Islandia, Finlandia Y Noruega: Cómo Es La Vida De Las Mujeres En Los Países Con Menor Brecha De Género

De esta forma, es preciso que la formación inicial y del profesorado, en todo el ciclo escolar, fortalezca sus prácticas pedagógicas desde un enfoque crítico del género y su impacto en las desigualdades que mantiene. Más estratégicamente, se ha utilizado activamente la tecnología de la información y las comunicaciones (TICs) para desarrollar contenidos y aplicaciones, ampliando la oferta educativa a través de los medios de comunicación, apoyando a niñas y niños para que sean capaces de continuar y disfrutar su proceso de aprendizaje. Adicionalmente, se provee acceso a actividades extracurriculares en áreas de ciencias desde la robótica, artes desde la creación cinematográfica y al desarrollo socioemocional de forma específica y transversal en cada programa. Una buena educación, según expertos, tiene la función de adquirir habilidades y certificar conocimientos para participar aún más en la sociedad, y sirve para “socializar”. Programa destinado a fortalecer el nivel de empoderamiento y participación de las mujeres en la toma de decisiones de la sociedad chilena.

Pero esta condición no se remite solo a diferencias en calidades de vida, ya que tiene asociado un conjunto de problemas que implican, especialmente, trabas a la justicia, a la convivencia y al desarrollo económico. En los últimos 15 años ha habido una reducción de la desigualdad de los ingresos, aunque el coeficiente de Gini de 0.48 en la última medición disponible para Chile (2017) está lejos aún del promedio de las economías desarrolladas (figura 2). Incluso los países más equitativos exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un appreciable paises que salieron de la pobreza nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. El sello es una iniciativa impulsada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a nivel international que busca reconocer a las instituciones públicas comprometidas con la igualdad entre hombres y mujeres. Las desigualdades también están aumentando para las poblaciones vulnerables en países con sistemas sanitarios más deficientes y en países que se enfrentan a crisis humanitarias existentes. Los refugiados y los migrantes, así como los pueblos indígenas, los ancianos, las personas con discapacidad y los niños se encuentran especialmente en riesgo de ser excluidos.

del currículo, poniendo especial atención al área de lenguaje y los estereotipos que hegemonizan las lecturas en los primeros años de escuela. “Repensar el currículum y en specific en el área de lenguaje, no solo el uso y abuso del genérico masculino, sino de las lecturas y los cuentos en los niños y niñas más

En 1959, la Asamblea de la ONU aprueba la declaración de los Derechos del Niño y en 1989 aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, tratado internacional vinculante ratificado por 196 países. En 2016, el gobierno chileno aprobó la Política Nacional Docente (PND) que consiste en reformas al acceso y retención de educadores en las escuelas públicas y privadas con subvención del estado. Estas reformas incluyen establecer altos requisitos de ingreso y nueva acreditación para programas de formación docente, proporcionar un año de tutoría para cada maestro/a entrante con pago adicional para mentores y aprendices, y crear un sistema de desarrollo profesional para la promoción profesional a largo plazo. Según datos de 2017, Chile tiene uno de los índices más altos en desigualdad educativa entre los países de la OCDE, expresado en el índice Gini con un 0,503 . Dicho de otro modo, los ingresos del 10% más rico del país son 26 veces más altos que los ingresos del 10% más pobre en Chile; una cifra que es señal de alarma. Incluso en HACS (correspondiente a carreras en áreas de  Humanidades, Artes y Ciencias Sociales), donde la diferencia entre la presencia de hombres y mujeres es menor, el número de publicaciones no se condice con la mayor participación de mujeres  (matrícula y titulación) en áreas no STEM.

Mientras que a nivel nacional no hay un gran cambio en la desigualdad en el último período, Tarapacá incrementó su desigualdad en más de un 6%, y por su parte Los Lagos la redujo en casi un 11% (metodología nueva). Estas diferencias son de gran relevancia para la política pública y de acuerdo con Contreras (1999), también para el proceso de descentralización. El autor argumenta que dentro de las posibles causas de las diferencias regionales en el Gini, está que las regiones crecen a ritmos distintos, además concentran sus actividades productivas en diferentes sectores de la economía. En el período 1990 y 2013, la desigualdad del ingreso en Chile12, medida a través del índice de Gini, evolucionó de una forma similar a una U invertida (ver Gráfico 6), crece a partir de 1992 para luego descender desde 2003 y de manera constante desde 2009.

La diferencia de salarios entre hombres y mujeres ha ido disminuyendo desde 2015, donde la diferencia salarial se mantiene en un 8%, al mismo tiempo que el gobierno trabaja por disminuir esta brecha a través de la creación de comités y en el que se ha planteado generar una base de datos nacional sobre los sueldos. “Cuando el 90% de las mujeres se declararon en huelga por este motivo en los años 70, demostraron a los hombres que este trabajo tiene valor, que no pueden hacer su trabajo sin él. Ese fue el gran cambio para Islandia en términos de igualdad de género”, expresó Brearley al Foro Económico Mundial. La empresa PwC publicó dos estudios con motivo del eight paises con extrema pobreza de marzo, Día Internacional de la Mujer, que coinciden en señalar que, “al ritmo actual”, se tardará “más de medio siglo” en equiparar la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres en los 33 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

paises con mayor desigualdad de genero

Ya se estudió uno de sus componentes, el ingreso, por tanto, en esta sección se estudiarán otros dos, la educación y la salud. En este apartado se examina el desarrollo económico del país, evaluado a través de índices de desarrollo humano (PNUD) y el índice de desarrollo regional (Vial, 2017) y a continuación se evalúa la desigualdad social en dos aspectos muy controversiales actualmente en el país, educación y salud. Ambos temas generan constantes polémicas, protestas y levantamientos por parte de la sociedad, la cual siente la desigualdad y busca que el Gobierno doble sus esfuerzos para satisfacer estas necesidades básicas, de una manera eficiente y que beneficie a toda la población y no solo a unos pocos. Los datos regionales, como años de escolaridad promedio y analfabetismo, se obtienen a partir de la Encuesta CASEN. Con la nueva metodología, se aprecia que en ambos años se repiten tanto las regiones más desiguales como aquellas con menor nivel de inequidad.

desde directivos y docentes hacia las alumnas. Hubo un amplio consenso respecto de que “en el ámbito escolar son diversos los escenarios y contingencias en las cuales se configuran inequidades de género”.

La publicación también incluye un pequeño apartado para hablar del importante incremento de mujeres electas como líderes políticos en América Latina. Esto tiene una repercusión positiva en la igualdad de género, ya que está demostrado que estas mujeres tienen más probabilidades de invertir más en programas públicos relacionados con los intereses de sus congéneres, y sirven como modelos proyectando un nivel de ambición que causa un efecto positivo en las jóvenes. El porcentaje de escaños parlamentarios ocupados por mujeres aumentó más del doble en Chile entre 1997 y 2014(de 8% a 16%), aunque se mantiene por debajo de la media de los países OCDE.

En tal sentido, señaló que las mujeres dedican un 2,5% más de tiempo al trabajo doméstico no remunerado y que existe una subvaloración del mismo. Entre las causas de las brechas salariales, se encuentran el empleo a tiempo parcial, la precarización del empleo de las mujeres y trabajos socialmente menos valorados. Laborum consultó a los especialistas en recursos humanos si incluyen el género entre los requisitos en las búsquedas laborales que llevan a cabo. Sin embargo, esta cifra figura como la más baja en la región, lo que es considerado por Laborum como “una barrera de entrada a un nuevo empleo”, declararon. De esta forma, al preguntar respecto a la percepción de los salarios de mujeres versus los de los hombres, en Argentina un 42% considera que el de las mujeres es menor, en Ecuador la cifra alcanza sólo el 26%, en Panamá el 33% y en Perú un 31%. Entre 2000 y 2012, la tasa de matrícula en educación superior en Chile se duplicó, debido en gran parte a la incorporación de mujeres jóvenes, cuya tasa de matrícula pasó del 35% al 84%.

En consecuencia, el país se encuentra en una época de constantes protestas sociales de diversa índole y es cada vez más frecuente que las regiones se manifiesten en contra de un Gobierno central, que no ha sido capaz de satisfacer las necesidades de un territorio tan heterogéneo como Chile (Mieres, 2015). Es imperativo que la distribución de la riqueza en Chile sea más equitativa; que el crecimiento económico sea más inclusivo y que se facilite la movilidad económica y social de la población chilena. Para alcanzar este mayor nivel de desarrollo y por ende el mejoramiento de la calidad de vida de la población, es necesario que el proceso hacia la equidad considere las diferencias territoriales del país.

A través de un análisis de convergencia, se concluye que en Chile, las regiones más pobres y desiguales, tienden a crecer más que aquellas más ricas y equitativas. Es decir, las regiones más perjudicadas convergen buscando alcanzar a los territorios más favorecidos del país. Lo que marca la desigualdad en Chile, es el aún elevado nivel de desigualdad y su persistencia, a pesar de la mencionada convergencia. Desde la tradición liberal, John Rawls afirma que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”. Por su parte, la filósofa Nancy Fraser habla de la paridad participativa y postula que la justicia exige unos acuerdos que permitan que todos los miembros de la sociedad interactúen en pie de igualdad, tanto a nivel de redistribución como de reconocimiento.

Tiene por objetivo contribuir al financiamiento de proyectos nacionales, regionales y/o locales que estén destinados a fortalecer la participación, asociatividad y liderazgo de las mujeres, en el marco de la equidad de género y los derechos humanos. Desde la creación del Servicio Nacional de la Mujer en 1991, las políticas públicas para la equidad de género han tenido un desarrollo sostenible. Contar con el Ministerio significa que las necesidades y los derechos de las mujeres adquieren un espacio de mayor relevancia y son una preocupación de primera línea en el quehacer del Estado de Chile. Ello como piedra angular de un proceso de renovación sociopolítica en el cual la innovación en estos aspectos tienda a eliminar las barreras existentes para hablar de una democracia plena. Las primeras señales de estas diferencias surgieron al realizar este estudio comparado entre políticas públicas en España y Chile.