Biopolítica, Necropolítica Y Pandemia Notas Sobre El Neoliberalismo Y La Desigualdad Social En Chile Autoctonía Revista De Ciencias Sociales E Historia

Esta disparidad está fuertemente asociada a la mayor fragilidad económica de las mujeres, y al aumento en las tareas en el hogar y cuidado de niños. Estos resultados apuntan a una acumulación de vulnerabilidades, ya que los roles tradicionalmente asociados a cada género y la fragilidad económica se combinaron creando mayores desafíos para las mujeres durante la pandemia en 2020. Los resultados muestran que los participantes relevan un sentido y organización del trabajo vinculada a lo que otros investigadores han denominado ética del trabajo público, denunciando la poca pertinencia de las prescripciones propias de los instrumentos del NMP.

En el siguiente artículo, el medio The Conversation da a conocer cómo la pandemia ha afectado el desempleo y la pérdida de empleos en el continente, y el efecto que estas cifras tendrán a largo plazo en países que ya eran muy desiguales en la región. “Cuando uno empieza a comprobar el acceso a la salud según contexto económico se nota esta distinción. Sin dudas la inequidad estructural se refleja también en cómo se expandió la pandemia y cómo fue afectando de manera desigual”, comenta Alejandro Canales, Doctor en Ciencias Sociales, demógrafo y uno de los autores del estudio. Una frase escuchada en más de una ocasión durante este prolongado confinamiento y que pretende explicar de manera, tal vez algo easy, sus devastadores efectos entre la población. Según Patricio Aroca, investigador asociado de la línea Geografías del Conflicto y la Cohesión de COES, en la Región de Antofagasta el 80% de los más pobres bajaron sus ingresos, y el 20% más rico registró un aumento de sus ingresos en el año 2020 respecto de 2017. En el frente económico, la pandemia de la COVID-19 ha aumentado significativamente el desempleo mundial y ha recortado drásticamente los ingresos de los trabajadores.

La recuperación dependerá de la evolución de la economía mundial y del dinamismo de los flujos internacionales en comercio y finanzas hacia la región. Tener conciencia de especie es necesario para nuestra supervivencia y no es viable continuar con divisiones clasistas, oxfam las desigualdades matan racistas, geográficas, económicas, culturales y de género que derivan en la aceptación y normalización de la existencia de “humanos de segunda”. Es aquí donde la ética y la corresponsabilidad juegan un papel importante para pensarse desde lo comunitario.

pandemia y desigualdad social

En Chile, la discusión se ha centrado en torno a los conceptos de “justicia inter e intra generacional”, y sobre la necesidad de mejorar el sistema de salud. Sin embargo, según nuestro entendimiento, la importancia de reconocer las desigualdades en morbilidades, discapacidades y mortalidad para el diseño del sistema no son parte de ningún debate. Los cambios de la desigualdad se pueden atribuir mayormente al aumento de la desigualdad debido a la muerte de gente joven (bajo sixty five años).

La diabetes y la hipertensión están directamente relacionadas con las condiciones y estilos de vida, eso quiere decir con las posibilidades materiales de existencia y con lo que puedo hacer en base a eso, en este caso, la pauperización de las comunidades mapuche y la relación con la ciudad. “Estas preguntas sobre las situaciones violentas fueron agregadas en esta encuesta, pero nos indica que para las personas sí hay una percepción grave respecto de la corrupción o delitos financieros, pues los señalan como problemas que afectarán el desarrollo del país, mucho más que la delincuencia o el narcotráfico”, concluye Littin. No es un misterio que la pandemia vino a golpear duramente el bolsillo de miles de familias en el país y a cambiar las percepciones del futuro para todos.

Recuperar con fuerza el empleo (sobre todo en grupos más vulnerables, donde debería existir un subsidio). Ser cautos en entregar muchos beneficios sociales a costa de dificultar el emprendimiento y la labor empresarial (aunque sea poco popular). Antes de querer imitar las políticas de Alemania, imitemos en parte su productividad que es menos de un tercio en Chile, para eso necesitamos focalizar en educación y capacitación de la mano de obra (¡aquí sí miremos a Alemania!). Pablo Rivera-Vargas, Raquel Miño-Puigcercós, Ezequiel Passerón y Gustavo Herrera Urizar en su artículo ‘¿Hacia dónde va la escuela? Resignificar su sentido en la period del COVID-19’ sostienen que a raíz del pasaje obligatorio a la educación a distancia provocado por la pandemia del COVID-19, el sentido y rol de la escuela han sido activamente debatidos y cuando no tensados. La nostalgia de la presencia física y la digitalización masiva de los procesos de enseñanza y aprendizaje han generado un conjunto de retos inciertos a los que habrá que enfrentar una vez que se supere la crisis.

El artículo analiza el impacto de la pandemia Covid-19 en la situación laboral de las personas jóvenes en Argentina. A partir de una revisión bibliográfica y del procesamiento de información estadística secundaria, se argumenta que la situación educativa y laboral de las juventudes se encuentra atravesada de manera interseccional por los patrones de género y clase social. Las conclusiones proponen que producto de la pandemia de Covid-19 se ha profundizado la desigualdad social entre las juventudes, ampliándose la brecha educativa, de empleo e ingresos entre los distintos sectores sociales y géneros.

Sin embargo, sabemos que también la pandemia ha tenido un efecto indirecto en otras enfermedades; por ejemplo, la falta de disponibilidad de servicios médicos puede tener un efecto a largo plazo en la detección del cáncer [8], y ahí, una vez más, el efecto puede ser desigual. Si miramos la evolución de la desigualdad de la mortalidad en gente joven (B y C) se observan importantes disminuciones hasta 2019, seguidas de un gran aumento en 2020. Nuestro análisis investiga cómo la mortalidad y la desigualdad de ésta, ha cambiado debido a la pandemia, pero también mirando hacia el pasado reciente de los últimos 20 años. El teletrabajo ha sido un elemento diferencial y muy importante para poder mantener la producción y la actividad laboral. Pero el teletrabajo no es posible para todas las empresas, ni para todos los empleados. Las pequeñas empresas y los trabajadores poco cualificados tienen mayores dificultades y, por lo tanto, también se han visto más perjudicados por las restricciones de la pandemia.

Finalmente, nuestro proyecto también enfatiza que la situación económica gatillada por la pandemia ha generado un deterioro importante del estado de ánimo de la población. Los resultados sugieren que dicho empeoramiento puede ser atribuido, entre otros factores, a la pérdida de empleo, problemas financieros, incapacidad de financiamiento inmediato y expectativas económicas pesimistas. Quienes tienen una mayor fragilidad financiera y han sido más fuertemente afectados económicamente -jóvenes, mujeres y hogares de menores ingresos- son quienes, en mayor medida están experimentando un deterioro de su salud mental. Para comprender los canales a través de los cuales la pandemia está afectando la calidad de vida y la brecha de bienestar de los hogares en Chile, un grupo multidisciplinario de investigadores de la Universidad de Chile hemos elaborado el proyecto “Vida en Pandemia”. Para su realización, en una primera vuelta de cuatro realizada el mes de julio, se encuestó a 2.552 personas. El universo comprende hombres y mujeres mayores de 18 años, de diversos niveles socioeconómicos, que habitan en gran parte del territorio nacional, con y sin confinamiento.

Esto llevó a mayores tasas de desempleo, caída de ingresos, y salida del mercado laboral para las mujeres, en relación a los hombres. Otra causa importante se relaciona con un aumento en el tiempo dedicado a tareas domésticas y de cuidado, asociadas a las cuarentenas y al cierre de escuelas, que recayeron en mayor medida en las mujeres. La llegada del virus COVID-19 generó un efecto internacional que impactó -y continúa impactando- fuertemente en la vida cotidiana de las personas, grupos y culturas a nivel internacional, modificando las pautas de comportamiento, así como las expectativas sobre el futuro. La crisis pandemia y pobreza sanitaria ha producido efectos diversos en ámbitos sociales claves como el trabajo, la educación, así como en la salud mental, las formas de sociabilidad y el uso del espacio. Los efectos no son homogéneos en la población, pues afectan de manera más grave e intensa a las personas y grupos marginalizados o precarizados. Asimismo, en muchos países y regiones del mundo, esta disaster ha intensificado conflictos, desigualdades e injusticias sociales ya existentes en muchos países y regiones del mundo.

A partir de un enfoque hermenéutico y una propuesta metodológica cualitativa basado en el codiseño, se da a conocer los resultados de los análisis de entrevistas realizadas a 21 voces expertas provenientes de España, Francia, Inglaterra, Argentina, Chile y Venezuela. Entre los resultados se propone un whole de 40 interrogantes emergentes sobre la escuela y su sentido en la pandemia. Se concluye reconociendo la urgencia de revalorizar la escuela como institución educativa, socializadora y transformadora, generadora de espacios de encuentro, cuidado, alfabetización crítica e intercambio.

Las desigualdades también están aumentando para las poblaciones vulnerables en países con sistemas sanitarios más deficientes y en países que se enfrentan a disaster humanitarias existentes. Los refugiados y los migrantes, así como los pueblos indígenas, los ancianos, las personas con discapacidad y los niños se encuentran especialmente en riesgo de ser excluidos. La pandemia de Covid-19 no sólo generó una crisis económica que impactó al mundo, sino que también trajo una disaster social que se expresó en mayores niveles de pobreza, desigualdad y que desnudó una serie de brechas en acceso a tecnologías y a viviendas de calidad, entre otros factores que continúan sin resolverse.

En la misma línea de ideas, los discursos centrados en el crecimiento económico basados en una racionalidad neoliberal quedaron en tensión con la llegada del COVID-19, ya que los procesos productivos se vieron enlentecidos, hecho que generó un alza en el desempleo y una crisis económica vigente hasta nuestros días. En efecto, antes del proceso de vacunación la mejor estrategia para el cuidado de la población se transformó en el confinamiento. Esto se traduce en una explosión del desempleo, que llegaría a 44,1 millones de personas en la región, lo que representa un aumento cercano a 18 millones con respecto al año 2019.