El país está conformado por 16 regiones5, siendo la capital nacional la ciudad de Santiago en la Región Metropolitana. El territorio chileno es abundante en recursos naturales, es el mayor productor de cobre a nivel mundial y tiene un importante rol dentro de los países exportadores de productos agrícolas, forestales y ganaderos (OCDE y CEPAL, 2016). Difícil explicar por qué después de 32 años de recuperada la democracia (1990), no hemos sido capaces de darle una vuelta de tuerca a un sistema que, con mínima regulación en áreas de la economía, salud y educación, enquistó la inequidad. La multitud se tomó las calles de muchas ciudades en protesta por la desigualdad que mastican, huelen e indigna a los millones que viven hacinados en poblaciones periféricas. Esa inequidad mata igual que la corrupción que se fue instalando y cooptando el sistema político, con leyes que no le han quitado ni una muesca al poder que desde hace décadas ostentan los grandes grupos económicos locales y multinacionales. Además, en relación a la Agenda 2030, a pesar de no contar con todos los indi-cadores que propone esta misma para el Objetivo de Desarrollo Sostenible 10, de las 27 acciones públicas examinadas, se puede ver que estas responden, no solo a las primeras tres metas de las cuales se tienen información para reportar indicadores, sino que también a la 10.4, 10.5 y 10.7.
Se argumenta que un mercado libre y competitivo es muy beneficioso para la sociedad en common, pero se necesita una regulación y supervisión gubernamental, que vele por el buen funcionamiento de éste. Además plantea que la concentración del poder en manos privadas, puede ser tan perjudicial para el funcionamiento de los mercados como la excesiva regulación y el control político. Primero, la CASEN se enfoca en hogares y no considera los ingresos de los sectores institucionales de la economía.
Es decir, que los resultados de una generación afectarán directamente el punto de partida de la siguiente y, además, aun habiendo logrado la igualdad en una de estas dimensiones, esto no resolvería las disparidades en la otra dimensión. Para este artículo, se analizaron 27 de las 28 acciones públicas presentadas en el reporte realizado por el Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible sobre el ODS 10, específicamente, entre los años 2015, el inicio de la agenda y el año 2018, año de la publicación del único informe presentado a la fecha. El análisis realizado contempló, primeramente, la identificación de los componentes de cada una de las acciones públicas, los cuales fueron examinados detalladamente, para luego determinar cómo estas ayudan a reducir las desigualdades económicas.
Sin embargo, tomando en consideración las críticas que ha establecido la literatura, el Índice de Gini continúa siendo un indicador ampliamente utilizado para la medición de la desigualdad y la formulación de políticas públicas (Liu & Gastwirth, 2020; Furman, Kye & Su, 2019). En este sentido, al utilizar este índice como una herramienta general para medir las dis-paridades, se podría haber pensado que el foco de las acciones públicas también respondería a este mismo, no obstante, el Índice de Gini solo muestra un promedio de la distancia que existe entre los ingresos de los individuos de una economía ( Medina, 2001 ; Alvaredo et al., 2018). Así, se podría haber inferido que la estrategia chilena para reducir las desigualdades en el contexto de la Agenda 2030 se centraría mayormente en la dimensión ex-post. No obstante, aun considerándose ambas dimensiones, como se expuso en la sección anterior y, como se puede observar en el Anexo 1, los contenidos de estas siguen estando enfocadas mayormente en la dimensión ex-ante.
Esta entidad está dirigida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y tiene la misión de aconsejar al Presidente/a de la República sobre implementar y hacer seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Igualmente, este se compone de los Ministerios de Economía, Fomento y Turismo, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, el Ministerio del Medio Ambiente, y el Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que en conjunto trabajan para el logro exito-so de estos objetivos en Chile (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2016; 2019). Este organismo publica en su sitio 6 , a su vez, las diferentes acciones públicas que se han realizado para cada uno de los objetivos, describiendo su aporte para estos fines determinados, como también informes sobre los avances en esta materia o diagnósticos previos y las resoluciones del Consejo. Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad.
Asimismo, se expone que las regiones del sur, así como la Metropolitana, tienden a tener comunas con mayor nivel de desigualdad del ingreso (similares resultados obtuvieron Ramírez et al. [2009] en su estudio comunal). Una de las principales críticas que se le ha hecho a este ODS se relaciona con la forma en que este fue concebido. Si bien los 193 países resolvieron en conjunto los objetivos que esta Agenda 2030 contemplaría, aún así hay quienes abogaron por no incluir un apartado especialmente dedicado a las desigualdades al momento de las negociaciones, principalmente debido a que este implica, de una forma u otra, un problema redistributivo ( Donald, 2017; Oestreich, 2018 ).
En specific, estos comportamientos tienen que ver con el trabajo duro, la mantención del capital físico, la disposición a asumir riesgos, la adquisición y uso de conocimiento y otros similares. De esta manera, la elevada concentración de la propiedad de los bienes de capital es ineficiente. Si la riqueza del país sube por igual, todos serán más ricos, de manera que habrá más individuos cuyo ingreso supere el umbral y, por esa razón, habrá menos delincuencia.
Al que le quitan no le gusta, va a protestar muchísimo y acá puede ser un sector poderoso, las personas que controlan los sectores económicos. Con crecimiento económico puedes hacer eso, que todos ganen, pero los que están abajo ganen más y los de arriba un poco menos. En esta oportunidad la profesora Kvangraven comentará algunos de sus temas de investigación, principalmente relacionado con las perspectivas que ofrece la economía heterodoxa para descolonizar los estudios económicos del desarrollo. Las estructuras económicas globales son un elemento clave para entender la desigualdad entre los países y las relaciones de dependencia y subordinación en la que se encuentran quienes no son parte del “Norte Global”. En ello juegan un rol relevante los gobiernos de distintos países, pero también las instituciones de gobernanza financiera y aquellas que van pauteando las rutas económicas que se deben seguir. En ese sentido, la reflexión y análisis crítico de ellas, así como de los instrumentos que generan, es un imperativo para pensar un desarrollo desde el “Sur Global”, pensando en su realidad y necesidades.
En una reciente columna en TerceraDosis Ernesto San Martin y Eduardo Alarcón (investigadores de Laboratorio Interdisciplinario de Estadística Social de la PUC), estimaron que, debido a los supuestos que se usan para completar las “no respuestas” que recibe la CASEN, esta puede estar haciendo que los pobres parezcan menos pobres de lo que son y los ricos, menos ricos. Flores estima también que, en esos mismos 20 años, el 10% más rico capturó poco más del 60 % del ingreso, mientras que los que menos ganaron, es decir al 50% de abajo, se apropiaron apenas de entre 6% y 8% del ingreso total. «Los hombres y las mujeres de esa comuna, como de otras de altos ingresos de la capital, indudablemente tienen mayores posibilidades de, entre comillas, tener éxito en la vida o que les vaya mejor que a alguien que vive en una comuna periférica o alguien que viene de región», señaló el parlamentario. Por último, el organismo invita a entregar mejor información sobre la desigualdad, algo que puede «ayudar a proporcionar un terreno común para el debate público, abordando la división y la polarización de la opinión pública».
Grafico 5 Personas en situación de pobreza y pobreza multidimensional (con entorno y redes) 2015. Miro mis archivos y leo que en la última elección presidencial de Estados Unidos (2020), la más cara de la historia de ese país según el Center for Responsive Politics, se gastaron aproximadamente US$5,2 mil millones. Monto que explica la cuantía de los intereses en juego y la creciente violencia en las campañas.
Sin embargo, Berg, Ostry y Tsangarides (2014), sostienen que la medición a través de los ingresos por remuneraciones es una mejor aproximación a la desigualdad, dado que no considera la intervención del Estado en los ingresos que sesgan los resultados de la medición. Considerando esta premisa, se utilizaron los datos provenientes de la Encuesta de Remuneraciones y Costo de la Mano de Obra del INE, la cual cuenta con información mensual del comportamiento del sueldo que perciben los trabajadores desigualdad de clases sociales del país. No obstante, la forma de clasificación de los trabajadores se encuentra basada en las funciones que se realizan bajo la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones en su versión 88, utilizando solo 9 categorías. Como forma de unificar las clasificaciones a deciles poblacionales, se utilizó como información complementaria la Encuesta Suplementaria de Ingresos, también del INE, la cual tiene la cantidad de hogares, según decil, clasificados por grupo ocupacional.
12Los cambios metodológicos de la Encuesta CASEN aplicados a partir del año 2013 tuvieron también un impacto en el cálculo de los indicadores de desigualdad de ingresos. Para entender la evolución de la desigualdad a largo plazo, se expondrán también los resultados del índice de Gini bajo la metodología tradicional. De acuerdo con los datos para 2015 del Banco Mundial, en Chile la esperanza de vida al nacer es de 79 años en promedio, siendo de 77 para los hombres y eighty one en el caso de las mujeres, encontrándose sobre el promedio mundial (72 años, 70 para hombres y 74 desigualdad durante la pandemia para mujeres). Actualmente, en contraposición del año 1990, no existen grandes brechas entre la esperanza de vida de una u otra región, siendo esta de 2 años en 2015 y 5 años en 1990 (ver Gráfico 11). En 2015, Coquimbo y la Región Metropolitana lideran con casi 80 años en promedio, mientras que la menor esperanza de vida se observa en Antofagasta y la región de Los Lagos, con aproximadamente 78 años. En cada una de las regiones, en 2015, las diferencias van de los cuatro años (Arica y Parinacota) a los casi seis años de diferencia en Los Lagos, a favor de las mujeres.