La Igualdad De Género, Clave Para El Desarrollo Rural

Pero en los últimos veinte años, desde 2001, una serie de disaster mundiales han socavado esos progresos. Y la propagación de esta devastadora pandemia en 2020 ha puesto al descubierto nuestra incapacidad de consolidar los adelantos que habíamos alcanzado. La reducción de la desigualdad se explicaría, entre otros factores, porque han cambiado los salarios. Y los que más han reducido la desigualdad en la última década son Bolivia, Ecuador y El Salvador, con los datos disponibles entre 2007 y 2017. «Chile y Colombia son sistemas fiscales que redistribuyen poco. No tiene que ver con los gobiernos. Es una característica estructural de esos dos países», argumenta López-Calva. «En esos países ha habido una reducción en la brecha salarial entre aquellos que tienen más educación y aquellos que tienen menos educación».

Además, está demostrado que el empoderamiento de las mujeres estimula la productividad y el crecimiento económico. Hasta el 30 % de la desigualdad de los ingresos tiene su origen en la desigualdad existente en los hogares. Si bien las desigualdades de género han ido disminuyendo —por ejemplo, se ha reducido la disparidad salarial por razón de género en los últimos veinte años—, las mujeres aún padecen disparidades económicas, jurídicas, políticas y sociales importantes. Tanto dentro de los países como entre ellos, siguen observándose desigualdades derivadas de los ingresos, la localización geográfica, el género, la edad, el origen étnico, la discapacidad, la orientación sexual, la clase social y la religión, factores que determinan el acceso, las oportunidades y los resultados.

La que más rechazo provoca en la población es la disparidad en el trato y dignidad que, por ejemplo, se materializa en la atención de salud. La sociedad se fragmenta en grupos sociales que viven como si habitaran en naciones de nivel de desarrollo opuesto. Así, hay personas que son denigradas y discriminadas, en tanto otras desarrollan una actitud de superioridad fundada en la posesión de cargos o tenencia de dinero.

Uno de los lugares donde más se observa la desigualdad es en las ciudades, precisamente en un mundo en proceso de urbanización porque las urbes ofrecen, a priori, mayores salidas que el campo. Pero esas ventajas no podrán sostenerse si no se scale back la desigualdad, asegura el informe. El informe revela que el extraordinario crecimiento económico registrado en las últimas décadas ha fracasado en cerrar las divisiones entre los países y dentro de ellos. Marta Roig, autora del informe, señaló en una entrevista con Noticias ONU que más allá de la globalización o la revolución tecnológica, “la causa mayor de la tendencia hacia la desigualdad son las políticas de los Gobiernos”. El 1% más rico de la población tiene cada vez más dinero, mientras que el 40% más pobre obtiene menos de un 25% de los ingresos.

En basic hombres y mujeres de la misma edad tienen habilidades y conocimientos similares, y parece existe muy poca especialización en las sociedades de cazadores-recolectores. Esas evidencias, apuntan a que las desigualdades en las sociedades humanas se hicieron más marcadas en las sociedades neolíticas, en las que existía una creciente especialización y, por tanto, asimetrías en el acceso a los recursos naturales, bienes económicos, información basic y conocimientos. Las élites responsables de centralizar y organizar la producción y custodia de alimentos, en las sociedades preestatales en general informacion sobre la desigualdad social aprovechan su acceso diferencial a los recursos en beneficio de sus parientes, lo cual parece ser una de las formas iniciales de desigualdad social en las sociedades humanas. El FMI y el BM exponen que para un crecimiento económico de los países es necesario un empoderamiento económico de la mujer. En resumen, las mujeres no solo entran en el desarrollo formando parte del sistema económico de un país, sino que son generadoras de cambio y propiciadoras de un desarrollo humano completo e inclusivo. Más allá de las diferencias de ingresos, la desigualdad socioeconómica se manifiesta en otras dimensiones de la vida de las personas.

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Cada vez son más los que coinciden en que haber adoptado un planteamiento limitado frente al crecimiento económico —en el que se dejaron de lado las consecuencias en términos de distribución— ha dado lugar a una gran desigualdad de los ingresos y la riqueza en muchas regiones del mundo. Los datos presentados en el índice de pobreza multidimensional de 2019 revelaron una escasa relación entre la pobreza y el grado de desigualdad económica, y que dos tercios de los pobres del mundo viven en países de ingreso mediano. Según Oxfam, si se mantiene el grado precise de desigualdad, la economía mundial tendría que crecer 175 veces para que todos ganaran más de 5 dólares al día. Es evidente la necesidad de lograr un crecimiento inclusivo, equitativo y sostenible, que garantice el equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo sostenible. La desigualdad económica se contempla como la distribución desigual de bienes y servicios; esta se da cuando dos individuos efectúan el mismo trabajo, pero la ganancia monetaria no es igual para ambos. Para Hunt y Colander[18]​ el factor más importante son las diferencias en las ganancias de los individuos.

Por ejemplo documenta la realidad que viven las mujeres en todo el mundo y elabora normas internacionales en materia de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres. En el mundo entero, más de la mitad de los países menos adelantados y de bajos ingresos se encuentran ya gravemente endeudados o están a punto de estarlo. En África Oriental y Meridional, el costo del servicio de la deuda aumentó, en promedio, del 60% del PIB en 2018 al 70% en 2021. Este incremento se debió en parte a la súbita contracción de la actividad económica y a la caída de los precios de las materias primas.

La desigualdad por razón de ingresos, sexo, edad, discapacidad, orientación sexual, raza, clase, etnia, religión, así como la desigualdad de oportunidades, sigue persistiendo en todo el mundo. Es imposible lograr un desarrollo sostenible y mejorar el planeta si se priva a la gente de la oportunidad de tener una vida mejor. Si bien el Objetivo 10 y sus metas constituyen un marco, la lucha contra las desigualdades debe basarse en el contexto de cada país, sus necesidades económicas más apremiantes y su realidad política. La desigualdad no se trata solo de la riqueza, el patrimonio neto, o de los ingresos, el sueldo bruto. El estudio antropológico y arqueológico de las sociedades ha revelado que las sociedades paleolíticas eran bastante igualitarias, y salvo las diferencias de sexo y edad en las tareas, existía poca o ninguna diferenciación adicional.

La desigualdad social se manifiesta en un trato diferente o discriminatorio hacia las personas por tener alguna de las características antes mencionadas. En este sentido, puede ser positiva, cuando la beneficia al individuo, o negativa, cuando va en perjuicio de sus derechos. Se conoce como desigualdad social a la situación socioeconómica por la cual un individuo recibe un trato desigual o diferente. En función de su posición social, económica, su creencia religiosa, su shade de piel, su género, sus preferencias sexuales, su lugar de procedencia o su cultura, entre otras cosas. Los datos divulgados esta semana por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) que miden el ingreso de hogares y personas a través del coeficiente de Gini muestran que en el primer trimestre de 2024 ha aumentado fuertemente la desigualdad. El valor fue de 0,467 mientras que en el mismo período del año pasado period 0,446 (siendo cero el valor que implica igualdad absoluta y uno desigualdad total).

Tuve la oportunidad de escuchar muchas voces que venían a verme para poner en marcha iniciativas sociales que han marcado un antes y un después en la vida de muchas personas. Nunca olvidé que estaba en la vida política para seguir proyectando la igualdad actual de oportunidades de las mujeres rurales. En el año 2003 ante una enmienda que presenté a los presupuestos generales del estado, tuve la oportunidad de impulsar un programa para la promoción de la mujer rural. El sistema de las Naciones Unidas continúa prestando especial atención al problema de la violencia contra la mujer. En 1993, la Declaración de la Asamblea General sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer recogía “una definición clara y completa de la violencia contra la mujer, [y] una formulación clara de los derechos que han de aplicarse a fin de lograr la eliminación de la violencia contra la mujer en todas sus formas”.

Aunque América Latina es una región con los niveles de desigualdad más altos, desde los años ninety ha conseguido rebajarla en muchos lugares. La mala noticia es que está volviendo a subir en algunas naciones que la habían visto decaer en años recientes, tales como Argentina, Brasil y México. La desigualdad jurídica es discriminación legal, es decir, en un tribunal sobre algún individuo. Esto ya sea por motivos económicos ya que las personas que gocen con mayor poder monetario las leyes sean más flexibles o tengan más oportunidad de salir absuelto. Esto lo que quiere decir es que si a un tribunal va un individuo de tez blanca y un individuo de tez negra, culpados por el mismo delito se le debería dar el mismo trato o condena. También si a un tribunal va un individuo inmigrante de otro país acusando a alguien nacido en el país que se hace la acusación se le trate igual que si fuese viceversa.

Gracias a esta formación hoy vemos cómo e-commerce impulsados por emprendedoras de pymes rurales venden sus productos en tiendas on-line y compiten con las e-commerce de grandes multinacionales. En este sentido, hay que destacar el éxito del curso de e-commerce para negocios rurales que AFAMMER desarrolló en 2022 gracias al apoyo de Fundación MAPFRE y que tuvo una gran acogida. También nuestra plataforma Turisabor que ofrece oportunidades de empleo y fomenta las economías locales a través de la promoción y venta de productos locales, ya sean de origen vegetal o animal, que se dan en los Espacios Naturales Protegidos. Así mismo, hoy el fifty six % de los alojamientos rurales en España están gestionados por mujeres, y muchos de ellos impulsados por socias que se han formado con AFAMMER. Como presidenta nacional de AFAMMER, he tenido la oportunidad de conocer a muchas mujeres que con trabajo y esfuerzo han liderado grandes proyectos.

En la práctica, se usan valores de ε de 0.5, 1, 1.5 o 2; cuanto mayor sea el valor, más wise será el índice de Atkinson a las desigualdades en la parte inferior de la distribución del ingreso. La igualdad es un derecho basic reconocido en la Declaración Universal de Derechos humanos; sin embargo, la realidad es muy diferente y existen multitud de desigualdades en el mundo. En este publish queremos darte una definición de desigualdad y hablar de las formas de afrontarla. De manera similar, la idea de la igualdad de oportunidades plantea que todos los seres humanos, sin distinción de su raza, sexo, credo o nacionalidad, tendrían que venir al mundo con las mismas oportunidades de crecer, esforzarse y recibir las recompensas de su esfuerzo, accediendo así al bienestar social y a sus derechos políticos en pleno. La desigualdad social es consecuencia de problemas históricos y culturales, y ha existido desde tiempos remotos en todas las civilizaciones del mundo.

Finalmente, la igualdad social es la condición de total equidad entre los ciudadanos de un Estado, en el cual gozan de la satisfacción plena de sus derechos civiles, jurídicos, económicos y políticos (sus derechos humanos fundamentales) en condición de iguales. Esto es, que la igualdad social equivale a la información de pobreza sumatoria de la igualdad ante la ley, la igualdad de oportunidades y la igualdad de resultados (castigos y recompensas). En reacción a la desigualdad de género surgió, durante el siglo XX, el feminismo, una corriente de pensamiento que exige igualdad entre hombres y mujeres en términos jurídicos, económicos y políticos.

“No hay otra”, señala, ya que “si se quieren tener recursos públicos para invertir en educación y salud no hay que otra que tener ingresos públicos que se colectan a través de los impuestos”. La experta también propone invertir “en una seguridad social que pueda proteger a los individuos cuando haya una situación de desempleo, cuando se jubila o cuando hay una discapacidad”. Para que sus sueños sean realidad y gocen de un desarrollo integral, UNICEF promueve la igualdad de género y apoya el empoderamiento de las niñas, adolescentes y mujeres. Adicionalmente, como estrategia, proteger los derechos de todos y todas resulta clave a la hora de superar las desigualdades de género que afectan a millones de niñas, niños y adolescentes en la región de América Latina y el Caribe. Sin embargo, la realidad sigue evidenciando que niñas, adolescentes y mujeres en su diversidad enfrentan aún hoy mayores desventajas por razón de su género.