Algunos indicadores se centran en el tamaño o el nivel general de logros entre la población analizada. Por ejemplo, podemos calcular el whole de ingresos o el total de años de escolarización de cada individuo de la población. Siguiendo el ejemplo, calcularíamos los ingresos per cápita o el promedio de años de escolarización de la población. Este tipo de medidas reflejan la igualdad o desigualdad en la distribución de logros para una población concreta. Finalmente, otras medidas captan la base de la distribución o la proporción de la población que presenta un nivel inaceptablemente bajo de logros, con relación a unos patrones prestablecidos.
Así, se hace necesario examinar lo que efectivamente están mostrando estos indicadores, con el fin de dilucidar el problema que afecta a la población de Chile, en términos de las grandes disparidades que hoy sufren. Las desigualdades repercuten en la esperanza de vida y el acceso a servicios básicos, como la atención sanitaria, la educación, el agua y el saneamiento, y pueden coartar los derechos humanos, por ejemplo, debido a la discriminación, el abuso y la falta de acceso a la justicia. Cuando las desigualdades son considerables, desalientan la formación profesional, obstruyen la movilidad económica y social y el desarrollo humano y, en consecuencia, inhiben el crecimiento económico. Asimismo, afianzan la incertidumbre, la vulnerabilidad y la inseguridad, socavan la confianza en las instituciones y el Gobierno, aumentan la discordia y las tensiones sociales, y desencadenan actos violentos y conflictos. Cada vez hay más pruebas de que son las desigualdades de los ingresos y la riqueza las que impulsan el auge del nativismo y de las formas extremas de nacionalismo.
Con el género masculino sucede lo contrario; cuando tienen hijos pequeños, los hombres tienen probabilidades más altas de participación en el mercado de trabajo, lo que se conoce como «prima de paternidad». La desigualdad económica refuerza y se ve reforzada por otras desigualdades, incluidas aquellas en el ámbito de la salud de la mujer, en donde sólo unas cuantas privilegiadas pueden controlar su fecundidad y, en consecuencia, pueden desarrollar habilidades, integrarse a la fuerza laboral remunerada y adquirir poder económico. Hace cuatro años, decenas de miles de guatemaltecos de diferentes edades, condiciones sociales, ideologías y religiones llenaron las plazas en su 15M specific desigualdad economica en america latina, impulsados por la indignación ante la corrupción y la situación social.
El autor incluso hace referencia a la “mala suerte” que podrían tener algunos sujetos de la economía. Por ejemplo, dos personas que perciben el mismo ingreso, pero una de ellas se ve forzada por factores fortuitos a generar un gran gasto o endeudarse, mientras que la otra puede ahorrar ese dinero o invertirlo en su desarrollo personal, mostrarán disparidades en el uso de sus recursos y, por consiguiente, en la libertad para lograr ciertos resultados. Las medidas de la familia AF satisfacen muchas de las propiedades deseables para las medidas de pobreza. La primera es la descomposición, que permite desglosar el índice por subgrupos de población (como región, género u origen étnico) para mostrar las características de la pobreza multidimensional para cada grupo.
Durante los años ’50 se generalizaron en muchos países de Occidente —no en la Unión Soviética, ni sólo en países gobernados por la izquierda— tasas fiscales superiores al 90% para las rentas más elevadas. Estoy completamente de acuerdo y además hay que promocionar el esfuerzo de aquellos que tienen ciertos talentos escasos. En common, las mujeres suelen tener más en cuenta a sus familias y comunidades en los procesos de toma de decisiones, lo que es essential para crear las soluciones integrales que contribuyen a la adopción de medidas climáticas efectivas. Las mujeres indígenas, en specific, poseen conocimientos únicos sobre la agricultura, la conservación y la gestión de los recursos naturales, por lo tanto, son voces indispensables en cualquier proceso de toma de decisiones. Aumentar la capacidad productiva de las pequeñas agriculturas (pequeñas productoras que gestionan áreas agrícolas de hasta 10 hectáreas, o apenas 25 acres) también ayuda a promover las prácticas agrícolas sostenibles.
La desigualdad social puede fomentar la exclusión de una persona o de todo un sector social en la dinámica de un país, lo que tiene implicaciones económicas, políticas y culturales para el sujeto excluido, que encontrará dificultades para integrarse y reconocerse como miembro pleno de la sociedad. La pobreza es de las consecuencias más graves de la desigualdad en el mundo, entre otras cosas, porque es origen de mayor desigualdad en la sociedad por condicionar las oportunidades de desarrollo y bienestar de los pobres y de posicionarlos en una situación de clara desventaja respecto a los ricos. Hay pobreza porque existe la desigualdad, y la desigualdad existe, entre otras cosas, porque hay pobreza. Cada uno de los tipos de desigualdad social involucra uno de los ámbitos donde nos desplazamos todos los días y que nos afecta directa o indirectamente y en distintas formas, no todas fácilmente visibles para nosotros.
Estos ciclos de alza y baja pueden observarse a través de la evolución del coeficiente de Gini, el cual es un indicador que se encuentra entre 0 y 1, donde un mayor número indica más desigualdad en la dimensión de los ingresos (figura 1). Llama la atención que en ningún período de nuestra historia el coeficiente haya estado en un nivel comparable a los que muestran los países actualmente más desarrollados (figura 2). Esta persistencia en el tiempo contrasta con el avance de otros indicadores sociales y económicos, los que han permitido reducir significativamente la pobreza en el país. Uno de los propósitos de la publicación de este informe fue reabrir el debate sobre las medidas de igualamiento de oportunidades en México.
Como punto de partida, debo admitir que abordar todos los aspectos del género y las correspondientes desigualdades queda fuera del alcance del presente artículo. Por lo tanto analizaré argumentos que sostienen que, alrededor del mundo, siguen existiendo relaciones de poder de género en varias áreas concretas, como la educación y la violencia. Dichos argumentos sugieren que la desigualdad de género es visible tanto en la esfera privada como en la pública (sobre todo en sus aspectos económicos, desigualdad ciudadana políticos y sociales), y aducen pruebas empíricas para algunos de los ejemplos de desigualdad de género más apremiantes. Empezaré por analizar los argumentos que defienden que las desigualdades de género siguen estando arraigadas y no desaparecen con el paso del tiempo ni en función del lugar o la cultura y compararé su validez con la de argumentos alternativos que sostienen que las relaciones de poder de género (y las correspondientes desigualdades) se están debilitando poco a poco.
De hecho, en el mundo las mujeres ganan, de media, el 24% menos que los hombres (UNWomen, 2015). El Grupo de Trabajo Abierto sobre los ODS propuso un objetivo independiente en relación con la desigualdad con siete metas y tres medios para lograrlas. Partiendo de este contexto, las dos grandes causas de la desigualdad económica en las economías occidentales son la ausencia de ingresos a través de un salario y la inexistencia o baja efectividad de las políticas sociales. En muchos otros países, y en particular en los más pobres, la desigualdad va mucho más allá de la situación particular person de una persona o una familia. A nivel estado, la falta de integración económica, la ausencia de políticas de redistribución de la riqueza, la liberalización y desregulación del mercado de trabajo o la corrupción pueden ser también causas de peso, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). En consecuencia, no han sido los partidos políticos los que han puesto el tema de la desigualdad en la agenda pública.
En la actualidad existen aún grupos marginados principalmente rurales y de los alrededores de ciudades principales, donde el nivel de vida es precario y por consecuencia el acceso a la educación superior y hasta media superior es muy bajo. Los jóvenes de esas áreas optan por trabajar y buscar oportunidades de trabajo, antes que buscar ingresar a una escuela, debido a que las necesidades que tienen les exigen cubrir otras necesidades básicas. Además acceder a la educación les supondría gastar parte de sus ganancias y su tiempo en una instrucción formal. La falta de educación formal conlleva subsiguientemente una discriminación dentro de las instancias laborales y sociales. En términos de ingresos laborales, está claro que los adultos tienen la ventaja competitiva respecto a los jóvenes de llevar más tiempo en el mercado de trabajo. De acuerdo con todo lo anterior, considerar la pobreza como el principal problema de los jóvenes es, al menos, inadecuado.
La mayor parte de la deserción estudiantil ocurre por falta de recursos económicos, sin embargo, las mujeres enfrentan un panorama distinto que los hombres. A escala basic, sólo el 29% de las mujeres tiene algún tipo de crédito, mientras que para los hombres la cifra asciende a 33%, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018, realizada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Inegi. México presenta la brecha más pronunciada en términos de salarios entre hombres y mujeres de los 37 países que conforman la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). La estimación de este organismo internacional apunta a que los hombres tienen un ingreso medio anual 54.5% más alto que sus pares mujeres.
Los delitos financieros, según el autor, no son sancionados; basta señalar que ningún alto funcionario de esas instituciones se encuentra en la cárcel. Cómo la desigualdad erosiona el Estado de Derecho, que la percepción cada vez más generalizada en la sociedad de Estados Unidos es que se necesita un Estado de derecho más fuerte. Una situación comparable ocurrió con el estallido de la burbuja hipotecaria, en la cual millones de propietarios de viviendas se encontraron con severas dificultades al adeudar más por sus casas que el valor de las mismas. Por ello, la percepción de la mayoría de la sociedad sigue siendo que los rescates financieros fueron indeseables. La percepción generalizada consiste en que el gobierno y los bancos no hicieron lo suficiente a favor de los propietarios de las casas; millones de esos propietarios las perdieron.