1Estas dimensiones de la desigualdad hacen referencia a aquello que ocurre, primeramente, con la distribución de la riqueza e ingresos en una economía, es decir, dimensión ex-ante; y ex-post, cuando se alude a la redistribución de estos mismos (The Editors of Encyclopaedia Britannica, 2013). En este sentido, el Estado cumple un rol importante en términos de (des)igualdad, no obstante, esto será descrito más adelante. Cuando nos enfrentamos a la tarea de definir el concepto de desigualdad económica, la primera pregunta que surge es ¿desigualdad de qué? En otras palabras, hay que determinar a qué nos referimos cuando hablamos de desigualdad económica y aquí es donde nos encontramos con dos perspectivas, ex-ante y ex-post 1 . Atkinson (2015) afirma que la literatura se encuentra, generalmente, dividida sobre si comprender la desigualdad como una de oportunidades o de resultados. Sin embargo, propone que ambas se encuentran relacionadas y se afectan entre sí, ya que la primera se verá condicionada por la des-igualdad de resultados de la generación anterior, creándose un círculo vicioso que solo puede tratarse enfrentando ambas caras de la desigualdad económica.
Igualmente, en Chile aún es muy difícil encontrar datos a nivel regional de ciertas variables de gran interés en este estudio. Es amplia la literatura que relaciona el crecimiento económico con la desigualdad de un territorio. Comenzando por Kuznets (1955), cuya teoría sostiene que cuando una economía comienza a crecer, también lo hacen las desigualdades, hasta llegar a un cierto punto de desarrollo, donde luego a pesar del mayor crecimiento económico, las desigualdades van disminuyendo, tomando la forma de una U invertida3. Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad.
«En consonancia con el nivel de desigualdad, la demanda de los ciudadanos de una intervención política destinada a reducir las disparidades económicas es la más alta entre los países de la OCDE», plantean los autores. Precisan, además, que la demanda de una mayor redistribución es impulsada por la percepción de baja movilidad social y por el limitado alcance de la redistribución actual. En el caso de Chile su realidad proporciona elementos para entender la magnitud de la explosión social producida. Si bien en el rating global del IDH con 0,847 se encuentra en el lugar 42, siendo el país de América Latina con mejor ubicación, al ajustarlo por desigualdad retrocede fuertemente a zero,696. “Cuando miramos la diferencia entre grupos de personas y no solo los promedios -explicó Marcela Ríos, coordinadora del área de gobernabilidad del Programa en el país-, Chile cae catorce puntos en el ranking y es el país más desigual entre los cincuenta países de desarrollo humano alto.
En contextos en donde existe mucha evasión y elusión, éstos también subestiman los ingresos de las personas de más altos ingresos. Un sistema tributario que se toma en serio la desigualdad y la protección de la democracia debe considerar el mérito de los impuestos al patrimonio, en explicit a la herencia y a la riqueza. La revitalización de la discusión académica al respecto sugiere que la concept merece ser, al menos, discutida seriamente. El más exhaustivo de estos impuestos es el impuesto a la riqueza, el cual se paga sobre el total del valor del patrimonio de un individuo. El foco del impuesto a la riqueza son solo los mayores patrimonios, por lo que en common su diseño exime a la mayor parte de la población de este impuesto. En easy, estos son impuestos que se cobran sobre activos, como por ejemplo activos financieros o propiedades.
Se trata de un aporte importante, con abundante y novedosa evidencia que invita a reflexionar y debatir sobre cuáles son las dimensiones más relevantes de la desigualdad en la actualidad. 6El índice de Gini se obtiene hasta 2015, pero de otras variables, como PIB per cápita, se obtienen observaciones hasta 2016. La (Tabla 1) presenta los mejores resultados obtenidos para distintas combinaciones de las variables regresoras (ver Anexo A con la estadística descriptiva de las principales variables utilizadas, el Anexo B con el detalle de los índices de Gini por región y año, y el Anexo E con las definiciones de las variables). “En los últimos diez años la investigación ha empezado a poner de manifiesto lo negativa que resulta la desigualdad para la sociedad. Resulta mala incluso para los de arriba, que se convierten en personas diferentes -más endiosadas- gracias a ella” (Joseph Stiglitz, Premio Novel de Economía 2001).
En estos párrafos, se busca hacer una descomposición un poco más profunda de evidencia nacional sobre desigualdad para entregar perspectivas acerca de la concentración de ingresos, su dimensión territorial y su eventual rol en el conflicto social. Las desigualdades también están aumentando para las poblaciones vulnerables en países con sistemas sanitarios más deficientes y en países que se enfrentan a crisis humanitarias existentes. La COVID-19 también pone en riesgo los escasos avances que se han conseguido en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres durante las últimas décadas. [3] Los datos tributarios, si bien representan una mejora sustantiva en relación a las encuestas de hogares, tampoco son perfectos.
En el caso de los países donde no se midió el indicador en 1990, utilizamos el año más cercano a esa fecha, y lo comparamos con la información más reciente. Por otro lado, ese indicador tampoco mide la concentración de la riqueza en un país, razón por la cual puede resultar engañoso. «Al ultimate lo que la gente percibe como desigualdad, es la desigualdad de acceso a servicios como la salud, la educación, el transporte o la seguridad en los barrios», le dice desigualdad de los paises a BBC Mundo Luis Felipe López-Calva, director del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD. Pero como solo considera la desigualdad de los ingresos, no refleja todas las otras dimensiones de la vida diaria. La manera más común de mirar la desigualdad de un país es utilizando el Índice de Gini, el cual mide la diferencia de ingresos.
Esto ha tomado diferentes formas, que van desde impactos desiguales sobre los ingresos de los hogares hasta una incidencia cada vez mayor de violencia doméstica. Los impactos desiguales de la pandemia sobre los estudiantes son uno de los más preocupantes en relación con las tendencias de desigualdad a largo plazo». Es importante potenciar un crecimiento económico y social inclusivo, en especial eliminar políticas discriminatorias para ciertos grupos más afectados como inmigrantes.
También, es un país que ha logrado reducir su pobreza, de acuerdo a lo trabajado en el contexto de la Agenda del Milenio, pasando de un three,2% de personas que vivían con menos de US 1,25 al día en el año 2000, a 0,6% en el año 2011, superando con creces la meta que period de 5% para el año 2015 (Gobierno de Chile, 2014a; Ministerio de Desarrollo Social, 2019). Sin embargo, a pesar de estos buenos indicadores, Chile es un país que presenta una gran desigualdad, con un Índice de Gini de forty four,4 el año 2017 ( Banco Mundial, 2020a) y un Coeficiente de Palma del 2,6 ( UNDP, 2020b). Ahora, para entender de mejor forma estos valores, cuando se compara a Chile dentro de un grupo de 165 países, este se encuentra en la posición número 35 de los países más desiguales, compartiendo puesto con Filipinas y a tan solo 0,1 de Zimbabue, según los últimos datos obtenido para cada país ( Banco Mundial, 2020c). Asimismo, en términos del Coeficiente de Palma, Chile comparte el puesto 23 de los países más desiguales junto con Nicaragua y las Islas Seychelles, dentro de un grupo de 152 países ( Human Development Reports, 2019). De todos modos, el Banco Mundial ( 2016 ) indica que las cifras chilenas pue-den estar subvaloradas, por cuanto hay poca representatividad de los hogares con mayores ingresos en las encuestas que proporcionan la información necesaria para calcular estos índices. Otras variables, como los años de escolaridad, no se han mostrado significativas, a pesar de tener una correlación alta y negativa con la variable dependiente.
Es tarea de todos contribuir a superar los obstáculos y aspirar a un país más justo, próspero y solidario. Una condición necesaria para que se produzcan efectos duraderos en el tiempo es el tránsito a una cultura de respeto por la persona, por la igualdad de dignidad y respeto, y por los valores de justicia y solidaridad social. Se observa también que los programas de ayuda desplegados están beneficiando más a la parte baja de la distribución, pero quienes están por encima de la línea de la pobreza están perdiendo mucho. El segundo factor determinante fueron las transferencias gubernamentales, que explican el 17% de la caída, coincidiendo con una serie de programas muy grandes. La profesora de Economía Latinoamericana de Tulane University y directora del Commitment to Equity initiative (CEQ), Nora Lustig, fue la expositora del seminario “América Latina y la persistencia de la desigualdad”, organizado por la FEN y el Massachusetts Institute of Technology (MIT).
En el caso de El Salvador y Guatemala, la mayor parte de la caída en la desigualdad, se debe al mercado laboral y no a la redistribución, señala López-Calva. Tanto es así, que por ejemplo, un país más igual no tiene por qué ser sinónimo de un país mejor o más justo. De hecho, puede ocurrir que en un país las personas sean todas más pobres y, por lo tanto, son más iguales.
3La explicación de su teoría radica en que los países más pobres dependían principalmente de la agricultura, actividad con baja productividad, pero baja desigualdad. A partir de los procesos de migración de trabajadores del campo a la ciudad, el sector más productivo, el industrial, empezó a recibir trabajadores no calificados y con bajos salarios, desigualdad distribucion de la riqueza promoviendo una elevada inequidad, pero acompañada de un incremento de la producción (parte positiva de la curva). En la siguiente fase, hay una gran cantidad de trabajadores ubicados en el sector industrial y una reducción del número de trabajadores en el sector agrícola, permitiendo un aumento de sus salarios relativos (por la escasa oferta).