Desigualdad En El Ingreso: Posibilidades De Acción Pública

De acuerdo con la OECD (2017), el 10% más rico de la población en México gana 20 veces más que 10% más pobre, en tanto que en los países de la OCDE el promedio es de cerca de ocho veces más. Otro punto de la Tabla 2 les corresponde a resultados de la distribución del ingreso y la medida de la desigualdad. Con respecto al primero, se tiene que el 10% más rico se ubica entre fifty three.8 y sixty seven.8% del ingreso nacional para los cuatro estudios que realizaron un ajuste en los ingresos, frente a 40% reportado por las encuestas de hogares. Los resultados sugieren la existencia de profundas brechas de desigualdad entre entidades, encontrándose las condiciones más adversas en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, y una influencia menor de la desigualdad educativa sobre la desigualdad del ingreso en los estados mexicanos. Una primera derivación es que enfrentamos, en una escala global, una problemática de paradigmas, a la cual conviene acercarse con sobriedad y prudencia, sin prejuicios y pasiones que suelen obnubilar las reflexiones. Tampoco es como para emigrar hacia el otro extremo ideológico, en donde ya se conoce la incapacidad congénita de sus dirigentes al momento de enfrentar y resolver los grandes desafíos económicos de cualquier sociedad.

desigualdad de riqueza

«Los ricos están beneficiándose de su posición social y económica para generar riqueza que no esta beneficiando al resto de la población y el ejemplo más claro es la riqueza que proviene de poseer grandes cantidades de tierra en Londres». La familia encabezada por Gerald Grosvenor es dueña de seventy seven hectáreas en los exclusivos barrios de Belgravia y Mayfair en la capital británica, cercanas al Palacio de Buckingham. Oxfam afirmó que Grosvenor y su familia tienen más riqueza (7.900 millones de libras o US$13.140 millones), que el 10% de los más pobres del Reino Unido. Este informe pone de manifiesto que, en su primera revisión anual, la Unión Europea va a eliminar al menos a nueve de los principales paraísos fiscales de sus listas negra y gris, países como Bermudas, las Islas Caimán y Panamá. Este informe de CEPAL y Oxfam busca mostrar la urgencia de revisar y evaluar la efectividad de los gastos tributarios para garantizar los derechos de la ciudadanía, cumplir con los objetivos para los que fueron creados y limitar, racionalizar o eliminar aquellos que sean ineficientes.

Por ejemplo, una empresa del sector bancario ofreciendo remesas accesibles a trabajadores migrantes que necesiten transferir fondos a sus países nativos o una empresa del sector alimentario o textil, reduciendo el precio de sus productos para hacerlos más accesibles a los grupos desfavorecidos. A pesar del aumento del sixteen % en los beneficios, estas empresas apenas contribuyen al crecimiento del empleo, evidenciando una desconexión entre ganancias y generación de empleo a nivel nacional. El aumento desmesurado de la riqueza extrema de los últimos tres años se ha consolidado, mientras que la pobreza mundial continúa en los niveles registrados antes de la pandemia. En términos reales, la riqueza de los milmillonarios se ha incrementado en three,3 billones de dólares desde 2020, a un ritmo tres veces mayor que la inflación. Las plataformas locales de trabajo esporádico desempeñan una función important en los mercados de trabajo locales, pero enfrentan dificultades a la hora de establecer un modelo de negocio viable. El trabajo esporádico en línea puede apoyar la inclusión al proporcionar oportunidades laborales a los jóvenes, las mujeres y los trabajadores poco calificados.

“Los tipos de desigualdad se refieren a la clase de particularidad o rasgo que se premia o castiga”. Sin embargo, también se castigan cuestiones como el sexo, la pertenencia étnica o el shade de piel, la edad, el lugar de origen, las opciones sexuales, la religión o la escasez de recursos, entre otras”. Así lo señala, haciendo referencia a realidades como la desigualdad de género, el racismo, el edadismo o la xenofobia. Aunque tendemos a pensar que la desigualdad depende de disparidades en los ingresos, este texto –parte de un extenso proyecto de investigación realizado por el Buell Center de Columbia University– muestra que la vivienda es uno de sus más poderosos motores. Por lo tanto ciertas prácticas arquitectónicas podrían ser entendidas como «el arte de la desigualdad».

No obstante, este ODS tampoco ha quedado exento de críticas, lo que ha llevado a varios académicos/as a dudar de sus posibilidades de éxito. Ahora bien, muchos de estos factores, ex-ante o ex-post, que influyen en la desigualdad económica, pueden ser aumentados o disminuidos por las acciones públicas de los gobiernos 2 . Sachs (2015) concluye firmemente que el rol de estos mismos es basic a la hora de fomentar o mermar la desigualdad. Entre sus metas nacionales e internacionales se cuentan eliminar las leyes y políticas discriminatorias, mejorar la reglamentación de los mercados financieros mundiales, facilitar la migración regular desigualdad america latina segura y ordenada y promover la inclusión en la toma de decisiones. Entre 2010 y 2016, los ingresos del 40 % más pobre de la población crecieron con más rapidez que los de la población complete en 60 de los ninety four países sobre los que se dispone de datos, lo que demuestra que las desigualdades no son ni inevitables ni irreversibles. A pesar de esta enorme desigualdad en la región, la política tributaria vigente no ha contribuido significativamente a reducir la desigualdad.

Sin embargo, de acuerdo con la OECD (2018b), el sistema actual no cambia la desigualdad del ingreso antes o después de los impuestos. Esto implica que no es tan progresiva la tributación como en el resto de los países de la OCDE. Por el lado de los programas públicos para disminuir la desigualdad es indispensable tener una mejor recaudación tributaria. Sobre todo, esta mejor estructuración debe recaer en los impuestos sobre la renta y la propiedad para que el sistema sea más progresivo. Al mismo tiempo, esta reformulación del sistema tributario sustentará la sostenibilidad del gasto público en programas con efectos directos en grupos de edades tempranas y adolescentes.

Por ende, en los espacios en que la desigualdad social es un problema grande se puede señalar una debilidad o inactividad institucional. Desde hace tiempo, y sobre todo a partir de la disaster del 2008, venimos oyendo a políticos de varios partidos poner especial atención en la reducción de la desigualdad de renta y riqueza. Según ellos, con una visión de la economía como si de un juego de suma cero se tratase, los ricos poseen cada vez más dinero a costa de los pobres. “Hay que ser conscientes del contexto actual y transformar la economía y el sistema poco a poco”, concluye la experta. “En los países occidentales tenemos que repensar los sistemas de pensiones y las políticas colectivas y hay que buscar la forma de que las generaciones jóvenes puedan acceder el bienestar que hemos tenido otras, garantizando el acceso a la vivienda y a cierto nivel de ingresos.

Si bien se reconoce la utilidad de este índice, existen críticas al mismo, como las planteadas por Atkinson (1970 ) sobre la proporcionalidad de las transferencias, otorgando más peso a las transferencias en el centro de la dis-tribución que en las colas, lo que no necesariamente refleja los valores sociales tras un indicador de desigualdad. El autor examina también las propiedades de utilizar varianzas y la desviación relativa de la media, encontrando que cada una de ellas tiene sus propias limitaciones. Sin embargo, tomando en consideración las críticas que ha establecido la literatura, el Índice de Gini continúa siendo un indicador ampliamente utilizado para la medición de la desigualdad y la formulación de políticas públicas (Liu & Gastwirth, 2020; Furman, Kye & Su, 2019).

En un caso simplificado con dos personas, si una persona tiene 20 dólares y otra tiene 40 dólares existe una desigualdad económica. Es preciso advertir que incluso los países más igualitarios exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un appreciable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Asimismo, la búsqueda de la igualdad no supone eliminar la diversidad de valores, preferencias y capacidades que nos distinguen como personas. Aunque la desigualdad ha disminuido en América Latina en los últimos años, esta sigue siendo la región con la mayor desigualdad en términos de ingresos, situación de la que están muy conscientes los ciudadanos.

Si miramos los datos después de impuestos, el aumento sería de 6,5 y 5,6 puntos porcentuales, respectivamente. Numerosas veces hemos oído, a causa de la crisis de 2008, que ésta fue causada por la desigualdad económica. Sin embargo, los economistas Bordo y Meissner investigan la situación de 14 países entre los años 1920 y 2000 y encuentran que las causas de la disaster no se encuentran tanto en la desigualdad de renta, sino en el exceso de crédito bancario debido a excesivas bajadas de los tipos de interés. Para explicar las diferencias económicas entre los distintos grupos de población, hay que analizar la ausencia de ingresos a través de un salario y la baja efectividad de las políticas sociales. Los principios subyacentes al desarrollo inmobiliario juegan un papel central en el establecimiento de estas relaciones. La recaudación anual de impuestos a la propiedad sobre el valor del suelo y los edificios son la fuente más significativa de ingresos de los gobiernos locales para el sustento de los servicios públicos(17).

Si bien este último comprende una variedad de demandas, entre ellas se encuentra la gran desigualdad que existe actualmente en el país, la cual, en palabras de Güel (2019), “…no se trata solo ni principalmente de un problema de distribución del ingreso” (párrafo 8). Es decir, que las disparidades que viven a diario los/as habitantes de Chile van más allá de su salario, experimentándose en otras áreas, como en la educación, la salud, la protección social, entre otras, que fueron aludidas dentro de las acciones públicas y otras que aún quedan por resolver. En este sentido, la realidad de las manifestaciones sociales en Chile motivaron la hipótesis de este trabajo, ya que el descontento social ha dejado en evidencia las grandes faltas que existen en el país respecto de la dimensión ex-ante, lo que podría implicar, al menos, una falta de trabajo desde esta perspectiva. Como se puede observar, las metas de este ODS contemplan los aspectos económicos, políticos y sociales, lo que va en la línea de lo planteado respecto de la multidimensionalidad de la desigualdad económica. Es decir, que esta no solo considera el tema de ingresos, sino que hay una gama amplia de particularidades a considerar para lograr reducirla. Por ejemplo, la meta 10.2 busca promover la inclusión social, económica y política de las personas, con un foco antidiscriminatorio, y la meta 10.three hace referencia explícita sobre las dimensiones ex-ante y ex-post de esta, al demandar reducir las desigualdades de oportunidades e ingresos, respectivamente.

Actualmente, el Banco Mundial es quien se ha hecho cargo de promover la “prosperidad compartida”. Ahora bien, la desigualdad de resultados, de acuerdo a Atkinson (2015), tiene que ver con aquello que los individuos logran a pesar de sus circunstancias. El economista establece tres razones importantes para considerar esta faceta de la desigualdad, aún asumiendo que se ha establecido igualdad de oportunidades en primer lugar.

La desigualdad económica refiere a la distribución diferenciada de la riqueza entre personas y/o entre grupos sociales. Dicha distribución diferenciada condiciona el acceso que los individuos o grupos pueden tener respecto a bienes y servicios. En términos del uso y distribución del excedente económico —concepto utilizado por el autor y que lo ubica en una corriente teórico–analítica diferente a la teoría convencional (neoclásica)–, la situación no fue muy diferente durante los primeros cien años del México independiente, pues «la independencia no atenuó la desigualdad que caracterizó a la colonia». De acuerdo con Tello, a pesar de los importantes avances en materia política y jurídica, ni desigualdad de recursos y medios economicos aun durante el periodo juarista, que contó con un grupo de personas «comprometidos con México y dispuestos a dar todo de su parte para que el país progresara» tampoco se tuvieron avances importantes en términos de una mejor distribución de la riqueza y del ingreso. Describe y analiza los procesos históricos que van conformando lo que somos como país, con la desigualdad y la pobreza como hilo conductor. Coloca en el centro de la reflexión la forma en que la concentración del ingreso y la distribución inequitativa de la riqueza se ven alteradas a lo largo del tiempo, por las acciones de quienes detentan el poder político y económico, en diferentes escenarios de confrontación y conflicto.