«Otro elemento que es bien relevante y que nosotros en COES también hemos recogido en las encuestas, es que la gente se queja de un maltrato sistemático, maltrato en el trabajo, maltrato por la gente de mayores ingresos, maltrato en la vía pública, que también tiene que ver en cómo nos organizamos como sociedad». La desigualdad, dicen académicos, tiene que resolverse multidimensionalmente, lo que incluye no solo equiparar ingresos, sino privilegios territoriales, las diferencias de género, étnicas y culturales. La (Tabla 7) muestra, por una parte, la evolución de este índice considerando solo las seis dimensiones originales, lo que permite hacer una correcta comparación en el tiempo, y a continuación, expone los resultados 2017 al incorporar desigualdad economica globalizacion la variable de medio ambiente y sustentabilidad. Los resultados 2017 (seis dimensiones) muestran que las regiones con mayor IDERE son La Metropolitana y Magallanes, mientras que los peores resultados los presenta La Araucanía y el Maule, sin embargo, son de las regiones con mayor progreso durante el período evaluado. Al parecer se cumple el principio de convergencia, ya que algunas de las regiones con menor índice, son de las que más mejoran, mientras que las de mayor desarrollo tienen un progreso más lento (Metropolitana, Antofagasta, Valparaíso y Magallanes). La excepción a este comportamiento ha sido Arica y Parinacota, que a pesar de su relativamente bajo IDERE, ha experimentado menor evolución en el período analizado.
El valor obtenido es comparado con el valor estándar de la tabla regular asociado a una muestra grande cuando la prueba es a 2 colas, que corresponde a 1.ninety six, cuando el nivel de confianza elegido es de 95%. Este método es pertinente para analizar diferencias en estimaciones producidas para muestras de, a lo menos, 200 casos. La encuesta tiene cobertura a nivel nacional, entregando información representativa de hogares y población residente en viviendas particulares, tanto en zona urbana como en zona rural. Para lograr una transformación radical de la ciudad, la mayoría de la población que no compartió las nuevas formas y elementos culturales -simbólicos y materiales- o no se vio integrada con el discurso de la elite respecto a la modernización materials del país, fue empujada a abandonar el centro de la capital y a vivir en los barrios marginales. En ese mismo período, una gran masa de la población se desplazó desde las zonas rurales para instalarse en la capital, atraídos por la oferta de trabajo de la incipiente industria nacional y habitaron espacios donde las viviendas eran escasas y estaban desprovistos de servicios públicos como agua, alcantarillado, alumbrado y servicios de salud. El aumento de esos barrios contrastó con la imagen de una ciudad próspera y pujante, donde la ologarquía nacional, enriquecida con la especulación financiera y la implementación del modelo industria, el libre mercado y la la inserción de Chile en la economía capitalista, construyó elegantes mansiones y palacios y construyó importantes obras públicas.
Se sugiere trabajar con este video durante el desarrollo de la clase, como insumo que permita a los estudiantes identificar los riesgos que implica para la democracia la desigualdad social y en qué aspectos de su vida cotidiana lo ven reflejado. Economista de la Universidad de Chile y doctor en economía de la Universidad de Pennsylvania, Larrañaga se ha especializado en política social, desigualdad, pobreza y mercado del trabajo. El libro, que se centra en la desigualdad socioeconómica, quería aportar para pasar de una “discusión a nivel de slogan” a una de contenido analítico y basada en la evidencia empírica. 14En Chile, el sistema público de educación, sobre todo educación básica y media, debe mejorar en calidad para ser competitivo con el sector privado. 10Esto ya que en el país conviven empresas transnacionales exportadoras, con altas rentabilidades, junto con la pequeña y mediana empresa y microempresas informales de baja productividad, que se concentran en el mercado native y con escasos vínculos con la gran empresa.
El concepto de flexibilidad es primordial para comprender los nuevos modelos de empleo (Díaz, Godoy, & Stecher, 2005; Miguélez, & Prieto, 2009), donde la principal expresión de este tipo de dinámicas es la precariedad y la temporalidad del trabajo (Battistini, 2009; Julián, 2018; Toharia, & Cebrián, 2007). En este contexto, las oportunidades laborales se vuelven más inciertas, segmentadas y heterogéneas (Soto, 2015; Soto, Fardella, Valenzuela, & Carvajal, 2017), afectando especialmente las trayectorias biográficas de quienes siguen oficios más tradicionales, presentan mayor informalidad, productividad más débil y bajos ingresos (Chávez-Molina, & Sacco, 2015). Esa promesa debería ser transversal a toda la sociedad y no estar reservada para aquellas personas que puedan costear las mejoras, o que puedan pagar el precio de no tener que someterse a aplicaciones abusivas de la tecnología. Estos desarrollos y despliegues tecnológicos no deberían resultar en una nueva forma de discriminación que profundice otras desigualdades como un daño colateral que debemos asumir en favor de un supuesto bien mayoritario. En Brasil, el Ministerio de Ciudadanía firmó un acuerdo con el gobierno de Salta y Microsoft para implementar un programa similar desigualdad ambiental.
Estudios internacionales como los de Parcel, Dufur y Cornell (2010) coinciden en afirmar que la pobreza material es un factor de riesgo para niñas y niños, ya que implica menor acceso a recursos educativos que apoyen el proceso de aprendizaje, como materiales y actividades educativas. Por su parte, Weiss y otros (2009) establecen que «padres, madres o cuidadores que viven en condiciones de pobreza o estrés económico experimentan más problemas de salud mental, que pueden limitar su habilidad para apoyar los estudios de niñas y niños e incrementar la probabilidad de uso de prácticas punitivas. También enfrentan más barreras logísticas para acercarse a la escuela como falta de transporte, falta de flexibilidad de tiempo diario y falta de tiempo para vacaciones». Debido al pensamiento keynesiano, algunos economistas sostienen que las tasas de ahorro individuales aumentan con el nivel de ingreso. Cumpliéndose aquello, la redistribución de ricos a pobres tendería a bajar la tasa agregada de ahorro de una economía.
Para reducir la resistente desigualdad, son necesarias más políticas distributivas, junto con las redistributivas, que se preocupen a priori de la generación del ingreso. Las políticas distributivas, en el largo plazo, permitirán reducir el gasto social enfocado en los más pobres, quienes con mayores oportunidades serán capaces, por sí mismos, de guiar su desarrollo. En Chile, el analfabetismo es cada vez menor (ver Gráfico 9), pasando de un 5,2% de la población de 15 años o más que no sabía leer ni escribir en 1990, a un 3,1% en 2015.
Los sistemas de alto desempeño se han movido de un control administrativo y de rendición de cuentas hacia nuevas formas de organización del trabajo profesional; apoyan a sus maestros para realizar innovaciones pedagógicas, mejorar su propio desempeño y el de sus colegas, y alcanzar un desarrollo profesional que lleve a una práctica educativa superior. En muchas escuelas chilenas, los estudiantes aprenden por lo basic de forma particular person y al finalizar el año escolar, se evalúan sus logros. Para los trabajadores, de cuyo salario sale un ahorro que enriquece a otros y le asegura una vejez de pobreza.
Considerando lo anterior, es posible afirmar que el trabajo de investigación se alinea a estudios anteriores respecto del área económica analizada. Como forma de facilitar la interpretación de los resultados, se procedió a efectuar una transformación logarítmica de las variables, las cuales fueron sometidas a los take a look at de raíz unitaria de Dickey-Fuller y de estacionalidad a través de un análisis de gráficos lineales. Donde, F(y) representa la curva de Lorenz; es decir, la proporción de individuos o familias que tienen ingresos acumulados menores o iguales a y. Financiamiento compartido, el cual alude a los casos
De la Tabla 5 se puede evidenciar que para los dos períodos expuestos el omitir la variable TRANS genera que el r ajustado de los modelos n.° 12 y n.° 14 disminuya. Por lo tanto, se observa que existe evidencia preliminar de que la variable TRANS causa ciertos problemas de multicolinealidad. Como forma de determinar la relación causal entre las variables, se llevó a cabo una prueba de Granger, cuyos resultados muestran la relación causal entre la desigualdad y las transferencias corrientes que efectúa el Estado (ver Tabla 6). Respecto del período de concertación, el primer modelo evidencia que las variables CP y TRANS son no significativas, teniendo además signo contrario al esperado en sus coeficientes; por lo cual, se procedió a eliminar la variable TRANS para estimar un segundo modelo. En este se puede observar que la serie CP continúa siendo no significativa; sin embargo, posee la relación negativa esperada con la tasa de crecimiento del PIB. Ahora bien, el tercer modelo nace a partir de la idea de evidenciar si las políticas de gobierno respecto de las remuneraciones y transferencias afectan a la tasa de crecimiento del PIB de manera tardía.
Además, estos procesos implican la transferencia de datos personales a terceros y la posibilidad de que esos datos sean usados para fines distintos a los que permitieron su recolección; sin bases legales ni garantías de que la información generada no será utilizada a futuro con otros propósitos, como iniciativas de policiamiento predictivo por ejemplo. Le hablan a la clase media en genérico y así las identidades de clase y de grupos sociales se desdibujan, tal como se puede observar en el discurso del primero de mayo de 2014 de Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT. Obviamente, la clase media de hoy poco tiene que ver con la clase media de antaño, que estaba conformada más bien por empleados públicos representados por el Partido Radical o a la Democracia Cristiana. Pero la diversificación no ha significado expansión y una medición rigurosa se aleja del optimista anuncio de que hoy Chile sería mayoritariamente un país mesocrático.
Al considerar la pobreza multidimensional, nuevamente la región de La Araucanía es la más vulnerable, pero en este caso seguida por dos regiones del norte del país, Atacama y Coquimbo. Solo cinco de las 15 regiones se encuentran por debajo del promedio nacional evaluando ambos tipos de pobreza (Magallanes, Aysén, la Región Metropolitana, Antofagasta y Tarapacá). Por su lado, La Araucanía sobrepasa los promedios nacionales en ambos casos, y se observa que la diferencia entre ambos tipos de pobreza no es tan amplio, por lo que se infiere que el ingreso es la mayor causa de pobreza en este territorio, lo que se avala con el resultado del PIB per cápita expuesto anteriormente. Datos de Banco Mundial (2016) muestran que los países que presentan una mayor diferencia en los ingresos tienden a presentar un menor grado de movilidad intergeneracional.
De acuerdo a la definición del Instituto Nacional de Estadísticas, una localidad rural es aquella cuya población económicamente activa se emplea en un 50% o más en actividades primarias y que no alcanza los 2.000 habitantes (INE 2005). La OECD (2009), por su parte, considera como población rural en Chile a los habitantes de localidades de menos de 5.000 habitantes. Por otro lado, de acuerdo a la OECD (2009), considerando la ruralidad por provincias -el tercer nivel territorial según sus definiciones-, un 42% la población habita en provincias predominantemente rurales.
La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) es una encuesta a hogares realizada por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia (antes Ministerio de Planificación, MIDEPLAN) que es levantada de manera common en el país desde el año 1987. En este sentido, existe un amplio conjunto de actividades en torno a las cuales las diferencias son más suaves o moderadas. Tomando en cuenta los elementos de reproducción social se evidencia una superposición de desigualdades que se entrecruzan. A las desigualdades iniciales se suma la ausencia de referentes para poder construir un futuro en escenarios de mayor incertidumbre y transformaciones del mercado del trabajo, así como la falta de un proyecto crítico que observe dichas desigualdades. No ocurre lo mismo con los varones, quienes, en carreras tradicionalmente feminizadas, suelen construir imaginarios de inserción laboral con más proyecciones que las de sus pares de género femenino. Esta subjetividad sobre el futuro, reforzada en el caso de los varones, es representada y reproducida por los propios jóvenes.