La exaltación de los pobres era enteramente religiosa, sin ningún parentesco con la moderna glorificación ethical del pobre de la tradición romántica del “buen salvaje” o del hombre pure. El pobre que tiene interés evangélico era piadoso, no necesariamente virtuoso. Sus datos indican que, en el mundo, las mujeres ganan un 23% menos que los hombres. Maravilloso texto clásico en versión de libro doble, escrito por uno de los primeros autores en los temas de motivación personal a inicios del siglo XX.
Un tercer argumento que sustentaría la posición del limitarianismo en la historia de la filosofía se encuentra en la distinción entre necesidades y excesos, y la importancia de establecer “umbrales” mínimos y máximos. En la misma línea del debate sobre “el problema de la insaciabilidad” Robeyns y Kramm registran ideas de Adam Smith, Karl Marx y Keynes. Aristóteles, describen los autores, está de acuerdo con Platón en que “la codicia puede tener consecuencias negativas para la polis, especialmente si la forma de gobierno es una oligarquía o una democracia” (Aristóteles, 1998, 1279b4). En “Ética a Nicómaco” -explican Kramm y Robeyns- “Aristóteles describe la codicia como un apetito ‘por aquello que es placentero’ (Aristóteles, 2014, 1119b) y plantea que esta parte hambrienta del alma debe ser gobernada por la razón. Si una persona no es regulada por la razón, fácilmente puede caer en el error de entender a la riqueza como el bien máximo, aún cuando la riqueza ‘es fundamentalmente útil para acceder a otros bienes’ (Aristóteles, 2014, 1096a)”. “Tanto Platón como Aristóteles -dicen los autores- plantean que estos apetitos deben ser limitados de una u otra manera”, por razones intrínsecas, pero también porque consideran que la insaciabilidad puede tener consecuencias para la vida de la polis (la ciudad-estado).
Implementar políticas que prevengan el aumento del desempleo y el subempleo. Entregar mayores accesos a los recursos de la tierra garantizando, además, que la población pueda acceder a viviendas dignas.
En su informe Oxfam propone “universalizar la provisión gratuita de servicios públicos como la salud y la educación que funcionen también para las mujeres y las niñas y dejar de apoyar la privatización de los servicios públicos». Una de las recomendaciones de la confederación Oxfam para reducir la desigualdad es que cada gobierno se establezca metas y planes de acción concretos. En gran parte, vinculados al acceso de servicios públicos básicos, fundamental la pobreza de las naciones para disminuir esta brecha. Si bien el número de millonarios se duplicó desde el inicio de la crisis financiera de 2008, las élites económicas y grandes empresas pagan los impuestos más bajos de las últimas décadas. Solamente cuatro centavos de cada dólar recaudado se obtienen a través de impuestos sobre la riqueza.
De acuerdo a este, “los individuos tienen la tendencia a justificar la producción de dinero como un fin en sí misma, aun cuando no debe ser más que un medio para conseguir otra cosa. Esta falacia ethical puede llevar a las personas a adoptar conceptos erróneos de lo bueno”, dicen los autores. Constatan que estas reflexiones están presentes en escritos de Platón, Aristóteles, Keynes y Marx y Engels. Winters explica que la democracia tampoco ha logrado enfrentar ese problema, pese a que “la riqueza extrema en manos de una pequeña minoría crea ventajas de poder significativas en el terreno político, incluso en las democracias. Sostener lo contrario es ignorar siglos de análisis político explorando la íntima relación entre riqueza y poder”, concluye.
Diógenes, siendo hijo de un banquero y fabricante de monedas, optó por la pobreza llevándola hasta el límite de la miseria y del descuido de él mismo. Es conocido el encuentro que tuvo Alejandro Magno con Diógenes, cuando el gran conquistador y alumno de Aristóteles quiso visitarlo en la tinaja donde Diógenes vivía. El trabajo de campo de la encuesta se realizó entre agosto y septiembre, mediante entrevistas cara a cara en los hogares de los participantes, de aproximadamente 35 minutos de duración. Todos los participantes firmaron un consentimiento informado, el que contó con la aprobación del comité de ética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Es muy possible que la causalidad opere en ambas direcciones, puesto que una alta desigualdad de ingresos dificulta la igualación de oportunidades en ámbitos como el desarrollo infantil temprano y el sistema educacional, por las grandes divergencias que existen en el capital económico, social y cultural de los hogares de origen. Estos ciclos de alza y baja pueden observarse a través de la evolución del coeficiente de Gini, el cual es un indicador que se encuentra entre 0 y 1, donde un mayor número indica más desigualdad en la dimensión de los ingresos. Llama la atención que en ningún período de nuestra historia el coeficiente haya estado en un nivel comparable a los que muestran los países actualmente más desarrollados (figura 1). Esta persistencia en el tiempo contrasta con el avance de otros indicadores sociales y económicos, los que han permitido reducir significativamente la pobreza en el país. Al mismo tiempo, los servicios públicos sufren un déficit crónico de financiación o se subcontratan a empresas privadas que excluyen a las personas más pobres.
En cuanto a las atribuciones de riqueza, los estudios empíricos en los que se ha abordado este tema son menos frecuentes y la mayoría se ha realizado en conjunto con atribuciones de pobreza. Los pocos estudios publicados en relación a riqueza no son concluyentes, ya que solo en uno de ellos se reprodujeron las tres dimensiones de Feagin (Hunt, 2004). Por otra parte, Forgas, Morris y Furnham (1982) realizaron un análisis factorial exploratorio y arribaron a un modelo de cuatro dimensiones, compuestas por el modelo clásico de atribuciones externas-sociales e internas-individuales, junto con otras dos nuevas dimensiones que denominaron antecedentes familiares y suerte-riesgo. Adicionalmente, Bullock et al. (2003) desecharon el modelo de Feagin y propusieron un modelo de cuatro factores distintos. En la Figura 1 se presentan los porcentajes por categorías generales de respuesta para los cinco ítems de atribuciones de pobreza y los cinco ítems de atribuciones de riqueza. En el gráfico se aprecia que los patrones de respuesta son variables en relación a cada indicador y que, además, no presentan una distribución que se agrupe en torno al promedio, lo cual indica que la estimación factorial debe ajustarse al carácter categórico ordenado de los indicadores.
El artículo se cierra analizando si se aplica a Chile la explicación que ha dado Thomas Picketty para el aumento exponencial de la concentración de la riqueza en los últimos 50 años en el mundo. Esto es, que las tasas de retorno del capital (que constituyen gran parte de los ingresos de la elite) son superiores a las tasas de retorno del trabajo (que constituyen gran parte de los ingresos del 99% de los ciudadanos del mundo). En Chile, sin embargo, faltan datos para corroborar si este fenómeno ocurre y explica la extrema desigualdad. De hecho, el estudio da cuenta de que los datos tributarios de las personas parecen no recoger a cabalidad los ingresos corporativos, por lo que a los autores les parece urgente comprender mejor, en el contexto chileno, cómo operan esos ingresos que se reportan como corporativos, pero que se usan con propósitos personales.
El estudio de las atribuciones de pobreza y riqueza ha tenido un rol central en la literatura sobre la justificación de las desigualdades sociales. La investigación en esta área ha explorado en qué medida se usan razones individualistas versus estructuralistas para explicar por qué ciertas personas logran posiciones más precarias o aventajadas que el resto. En esa línea, este artículo busca dar cuenta de cómo cambian en el tiempo estas razones, en el contexto de una sociedad que ha tenido grandes transformaciones estructurales en las últimas décadas, donde además se mantiene una alta desigualdad de ingresos, como es el caso de la sociedad chilena. Estos cambios en los patrones de atribución se discuten en el marco de las transformaciones económicas y culturales de la sociedad chilena. Los estudios que combinan tanto las atribuciones de pobreza como las de la riqueza de manera conjunta, además de ser escasos, son difíciles de comparar entre sí, dada la diferencia de instrumentos, operacionalizaciones y métodos. Por ejemplo, Stacey y Singer (1985) analizan por separado cuatro causas distintas entre sí para riqueza y pobreza en una muestra de 325 adolescentes, algo similar la pobreza desde la mirada filosófica a lo realizado por Bullock y Limbert (2003), quienes extraen componentes principales distintos y por separado para cada objeto de atribución con datos de 131 estudiantes de pregrado.
Según la Cepal, en Argentina la pobreza llegó a 18,7%, con una caída de 2,eight puntos porcentuales, mientras que en Perú se ubicó en 18,9%, esto es una baja de dos décimas en ese lapso. Cabe destacar, que en agosto de 2018 se dieron a conocer los resultados de la última encuesta Casen, que reveló que la pobreza en Chile cayó a 8,6%. La abogada será la primera chilena en formar parte de este órgano de expertos independientes, cuya misión es supervisar la aplicación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. El que se salva es el que dona, porque dar algo propio significa siempre poner la confianza en Dios más que en los bienes que se posee, pero el que recibe ya está salvado de antemano. El desplazamiento de la predilección de Dios hacia este último, aquel que está en una situación de dependencia absoluta respecto de Dios, será el que conduce a la ética cristiana de la caridad.
Asimismo, la búsqueda de la igualdad no supone eliminar la diversidad de valores, preferencias y capacidades que nos distinguen como personas. Figura 3 Modelo de atribuciones de riqueza y pobreza (factores de segundo orden, solución estandarizada). Figura 2 Modelo de atribuciones de riqueza y pobreza (factores de primer orden, solución estandarizada). Sabemos que la modernización y la globalización no llegan a todos y hay muchos que siguen desprotegidos y vulnerables. Por tal razón es que se deben aunar esfuerzos para imprimir políticas públicas que asuman los desafíos del desarrollo humano, en que todos sientan la proyección del Estado y las oportunidades para construir mejores condiciones para sus vidas.