Pero, “aunque las clases medias chilenas (representadas por los deciles four, 5, 6 y 7) viven en un país más rico que las clases medias uruguayas, en términos absolutos, son más pobres que las clases medias uruguayas. Porque la gran diferencia de ambos países está en cuánto se lleva la elite”, explica el historiador. No hay que olvidar que para que esta Reforma sea exitosa, se requiere fortalecer la profesión docente. Tal como señaló el Informe McKinsey de 2007, en ninguna parte del mundo la calidad de un sistema escolar supera la calidad de sus profesores. “Los sistemas escolares de alto nivel prestan atención a cómo se selecciona y capacita a su personal docente.
Las diversas ayudas sociales permitieron una rápida recuperación económica y de los empleos, pero trajo consigo un sobrecalentamiento de la economía, que sumado a la guerra de Rusia en Ucrania y los rebrotes de covid-19 en Beijing, elevó la inflación anual a un máximo de 14,1% en agosto de 2022, lo que presagiaba una dificultad en la recuperación. No están dirigidas por un movimiento social específico y parecen haber surgido de la nada, con un fuerte y violento componente anárquico. Su origen no es uno solo, mucho menos el problema relativamente easy del alza del pasaje del metro.
En nuestro país, la disputa por la (des)igualdad se encuentra asociada a los proyectos políticos contrapuestos de la izquierda y la derecha. Mientras la izquierda busca validar una sociedad con menos desigualdad económica y más diversidad en los estilos de vida y las identificaciones personales, la derecha apuesta por una sociedad socioeconómicamente desigual y culturalmente homogénea. Invertir en educación y en el desarrollo de competencias, aplicar medidas de protección social, luchar contra la discriminación, apoyar a los grupos marginados y fomentar la cooperación internacional para un comercio y unos sistemas financieros justos. Según la OCDE, el impacto negativo de las desigualdades en el crecimiento se debe al abismo que separa al 40% de los hogares con ingresos bajos del resto de la población. También los del 10% con menos recursos pero, a diferencia de los otros, «mucho más lentamente en los años de bonanza y han caído en los años de disaster», según el informe.
Aunque las condiciones del marco normativo y financiero restringen al Estado esencialmente a mantener su rol subsidiario, desde 1990 se ha intentado incorporar un enfoque más integrador del sistema de protección social. Por otra parte, los resultados encontrados, luego de examinar las acciones públicas para reducir las desigualdades, proponen la necesidad de realizar un análisis sobre los indicadores que están siendo utilizados para cuantificar las disparidades en el país y cómo se están utilizando para tomar decisiones. Como se explicó en el primer apartado de este artículo, los indicadores son una herramienta que cuantifica una realidad y facilitan los procesos de toma de decisiones. desigualdad actual En este sentido, es importante destacar que no son el único instrumento utilizado para decidir a nivel de autoridades, pero sí una parte importante ( Mügge, 2015 ; Coyle, 2016 ). Por lo tanto, si estos tienen algún tipo de sesgo, esto probablemente influirá también en el tipo o calidad de decisión que se implemente finalmente. En consecuencia, si el Índice de Gini chileno demuestra que hay una gran disparidad de ingresos, deberían cuestionarse las causas de esta, por un lado, y por otro, qué otros indicadores podrían entregar una mejor perspectiva de cuáles son las acciones públicas que deben llevarse a cabo para disminuir las desigualdades que hoy afectan al país.
En la medida que los salarios comenzaron a subir en términos netos desde 2009 y la desigualdad en 2017 recuperó el nivel de 1969, la participación de la renta de los trabajadores en el PIB ha venido mejorando tímidamente, ya que la cuota capturada por los empresarios se mantiene en un nivel muy alto. En resumen, este esquema de políticas ha promovido la segmentación y profundizado desigualdades simbólicas y de oportunidades. La segmentación se produce tanto por arriba – pues los sectores más altos se autoexcluyen comprando servicios y protección en el mercado—como por abajo –pues los sectores más bajos sólo pueden acceder a la provisión mínima ofrecida por el Estado–. En ocasiones, los sectores medios quedan desprotegidos, porque no tienen derecho a las prestaciones que ofrece el Estado, pero tampoco tienen recursos suficientes como para acceder a los servicios de mayor calidad que otros adquieren en el mercado.
Luego, cuando la Dictadura y la Crisis de la Deuda castigaron implacablemente los salarios hasta 1988 ($ four,6) y generaron una desigualdad enorme (0,fifty six Gini ese mismo año) la LS descendió a 30,9% y el EBE subió a 42,1%. Finalmente, cuando los salarios comenzaron a recuperarse continuamente desde 1989 hasta alcanzar el nivel de 1969 en 2008, la LS se elevó a un nivel máximo forty one,2% en 2003. Pero, aunque la desigualdad fue reduciéndose a alrededor de zero,47 en 2014, la LS descendió nuevamente a 39,2% ese mismo año y el EBE volvió a ascender, a 49,7%, lo que probablemente ha variado muy poco hasta 2019. Así, mientras los salarios se desplomaron y la desigualdad subió, se redujo el porcentaje de la renta retenida por los trabajadores y aumentó de modo sustantivo la renta capturada por los empresarios.
En este sentido, se destaca un claro enfoque en las metas 10.2 y 10.3, y por el contrario, que no existen acciones públicas que respondan específicamente a las metas 10.6, 10.a, 10.b y 10.c del ODS 10, al menos de acuerdo a lo informado por el Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible (2018). Ahora bien, estas últimas cuatro metas mencionadas, se enfocan en migración y las desigualdades entre los países. Si bien la novena acción pública analizada, el Proyecto de Ley de Migraciones, responde a una meta de migración, cabe destacar que esta se aprobó recién el pasado 20 de abril 2021 y aún no entra en vigencia, por consiguiente, no ha podido ser implementada aún. Por lo tanto, la estrategia chilena para reducir las desigualdades en el contexto de la Agenda 2030 entre los años 2015 y 2018, se concentró principalmente en lo que ocurre dentro del país, respondiendo la mayoría de las acciones públicas a la segunda y tercera meta de este ODS. De esta forma, como se explicó en el primer apartado de este artículo, ambas dimensiones de las disparidades, ex-ante y ex-post, presentan una relación recíproca entre sí, afectándose mutuamente.
Otro ejemplo que propone Sen (2000), tiene que ver con los virus y las bacterias que hay en el medio, que trastornan la manera y la calidad en que viven los individuos, o bien, la forma en que tienen que distribuir sus recursos los países. Por lo tanto, la diversidad en el medio influye di-rectamente en la libertad que tienen los individuos y países para lograr cierto nivel de calidad de vida “ideal”. Por otra parte, el año 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una nueva resolución que compromete a los 193 miembros de esta organización a trabajar en un programa de 17 objetivos, llamada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Muchas veces los tomadores de decisiones en el Ejecutivo y en el Parlamento viven muy alejados de los problemas de las mayorías. También ha habido oposición de quienes ven en las medidas redistributivas un riesgo para el crecimiento económico. Es más, para el caso de Chile, el PNUD (2017) identificó seis factores que reproducen la desigualdad a lo largo del tiempo en el país. Primero, la estructura productiva de Chile, que se relaciona a las diferencias de productividad, capacidad de inversión y nivel educacional de los/as trabajadores/as.
O bien, la Ley Nº19.966 del año 2004, la cual continúa vigente e, igualmente, ha ido incorporando cada vez más elementos para incluir a una mayor cantidad de personas beneficiadas desde su entrada en vigencia hasta el día de hoy. Por lo tanto, las acciones públicas analizadas dan cuenta del trabajo que se ha realizado en el país respecto de la reducción de desigualdades, las cuales han podido ser incorporadas como respuesta a las metas establecidas para el ODS 10, pero no necesariamente como un trabajo que se ha realizado en base a esta agenda, aún. Como se puede observar, las metas de este ODS contemplan los aspectos económicos, políticos y sociales, lo que va en la línea de lo planteado respecto de la multidimensionalidad de la desigualdad económica. Es decir, que esta no solo considera el tema de ingresos, sino que hay una gama amplia de particularidades a considerar para lograr reducirla. Por ejemplo, la meta 10.2 busca promover la inclusión social, económica y política de las personas, con un foco antidiscriminatorio, y la meta 10.3 hace referencia explícita sobre las dimensiones ex-ante y ex-post de esta, al demandar reducir las desigualdades de oportunidades e ingresos, respectivamente. No obstante, este ODS tampoco ha quedado exento de críticas, lo que ha llevado a varios académicos/as a dudar de sus posibilidades de éxito.
Observan cómo mejorar el desempeño de aquellos que tienen dificultades y cómo estructurar sus remuneraciones. Proporcionan un ambiente en que los maestros trabajan juntos para formular y desarrollar buenas prácticas y proporcionan vías inteligentes para que avancen en sus carreras profesionales. Los sistemas de alto desempeño se han movido de un management administrativo y de rendición de cuentas hacia nuevas formas de organización del trabajo profesional; apoyan a sus maestros para realizar innovaciones pedagógicas, mejorar su propio desempeño y el de sus colegas, y alcanzar un desarrollo profesional que lleve a una práctica educativa superior. Más importante aún, la educación pública puede atraer a los profesores más talentosos a las aulas más desafiantes y a los directores más capacitados a las escuelas más difíciles. Junto con esa mirada histórica, cube la investigadora, es importante entender la definición conceptual.
Si bien el rezago lector está presente en todos los niveles, los resultados evidencian una amplia brecha educativa. De acuerdo con las investigaciones recientes sobre la educación mundial, Chile tiene uno de los porcentajes más bajos de educación universitaria y tasas de graduación en los países de la OCDE. Esto puede ser en parte por las pobres condiciones de educabilidad y los altos costos de acceder y obtener una educación universitaria. Además, en relación a la Agenda 2030, a pesar de no contar con todos los indi-cadores que propone esta misma para el Objetivo de Desarrollo Sostenible 10, de las 27 acciones públicas examinadas, se puede ver que estas responden, no solo a las primeras tres metas de las cuales se tienen información para reportar indicadores, sino que también a la 10.4 desigualdad economica mundial, 10.5 y 10.7.
En este sentido, la realidad de las manifestaciones sociales en Chile motivaron la hipótesis de este trabajo, ya que el descontento social ha dejado en evidencia las grandes faltas que existen en el país respecto de la dimensión ex-ante, lo que podría implicar, al menos, una falta de trabajo desde esta perspectiva. En este sentido, la dimensión ex-post, que hace referencia a los resultados e ingresos se encuentra presente, como también la dimensión ex-ante, que hace referencia al punto de partida sobre el cual los individuos podrán alcanzar los objetivos o calidad de vida que desean. Dicha situación nos lleva a la conformación de la sociedad de la información y del conocimiento, donde en el presente da lugar a la aparición de nuevas fuentes de desigualdades. El acceso a las tecnologías de la información y la comunicación no se produce a la misma velocidad, ni con la misma intensidad, entre personas de diferentes sectores sociales, ni entre países o regiones del mundo.