Se produce por tanto, en estas fases, una inclinación a una parcial desmercantilización de la fuerza de trabajo. Con ello, a través del tiempo, se acrecienta el poder social de negociación del Trabajo y tiende a disminuir la rentabilidad basic del capital. Así lo sostuvo el Dr. Luis Reygadas, antropólogo y profesor de La Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México, quien también impartió una charla sobre el mercado laboral de la Antropología. Este artículo es parte del proyecto CIPER/Académico, una iniciativa de CIPER que busca ser un puente entre la academia y el debate público, cumpliendo con uno de los objetivos fundacionales que inspiran a nuestro medio.
El motivo es que el Gini reportado periódicamente por los organismos internacionales no captura correctamente los ingresos de los individuos de más altos ingresos. Estos indicadores se basan exclusivamente en datos provenientes de encuestas de hogares (en el caso chileno, la encuesta CASEN), que no son representativas para los percentiles de más altos ingresos (es decir, muy rara vez una persona de altos ingresos aparece encuestada en la CASEN). Además, las personas de altos ingresos que sí son encuestadas, subreportan sus ingresos, ya sea porque no los conocen con exactitud o porque no desean hacerlos públicos. Esa política pública habría establecido la solidaridad con otros países comprometidos con la atención médica common y, por lo tanto, habría establecido una política transnacional de atención médica comprometida con la realización de los ideales de igualdad. Surgen nuevas encuestas que reducen la elección nacional a Trump y Biden precisamente cuando la pandemia clausura la vida cotidiana, intensificando la precariedad de las personas sin hogar, los no asegurados y los pobres.
¿Es esta una discusión que concierne principalmente a quienes viven en la Región Metropolitana, pero que omite la presencia de otros fenómenos y problemáticas más urgentes a resolver en otras partes del territorio nacional? ¿Puede existir alguna relación entre los niveles de conflicto que se observan en el territorio, la desigualdad y el porcentaje de la desigualdad que explica el 1% más rico? Si es que el 1% más rico no solo ostenta el poder económico, sino que también utiliza dicho poder para influir en la política (en desmedro de quienes se encuentran más abajo en la distribución de ingresos), entonces es probable desigualdad de la pobreza que dichos territorios experimenten un mayor número de conflictos sociales. Es evidente que la gran concentración de poder económico en pequeñas elites, lleva a una indebida influencia del dinero sobre el sistema democrático.
En contextos en donde existe mucha evasión y elusión, éstos también subestiman los ingresos de las personas de más altos ingresos. Por el contrario, es el diseño institucional y las políticas públicas los que han permitido que eso ocurra. En otras palabras, son decisiones políticas las que han transformado la globalización en desigualdad.
Es curioso y contradictorio que, aunque la Constitución vigente no mencione al Estado subsidiario, esta ideología del liberalismo y más del neoliberalismo sea la que domina en Chile. Más curioso es que el liberalismo, neoliberalismo y capitalismo no sean vistos como ideologías o incluso religiones con matices fundamentalistas o fanáticos. En sus dos o más centenares de miles de años de evolución la sociedad humana ha tenido y tiene decenas de modos y relaciones sociales de producción y varias más exitosas y productoras y de mayor desarrollo integral del ser humano. Pero tiene un precio ethical, y nos empuja a perseguir el éxito material como objetivo last. En Occidente, el capitalismo liberal cruje bajo las tensiones de la desigualdad y el exceso capitalista. En China, el capitalismo político, que muchos afirman que es más eficiente, es también más susceptible a la corrupción y, cuando el crecimiento es lento, a los disturbios sociales.
Nuestra sugerencia es evaluar a las organizaciones en relación con los 17 valores establecidos a través de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de las Naciones Unidas. No puedo compensar una pérdida de bosques con una recuperación de escuelas públicas. Bueno, esta es una invitación para conocer el gran cambio que ocurre en el mundo. Por Thomas Eckschmidt, padre de Gabriela, esposo de Ana María y entusiasta del capitalismo consciente. Emprendedor con cuatro patentes depositadas, 12 premios de emprendimiento, sostenibilidad e innovación, y 20 libros publicados. Finalmente, el neofeudalismo trae consigo la inseguridad y la ansiedad de una abrumadora sensación de catástrofe.
¿Todos los factores que han contribuido en el aumento de la desigualdad son negativos? ¿Las tensiones que atraviesan hoy a nuestras sociedades tendrán como resultado una nueva vuelta de timón en la historia del capitalismo? A un grupo importante, mayoritario de personas, el capitalismo les ofrece una sensación ilusoria de que están avanzando, están mejorando su nivel de vida, pero a las que en el fondo mantiene en el mismo nivel de desigualdad, a partir de cambios macrosociales sobre los cuales las personas no tienen ningún management.
Una de las medidas más utilizadas en la discusión pública es el coeficiente de Gini. Sin entrar en los detalles de su cálculo, hay que saber que éste toma valores entre 0 y 1, y que un mayor Gini implica una distribución de ingresos más desigual. En los casos extremos, zero implica que todos los individuos tienen los mismos ingresos, y 1 que sólo una persona recibe todos los ingresos. No obstante, tales procesos no son ineluctables; las escuelas y enfoques teóricos que ponen su hincapié en la agencialidad humana, insisten en que las tendencias anunciadas quedan siempre supeditadas al propio desarrollo del Trabajo como sujeto en cada fase histórica, así como a sus plasmaciones organizativas e ideológicas. Factores que tampoco son independientes de la propia evolución del sistema capitalista y de la conformación del Capital como sujeto histórico. Utilizando datos de la CASEN para los años 2009 a 2017, los resultados de este ejercicio indican que alrededor del 11% de la desigualdad (medida a través del coeficiente de Gini) es exclusivamente atribuible al 1% más rico (ver Tabla 1).
Pero la atenuación de dichos objetivos en las últimas décadas, o derechamente el incumplimiento de ellos, quitó brillo al modelo y no sería raro que en un futuro pierda influencia. Tanto la creación de una clase alta empeñada en perpetuarse como la polarización entre la élite y el resto de la sociedad constituyen las principales amenazas a la paz social y a la viabilidad del sistema a largo plazo. La desaceleración del crecimiento y el aumento de la inequidad en varios países, a lo largo y ancho del globo, ponen otra vez al capitalismo ante un cuestionamiento profundo. ¿Tiene la política el suficiente poder para corregir sus consecuencias indeseables?
Hasta hace algunas décadas, en la medida en que los hombres contaban con mayores recursos, era menos probable que sus esposas trabajaran y tuvieran sus propios ingresos. Actualmente, en un contexto donde las tasas de titulación de mujeres superan a las de varones, lo común es que tanto el hombre como la mujer tengan un trabajo en los hogares más prósperos. Y los emparejamientos, siguiendo la lógica de selección por similitud, suelen darse entre personas de un mismo nivel educacional y de ingresos. Es decir, los hombres educados y ricos, que antes por lo general eran la única fuente de ingresos de sus hogares, se casan hoy con mujeres igualmente educadas y ricas. El impacto en la aceleración de las desigualdades del emparejamiento selectivo es evidente.
La mayor atención a la reproducción social responde a la interiorización, es decir, a la pérdida de una capacidad general para reproducir las condiciones básicas de la vida vivible. Esto aparece en el aumento de las tasas de suicidio, el aumento de la ansiedad y la adicción desigualdad autores a las drogas, la disminución de las tasas de natalidad, las tasas más bajas de esperanza de vida y, en los Estados Unidos, la psicótica autodestrucción societal de los tiroteos masivos. Se manifiesta en las infraestructuras colapsadas, el agua impotable y el aire irrespirable.
Todo esto tiene lugar en contraste con la contienda presidencial de los Estados Unidos en la que las posibilidades de Bernie Sanders de asegurar la nominación demócrata parecen ahora ser muy remotas. Tal programa pondría fin a las compañías de seguros privados impulsadas por el mercado que regularmente abandonan a los enfermos, exigen gastos de bolsillo que son literalmente impagables y perpetúan una brutal jerarquía entre los asegurados, los no asegurados y los no asegurables. El enfoque socialista de Sanders sobre la atención médica podría describirse más adecuadamente como una perspectiva socialdemócrata que no es sustancialmente diferente de lo que Elizabeth Warren presentó en las primeras etapas de su campaña. En su opinión, la cobertura médica es un “derecho humano”, con lo que quiere decir que todo ser humano tiene derecho al tipo de atención médica que requiere. Los derechos humanos tienden a imaginar al ser humano individual como el punto de partida. Pero, ¿por qué no entender la atención médica como una obligación social, una que se deriva de vivir en sociedad unos con otros?