División De Organizaciones Sociales Ilustre Municipalidad De Santiago

El aumento de la oferta estatal de recursos y la demanda de participación agrupada, agregada a la autogestión colectiva que le es propia, lleva la acción organizada andina más allá de sus capacidades de coordinación, provocando consecuencias internas como la baja eficiencia y frustración. Los nahuas viven inmersos en un sistema de interacción social que forma la base de su vida colectiva mediante el cual se vinculan las personas y grupos a niveles intrafamiliar, interfamiliar, comunitario e intercomunitario. La interacción social se produce mediante un activo intercambio de «ayuda» que se otorga y se recibe en forma de trabajo y productos del trabajo plenos de afectos y sentimientos. La conformación de sus redes sociales rebasa el tiempo y el espacio integrando a los «aires», los santos y los muertos. La disaster sanitaria ha agudizado la carga de trabajo reproductivo y de cuidado(s), y profundizado desigualdades estructurales y simbólicas asociadas al rol de cuidado que histórica y culturalmente se ha asignado a las mujeres.

Cada tipo de organización tiene objetivos y atributos propios, que le otorgan fundamento y un perfil definido. A lo anterior se suma que, a medida que la identificación étnica se expande y que la acción estatal progresivamente se etnifica21, la cuestión étnica adquiere un valor político mayor en la arena municipal. Progresivamente se suman actores sociales y políticos locales interesados en valores políticos redituables, como las relaciones y apoyo con el gobierno comunal y las agencias estatales con presencia en la comuna, aunque también por los valores económicos asociados (p.e., prestaciones estatales, inversiones y subsidios) y el poder de control organización social de los para su asignación y distribución.

Esos mismos representantes mediarán, ahora desde cargos burocráticos de la CONADI, sucesora de la Comisión Especial17, buena parte de las relaciones entre las organizaciones aymara y atacameñas y el Estado. El control ejercido por estos funcionarios ayuda a explicar que, con la excepción de dos de ellas (Pacha Aru y Aymar Marka), las organizaciones étnico–reivindicativas hayan desaparecido de escena, manteniendo una existencia digital (Gundermann 2000). Cuando la pareja ha afianzado sus redes sociales, «ayudando» a otros, lo que puede llevar varios años, es el momento para comenzar a hacerse cargo de las mayordomías y festividades religiosas en las cuales se expresa la acción social desarrollada con los años por la pareja. Una vida dedicada a «ayudar» a otros y a generar subjetividad activa o «voluntad» para «ayudar» es la característica principal de aquellos que han sido definidos como personas «fuertes» o «de respeto» por los nahuas.

En la organización de los bailes religiosos que participan de la celebración de la Virgen de las Peñas (un santuario religioso católico in style con alcance a toda la provincia de Arica), hasta hace algunos años atrás, solo cinco de 38 bailes provenían de una misma localidad andina de origen. En los restantes, la procedencia de sus miembros es multilocal, y entre ellos hay un número significativo de no aymara. Lo que tenemos ahora es una transición, al parecer irreversible, de una participación religiosa por grupos comunales a otra en que éstos desaparecen. Se trata de un santuario que tuvo un origen local organizaciones sociales que existen, pero que con el tiempo llegó a constituirse en uno provincial; ya no es una advocación comunitaria cuya congregación de fieles tenga por límites máximos los grupos y redes parentales de la comunidad. Estamos ahora ante una comunidad distinta, más general e impersonal que se objetiva no cotidianamente –salvo quizá las cofradías y su organización, con un nivel de actividad mayor a lo largo del año–, sino solo durante el tiempo conmemorativo.

organización social de los

En nuestra fundación todos son bienvenidos y brindamos nuestra solidaridad sin condiciones, al igual que aceptamos con agradecimiento todo tipo de colaboración. Asesorías gratuitas de fortalecimiento de gestión con voluntarios senior de organizaciones conveniadas. Nuevos temas y tendencias en la discusión sobre la comunidad campesina en los Andes.

En tal caso, las demandas de agua para proyectos mineros y para consumo urbano se han resuelto a través de la explotación de napas subterráneas. En el segundo, la tierra andina tiene poco interés mercantil debido a su fertilidad limitada, restricciones climáticas, topografía montañosa, entre otras, por lo que tampoco existe presión interna. Pero en una región en extremo árida como ésta, la cuestión del agua es crítica para el desarrollo, así que los intereses externos no han tenido consecuencias de enajenación. Varias entidades funcionando simultáneamente, con responsabilidades que a veces recaen sobre las mismas personas –con la consiguiente dificultad de gestión y respuesta–, o sobre distintas personas y grupos, a veces disgregados en áreas rurales y urbanas –con las imaginables dificultades de coordinación y dispersión–, ponen en evidencia lo anterior. A ello se agrega la participación de parte o la mayoría de los integrantes en asociaciones más amplias. La imagen que se obtiene es la de un entramado de entidades, compromisos y acción que con frecuencia no logran resolver bien.

“Los líderes vecinales que representan a la comunidad  son personas que en primer lugar pueden bajar toda la información para coordinarse y ayudar a aquellos organismos que enfrentan los incendios forestales. Por otro lado, tienen la capacidad de organizarse solidariamente para ayudar a sus pares cuando estos son afectados por algún tipo de emergencia”, detalló el Director de la Onemi. El Hogar de Cristo se encarga de ayudar a miles de personas alrededor de todo Chile, pero no solo somos una organización social que trata de mejorar sus condiciones de vida, sino que también nos preocupamos por atender problemas que surgen de imprevistos y que afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad, como es el caso de la pandemia por el COVID-19. El análisis cobra relevancia en el contexto de las cadenas globales de cuidado entre ambos países, las que surgen como una estrategia ante la disaster de cuidado que crecientemente afecta a la sociedad chilena. A través del enfoque de la cuidadanía se examina la participación estatal como una arista de la organización social del cuidado, observando específicamente la provisión estatal de cuidado infantil en estos países.

Buena parte de la inversión pública en las comunidades y localidades indígenas se deteriora y cae en desuso rápidamente, entre otras razones, por la ausencia de competencias técnicas y capacidades de gestión adecuadas a esas innovaciones. Es común observar la participación andina en grupos y organizaciones de distinta índole y orientación, rurales, urbanas o rural–urbanas. La acción colectiva indígena andina es nutrida y dinámica, lo que lleva a que existan numerosas organizaciones en todas las comunas y centros urbanos regionales.

Por una parte, estímulos principalmente externos impulsan a la formación de entidades amplias que pueden cumplir funciones de representación ante el Estado, pero también coordinar acciones a mayor escala, más eficientes colectivamente que en un plano puramente comunitario o familiar. De esta manera, las organizaciones amplias prometen el acceso a bienes y servicios a través de la agregación de esfuerzos y recursos o por medio de la legalidad que proporcionan. Por otra parte, la localidad rural es un espacio particularmente denso de relaciones económicas, sociales y simbólicas que sigue mediando la reproducción social de los individuos y de las unidades familiares. En un grado seguramente menos intenso y más diverso que en el pasado, la vida de los individuos y hogares andinos, sea en aspectos internos o en los nexos con contextos más amplios (microrregiones, centros urbanos, región), se sigue desarrollando con el concurso de la comunidad.

En los meses siguientes el trabajo que demanda la milpa es mínimo, por eso, en este periodo, es común que los hombres abandonen sus pueblos y viajen a las ciudades cercanas para emplearse como peones con el fin de obtener dinero con qué cubrir las necesidades familiares. Quien es solicitado como «padrino de la semilla» mediante una vista protocolaria que incluye el «regalo» de una botella de aguardiente en la que se le «pide el favor» de apadrinar -y por tanto de ser compadre de la familia dueña del terreno a sembrar- debe elegir «ayudantes» para cumplir su «compromiso». El «compromiso» de compadres incluye la «ayuda» para la siembra en los terrenos de cada uno de los participantes en el sistema de «mano vuelta» y el compromiso de cada participante es otorgar, al término de la siembra, alimentos y bebidas para cada uno de ellos. Sofía Elric, directora de Relaciones Públicas y Alianzas Estratégicas de la Fundación Fibromialgia en Acción ubicada en la Región Metropolitana, añade que “todas las experiencias que hemos tenido con Trascender y el voluntariado profesional han sido claves en nuestro crecimiento como organización.

El Fondo Social tiene por finalidad, que organizaciones públicas o privadas postulen a financiamiento de proyectos de carácter social que contribuyan a apoyar y complementar las políticas de inversión social del Gobierno. En este sentido, las organizaciones étnico–reivindicativas aymara y atacameñas de mediados de la década de 1980 en adelante son comparables con el caso referido. Su sentido proviene de la referencia a una comunidad étnica y su etnodesarrollo, adoptando el papel de agente de movilización y presión ante el Estado. Sus miembros poseen círculos de parientes con los que se relacionan y que residen indistintamente en el campo y en la ciudad, parte de los cuales corresponden con comunidades a las que pertenecen por nacimiento. Pero, además se incorporan electivamente a estas otras organizaciones andinas cuya comunidad de referencia, ahora étnica, es cualitativamente distinta. Las organizaciones descritas alcanzaron notoriedad cuando se incorporan al movimiento indígena histórico del país.

Los estímulos externos explican la emergencia y permanencia de uno y otro tipo de organización. En sentido contrario, destaca entre los atacameños la alta participación de mujeres en organizaciones y dirigencias, lo que se explica por la extensiva proletarización masculina en la minería, turismo y rubros relacionados. 13 La aplicación de esta ley en la zona aymara no ha tenido consecuencias de enajenación y acumulación de derechos sobre las aguas superficiales por parte de capitales y agentes externos, o internamente, entre aymara.