Dada la profunda transformación económica, social y política por la que atraviesa nuestro país, es urgente generar una pausa en el clima de polarización para revisar cómo queremos vivir el presente y cómo queremos proyectar el futuro. En cuanto a la igualdad de género, el Global Gender Gap Report 2022 del Foro Económico Mundial, precisa que al ritmo actual de progreso, nos demoraremos 132 años para alcanzar la paridad plena, cifra que en 2020 llegaba a los a hundred años. Esta frase deja en evidencia que la pandemia por Covid-19 nos impactó y nos sigue impactando de diferentes maneras. Sin embargo, los esfuerzos por lograr una reactivación económica no han logrado revertir las dramáticas cifras de desempleo, endeudamiento e inseguridad, a lo que se suman las dificultades para acceder a la salud, a una vivienda y el creciente deterioro de la salud psychological desigualdad de la sociedad de la población. A pesar de esta evidencia, los datos sobre desigualdad comúnmente se relativizan frente a las percibidas bondades del modelo económico. Reducir las desigualdades y garantizar que nadie se queda atrás forma parte integral de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El segundo argumento que expone Atkinson (2015) tiene que ver con la igualdad de oportunidades competitiva. Aquí, se garantiza que todos podrán acceder, por ejemplo, a un trabajo o al sistema de educación, entre otros. Sin embargo, existe una amplia gama desigual de recompensas, las cuales son construidas socialmente (Hopkins & Kornienko, 2010). Por ejemplo, dos individuos que pudieron acceder a la misma educación profesional, en igualdad de condiciones ex-ante, obtienen luego el mismo puesto de trabajo, pero en diferentes empresas.
Un problema de esta tradición es que no considera que impuestos diferenciados dificultan la fiscalización y abren espacio a la evasión y elusión, lo que a su vez afecta la eficiencia del sistema. Un segundo problema, más importante aún, es que los impuestos diferenciados óptimos dependen de elementos que no son observables, por lo que son muy difíciles de implementar. Como el IVA en Chile es homogéneo, y para no extender la discusión más allá de lo necesario, no profundizaremos al respecto. Actualmente, el instituto se encuentra implementando una cultura de equidad de género con la finalidad de disminuir brechas en los distintos estamentos de la comunidad del IPVG, y de esta forma posicionar la temática, desarrollando diferentes acciones asociadas a diversidades y brechas de género.
“Los profesores entienden que esos niños no tienen la misma forma de aprender y les entregan un suggestions o retraolimentación constante, todos los días –explicó Schleicher-. En muchas escuelas chilenas, los estudiantes aprenden por lo general de forma individual y al finalizar el año escolar, se evalúan sus logros. Sin embargo, hace unos años se comenzó a manifestar un descontento por parte de la población hacia los indicadores tradicionales.
ABU DHABI – Los discursos de los políticos sobre la desigualdad tienden a ser parcos en cuanto a hechos, pero expansivos en cuanto a propuestas ideológicas. Una explicación caritativa para la baja calidad del discurso público sobre la desigualdad del ingreso en las economías en desarrollo y emergentes, es que en ellas los datos acerca de la distribución del ingreso suelen ser escasos o dudosos. La primera declaración sobre los derechos del niño knowledge de 1920 aprobada por la Liga de las Naciones, la cual se disolvió en 1946. Ese mismo año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue creada, organismo que hoy vela por el cumplimiento del derecho internacional, el mantenimiento de la paz internacional, la promoción y protección de los derechos humanos, entre otros. En 1959, la Asamblea de la ONU aprueba la declaración de los Derechos del Niño y en 1989 aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, tratado internacional vinculante ratificado por 196 países. Una buena educación, según expertos, tiene la función de adquirir habilidades y certificar conocimientos para participar aún más en la sociedad, y sirve para “socializar”.
Desde el organismo problematizan el cómo la desigualdad y pobreza en el mundo se convierte en una barrera para acceder a los servicios de salud de manera oportuna para millones de personas. Además, la calidad de vida de la población más susceptible agudiza los problemas de salud dado que tienen poco o ningún acceso a entornos seguros, agua y aire limpios y servicios de salud, y sufren inseguridad alimentaria. Además de “poner fin a la carrera a la baja en la tributación de las personas más ricas y las grandes empresas. Consensuar un nuevo conjunto de normas e instituciones a nivel mundial que permitan rediseñar el sistema tributario para que sea justo, en un proceso en el que los países en desarrollo participen en pie de igualdad”, advierte. Desde el año 2.000 en América Latina se ha disminuido en gran medida la desigualdad de ingresos, gracias a políticas de aumento de impuestos a los más ricos, salarios mínimos e inversión en los servicios públicos.
En segundo lugar, también deberían haber acciones públicas de largo alcance, que no solo respondan a las necesidades inmediatas, sino que también a aquellas dificultades más profundas, y que se arrastran desde hace siglos (PNUD, 2017), con el propósito de disminuir estas disparidades de manera efectiva y sostenible en el tiempo. Otra característica que resalta de las acciones públicas analizadas tiene que ver con la temporalidad de estas respecto de la Agenda 2030. En este sentido, de las 27 acciones públicas examinadas, solo nueve son posteriores a esta misma y un contenido de una de ellas, es decir, el Programa de Educación Financiera para Niños que es parte de unas de las acciones llevadas a cabo por el Fondo de Solidaridad e Inversión Social del año 2017.
El estudio recoge datos del Banco Mundial, la UNESCO y la Organización Mundial de la Salud, así como encuestas de hogares de institutos nacionales de estadística. Aunque muchos países latinoamericanos efectuaron transferencias monetarias durante la pandemia, ninguno de ellos amplió el seguro médico ni tomó suficientes medidas para implementar mecanismos de seguridad social universal o ampliar las coberturas a fin de garantizar que las personas más desfavorecidas estuvieran atendidas. Hoy nadie pone en duda que existe una amplia e importante brecha entre la economía de Chile que es muy avanzada y su desempeño educativo que es bastante pobre. Así lo ha puesto de manifiesto la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que actualmente reúne a 34 países que en su conjunto representan el 80% del PIB mundial. «El poder de la acción pública puede frenar la concentración de poder del sector privado y la desigualdad, convirtiendo el mercado en un espacio más justo y liberándolo del management desigualdad de hecho de los milmillonarios», puntualiza el documento.
Integrando datos de cuentas nacionales, declaraciones de impuestos y encuestas de hogares para corregir estos problemas de medición, el equipo del World Inequality Database estima que el 1% de mayores ingresos en Chile se lleva aproximadamente un 27% de los recursos, fracción que ha permanecido bastante estable desde 1990. La Araucanía, la segunda región más desigual del país, sigue en la lista como la séptima región con mayores niveles de conflicto, según al informe de COES (Figura 1). Un dato elocuente en relación a la importancia de la desigualdad nacional es el porcentaje del whole de los ingresos que perciben las personas que se encuentran al tope de la distribución. La relevancia viene dada porque son precisamente estas personas que concentran altos niveles de ingresos, quienes adicionalmente ejercen una influencia importante en las decisiones y en el diseño de políticas que finalmente los terminan favoreciendo a ellos mismos. Según un estudio del COES (2018), la mayor cantidad de conflictos sociales por habitante se producen en las regiones donde el índice de desigualdad es igual o superior al promedio nacional. Según el cálculo exploratorio propuesto por los autores, y considerando el carácter multidimensional de los orígenes del conflicto social, “reducir la desigualdad de Chile de zero,forty nine a zero,forty three (GINI) podría significar una reducción de cerca de 18% en los conflictos a nivel nacional”.
«El aumento desmesurado de la riqueza extrema en los últimos tres años se ha consolidado mientras que la pobreza mundial continúa en niveles similares a los registrados antes de la pandemia», recalca el documento. Hay una insatisfacción generalizada”, Marcela Ríos, Representante Asistente en la oficina de Chile del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Esta se halla entre las principales prioridades a nivel mundial (ver Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU 2015) y, en explicit, de América Latina. Región que destaca por sus niveles récord de desigualdad promedio en el Mundo, siendo Chile no la excepción – Gini de zero.47 contra 0.32 en la OCDE.
Aunque la pobreza ha disminuido en el país, la distancia entre ricos y pobres sigue siendo muy importante. Tanto es así, que un estudio del Banco Mundial indica que un tercio del ingreso generado por la economía chilena en 2013 fue captado por el 1% más rico. Por ello, es relevante considerar este aspecto como una verdadera traba al desarrollo, cuando se bloquean las oportunidades y se traduce en un acceso poco equitativo al poder político y económico. En términos globales, el país comparte con Croacia el lugar forty three, misma posición que ocupaba en 2018. Además, Chile está sixteen puestos más arriba en el rating de IDH que en el ranking de Ingreso Nacional Bruto, reflejando los buenos resultados del país en salud y educación de acuerdo a su nivel de ingreso.
Desiguales destaca el rol que le cabe a la política pública en igualar el acceso a los servicios sociales, reducir la concentración del ingreso en el 1% más alto y romper el vínculo entre el dinero y la influencia en las decisiones públicas. OECD (2012) postula la necesidad de reformas tributarias que combinen ajustes en impuestos (algunos hacia la baja, otros al alza) con políticas de subsidios al trabajo de los sectores de menores ingresos. Datos de Banco Mundial (2016) muestran que los países que presentan una mayor diferencia en los ingresos tienden a presentar un menor grado de movilidad intergeneracional. Esto significa que hay una correlación clara entre la disparidad de los resultados y la de oportunidades –que determina la movilidad social–. Es muy possible que la causalidad opere en ambas direcciones, puesto que una alta desigualdad de ingresos dificulta la igualación de oportunidades en ámbitos como el desarrollo infantil temprano y el sistema educacional, por las grandes divergencias que existen en el capital económico, social y cultural de los hogares de origen.