Desigualdad Social, Clase Media Y Representación Política, Por Vicente Espinoza Le Monde Diplomatique Edición Chilena, Septiembre 2016

Tan buen estudiante es que, cuando lo operaron de apendicitis y estuvo tres meses con licencia, le dieron prórroga para que, al volver, pudiera rendir pruebas representando a la escuela. Para esta investigación, Clair se sumergió en un extenso trabajo de campo para analizar el sistema judicial de Boston, acudiendo a diferentes audiencias penales y entrevistando acusados, abogados, jueces, agentes de policía y agentes de libertad condicional. Tus datos personales se utilizarán para procesar tu pedido, mejorar tu experiencia en esta net, desigualdad distribucion de la riqueza gestionar el acceso a tu cuenta y otros propósitos descritos en nuestra política de privacidad. No nos hemos hecho cargo de bajar esto a nuestra realidad cotidiana; cuestionarse prácticas naturalizadas, ancladas en el sistema escolar. El sesgo de género es una creencia que llevamos casi como parte de nuestro ADN, por lo que se necesita no solo un cambio escolar, sino cultural y como sociedad. Sin embargo, quienes trabajan en docencia pueden convertirse en “los héroes y las heroínas” –dice– que propicien este salto.

El Premier inglés, Boris Johnson, y el famoso actor hollywoodense Tom Hanks son dos ejemplos que confirman que incluso los más poderosos y privilegiados pueden convertirse en víctimas de la pandemia. No obstante, sí existen diferencias que los sitúan en una clara posición de ventaja para sortear con mayor éxito la pandemia. En esta actividad, las y los estudiantes identifican las “partes interesadas» en el algoritmo del completo desarrollado en la actividad anterior, junto con los intereses que éstas tienen en el mismo. A… Esa conceptualización, cube Méndez, es relevante porque no es solo que los recursos estén desigualdad de la salud distribuidos desigualmente, sino que establece brechas imposibles de ser remontadas, «entonces nuestro principio de igualdad entre los seres humanos es violado». Los orígenes, cambios y desafíos de las brechas sociales en Chile se analizan en el libro “Desiguales”, publicación que coordinó Osvaldo Larrañaga cuando estaba a cargo del área de equidad del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que ahora lidera la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica. Te invitamos a explorar otros recursos y contenidos de educarchile que pueden ser de tu interés o estar relacionados con tu actual búsqueda.

En tercer lugar, el proceso de municipalización de las escuelas públicas ha significado un desmedro de las oportunidades relativas de quienes acceden a éstas. Controlado el efecto en las posiciones ocupacionales que implica la transformación productiva del país y el desarrollo técnico en basic, las personas que estudiaron en escuelas estatales obtienen sistemáticamente mejores resultados relativos que las personas que estudiaron en escuelas municipalizadas. Podemos modelar el efecto de la modalidad escolar a través de un segmento del modelo modificado de estratificación social presentado en la Figura 2. Para realizar estos cálculos, se ha considerado que los efectos no significativos tendrán un valor de cero, con el fin de evitar inferencias espurias. En este modelo parcial presentado en la Figura , no resulta relevante la determinación de variables como la escolaridad del individuo ni la modalidad escolar, y se han retirado los efectos directos de la modalidad escolar sobre el logro ocupacional en base a los resultados anteriores. Finalmente, queda considerar los efectos directos de la modalidad escolar en el logro ocupacional de las personas una vez consideradas todas las variables del modelo ya expuesto en la Figura 2.

Esta percepción de estar en desventaja (ya presente a los eight años de edad) puede conducir a sentimientos de estrés, baja autoestima y reducción del bienestar mental common (Marmot, 2004). En Chile sólo el 13,9% de los escolares de enseñanza media posee una trayectoria educativa regular. Los resultados de este estudio apoyan la tesis de que las garantías de derechos sociales y educativos de NNA están diseñadas de manera

Hay muchas diferencias sociales que a raíz de esta disaster las redefinimos como desigualdades y las priorizamos. Ahora hay quienes dicen que vamos a quedar tan mal después de esta disaster que la gente no va a tener ganas de salir a protestar. Hay otros que dicen que esto crea escenario perfecto para que escale, porque quedó además truncado el proceso de resolución, el acuerdo nacional para entrar en la discusión constitucional. Pero a mí me parece como socióloga que tenemos un cóctel bastante intenso como para que vuelvan las protestas de distintas formas. La medida perfect de la cual han hablado mucho es un ingreso universal, que es un tema que está rondando a nivel internacional hace varios años, pensado quizás no tanto en un contexto de pandemia, sino en un contexto de aumento de desempleo por robotización, por guerras, por desplazamiento de poblaciones o cambio climático, que obliga a cerrar parte de la economía. En informe de PNUD, establece Dante Contreras, Director COES y profesor titular de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, detallaba además la falta de dignidad social y maltrato, como parte de la desigualdad.

desigualdad de clase

“Tal vez lo más sorprendente, según los estándares mundiales, es que el sistema escolar de Chile no funciona bien ni siquiera a nivel de la élite, para quienes fue diseñado –señaló en una reciente conversación con Revista de Educación-. El 10% de los estudiantes más desfavorecidos en Shanghai supera al 10% de los estudiantes más privilegiados de Chile. La diferencia clave entre estos dos sistemas de educación es que Shanghai ofrece a todos sus alumnos el tipo de oportunidades educativas que Chile se reserva para sus niños más ricos. Muchos países han demostrado que ambas, calidad y equidad de la educación, pueden mejorar significativamente”. El trabajo del PNUD destaca que un punto de partida en esta desigualdad, en cierta forma fue la asignación de tierras realizada en la colonia a españoles y sus descendientes blancos, el inicio de la clase alta chilena.

Sin embargo, la luz al last del tunel sí existe, ya que San Miguel y Talca han demostrado que el presupuesto no lo es todo a la hora de focalizar y gestionar de manera correcta los recursos, cumpliendo no sólo con las expectativas de sus habitantes, sino también con la posibilidad de proyectarlos en el tiempo. Si bien es cierto que disminuir la brecha de los salarios es parte importante de las políticas económicas de los gobiernos, creer que la desigualdad se evapora sólo con crecimiento sería un error. El Índice Global de Movilidad Social del Foro Económico Mundial demuestra que incluso en las economías más robustas, como las de Estados Unidos o Francia, las disparidades en el acceso a la tecnología, educación o salud pueden alargar incluso por 6 generaciones o más el salto desde la pobreza hacia el estrato medio. Por otra parte, el New York Times, recientemente publicó una columna que enluta aún más el desolador panorama sanitario que aflige a los norteamericanos, ya que pone el dedo en la llaga sobre las desigualdades sociales que hoy resaltan a la vista debido al virus.

Es decir, este trabajo explora el potencial vínculo entre las políticas de educación pública y la reproducción de la desigualdad social entre las personas una vez que abandonan el sistema formal de enseñanza. En primer lugar, la modalidad de la escuela donde se estudia no posee efectos directos sobre el logro ocupacional de los individuos. Esto es concordante con la investigación existente sobre la efectividad escolar de las instituciones públicas y explicit subvencionadas en Chile (Castillo et al. 2011) en el sentido de que, dada una posición inicial pareja, las escuelas públicas entregarían una formación y capacitación de calidad comparable que sus contrapartes. No encontramos, entonces, evidencia de que la gestión pública de las escuelas represente una desventaja en sí para los estudiantes. Esto no implica que la magra situación de la educación pública en Chile no sea insatisfactoria, respecto de lo que existe abundante evidencia comparativa, sino por el contrario implica que la educación explicit subvencionada no está obteniendo un desempeño superior.

Por otra parte, se produce una ruptura entre las élites conservadoras de aquel entonces con congregaciones católicas históricas del país (Jesuitas y Sagrados Corazones) que apoyaron la reforma agraria y que se ligaron a movimientos más progresistas al interior de la iglesia católica. Gran parte de la literatura tiende a converger en que estos colegios poseen currículums amplios, que abarcan diferentes conocimientos y, a su vez, diversas áreas del desarrollo humano (deportivas, artísticas, idiomas, and so on.), orientados al desarrollo de capacidades analíticas, de conceptualización y de trabajo destinado a la dirigencia. Ciertamente hay muchos otros aspectos a considerar, si se tiene en cuenta la devaluación de la institucionalidad política, el empoderamiento de las comunidades y los cambios que trae consigo la automatización del empleo y la revolución digital.

Eso es un horizonte y quizás esta pandemia nos va a obligar a pensarlo, porque la alternativa es hambruna. Yo estoy muy consciente que la medida del ingreso universal por un tiempo limitado o por más tiempo aún es bastante utópica, pero ya estamos avanzando con el ingreso de emergencia que se les va a dar a las familias chilenas, que, aunque no permite vivir es un avance. Antes de la pandemia sabíamos que había mucha informalidad en el caso de Chile, es decir, las cifras están alrededor del 30 por ciento, pero no es que haya aumentado bruscamente la informalidad el último tiempo. Hay cifras del INE que mostraban una informalidad de alrededor del 27 o 28 por ciento en 2017, con una cifra un poco más alta en el caso de las mujeres.

Así lo ha puesto de manifiesto la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que actualmente reúne a 34 países que en su conjunto representan el 80% del PIB mundial. En este capítulo Andrea Repetto, economista y académica presenta una clase sobre la desigualdad de género en nuestro país. Consultadas las personas sobre las razones, la clase social (43%) y ser mujer (41%) aparecen, a substantial distancia de todas las demás, como las razones más frecuentes de la experiencia de malos tratos. La profunda desigualdad económica y social que se ha generado en nuestro país ha impactado también en cómo nos relacionamos cual sociedad. Otros temas que estamos viendo, de los cuales no soy especialista, son los temas de la violencia intrafamiliar y los femicidios, la recarga laboral, la repartición del trabajo remunerado y no remunerado. Nuestro sistema de protección social está muy precarizado, esperemos que después de esta crisis seamos capaces de replantearnos cómo financiar un buen sistema sanitario, de salud, de educación, de jubilaciones y de repartición del trabajo, en base a un sistema solidario.

«Estructura social que se perpetuó a través de la hacienda, la cual dividió a la sociedad en patrones, empleados, inquilinos y peones con diferencias de recursos y poder muy significativas. Desde entonces la brecha de ingresos ha oscilado en distintos momentos, pero a la larga se ha mantenido bastante estable desde mediados del siglo XIX», dijo el documento. En las comunas investigadas, la expansión de las oportunidades educacionales y el aumento de la cobertura educacional ha sido desarrollada de un modo diferencial para pobres, ricos, vulnerables, no vulnerables, sujetos con una gran herencia cultural, sujetos que poseen una herencia acquainted deficiente, mujeres y hombres. Se ha hecho patente a lo largo de estos cuatro años la perpetuación de la desigualdad de los privilegios educativos para ciertos segmentos de la sociedad. No queda duda por lo tanto que, tal como planteó Bourdieu, la escuela tiende a reproducir la desigualdad anteriormente generada a partir de la diferenciación de posesión de capitales económicos y culturales, potenciando a los/ las que están mejor dotados por privilegios sociales, y manteniendo la desaprobación a los/las que tuvieron peor suerte. El autor se refirió a los seis nudos de reproducción de la desigualdad que se identifican en el libro y que son los que debieran atacarse para revertir la brecha socioeconómica. Entre ellos mencionó que el capital y los ingresos están muy concentrados en un conjunto de grupos económicos; que el Estado está insuficientemente involucrado en tareas de redistribución y provisión de seguridades para los ciudadanos; y que nuestro sistema educativo altamente segmentado no permite asegurar la suficiente igualdad de oportunidades.

Al analizar el porcentaje de estudiantes que se ubica en el 20% más elevado a nivel nacional por dependencia, se observa que 60% en los colegios pagados alcanza este nivel, 16% de aquellos en educación particular subvencionada y 10% de la educación pública. En línea con la investigación internacional, la evidencia chilena respecto del rol de las familias no se acota solo a la elección de escuelas, sino también al proceso de acompañamiento, el que, tal como lo muestra Gubbins (2014), consiste en diversas estrategias educativas pedagógicas (profesores particulares) y extracurriculares (deportivas, recreativas, and so on.). La desigualdad es un desafío ético porque implica una injusticia, ya que todos tenemos una dignidad por ser personas y el derecho a participar de los bienes y servicios que se producen en la sociedad; y es injusta porque esta realidad podría ser distinta mediante políticas públicas. Desde la tradición del pensamiento social cristiano, san Alberto Hurtado define la justicia social como “aquella virtud por la que la sociedad, por sí o por sus miembros, satisface el derecho de todo hombre a lo que le es debido por su dignidad de persona humana”. La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros.