Sanahuja & Tezanos, 2017).

El índice de Palma aumentó de 2008 a 2010, mientras que el Palma V2 no cambió y el Palma V3 disminuyó, lo que indica que si bien aumentó la concentración del ingreso en el Top_10, el incremento relativo de la participación en el ingreso whole se dio principalmente en los hogares del percentil 95 en adelante. En el mismo periodo, el coeficiente de Gini correspondiente al ingreso total del trabajo tuvo una disminución muy pequeña de 0.4%, mientras que el índice de Theil cayó 12%, y los four grupos poblacionales experimentaron también una caída de sus participaciones en el ingreso complete. La mayor afectación fue para el Top_1, con -13% (ver tabla 4), lo cual refleja cómo la caída en los ingresos por negocios fue más importante en los hogares de ingresos altos.

desigualdad de los ingresos

Este trabajo demuestra que el sector económico más potente, en el sentido del aporte al PIB regional, juega un papel importante en la reducción de la desigualdad, pero el efecto negativo provocado por el sector secundario parece haber tenido una influencia mayor. Se observa que la desigualdad del ingreso tiende a aumentar en regiones intensivas en el sector secundario (manufactura; electricidad, agua y fuel y sector construcción), mientras que las regiones intensivas en minería tienden a ser más equitativas. Se infiere que en estas regiones, las riquezas provenientes de la minería, son repartidas más inclusivamente entre la población trabajadora. De acuerdo con Macías (2014, pp. 119) “un crecimiento equilibrado de la productividad entre la agricultura y la industria genera menos desigualdad que un crecimiento de la productividad sesgado hacia la industria”, haciendo referencia a las diferencias campo-ciudad que puede provocar una mayor acumulación de capital físico en la industria12.

El motivo, continúa, es que el impacto de destinar dinero a la prevención “se ve en 20 o 50 años” y los “gobiernos quieren presentar resultados rápidos ante la ciudadanía”. ”, se pregunta León, que cree que todos estos retrocesos asociados con la tuberculosis, el sida u otras enfermedades de transmisión sexual afectarán especialmente “a las personas más vulnerables”, como la población que se encuentra en cárceles, quienes consumen drogas o quienes ejercen la prostitución. “Son personas que históricamente ya han sido criminalizadas y estigmatizadas” lo que hará “que tengan muchísimo más miedo de ser testeadas”. Por ello, la medida, según la activista, provocará justo el “efecto contrario”, ya que, la falta de diagnóstico abre las puertas de la transmisión.