Columna De Tomás Rau: De Género, Economía Y Efemérides: ¿las Mujeres Facturan?

En la versión 2021 del reporte del Banco Mundial, países como Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Portugal y Suecia lograron una puntuación de one hundred en el índice, lo que los sitúa muy por sobre Chile, que con eighty puntos se ubica en el lugar ninety one de los 190 que componen el rating. Cabe señalar que desde el año 2019 sólo 27 economías de todo el mundo han promulgado reformas que apuntan a avanzar hacia la equidad de género, siendo Chile una de ellas. El grupo también está compuesto por Portugal, Nueva Zelandia, Austria, Eslovenia y Brasil, entre otros países.

El llamado específico de ONU es a no bajar la guardia y cumplir los compromisos adquiridos por los diversos Estados en materia de género, particularmente aquellos que dicen relación con la prevención de la violencia. Además se ha instado a los diversos gobiernos, al sector privado y a la misma sociedad civil a tener en cuenta las prioridades de las mujeres y niñas a la hora de dar respuestas a los problemas causados por la pandemia que sigue aún afectando gravemente a los distintos países. “Que la pandemia no sea una excusa para frenar el cumplimiento de compromisos que tiene que ver con la agenda de desarrollo sostenible al 2030. Respecto de agenda de género, hemos dicho que no deben redestinarse recursos para financiar programas en favor de las mujeres, como por ejemplo para la prevención de la violencia”, puntualizó. Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad. Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas.

Según un estudio de ONU las consecuencias económicas que afectan a las mujeres no desaparecerán cuando la pandemia termine ya que ellas son “susceptibles a toparse con obstáculos a largo plazo en su participación en el mercado laboral y los ingresos”. Y a eso se agrega el desigualdad de riqueza en el mundo impacto en las jubilaciones y los ahorros, que afectará su seguridad económica en el futuro. La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros.

desigualdad de genero en la economia

Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas. En los países en desarrollo en basic, casi el 25% de mujeres no pueden encontrar un empleo, frente al 16,6% de hombres, a lo que contribuye las mayores responsabilidades familiares que asumen las primeras, incluido el trabajo que supone el cuidado de niños y ancianos. Por una parte proveyendo estudios y evidencia sino que también en la formación de capital humano libre de sesgos, donde la representación de las mujeres sea real y no una consigna. En el Instituto de Economía UC tomamos ese camino y con 9 profesoras de planta somos el departamento de economía de Chile con más profesoras, todas doctoras en economía y realizando una gran labor en docencia, investigación, extensión y mentoring. De hecho, este año three egresadas de economía UC partirán a hacer su doctorado en economía en las mejores universidades del mundo. En relación a dicha brecha, de acuerdo a Cruz y Rau (2022), cerca de un 40% de la brecha de género se genera entre empresas y no dentro de la empresa.

Por lo tanto, es esencial considerar ambas dimensiones de la desigualdad, para entender a cabalidad cómo se compone y discernir qué elementos podrían estar profundizándola (Stiglitz & Doyle, 2015). Es preciso advertir que incluso los países más igualitarios exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un considerable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Asimismo, la búsqueda desigualdad economica entre hombres y mujeres de la igualdad no supone eliminar la diversidad de valores, preferencias y capacidades que nos distinguen como personas. Asimismo, las mujeres aún tienen menor acceso a bienes financieros que los hombres (el 95% de las mujeres D/E no tiene cuenta corriente) y son más pesimistas que ellos frente a las expectativas económicas del país. Espacio Público es un centro de estudios independiente que busca aportar en la construcción de una sociedad más justa, transparente y democrática, que permita un desarrollo económico, social y político que beneficie a todas las personas.

Gracias al Ministro Mario Marcel, al Ministro Nicolás Grau, y a la presidenta de la CMF, Solange Bernstein, por la voluntad, demostrando la transversalidad de un tema de justicia tan esencial como son las posibilidades laborales para las mujeres, issue básico de autonomía, libertad y dignidad, en un país con el dolor de que menos de la mitad de las mujeres pueden acceder a un trabajo remunerado. Luego de haber adoptado la Agenda 2030 en el año 2015, Chile decidió crear el Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Esta entidad está dirigida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y tiene la misión de aconsejar al Presidente/a de la República sobre implementar y hacer seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Igualmente, este se compone de los Ministerios de Economía, Fomento y Turismo, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, el Ministerio del Medio Ambiente, y el Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que en conjunto trabajan para el logro exito-so de estos objetivos en Chile (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2016; 2019).

Quienes están a cargo hoy de diseñar las políticas públicas, deben contemplar a las mujeres para responder a estos múltiples desafíos. Los gobiernos necesitan hacerse cargo de generar sistemas de cuidado que puedan suplir la tarea que durante tantas décadas ha dependido de las mujeres; deben generar leyes que aseguren la igualdad salarial; deben promover una cultura de no violencia; y deben resguardar a las mujeres víctimas en zonas de conflicto. Cuando hablamos de trabajo de cuidados no remunerados, las mujeres le dedican alrededor de tres veces más tiempo que los hombres, y no sólo al cuidado de los hijos e hijas, sino también de personas enfermas, discapacitadas y personas mayores. Si a estas actividades se les asignara un valor monetario, en Chile representaría 25,6% del PIB ampliado de 2020 (aumentando respecto del 2015 debido a la pandemia), según estimaciones del Banco Central. En definitiva, a lo largo de este apartado hemos reflexionado en torno a la operación cultural y simbólica que se refiere a la separación entre economía, política y ethical, hecho histórico que desliga al ámbito económico y empresarial de la responsabilidad moral de los actos que se desarrollan en su seno.

Promover la igualdad de género exige reequilibrar los cuidados y las tareas domésticas en las familias, eliminar las disparidades de género en la educación y reducir las barreras sociales y políticas a la participación de las mujeres en el mercado laboral. De acuerdo con cifras de ONU Mujeres, cerrar las brechas en los cuidados y ampliar estos servicios con empleos decentes podría generar casi 300 millones de puestos para 2035. Los acontecimientos de los últimos años, que incluyen la pandemia por COVID-19 y las múltiples crisis que provocó a nivel global, han afectado directamente cada una de estas dimensiones. En Chile, la participación laboral de las mujeres retrocedió casi una década durante el periodo más álgido de la pandemia[1] y se ha recuperado a un ritmo menor que la de los hombres. Además, la pandemia profundizó el tiempo y la intensidad del trabajo de cuidados que realizan las mujeres al interior de los hogares, en ocasiones con efectos que perduran hasta el día de hoy. No obstante, aun considerándose ambas dimensiones, como se expuso en la sección anterior y, como se puede observar en el Anexo 1, los contenidos de estas siguen estando enfocadas mayormente en la dimensión ex-ante.

Es más, para el caso de Chile, el PNUD (2017) identificó seis factores que reproducen la desigualdad a lo largo del tiempo en el país. Primero, la estructura productiva de Chile, que se relaciona a las diferencias de productividad, capacidad de inversión y nivel educacional de los/as trabajadores/as. Igualmente, el tercer factor contempla el rol pasivo del Estado que no tiene mayor injerencia distributiva de los recursos, y el cuarto la concentración del poder político que tienen las personas con mayores ingresos.

En el caso del comercio, la presencia de mujeres alcanza un 46%, lo que consideramos que es una buena cifra respecto de otras ramas. Por ejemplo, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más del 80% de los nuevos empleos creados por la agenda de descarbonización estarán en sectores que hoy son dominados por hombres y solo el 20% de estos nuevos empleos se crearán en sectores donde las mujeres son mayoría. El encuentro finalizó con la Declaración del Presidente (Chair Statement) de la reunión, la cual enfatizó la necesidad de aumentar los esfuerzos para empoderar a las mujeres, promover su participación significativa en la economía y mejorar su nivel de vida.

Finalmente, la temporalidad de la mayoría de las acciones analizadas podrían dar cuenta de la etapa primeriza en la que se encuentra la Agenda 2030 en el país, encontrándose esta en una fase inicial de implementación, en la cual se puede observar cómo este marco que guía a los países aún no penetra con fuerza en las diversas reparticiones públicas de Chile. En el año 2000, 189 países miembros de las Naciones Unidas firmaron una declaración donde se comprometían a trabajar en una agenda para el desarrollo con ocho Objetivos del Milenio ( Fondo ODS, 2018). Esta fue exitosa en muchos ámbitos, como el de reducir la pobreza extrema en más de la mitad, y también lograr que más niños/as en edad escolar ingresaran a sus sistemas educativos correspondientes, pasando de a hundred millones de infantes que no asistían a la escuela en el año 2000, a fifty seven millones quince años más tarde ( UNDP, 2016), entre otros logros que se centraron en los países en desarrollo, principalmente. Aquí, se garantiza que todos podrán acceder, por ejemplo, a un trabajo o al sistema de educación, entre otros.

De esta forma se completó la conformación de esta instancia, que fue creada en marzo de este año para planificar y gestionar el avance de la institución hacia la equidad entre hombres y mujeres. Los montos promedio de pensiones de vejez autofinanciadas en pago dieron cuenta de una brecha promedio de -50,9% en perjuicio de las mujeres. Esta brecha se acentúa en la modalidad de pensión de retiro programado (-57,0%) y es menor en el caso de la renta vitalicia (-29,9%). De hecho, al analizar las cifras de nuevos pensionados, se observó que las proporciones de mujeres fueron mayores en los tramos de menos años cotizados (menos de 15 años), en tanto que en los hombres se concentraron en los tramos mayores de años cotizados (entre 25 y forty años). El reporte precisa que el fifty two,8% de las mujeres se concentra en los cinco tramos de densidad de cotizaciones más bajas, mientras que en el caso de los hombres es un 37,8%, con bajas de más de 2 puntos porcentuales (p.p. o 2%) en ambos casos respecto de junio 2020. A su vez, en los rangos de densidad superiores al 70% se concentra el 31,3% de las mujeres versus el forty three,6% de los hombres, proporciones que aumentaron 2% respecto de un año atrás.