Lo que necesitamos es una Cumbre de Sistemas Alimentarios popular que apunte a poner fin al hambre y la malnutrición, proteger los ecosistemas y ofrecer a los pequeños agricultores una subsistencia decente. Los más afectados por las consecuencias negativas de nuestros sistemas alimentarios actuales deberían desempeñar un papel vital en la discusión de cómo transformarlos. Lo que falta son líderes políticos que entiendan la urgencia de la crisis de los sistemas alimentarios e inicien las transformaciones necesarias. Al hacerlo, deberían enfrentarse a los poderosos intereses económicos y centrase en las necesidades de los más vulnerables. Ocho hombres, entre los que destacan Bill Gates, Amancio Ortega, Carlos Slim y Mark Zuckerberg, poseen la misma riqueza que 3.600 millones de personas a nivel mundial, indicó Oxfam, integrada por 17 organizaciones no gubernamentales. Asimismo ha recibido importantes reconocimientos nacionales e internacionales, como el entregado por la señora Michelle Obama, por crear y desarrollar un programa que mejoró efectivamente la calidad de vida de niños y sus familias, con un modelo de servicio de alimentación saludable y sostenible en escuelas públicas en Washington DC, EEUU.
“Promover dietas saludables para fortalecer nuestro sistema inmunológico es muy apropiado dada la crisis de salud que enfrentamos actualmente en todo el mundo”, dijo el director basic de la FAO, Qu Dongyu, cuando inició ese año. La falta de alimentos, el hambre y la desnutrición afectan a todos los países del mundo, alertó este martes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), haciendo un llamado urgente a reducir la cantidad de alimentos que se desperdician. Todas estas disaster desigualdad de los paises limitan la capacidad de la gente más pobre para comprar alimentos o producir lo suficiente como para autoabastecerse. Como resultado de ello, 155 millones de personas en fifty five países padecieron hambre severa en 2020, 20 millones más que en 2019.
La desigualdad que se vive en Chile se expresa día a día en los alimentos que los chilenos podemos llevar a nuestras mesas. Un estudio del 2017, realizado por el Ministerio de Salud de Chile, reveló que un 27,1% de los chilenos, quienes pertenecen a los dos quintiles socioeconómicos más bajos, no tienen los ingresos suficientes para costear una alimentación saludable y una dieta saludable es 37% más cara que una menos sana según un estudio de Cepal-Minsal y OPS. “Eliminar las grasas trans de producción industrial, implementar el etiquetado frontal de advertencia, common la publicidad de alimentos no saludables, establecer impuestos a las bebidas azucaradas, y apoyar las políticas de alimentación saludable y actividad física en las escuelas”, agregó. “Debemos redoblar los esfuerzos para abordar la malnutrición en todas sus formas promoviendo políticas públicas para crear entornos alimenticios saludables”, señaló la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa F. Etienne. En relación con otras políticas alimentarias, la publicación de la ONU indicó que, si están bien diseñadas, podrían desempeñar un papel en la asequibilidad de las dietas saludables y prevenir enfermedades relacionadas con el sobrepeso y obesidad. Según Lubtekin, “para contribuir a la asequibilidad de dietas saludables, se requiere crear incentivos para la diversificación de la producción de alimentos nutritivos dirigidos principalmente a la agricultura familiar y productores y productoras de pequeña escala”.
Si bien esto es una ventaja frente a los efectos del cambio climático, ya que puede importarse desde otros países que sí tengan, como ocurrió con las papas en agosto. El ex ministro de Agricultura Carlos Furche, en una columna del Diario Financiero, manifestó su preocupación de cómo esta disaster alimentaria estaba afectando a Chile. El precio de los productos agrícolas había aumentado un 50%, y a medida de que aumenta la población chilena, aumenta la demanda. Lo cual contribuye al aumento de la inflación, la que registraba un alza histórica, cerrando el año con la mayor inflación anual de 12,8%. Ahora bien, la lactancia materna requiere de una madre que no curse con desnutrición, que además durante el embarazo consuma suplementos de hierro y ácido fólico para evitar anemia en el binomio, así como defectos a nivel del tubo neural del recién nacido.
eleven Así, por ejemplo, una política estatal orientada a reducir los niveles de pobreza mediante la fijación de un salario mínimo, consigue sólo distorsionar las fuerzas del mercado, ya que presiona artificialmente hacia un aumento salarial, lo que incrementa el desempleo y, con ello, la pobreza. 6 Indigentes son las personas cuyos ingresos son tan bajos que aunque se destinaran íntegramente a la compra de alimentos, no permitirían satisfacer adecuadamente las necesidades nutricionales de todos los miembros del hogar. De acuerdo a la CEPAL, «el nuevo modelo de desarrollo ha resultado bastante excluyente. El crecimiento se concentró en los productores comerciales vinculados al agronegocio nacional e internacional, asociado a empresas transnacionales de la industria agroalimentaria y de la comercialización»(6, p.137).
Esta triste realidad ha puesto en tela de juicio los fundamentos mismos de la teoría neoclásica y neoliberal en la medida en que se reconoce que los bienes alimenticios, además de ser abundantes, están mal distribuidos; por lo que no es correcto explicar las crisis alimentarias o hambrunas exclusivamente a partir de bajas en la producción. De acuerdo a Sen, «…estudios empíricos de algunas de las recientes grandes hambrunas confirman que éstas pueden desarrollarse incluso sin una caída common en la disponibilidad de alimentos»(13). Para este autor, el efecto de la acción de las instituciones y los mercados, así como la ausencia de políticas destinadas a contrarrestar dichos efectos, son los factores determinantes de las hambrunas. Pero los promotores de la ideología neoliberal parecieran no preocuparse mayormente de la realidad latinoamericana y mundial antes descrita o de opiniones como las de Sen. Lo relevante para ellos es que estamos caminando hacia un mercado perfecto donde no existirán esos problemas; mientras tanto algunos tendrán que hacer sacrificios. De esta forma, se ha consolidado una cierta rigidez en la distribución del ingreso, con el resultado de que, comparada con otros continentes, América Latina seguía siendo considerada en 1999 la región más inequitativa del mundo.
– Amplíen la resiliencia frente al cambio climático en los distintos sistemas alimentarios, por ejemplo ofreciendo a los pequeños agricultores un amplio acceso a seguros contra riesgos climáticos y financiación basada en previsiones. Cassio Luiselli plasmó el escenario de la seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe (ALC), región a la que caracterizó como la de mayor potencial agrícola y productivo del mundo, pero con dificultades por sus desigualdades, contrastes y pobreza a raíz de la mala distribución del ingreso en la mayoría de países, situación que la pandemia ha agudizado. La inseguridad alimentaria y el hambre, la obesidad y sus consecuencias y el impacto ambiental de las formas en que la comida es producida y consumida”, advirtió. El que se incorpore este derecho humano en la Nueva Constitución, permite repensar el modelo de producción, comercialización y consumo de alimentos que nuestro país ha desarrollado, transitando de un modelo de libre mercado a uno centrado en las personas, otorgando también responsabilidad al Estado la forma que nos alimentamos. Vemos como cada vez nos alejamos más del cumplimiento de la agenda 2030 y no logramos mejorar aún las cifras previas a la crisis desigualdad de los ingresos desatada por la pandemia de COVID-19.
Según la Universidad de Chile, “las migraciones internas que remecieron el paisaje de las ciudades chilenas, inevitablemente trajeron consigo un clima de inestabilidad política y social”. En las décadas de 1930 y 1940, Chile se vio sumido en una profunda disaster económica derivada de la Gran Depresión mundial. Si bien la catástrofe financiera tuvo efectos globales, en Chile, acentuó el problema del hambre y dejó huellas indelebles en la memoria colectiva del país.
La Conferencia Regional además sostuvo mesas redondas ministeriales centradas en cómo hacer avanzar la pesca y la acuicultura bajo el enfoque de la Transformación Azul, aprovechar el comercio como motor estratégico para reducir el hambre y la malnutrición en la región y abordar los retos del nexo agua-bosques-biodiversidad-suelo en el contexto del cambio climático. Una forma de reducir la brecha del hambre y mejorar el bienestar de los más vulnerables es hacer frente a la pérdida y el desperdicio masivo inherente a los sistemas alimentarios actuales. Hoy en día, al menos un tercio de todos los alimentos que se producen no llegan de la granja a la mesa.
Pese a que esta cifra representa una leve mejora de zero,5 puntos porcentuales respecto de la medición anterior, la prevalencia de hambre en la región todavía se encuentra zero,9 puntos porcentuales por encima de los registros de 2019, previos a la pandemia de COVID-19. Según el Banco Central de Chile, la creación de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) en 1939 permitió al Banco Central establecer nuevas políticas monetarias, las cuales respaldaron un enfoque proteccionista que buscaba reducir la dependencia de las importaciones. Los formularios pueden ser solicitados contactando al autor responsable o a la dirección editorial de la Revista.
Es la utopía que «anuncia la destrucción como el camino realista de la construcción»(15, p.82-3). Queda demostrado así que el crecimiento de la producción global y agrícola no ha generado la demanda que tanto prometía. Como mínimo, un tercio de la fuerza de trabajo latinoamericana, y en algunos casos inclusive más de la mitad, sobrevive con empleos precarios que no les permite lograr el poder adquisitivo suficiente para participar como consumidores en el mercado alimenticio; no constituyen una demanda efectiva solvente. La flexibilidad del trabajo hace que tener empleo deje de ser garantía para alcanzar los medios necesarios para alimentarse adecuadamente, para vivir.
Más de una tercera parte de esos países presentaban formas superpuestas de malnutrición (45 de 123 países en la década de 1990 y forty eight de 126 países en la década de 2010), especialmente en África subsahariana, Asia meridional y oriental y el Pacífico. En el caso de Chile, se han empleado datos de las encuestas gubernamentales nacionales para calcular las estimaciones de prevalencia de la inseguridad alimentaria aplicando métodos estadísticos de la FAO a fin de ajustar los resultados a la misma norma de referencia mundial. Un nuevo informe publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en conjunto con tres agencias internacionales dedicadas a la alimentación, indicó que 3,9 millones de chilenos mayores de 18 años tienen obesidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), iniciaron en 1991 un proyecto denominado Hospital Amigo del Niño. Su finalidad fue implementar prácticas para proteger, promover y apoyar la lactancia materna en los recién nacidos. No obstante a la fecha, una de las causas de muerte en niños es la desnutrición en menores de un año con 50% de las muertes a nivel mundial [9]. Alimentación y nutrición, un problema complejo con diversos nivelesUna alimentación segura y factible no determina una nutrición saludable. La tasa de desempleo urbano alcanzó el eight,9% en 2016, lo que representa un aumento de 1,6 puntos porcentuales desde 2015.