El sistema escolar inequitativo alcanza su culminación con los instrumentos de selección universitaria que han existido hasta la fecha, que amplificaron las desigualdades. A su vez, el tamaño de los colegios y el reducido número de matrículas que ofrecen, junto con otros mecanismos de reclutamiento como, por ejemplo, dar prioridad de cupos a los hermanos de los estudiantes o a los hijos de exestudiantes, son costumbres adquiridas hace muchos decenios. En contraste, los particulares pagados evidencian una mayor ventaja, ya que en ellos el 29% de los estudiantes presenta rezago.
De esta forma, el OS opera a través del tipo de colegio, aumentando los efectos totales (.17 para NSE y .forty nine para capital cultural), siendo la escolaridad de los padres la variable que más explica la variación en el rendimiento de los alumnos en la educación media. La ventaja de los modelos de path analysis es que permiten descomponer los efectos directos e indirectos de varios factores sobre una variable dependiente, lo cual resulta adecuado cuando hay relaciones de colinealidad entre las variables, como en este caso, y como ocurre frecuentemente en los estudios de movilidad social (Puga y Solís, 2010). Cabe anotar que el error estadístico asociado a cada una de las variables del modelo corresponde al efecto de variables no consideradas. Ahora calculamos los efectos indirectos del OS sobre los niveles de logro educativo y ocupacional. De esta forma, se puede estimar el verdadero efecto complete del OS sobre los logros individuales. En el área de investigación sobre estratificación social, a menudo se establece una distinción básica entre desigualdad de condiciones y desigualdad de oportunidades.
Una conclusión last, en línea con los planteamientos de la hipótesis EMI, es la existencia de una segmentación de ofertas educativas estratificadas en los niveles medio y superior. Es urgente romper este círculo vicioso para hacer realidad nuestro discurso de que la educación universitaria de calidad es fundamental para el desarrollo social, cultural y económico del país, y que para desarrollar una sociedad democrática, integrada, tolerante y con movilidad social esa educación debe darse con igualdad de oportunidades. No he estudiado directamente ese fenómeno, pero dada la concentración en la parte superior -por ejemplo, el decil superior de ingresos-, lo que se ha hecho en otras experiencias es recaudar más impuestos desigualdad de america latina de este sector de ingresos más altos para financiar programas de apoyo a familias más vulnerables. Y no sólo apoyo económico, sino también de salud, de educación, de apoyo a la primera infancia, que sean aún más robustos. Chile tiene una infraestructura de programas muy avanzada y muy admirable a nivel latinoamericano, pero si queremos hacerla más robusta, una estrategia que han usado otros países, además de optimizar el uso de recursos, es recibir más fondos de los sectores de ingresos más altos. Promover la igualdad de género exige reequilibrar los cuidados y las tareas domésticas en las familias, eliminar las disparidades de género en la educación y reducir las barreras sociales y políticas a la participación de las mujeres en el mercado laboral.
Los niños de ese quintil más desfavorecido crecen en un ambiente donde se pregona que la educación que reciben es de mala calidad, lo que siendo descorazonador no necesariamente implica plena conciencia. Más descorazonador aún sería si se diesen cuenta que, por factores ajenos a sus talentos y esfuerzos, su capacidad cognitiva podría no desarrollarse plenamente, infringiéndoles una limitación intelectual de por vida. Pero muchos de ellos que sortean las dificultades de su entorno y llegan a rendir la PSU sí se dan cuenta que las notas cercanas al siete que recibieron en sus estudios no reflejan aprendizajes comparables, y se sienten burlados. Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo. Es preciso advertir que incluso los países más igualitarios exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un appreciable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Asimismo, la búsqueda de la igualdad no supone eliminar la
Según cifras del INE en el 2017, calculado por hora, el ingreso de las mujeres asalariadas fue 10,5% menor que el de los hombres. Las mujeres ganan casi un 30% menos en ingreso medio que los hombres, según la última Encuesta Suplementaria de Ingresos del INE. Un recordatorio de que necesitamos convertir nuestra reciente epifanía sobre la desigualdad entre hombres y mujeres en un cambio real en las políticas públicas. La Comisión nacional de Acreditación (CNA) señala que Vinculación con el Medio es una función de las instituciones de educación superior concebida como una interacción activa, recíproca y de mutuo beneficio con su entorno, que se relaciona estratégicamente con las áreas de docencia de pre y postgrado e investigación, entre otras.
three La desigualdad de oportunidades en función del género, la raza o etnia ha merecido un volumen importante de estudios; sin embargo, no constituye el foco de este trabajo. Adicionalmente, se debe tener en cuenta en el modelo la covariación entre los factores de OS y sexo. Los coeficientes de correlación de la Tabla 6 muestran que las tres variables no son independientes. Como es de esperarse, la relación entre NSE y educación de los padres es positiva y fuerte; mientras que la relación entre sexo femenino y los factores de OS es inversa, es decir, que de la muestra de graduados, las mujeres provienen de familias de menor NSE y menor nivel educativo que los hombres.
Señalan que los ciudadanos están a favor de las políticas que consideran eficaces, por lo que se debe evaluar el impacto de las iniciativas para reducir la desigualdad y facilitar su entendimiento para la ciudadanía. La tolerancia a las brechas salariales es también mayor, cube el reporte, y precisa que en esto influye en parte el «muy alto nivel de disparidades». El documento distingue entre las desigualdades percibidas y las preferidas, y dice que en Chile la diferencia desigualdad de recursos y medios economicos entre estas dos es una de las más altas de la OCDE. La mediana de los encuestados piensa que los trabajos mejor pagados son hasta 23 veces mayores que los peor remunerados, pero deberían ser máximo nueve veces más, mientras que la media del grupo de países es de nueve y cuatro, respectivamente. Más importante aún, la educación pública puede atraer a los profesores más talentosos a las aulas más desafiantes y a los directores más capacitados a las escuelas más difíciles.
Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad. Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas. Desde la tradición liberal, John Rawls afirma que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”. Por su parte, la filósofa Nancy Fraser habla de la paridad participativa y postula que la justicia exige unos acuerdos que permitan que todos los miembros de la sociedad interactúen en pie de igualdad, tanto a nivel de redistribución como de reconocimiento. La contrapartida de la concentración en el tope son los bajos sueldos que obtiene la mitad de los asalariados, cuya remuneración es inferior al ingreso que necesita un hogar promedio para cubrir sus necesidades básicas (línea de pobreza).
La equidad en la educación no solo es un imperativo moral, sino que también puede conducir a una mayor eficiencia en el sistema educativo y, en última instancia, a un mayor progreso económico y social para todos los estudiantes. Sin embargo, y como muy bien lo señalan los autores, hay que ser muy cuidadosos al diseñar políticas para intentar mejorar la distribución del ingreso porque éstas pueden distorsionar los incentivos y afectar en forma negativa al crecimiento. No obstante, como también lo señalan los autores, hay iniciativas que reducen la desigualdad con efectos positivos en el crecimiento como acceso a educación de mejor calidad para los más pobres, políticas activas en el mercado laboral para promover el empleo de los más pobres, y subsidios mejor focalizados. De otra parte, estudios recientes han documentado el efecto negativo de una mala distribución del ingreso en el crecimiento y en la duración de episodios de alto crecimiento (Berg, Ostry y Zettelmeyer, 2011, y Berg y Ostry, 2011, éste último en la revista Finanzas y Desarrollo del FMI de Septiembre).
“Al analizar los puntajes individuales de los estudiantes en la PAES y la PSU desde 2018 hasta el 2024 es claro que la situación comparada entre dependencias no ha cambiado, incluso a pesar de la pandemia. Al analizar el porcentaje de estudiantes que se ubica en el 20% más elevado a nivel nacional por dependencia, se observa que 60% en los colegios pagados alcanza este nivel, 16% de aquellos en educación particular subvencionada y 10% de la educación pública. Actualmente, los colegios de élite en Chile son privados y mantienen varias prácticas de exclusividad y segregación.
Según un estudio del Economic Policy Institute sobre niños y niñas de guardería del año 1998 y 2010, hay un hueco de desempeño entre los niños en el nivel socioeconómico más bajo y más alto que persisten entre ambas clases. Esto es importante porque las habilidades cognitivas y no cognitivas son importantes para el éxito en la escuela y en otros aspectos. Sin estos éxitos, no habrá buenas perspectivas económicas en el futuro lo que conduciría a una falta de movilidad social.
Estos ciclos de alza y baja pueden observarse a través de la evolución del coeficiente de Gini, el cual es un indicador que se encuentra entre zero y 1, donde un mayor número indica más desigualdad en la dimensión de los ingresos. Llama la atención que en ningún período de nuestra historia el coeficiente haya estado en un nivel comparable a los que muestran los países actualmente más desarrollados (figura 1). Esta persistencia en el tiempo contrasta con el avance de otros indicadores sociales y económicos, los que han permitido reducir significativamente la pobreza en el país. En marzo, mes dedicado a la mujer y durante todo el año es fundamental solo resaltar la desigualdad que afecta a todas aquellas mujeres tanto fuera como dentro del mundo laboral, y también presentar ideas y soluciones para promover las transformaciones necesarias que impulsen la equidad de género en el mundo del trabajo.
Por lo mismo, cada vez que hable de igualdad de oportunidades, de igualdad (o desigualdad), estaré asumiendo que se trata de igualdad (o desigualdad) de algún bien relevante. Para superar las desigualdades se requieren procesos sociopolíticos de participación democrática inclusiva y amplia de los ciudadanos. Seguimos viviendo en un mundo en donde reina la desigualdad en términos de bienestar y de expectativa de vida, de acceso a los recursos, de los bienes fundamentales para que la vida sea digna, desventajas de oportunidades para millones de personas. Una sociedad democrática, en nuestra opinión, busca una igualdad de acceso a los recursos fundamentales y también una igualdad básica de oportunidades para el desarrollo de las capacidades de los ciudadanos, pero hasta ahora no se ha dado la necesaria atención al tema de la justicia distributiva en nuestra región. El ausentismo y deserción escolar implican pérdidas de oportunidades duraderas y prolongadas, que afectan el desarrollo y el aprovechamiento de las oportunidades educativas, otro issue contribuyente a la desigualdad. Distancia, falta de transporte, enfermedades frecuentes, vestimenta inadecuada, falta de útiles escolares, inadecuadas en las poblaciones vulnerables.