Una explicación destacada es la teoría de la comparación social, que sugiere que los individuos evalúan su propio bienestar basándose en comparaciones con otros. En sociedades muy desiguales, las personas pueden experimentar una sensación de privación relativa al comparar su situación socioeconómica con la de quienes están en mejor situación. Esta percepción de estar en desventaja (ya presente a los eight años de edad) puede conducir a sentimientos de estrés, baja autoestima y reducción del bienestar mental basic (Marmot, 2004). Otra característica que resalta de las acciones públicas analizadas tiene que ver con la temporalidad de estas respecto de la Agenda 2030.
Es por lo anterior que el último informe del PNUD está dedicado a este tema “desarrollo humano para todos”, considerando, igualmente, que en 2015 los dirigentes nacionales se comprometieron a “no dejar a nadie atrás”, compromiso que dejaron plasmado en la Agenda 2030. Para reducir la pobreza que aún afecta a Chile, así como la desigualdad, se requiere de buenos instrumentos que puedan identificar, cuantificar y caracterizar, de una forma precisa, a la población más weak del país, de manera de poder aplicar la política pública eficientemente. Bajo este criterio, el Ministerio de Desarrollo Social, encargado de la Encuesta CASEN, a partir del año 2013 utiliza una nueva metodología de medición de Pobreza por Ingresos, tomando en cuenta los nuevos patrones de consumo chilenos e imponiendo estándares más altos que se adapten al actual nivel de desarrollo del país.
Esta agrupación incluye las naciones más desarrolladas del planeta, pero también aquellas emergentes como México, Chile y Turquía. Nuestro país se sumó el 2010, durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, convirtiéndose en el desigualdad ambiental miembro número 31 de la OCDE y el segundo latinoamericano en ingresar a esta organización, después de México. Uno es qué es lo que deseamos medir cuando hablamos de desigualdad, y lo otro es nuestra capacidad para medir aquello.
Incluso, la de nuestro país es algo menor que la de países como Finlandia, España, Francia o Japón, por nombrar algunos. Esto significa que nuestro mercado distribuye tan bien o tan mal como los mercados de países Ocde. Lo anterior es importante porque en el debate en Chile se suele achacar nuestra mala distribución del ingreso a nuestro mercado (¿“neoliberal”?).
Sin embargo, las investigaciones de desigualdad en Chile indican que no sólo tenemos que prestar atención a la variable de ingreso, sino también en el caso económico a otros tipos de activos y capitales, que perpetúan la desigualdad ente los más ricos y los más pobres del país», explica. Por último, el patrimonio es en buena medida la herencia que se traspasa a la siguiente generación y, por lo tanto, es una de las razones de por qué algunos apellidos prosperan y dirigen políticamente por décadas. Dicho de otro modo, el alto patrimonio que reciben unos y la carencia completa de herencia para otros, tiende a mantener o incrementar los niveles de desigualdad tanto económica como de influencia política. Eso puede explicar, por ejemplo, por qué tanto la extrema riqueza como la pobreza son lugares “pegajosos”, como los define la OCDE, es decir situaciones de las que es difícil salir. En el caso de Chile, la misma OCDE ha dicho que las familias pobres necesitan seis generaciones para que uno de sus descendientes llegue a la clase media (ver nota BBC).
También se argumenta que la desigualdad period baja en los regímenes comunistas ruso y chino en 1980 y que su posterior aumento contribuyó a estimular la innovación y el crecimiento en beneficio de todos. Sin embargo, la justificación de la desigualdad en función del bien común no puede aplicarse a la realidad common de todas las naciones. Por ejemplo, el crecimiento económico estadounidense y europeo durante el auge del Estado de Bienestar, de 1950 a 1980, fue más intenso que en las décadas siguientes, las que estuvieron caracterizadas, como escribe Thomas Piketty en Capital e ideología, “por un aumento de las desigualdades de dudosa utilidad social”. Según el economista francés, estas no beneficiaron “al 50% más pobre, que ha sufrido un estancamiento total desigualdad e igualdad de su nivel de vida en términos absolutos y un hundimiento en términos relativos”. Desde la academia, la relación entre desigualdad y crecimiento económico ha estado bajo la mirada de los investigadores durante los últimos sesenta años, como consecuencia de los planteamientos realizados por Simon Kuznets. Sobre la base de estas propuestas han sido muchos los estudios que han intentado explicar la relación que existe entre el crecimiento económico y la desigualdad, tratando no solo de identificar su dirección de causalidad, sino que también la relación que tienen en sí ambas variables.
Esto plantea la reflexión sobre cómo puede la desigualdad en la distribución de la renta llegar a afectar al desempeño de las economías de los países. Podemos seguir culpando a nuestro mercado, pese a que éste no distribuye distinto que en la Ocde. Y para esto, seguir en la senda de evaluar con celo los cerca de seven hundred programas estatales vigentes, cerrar los que no llegan a las personas y hacer que esos recursos vayan directamente a los hogares de menores ingresos. La figura adjunta muestra la distribución del ingreso medida por el índice de Gini para la OCDE y algunos de sus países. La desigualdad de mercado, esto es la que resulta de la pura distribución de rentas que realiza el mercado, se presenta en la barra celeste.
La falta de apoyo social y la erosión de la confianza entre los miembros de la comunidad agravan aún más los efectos adversos de la desigualdad de ingresos en el bienestar psychological, y reducen las tasas de éxito de la psicoterapia y otros tratamientos. Integrando datos de cuentas nacionales, declaraciones de impuestos y encuestas de hogares para corregir estos problemas de medición, el equipo del World Inequality Database estima que el 1% de mayores ingresos en Chile se lleva aproximadamente un 27% de los recursos, fracción que ha permanecido bastante estable desde 1990. Esta concentración es comparable a la de América Latina (25%) y está muy por sobre la de países desarrollados, que fluctúa en torno al 12%. El Banco Mundial hizo hace unos años este mismo esfuerzo con el objeto de corregir el Gini, obteniendo que, en 2013, en Chile este no period de zero,5, sino que de zero,fifty nine. En este sentido, la realidad de las manifestaciones sociales en Chile motivaron la hipótesis de este trabajo, ya que el descontento social ha dejado en evidencia las grandes faltas que existen en el país respecto de la dimensión ex-ante, lo que podría implicar, al menos, una falta de trabajo desde esta perspectiva.
En los últimos puestos se encuentran países del continente africano, donde el PIB por persona más bajo corresponde a la República Centroafricana, siendo tan solo 0,03 veces el de Chile. A través de un análisis de convergencia, se concluye que en Chile, las regiones más pobres y desiguales, tienden a crecer más que aquellas más ricas y equitativas. Es decir, las regiones más perjudicadas convergen buscando alcanzar a los territorios más favorecidos del país. Lo que marca la desigualdad en Chile, es el aún elevado nivel de desigualdad y su persistencia, a pesar de la mencionada convergencia. La democracia en nuestros días evidencia una disaster provocada por la desigualdad de recursos y la desigualdad de oportunidades para el desarrollo de las capacidades de la población latinoamericana y caribeña. Sobre estos dos ejes giran conflictos distributivos y conflictos de reconocimiento de los derechos de los ciudadanos.
El resultado es aún más abismante si consideramos los ingresos autónomos per cápita del hogar, donde la razón 10/10 aumenta a 45,1. Lo anterior no es de extrañar, ya que como se señaló en la Sección 2, Chile es el segundo país más desigual de entre los países miembros de la OCDE. Pero no solo existe una concentración económica en Chile, sino también política, poblacional, de los recursos y del sector industrial. En consecuencia, el país se encuentra en una época de constantes protestas sociales de diversa índole y es cada vez más frecuente que las regiones se manifiesten en contra de un Gobierno central, que no ha sido capaz de satisfacer las necesidades de un territorio tan heterogéneo como Chile (Mieres, 2015). Es imperativo que la distribución de la riqueza en Chile sea más equitativa; que el crecimiento económico sea más inclusivo y que se facilite la movilidad económica y social de la población chilena.
A nivel de desarrollo económico, la Región Metropolitana logra los mejores resultados, mientras las regiones del sur del país, los peores, destacando nuevamente La Araucanía, única región catalogada con un bajo nivel de desarrollo, de acuerdo al IDERE. En marzo del año 2010, bajo el segundo mandato de la presidente Michelle Bachellet, Chile se convirtió en el miembro número 31 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el primero a nivel Sudamericano. En su discurso, Angel Gurría (Secretario General de la OCDE), declara que la experiencia chilena enriquecerá el acervo de la OCDE en cuestiones clave, siendo un ejemplo al combinar crecimiento económico y mayor bienestar social. Gurría comentó que Chile ocuparía un lugar que le pertenece por mérito propio, cuyo objetivo es que comparta sus buenas prácticas y políticas públicas con los demás países de la OCDE.
La concept de explotar constantemente a otros seres vivos con la finalidad de cubrir necesidades infinitas, sostiene un modelo económico inviable y una sociedad profundamente injusta. El trabajo de la Convención Constitucional abre un espacio para intentar dar solución a los problemas que afectan a la sociedad chilena. Un instrumento creado para ello entre otros, se llama Iniciativa Popular de Norma, en que cualquier ciudadano u organización puede presentar su idea para que sea discutida en la Convención y eventualmente quedar en el articulado de la nueva Constitución.
A diferencia de las regiones Metropolitana y Antofagasta, con descensos de 7,47% y 7,45% respectivamente, que fueron las más afectadas. Pese a esta generalizada incidencia a la baja, la nueva dimensión no generó grandes cambios en las posiciones regionales del IDERE global. La dimensión sustentabilidad y medio ambiente es de gran relevancia para el crecimiento económico sostenible. Es lamentable que no se tengan datos históricos respecto a la inversión pública en el área medioambiental, sin embargo, contamos con los datos de los últimos años, los cuales develan que en 2015 la inversión ascendió a más de 27 mil millones de pesos. A nivel regional las regiones con mayor presupuesto medioambiental ejecutado fueron La Araucanía, Biobío y Aysén, tres regiones del sur del país.