Por otra parte, la existencia en el país de sistemas fragmentados de protección social en ámbitos como la salud, desempleo, pensiones y otros, genera desigualdades estructurales y dificultan la integración de los mercados laborales. La investigación subnacional en América Latina ha establecido que en los países de la región las condiciones de vida están fuertemente determinadas por el lugar de residencia. Pero a pesar de estos avances, sabemos muy poco sobre cómo lo subnacional interactúa con otros atributos como género, raza y ruralidad para producir un paisaje diverso de desventajas y privilegios. Este artículo utiliza el enfoque de la interseccionalidad para mostrar las enormes diferencias en analfabetismo e inasistencia a escuela entre grupos compuestos por distintas combinaciones de dichos atributos en Perú, Colombia y Chile.
Se decía que period la dependencia hacia Estados Unidos lo que explicaba todos los males. Luego que period el neoliberalismo y así ha habido diferentes modas, entonces ahora todo se quiere explicar por esa intersección de clase, etnia y género y voy a tratar de demostrar que sí, pero también voy a cuestionarlo un poco y ver qué otras cosas habría que tomar en cuenta y preguntarnos, cuál es el riesgo de con un solo concepto querer explicarlo todo. Entonces es ese es el tema desigualdad de america latina de hoy, viniendo de un país muy desigual como es México y uno muy desigual como es Chile” cerró. En ese sentido, a la fragmentación social de cada país se agrega la fragmentación regional, apuntó De Riz. «Cada vez hay menos conciencia de una región compartida. Se rompió completamente el multilateralismo. El Mercosur fracasó. Hay países mirándose hacia adentro y un déficit de integración política, cultural y económica muy fuerte. Se ve un creciente nacionalismo y proteccionismo».
Por ejemplo, los países de América Latina tienen una gran dependencia de los impuestos indirectos —que son más regresivos, ya que constituyen una carga mayor para los sectores más pobres de la población— y recaudan muy poco en concepto de impuestos sobre el patrimonio, dirigidos a las élites económicas. Ningún país de América Latina ha conseguido construir una economía propia y viable. La riqueza de los barones del ganado de Brasil y de los demás países del Cono Sur sigue basándose en la implacable destrucción de la naturaleza. Al igual que los enormes monocultivos de soja o trigo, a menudo modificados genéticamente, que es una industria de exportación que aporta pocos puestos de trabajo y poco desarrollo. Ya sean las plantaciones de bananos en Ecuador, las de caña de azúcar en Honduras o las de palta en Chile, los daños a la naturaleza por el uso de pesticidas, la deforestación o el elevado consumo de agua son inmensos, y los beneficios para la población, comparativamente pequeños.
Para ello, los autores observaron diferentes indicadores durante cerca de una década en diez países de la región, incluidos Chile, Perú, Ecuador, Guatemala y México. Esa es la principal interrogante que aborda un nuevo libro que reúne 17 artículos académicos, que discuten el fenómeno desde una perspectiva microsocial, es decir centrada en los individuos. Según la funcionara, la pobreza extrema aumentaría de los 67,5 millones a los 90,7 millones. Esto impactaría fuertemente en las familias más pobres y en la desigualdad, alegó. De esta manera, 2020 iniciaría con cerca de 190 millones de individuos en condición de pobreza, de los cuales casi 70 millones estarían en una situación paupérrima.
En el caso de Bolivia también se dio una disminución de la desigualdad por una caída en el mercado laboral, y no tanto por la redistribución de ingresos, pese a que sí hubo. En el caso de Bolivia también se dio una disminución de la desigualdad por una caída en el mercado laboral, y no tanto por la redistribución de ingresos, pese a que sí hubo. Adoptando una perspectiva microsocial, este libro se pregunta cómo los individuos experimentan esta desigualdad en sus vidas. Los 17 capítulos de este volumen se centran en cómo las personas viven y sienten las desigualdades cotidianamente, pero también indaga en cómo reaccionan frente a estas asimetrías que dominan su interacción con sus pares y con las instituciones públicas, con el objetivo de discernir si las aceptan, se adaptan o si las disputan y las resisten para mitigarlas. El texto de Cuadriello Olivos ofrecen pistas que pueden ser claves para comprender el recorrido de las desigualdades y las respuestas que han emergido en los países considerados, como así también permite calibrar la fuerza con la que se instaló el modelo de políticas sociales focalizadas.
En el caso de los países donde no se midió el indicador en 1990, utilizamos el año más cercano a esa fecha, y lo comparamos con la información más reciente. Pero como solo considera la desigualdad de los ingresos, no refleja todas las otras dimensiones de la vida diaria. «La plena participación de las mujeres y la transversalización de la perspectiva de género en la política exterior y en la política global es elementary desigualdad derechos humanos para promover sociedades pacíficas e inclusivas, la gobernabilidad efectiva basada en el Estado de derecho, el desarrollo sostenible y la garantía de los derechos humanos. La secretaria ejecutiva de la Cepal advirtió sobre el crecimiento de los estratos de ingresos medios en la región, que continúan experimentando diversas carencias y vulnerabilidades, tanto en relación con sus ingresos como en el ejercicio de sus derechos.
Según estas perspectivas, instituciones ancladas en las divisiones subnacionales tales como el federalismo, las transferencias interregionales, el malapportionment, y los sistemas de partidos centrífugos contribuyen a espacializar la discriminación y a producir diferenciaciones espaciales en el desarrollo económico y social (Beramendi 2012; Rogers 2021). Se trata de un hallazgo relativamente novedoso y hasta inesperado sobre este sector tan importante en la economía regional, pues sugiere que una fracción significativa del mismo puede operar o en el mismo domicilio o en su entorno cercano. Aunque esto último tiene la lectura positiva del menor gasto de tiempo en transporte, también tiene la lectura negativa del «en-capsulamiento/aislamiento» de los pobres (completando el círculo de segregación territorial de residencia-escuela-trabajo). En el caso de la élite, el encapsulamiento a escala municipal/ comunal no parece ser aún la tónica, porque una fracción significativa de sus integrantes todavía debe salir de su comuna de residencia para trabajar. Sin embargo, para ciudades con una segregación residencial a altos niveles de agregación geográfica, el análisis correcto de este último asunto requiere trabajar con la noción «habitat intermunicipal de la élite», y no municipios individuales.
En Colombia el analfabetismo entre los indígenas era casi cuatro veces el del promedio nacional en 2005 y 3.5 veces en 2017, con tasas del 30% y 17% respectivamente. En cuanto a los afrodescendientes, la diferencia entre ellos y los que no se identifican con ninguna etnia era de 5 p.p. La porción de miembros de grupos indígenas que tenían cuatro años o menos de escolaridad es menos del doble que de los no indígenas en ambos años. La expansión de la educación básica es América Latina es una de las políticas públicas que más ha impactado la reducción de la pobreza y la desigualdad (Lopez-Calva y Lustig 2010).
Paralelamente se dio una disminución importante de la pobreza en el mismo período, observándose que un 60% se explica por crecimiento y cerca de un 40% por la caída de la desigualdad. En el caso de la expansión de la clase media, alrededor de un 20% tuvo que ver con este último issue. “Es fascinante esto porque quiere decir que la desigualdad cayó en países con tasa de crecimiento alta y con tasa de crecimiento baja; en países que tenían el auge de materias primas y aquellos que eran importadores netos de materias primas, en países gobernados por la izquierda y países gobernados por la derecha. Hay una generalización que deberíamos poder explicar más allá de características típicas del período”, destacó. “Si no afrontan con audacia la necesidad de gravar más y mejor —como es su obligación en materia de derechos humanos—, los países de América Latina seguirán viéndose arrastrados por un malestar de desigualdad socioeconómica que favorecerá a una élite rica mientras perjudica a la sociedad en su conjunto”, ha afirmado Kate Donald. El impacto de estas carencias en toda la región recayó con la mayor severidad en las mujeres, que perdieron empleos con más frecuencia que los hombres y cuya carga desproporcionada en el cuidado de los hijos, hijas y el resto de la familia sigue traduciéndose en un disfrute desigual de los derechos, aún más si son indígenas o afrodescendientes.
El principio de la responsabilidad private no se ha practicado, la coparticipación en el sentido de involucrar a la población en las decisiones y sus efectos tampoco parece haberse aprendido. La despiadada opresión y explotación de la población indígena y el modelo económico igualmente despiadado del extractivismo y los monocultivos tienen su origen allí. Pero los españoles y portugueses no han gobernado América Latina durante dos siglos; son los Estados independientes de hoy los responsables de la precariedad que sufre la población. Exigir una disculpa a la nación de los antiguos conquistadores, como lo ha hecho el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es facilista, inútil y solo encubre su propia responsabilidad.
Mientras en las ciudades de Brasil la probabilidad de ser conmutante decrece ligeramente con la educación, en Santiago y Ciudad de México la probabilidad de ser conmutante se eleva con la educación. Estos dos últimos hallazgos, en specific los de Santiago y Ciudad de México, nuevamente chocan con visiones tradicionales que suponen la movilidad y los traslados diarios como un atributo típico de los pobres, que, debido a los procesos de desplazamiento hacia la periferia antes comentados, están obligados a vivir lejos de sus trabajos. En el mismo sentido, la movilidad diaria no parece patrimonio del sector informal; por el contrario, la categoría ocupacional de este sector (cuentapropistas de baja educación) es la que registra menores niveles de conmutación en las cuatro ciudades examinadas. RESUMEN Los censos de la ronda de 2000 de Brasil, México y Chile incluyeron, por primera vez, una consulta sobre lugar de trabajo o estudio.
Esta metodología permite determinar cómo el impacto de una variable explicativa (X1) en una variable dependiente (Y) cambia como resultado de la variación en una tercera variable (X2) (Scott y Siltanen 2012). Gráfica 5 Tasas nacionales de Analfabetismo (Colombia – Perú) y Porcentaje de personas con cuatro años o menos de escolaridad (Chile) según región. Para la primera ronda censal de los tres países (2002 en Chile, 2005 en Colombia, 2007 en Perú) acudí a los microdatos censales procesados por IPUMS (Minnessota Population Center 2019) que maneja una muestra censal representativa del 10% de la población con factores de expansión que generan información sobre el whole de la población.