Análisis: El Cambio Climático Como Problema De Desigualdad Centro De Ciencia Del Clima Y La Resiliencia

La literatura académica sugiere que los impuestos óptimos al ingreso de los individuos en la parte más alta de la distribución deberían ser altos (estimaciones sugieren que podrían llegar a 73%, e incluso sobre el 80% si existe apropiación de rentas no productivas). Por ejemplo, en el año 2016, entre los países de la OCDE, el IVA y otros impuestos al consumo representaron en promedio un 32,7% de la recaudación. En Chile, estos mismos impuestos representaron el 54,6%, por lejos la proporción mayor entre los más de 30 países que componen el grupo (en segundo lugar aparece Turquía con forty three,6%).

desigualdad de recursos

Resultados que actualmente podríamos comparar con los obtenidos por Bolivia y el Salvador, países con un nivel de desarrollo humano medio. Por su parte, las regiones con mayor desarrollo humano, como era de esperar, fueron la Región Metropolitana desigualdad de clases sociales y la región de Magallanes, con resultados comparables actualmente con México y Santa Lucía respectivamente, países con alto nivel de desarrollo humano. Respecto del año 1994 las regiones que mejoran son Magallanes, Aysén, Coquimbo y Antofagasta.

El informe de Salud Un Derecho indica que la OCDE considera como parte del “gasto público” los fondos recaudados por cotizaciones legales (1,4% PIB) que los trabajadores aportan a los seguros privados de salud. Esto implica que la cifra final de gasto público reportada por la OCDE es en efecto mayor de lo actual, tal como se pudiera entender si se restara este aporte a fondos privados. Según señalan las cifras de la OCDE, el 37% del gasto en salud en Chile es gasto de bolsillo, siendo la media de los países de la OCDE inferior al 20%. Se indica que después de México, Chile tiene el gasto de bolsillo más alto de todos los países de la OCDE.

A través de los años, al igual que lo ilustrado por la evolución del Gini, la razón 10/10 muestra un aumento de las disparidades en el año 2009, donde el 10% más rico llega a distanciarse 38,eight veces del ingreso medio del 10% más pobre, para luego descender paulatinamente. El ratio fue de 27,6; 29,8; 29,1 y 27,2 para 2009, 2011, 2013 y 2015 respectivamente (calculado por Ministerio de Desarrollo Social [2016b], bajo la nueva metodología). Chile es un país largo y angosto, ubicado al sudoeste de América Latina, limita al norte con Perú, al noreste con Bolivia y al este con Argentina. De acuerdo con la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) de 2015, el país tiene una población de más de 17,5 millones de personas3, de las cuales un 87% vive en zonas urbanas.

Reducir la desigualdad de 0,forty nine a 0,43 para Chile o de 0,50 a zero,43 para la Región Metropolitana, implica una reducción de cerca de 18% en los conflictos a nivel nacional y de 21% en la RM. A modo de ejemplo, el Gini de la Región Metropolitana para el año 2017 es de zero,50, levemente por sobre el de Chile (0,49), pero muy por sobre el de otras regiones, tales como la de O’Higgins (0,40), Arica y Parinacota (0,41), Tarapacá (0,42) y Antofagasta (0,43). De hecho, el segundo lugar del rating de desigualdad en Chile lo ocupan La Araucanía, Aysén y Los Ríos, todas con coeficientes de Gini de 0,forty seven, lo que constituye una diferencia no menor respecto de la Región Metropolitana y del promedio nacional. Utilizando datos de la CASEN para los años 2009 a 2017, los resultados de este ejercicio indican que alrededor del 11% de la desigualdad (medida a través del coeficiente de Gini) es exclusivamente atribuible al 1% más rico (ver Tabla 1).

En la primera parte de esta reveladora serie sobre nuestro sistema tributario, los autores argumentaron que la forma en que recaudamos es resultado de un contrato social impuesto “que no le da un rol importante al Estado ni a la equidad”. En esta columna, sostienen que ese Estado mínimo es una decisión política para que los sectores de más altos ingresos tengan un sistema tributario que los beneficie. “Son decisiones políticas las que han transformado la globalización en desigualdad”, argumentan. Es lamentable ver que a nivel de desigualdad del ingreso, medido a través del índice de Gini, índice 10/10 o índice 20/20, las regiones del sur suelen encontrarse en una posición desfavorecida versus las regiones nortinas.

Luego de haber adoptado la Agenda 2030 en el año 2015, Chile decidió crear el Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Esta entidad está dirigida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y tiene la misión de aconsejar al Presidente/a de la República sobre implementar y hacer seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Igualmente, este se compone de los Ministerios de Economía, Fomento y Turismo, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, el Ministerio del Medio Ambiente, y el Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que en conjunto trabajan para el logro exito-so de estos objetivos en Chile (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2016; 2019). Este organismo publica en su sitio 6 , a su vez, las diferentes acciones públicas que se han realizado para cada uno de los objetivos, describiendo su aporte para estos fines determinados, como también informes sobre los avances en esta materia o diagnósticos previos y las resoluciones del Consejo. Ahora bien, la desigualdad de resultados, de acuerdo a Atkinson (2015), tiene que ver con aquello que los individuos logran a pesar de sus circunstancias. El economista establece tres razones importantes para considerar esta faceta de la desigualdad, aún asumiendo que se ha establecido igualdad de oportunidades en primer lugar.

Existen países ricos en recursos naturales entre los más equitativos y entre los más desiguales. Hay países chicos, países grandes, más o menos democráticos que se ubican en los dos lados de la distribución”, indicó el Dr. Palma. En el caso de Santiago, se pueden apreciar las diferencias de temperatura entre los distintos sectores de la ciudad. En el sector oriente, por ejemplo, donde hay una menor densidad de construcción y más áreas verdes, se presentan temperaturas más frías. Algo comparable ocurre en el resto de las ciudades del país, las que reproducen el crecimiento y segregación de las zonas metropolitanas. En Chillán, por ejemplo, donde hay más de 30 °C en verano y bajas temperaturas en el invierno, sumado a la contaminación atmosférica, se observa que la gente de mayores ingresos vive en parcelas de agrado o condominios ubicados en la periferia, donde hay mejores condiciones climáticas y de habitabilidad.

En este sentido, Sen (2000) subraya la importancia de considerar las heterogeneidades particulares y sociales de los individuos, ya que esto tiene incidencia directamente sobre lo que podrán lograr con las herramientas disponibles. De esta manera, este economista identificó cinco causas responsables de la desigualdad de oportunidades, las cuales se describen a continuación. La COVID-19 también pone en riesgo los escasos avances que se han conseguido en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres durante las últimas décadas.

El ausentismo y deserción escolar implican pérdidas de oportunidades duraderas y prolongadas, que afectan el desarrollo y el aprovechamiento de las oportunidades educativas, otro factor contribuyente a la desigualdad. Distancia, falta de transporte, enfermedades frecuentes, vestimenta inadecuada, falta de útiles escolares, inadecuadas en las poblaciones vulnerables. La desigualdad educativa empuja a muchas niñas y niños fuera de las aulas escolares, haciéndolos vulnerables a la explotación al entorno criminal e incluso en casos extremos, al tráfico de personas. Para hacer visible este problema, desde Good Neighbors Chile hemos preparado una recopilación de datos alarmantes sobre la desigualdad educativa y la pobreza en Chile.

Este patrón caracteriza a Chile y probablemente a otras sociedades latinoamericanas y es más pronunciado que en otros países del mundo. Probablemente, Chile no es el único, pero en el contexto chileno tenemos una forma de inmovilidad en que la persistencia de la riqueza es mucho más fuerte que la persistencia de la pobreza, y eso difiere de lo que encontramos en otros contextos. Asimismo, la encuesta Casen 2020 reveló que, producto de la pandemia, la desigualdad de ingresos presentó un aumento extremo.

El país está conformado por 16 regiones5, siendo la capital nacional la ciudad de Santiago en la Región Metropolitana. El territorio chileno es abundante en recursos naturales, es el mayor productor de cobre a nivel mundial y tiene un importante rol dentro de los países exportadores de productos agrícolas, forestales y ganaderos (OCDE y CEPAL, 2016). Las principales conclusiones de este trabajo, revelan la gran heterogeneidad que existe entre las regiones de Chile, siendo consistente con los trabajos de Agostini y Brown (2007; 2010), Ramírez et al. (2009) y Mac Clure y Calvo (2013), quienes avalan la importancia de trabajar a distintas escalas territoriales2. Se observa que las regiones más desiguales a nivel social y económico, son igualmente aquellas con menor PIB y desarrollo económico.

Aunque period de esperar que las regiones más pobres sean las que más rápido crezcan, no es obvio el comportamiento de la desigualdad. La justicia es un derecho, y todos tenemos derecho a vivir en una sociedad que sea gobernada justamente. En definitiva, para que sea posible la sociedad democrática justa se requieren instituciones y prácticas sociales que hagan posible la igualdad básica de acceso a los recursos y de las oportunidades para desarrollar las capacidades de los ciudadanos. La justicia distributiva es elementary desigualdad de la riqueza para garantizar y fortalecer la democracia en América Latina y el Caribe.