Aunque el derecho al trabajo no es el derecho a un puesto de trabajo, es el derecho a unas oportunidades y condiciones que pueden proporcionarte un trabajo digno, que te permita a ti y a tu familia conseguir un nivel de vida adecuado. Necesitamos alimentos para comer, agua para beber, lavar y cocinar, y un sistema de saneamiento que asegure el mantenimiento de nuestra salud. Nuestros hijos e hijas necesitan educarse; los trabajadores y trabajadoras, un trato y un salario justos; y quienes no pueden trabajar necesitan un sistema de seguridad social que les permita superar circunstancias adversas y vivir dignamente. En el ámbito humano, se habla de desigualdad cuando hay una falta de equilibrio entre dos o más personas.
A pesar de que varios gobiernos de la región adoptaron medidas ambiciosas basadas en un análisis del perfil epidemiológico de la disaster, en línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta febrero de 2022, la región concentraba el 28% de las muertes totales por COVID-19, teniendo apenas el eight.4% de la población mundial. Esto significa que más de 1.6 millones de personas en la región habrían perdido sus vidas a causa de COVID-19. El manual de geohistoria global, en cada uno de los capítulos que lo componen, este explica en una sección especial los cambios en la organización social y el surgimiento de desigualdades económicas y de género en los diferentes períodos históricos. La historia global de la humanidad se narra al dar a las desigualdades internacionales, sus orígenes históricos y sus consecuencias locales y globales, un papel protagonista que interconecta y comprende diferentes espacios temporales y geográficos de la humanidad.
Para mitigar los efectos de esta situación, los países desarrollados pueden acoger y atender a las personas refugiadas o desplazadas. Por ejemplo, el reasentamiento es una de las herramientas para garantizar una vía segura y legal a la población que se ve obligada a huir de su país y refugiarse en un país vecino, y evita que estas personas se encuentren en una situación aún más vulnerable. Los países más desarrollados deberían destinar más recursos o abrir nuevos canales para las donaciones y contribuciones, e implicarse de lleno en el diseño de iniciativas de este tipo, destinadas a los países o regiones con mayores necesidades sociales. Poner en marcha proyectos de cooperación y ayuda al desarrollo es una de las vías para reducir la desigualdad.
Estos datos expresan las consecuencias de la desregulación de facto del mercado laboral y de las políticas salariales regresivas mantenidas en nuestro país desde hace forty años, y pueden y deben emplearse para argumentar en pro de reformas laborales progresistas y democráticas. La pobreza y la exclusión social, motivadas por la desigualdad social, puede derivar en conductas violentas y delictivas por quienes se encuentran en esa situación. Para medir la desigualdad social, así como cualquier otra, debemos comparar a las personas dentro de un mismo territorio. Esta zona geográfica puede ser una ciudad, región, país, continente, civilización u otra forma de agrupación humana. La disminución de las inversiones en ciencia y tecnología de Brasil y Argentina ha reducido la concentración en los últimos años, aunque es un aspecto negativo la concentración todavía sigue alta. En relación con la economía, la diferencia entre los tres países principales y el resto de las naciones es aún mayor, lo que se explica por los porcentajes del PBI invertido en el sector.
No es tarea fácil combinar estas tendencias de la desigualdad interna y externa, aunque, en general, hay quien estima que el coeficiente de Gini a nivel mundial ha disminuido ligeramente en los últimos 20 años (Lakner y Milanovic, 2013), en gran medida porque los ingresos de los asalariados de los países avanzados se han reducido notablemente. Aun así, y con la excepción de los pocos Estados que son los más desiguales, la desigualdad entre países sigue siendo muy superior, con diferencia, a la desigualdad interna. El desarrollo de políticas sociales y de igualdad favorecería una sociedad más inclusiva, y aumentaría la protección de las familias y colectivos más desfavorecidos evitando que vivieran en condiciones de vulnerabilidad o pobreza. No obstante, tenemos la oportunidad de reformar drásticamente nuestros modelos económicos para que se basen en la igualdad. Podemos abordar la riqueza extrema aplicando una fiscalidad progresiva, invirtiendo en medidas públicas de eficacia demostrada para eliminar las desigualdades, y transformando las dinámicas de poder dentro de la economía y la sociedad. La inversión sostenible e inteligente, por ejemplo, en infraestructura, reduciría los riesgos y haría que el mundo fuera más resistente a las crisis desigualdad entre los paises futuras.
Así, el Informe sostiene que romper el círculo de la pobreza requiere tomar en cuenta los factores vinculados con la representación política y el funcionamiento del sistema de participación en las decisiones de interés público. Cuando el texto menciona que existen intereses agregados, corre la mirada de las presiones y el poder que se ejercen en el campo socioeconómico, para recuperar problemas vinculados a la representación del sistema político, pero no en otros modos de poder e influencia. Los factores socioeconómicos aparecen como contexto y se deja de lado su carácter de dinámicas estructurales de producción de asimetrías. Cuando refiere a la noción de clase social, la introduce como estratificación social, de tal manera que vuelve invisible su condición de relaciones de poder asimétricas.
Victoria D’Amico, “La desigualdad como definición de la cuestión social en las agendas trasnacionales sobre políticas sociales para América Latina. Una lectura desde las ciencias sociales”, Documento de trabajo núm forty nine, Working Paper Series, 2013. Los datos, que abarcan desde información recopilada en encuestas de hogares hasta píxeles captados por imágenes satelitales, pueden orientar las políticas e impulsar la actividad económica, actuando como un arma poderosa en la lucha contra la pobreza.
Pese a conocer ese historial, la FIFA adjudicó a Qatar el torneo, que genera miles de millones de dólares, sin imponer al país ninguna condición que garantizara la protección laboral de la población trabajadora migrante, aunque el peligro de que se violaran los derechos humanos de estas personas era previsible. Además de recaudar relativamente poco, la política fiscal en la región no ayuda a corregir las desigualdades socioeconómicas. Las falencias de los Estados de la región no solamente han costado miles de vidas, sino que también han contribuido substancialmente a una mayor persistencia de la pobreza a dos años de iniciada la pandemia.
Asimismo, desarrollamos el modo en que dichos lineamentos generales fueron tomando forma concreta en intervenciones vinculadas a la política social en nuestro país, desde las definiciones de programas sociales hasta la delimitación de las instituciones encargadas de llevarlos adelante. Cada año, millones de hogares caen en la pobreza o quedan atrapados en esta situación debido a los desastres naturales. Las temperaturas más altas ya están provocando una caída de la productividad en África y América Latina, y reducirán aún más el crecimiento económico, especialmente en las regiones más pobres del mundo.
Hoy, ese objetivo es compartido por los 187 Estados que componen la OIT, recordó Guy Ryder, su director general, en una declaración para conmemorar los cien años desde que se fundó el organismo el 6 de junio de 1919. Según António Guterres la Década de Acción para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los esfuerzos para recuperarse mejor de la pandemia ofrecen una oportunidad para transformar las vidas de las mujeres y las niñas. Las brechas son mayores en África del Norte y subsahariana y en Asia Occidental y donde el 43% y el 35% de los países, respectivamente, no han aprobado leyes al respecto.
La Cámara de Representantes de Colombia está debatiendo en plenaria el Proyecto de Ley 223, con el que se pretende crear y desarrollar las Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (ZIDRES). Se trata de un instrumento que legalizaría la acumulación irregular de predios -con antecedentes de baldíos- por parte de empresas nacionales y extranjeras, causando efectos negativos en términos de concentración y expropiación de tierra. Empoderar a las mujeres en el ejercicio de la ciudadanía activa para exigir su derecho a la paz, a la justicia integral y a una vida libre de violencias. En el primer caso, las personas “compraban” en cuotas los años de aportes que les faltaban para acceder a la jubilación.
Cada vez hay más pruebas de que son las desigualdades de los ingresos y la riqueza las que impulsan el auge del nativismo y de las formas extremas de nacionalismo. Las desigualdades también socavan la capacidad de las personas y las comunidades para adaptarse al cambio climático y mitigarlo. Las últimas reacciones populistas al impuesto sobre el carbono demuestran que será cada vez más difícil emprender iniciativas audaces en relación con el clima si no se resuelven las causas profundas de las desigualdades.. La desigualdad amenaza el desarrollo social y económico a largo plazo, frena la reducción de la pobreza y destruye el sentido de realización y autoestima de las personas. En la mayoría de los países, los ingresos del forty % más pobre de la población aumentaron con mayor rapidez que la media nacional. Sin embargo, los últimos datos, aún no concluyentes, sugieren que la COVID-19 puede haber perjudicado esta tendencia positiva de reducción de la desigualdad dentro de los países.
Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, se produjo una desigualdad generalizada en la vacunación, al restringir la industria farmacéutica el acceso a vacunas vitales a los países de bajos ingresos. Sin embargo, la realidad de los sistemas sanitarios en América desigualdad en américa latina pdf Latina y el Caribe dista mucho de estos estándares y, en consecuencia, millones de personas en la región no gozan de servicios de salud adecuados. Ello se debe a que los sistemas de salud en la región tienen pocos recursos, poca infraestructura y mucha corrupción.
El racismo, la xenofobia y la intolerancia son problemas frecuentes en todas las sociedades. Pero todos y cada uno de nosotros jugamos a diario un papel relevante, ya sea contribuyendo en la lucha, o rompiendo los prejuicios raciales y las actitudes intolerantes. La Asamblea General de las Naciones Unidas reitera que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y tienen la capacidad de contribuir de manera constructiva al desarrollo y bienestar de la sociedad. En su resolución más reciente, la Asamblea General también enfatizó que todas las doctrinas de superioridad racial son científicamente falsas, moralmente condenables, socialmente injustas y peligrosas y deben rechazarse, al igual que las teorías con que se pretende determinar la existencia de razas humanas separadas. Leyes y prácticas racistas se han suprimido en muchos países, y hemos construido un marco internacional para luchar contra el racismo, guiado por la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial. La Convención está ahora a punto de ratificarse a nivel common y, aún así, en todas las regiones, muchos individuos, comunidades y sociedades sufren de la injusticia que el racismo y el estigma traen consigo.