Y, en medio siglo más, el Capitalismo dejará de ser útil y acabará siendo reemplazado por otro sistema. «Estas visiones valientes y compasivas, burladas y rechazadas por los «realistas» capitalistas, tuvieron suficiente tiempo en el aire, llamaron suficientemente la atención, para permitir que un número cada vez mayor de personas —algunos por primera vez— desearan un cambio en el mundo. Judith Butler, filósofa y teórica feminista estadounidense, reflexionó acerca de la pandemia del COVID-19 en los Estados Unidos, y su relación con el capitalismo y la desigualdad social y económica. Estamos frente a una historia económica del “largo” siglo XX, que, más allá del estudio pormenorizado de las principales disaster económicas desde 1914 hasta 2019, propone una historia económica a través de grandes sucesos histórico.
Las causas que subyacen a las crisis, tanto económica, social, política, ecológica y humanitaria-sanitaria del capitalismo mundializado, son una de las problemáticas más debatidas en las diversas corrientes y escuelas de pensamiento de los marxismos, adquiriendo muchas de ellas profundas raíces históricas e ideológicas. Las disaster económicas se suceden una tras otra a un ritmo cada vez más infernal, dibujando un paisaje de volatilidad extrema que nos obliga a repensar las fuerzas que impulsan el desarrollo económico mundial. [3] Los datos tributarios, si bien representan una mejora sustantiva en relación a las encuestas de hogares, tampoco son perfectos.
El 60% de los trabajadores no ha visto un incremento de sus ingresos desde 1980 hasta la actualidad, mientras que en el mismo periodo, el 10% de los trabajadores duplicó sus ingresos y el 1% los triplicó. Según Dalio, ha sido su experiencia la que lo ha llevado a darse cuenta que el establishment en el que se ha desarrollado el capitalismo y su constante profundización en los últimos 60 años ha generado una sociedad tremendamente desigual, que tarde o temprano puede desembocar en un estallido social. Unos pocos eran dueños de todas las tierras y todos los demás trabajaban en estas, pagando impuestos.
La propia Lady de Rothschild aseguró que su meta es ayudar a crear un movimiento en torno a este concepto y no sólo organizar eventos. «El imperativo para aislarse coincide con un nuevo reconocimiento de nuestra interdependencia global en el marco de un nuevo tiempo y espacio pandémico», comienza la profesora de Filosofía de la Universidad Berkeley, para después reflexionar sobre la desigualdad, la interdependencia global y las obligaciones de uno hacia otro. Es por eso que, en general, la visión compartida es que los impuestos al consumo son eficientes para efectos de recaudación, pero son regresivos. En otras palabras, el Gini corregido da cuenta de una realidad aún más desigual de la que la easy comparación internacional sugiere. El principal mensaje es que la desigualdad es, a fin de cuentas, una decisión política. Bajo tales condiciones, ¿cómo planteamos la pregunta de qué consecuencias tendrá esta pandemia para pensar sobre la igualdad, la interdependencia global y nuestras obligaciones mutuas?
En qué medida y por qué se produce la drástica decadencia política de la fuerza de trabajo y también la dilución common de las fuerzas del Trabajo, no son procesos solamente a explicar, sino también a intentar revertir desde el compromiso militante de la ciencia. ¿Debiéramos sentirnos optimistas o pesimistas respecto del futuro del sistema capitalista? Invito a leer ambos estudios y seguir este debate que de seguro está lejos de terminar. Personalmente, me inclino por el trabajo de Auten y Splinter, considero que metodológicamente es superior e incorporan una serie de elementos que me parecen correctos.
Mientras la clase trabajadora experimentó todo este dolor, el 1% más rico, antes y durante la pandemia, ha seguido aumentando su riqueza a partir de la apropiación de salarios y pensiones, y el endeudamiento de la mayoría. Sin políticas públicas que transformen la relación de desigualdad entre el 1% más rico y la clase trabajadora, en el futuro a las personas no les quedará más que seguir insertándose en empleos informales, de baja calidad y viéndose forzadas a endeudarse para pagar deudas. Situación que, como hemos visto, adquirirá formas específicas de violencia contra las mujeres, madres a cargo de hogares monomarentales, mujeres de 60 años y más, y otros grupos marginalizados de la población. Todos tenemos la sensación de que el sistema económico se inclina a favor de las grandes empresas. Unas pocas corporaciones dominan sectores enteros; la industria financiera regula la economía a su antojo; los gobiernos negocian acuerdos comerciales que en absoluto benefician a los intereses de los ciudadanos; y las tecnológicas custodian celosamente una ingente cantidad de datos personales sin supervisión y trafican con ellos.
sociales y sindicales. A propósito de esta variedad, planteamos dos puntos importantes de tener en cuenta para quienes estamos interesadas en tener una conversación feminista anti-capitalista este eight de marzo. La estructura de la morbilidad (enfermedades) y la estructura de la mortalidad, especialmente la infantil, tuvieron mejores índices que todos los países latinoamericanos y a la par con Cuba. El SNS era un organismo de Estado y no de Gobierno, que atendía el 95% de todas las acciones médicas del país. Todo lo que hace la Teletón lo hacía el SNS (conservando la diferencia en el tiempo). La dictadura cívico-militar se ensañó con el SNS y lo destruyó sistemáticamente para instalar la salud comercial y mercantil carísima que estamos viendo ahora.
Para desarrollar sus ideas, Dalio precisa en su artículo algunas estadísticas que apoyan la tesis sobre la desigualdad que este sistema económico está generando. Este inversionista -creador de Bridgewaters, un fondo de inversión que maneja US $ one hundred sixty mil millones, equivalentes al 57,8% del PIB de Chile- aboga por crear mecanismos de redistribución del ingreso para evitar la autodestrucción del capitalismo. A partir de la visión del capitalismo consciente (no creo que será el nombre final de este proceso de cambio), estamos todos de acuerdo en que necesitamos un nuevo sistema.
A lo anterior se suma que los impuestos al ingreso, además de tener una relevancia secundaria, abren espacios para elusión y evasión, haciendo que la progresividad nominal se vea seriamente mermada.[18] Además, los impuestos al patrimonio prácticamente no existen. Un sistema tributario que se toma en serio la desigualdad y la protección de la democracia debe considerar el mérito de los impuestos al patrimonio, en explicit a la herencia y a la riqueza. La revitalización de la discusión académica al respecto sugiere que la thought merece ser, al menos, discutida seriamente. Para esta discusión será útil definir qué significa que la intervención del gobierno sea progresiva o regresiva. Diremos que una política es progresiva si es que ésta mejora la distribución de ingresos, es decir, si los impuestos y transferencias conllevan a distribuciones más igualitarias que las que se observan en el mercado.
El capitalismo es excelente en producir la riqueza, pero falla en la distribución. Una tercera característica del neofeudalismo es la espacialidad asociada con el feudalismo, uno de centros protegidos, a menudo animados, rodeados de zonas rurales y desoladas. También podríamos caracterizar esto como una división entre la ciudad y el campo, las áreas municipales y rurales, las comunas urbanas y el campo circundante o, de manera más abstracta, entre un adentro amurallado contra un exterior, una división entre lo que es seguro y lo que está en riesgo; quién es próspero y quién está desesperado. Wood dice que las ciudades medievales eran esencialmente oligarquías, “con clases dominantes enriquecidas por el comercio y los servicios financieros para reyes, emperadores y papas. Colectivamente, dominaron el campo circundante […] extrayendo riquezas de él de una forma u otra”. Fuera de las ciudades estaban los nómadas y los migrantes que, frente a condiciones insoportables, buscaban nuevos lugares para vivir y trabajar, pero que con demasiada frecuencia se topaban con los muros.
Los artículos de consumo se reconfiguran como medios de acumulación a medida que la propiedad private se convierte en un instrumento para la acumulación de capital y datos de los señores de la plataforma, Uber y Airbnb. Esta tendencia a convertirse en campesino, es decir, a convertirse en propietario de los medios de producción, pero cuyo trabajo aumenta el capital del dueño de la plataforma, es neofeudal. El capitalismo lleva tiempo paralizado y no ofrece respuestas a nuestros mayores problemas, como las epidemias, la desigualdad y la disaster ambiental. Se impone la necesidad de repensar el papel de los Estados en la economía y la sociedad, de orientar los presupuestos al largo plazo y de recuperar el sentido del interés público. En el marco del decimoctavo Congreso Mundial de la Asociación Económica Internacional (IEA), la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, llamó a repensar el modelo económico e implementar un nuevo paradigma que ayude a terminar con las desigualdades sociales, económicas y ambientales. Primero, hay versiones del feminismo que lo reducen a un mero asunto de empoderamiento private.
A la larga, este tipo de argumentos toma la forma de una especie de eugenesia social, planteando la esperanza de que en cierto momento social, virtud del desarrollo económico, todos los seres humanos van a alcanzar una especie de “autonomía total”. Para la conmemoración de este 8 de marzo 2022, proponemos que un paso inexcusable para hacer realidad un futuro feminista es terminar con la explotación de unos pocos sobre desigualdad a nivel mundial la mayoría. La clase trabajadora, en su conjunto, debe contar con salarios mínimos dignos, empleos de calidad con seguridad social y con garantías de derechos como la huelga, sindicalización y negociación colectiva. Sólo así será posible transformar las combinadas jerarquías de poder que hacen al capitalismo un sistema explotador y opresivo contra grupos sociales históricamente precarizados, como, por ejemplo, las mujeres.
El modelo de Allende incorporaba una participación sustantiva del mundo trabajador. El Servicio Nacional de Salud se inaugura en 1952 y recoge organizaciones de salud, sociales y solidarias como la Beneficencia Pública, la Gota de Leche, el Seguro Obrero, el Servicio Nacional de Salubridad y otros entre los cuales el Instituto Bacteriológico de Chile. El SNS por su acción continuada al disolverse (año 1979) y transformarse en los servicios regionales y municipales de salud, hasta el año 1985 es el principal responsable de que Chile superara la salud de país depressing y llegara a tener una salud desigualdad alimentaria comparable con los países europeos, EE.UU. El Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Alberto Hurtado y el Observatorio DECIDE (Democracia, Ciudadanía y Derechos) con la colaboración de José Miguel Ahumada organizaron la conferencia Distribución del ingreso, desigualdad y pobreza en el capitalismo neoliberal chileno. David Harvey es Profesor Distinguido de Antropología en el Graduate Center de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), donde lleva enseñando desde 2001. Anteriormente fue profesor de Geografía en las universidades Johns Hopkins y de Oxford.