Puede realizar el cambio de producto en nuestras tiendas físicas en un plazo de 6 meses a contar de la fecha de recepción del producto. Con una vocación sinóptica y pedagógica, la obra tiene el gran mérito de poner a disposición de un lector esclarecido, pero no necesariamente especialista, una gran cantidad de datos. Se desconocen a veces, por apariencias, pero en la oscuridad, cuando nadie los ve, se buscan y protegen, amañan las condiciones, evitando el surgimiento de nuevos actores. Porque el ejercicio democrático que desde chico nos instalan como el proceso más justo de todos, solo existe como una careta, cuando tras la cortina el poder polÃtico sirve a elites económicas que financian sus campañas y en retorno el poder legislativo encoge o agranda la cancha según conveniencia, perpetuando en el poder a los verdaderos gobernantes, que no son los Trump o Piñera, por supuesto. En el paÃs de la libertad, donde un sin fin de libertades ilegales permiten al sistema cometer graves injusticias, daba siempre la sensación de que esa olla no explotarÃa debido a una policÃa demasiado reaccionaria, que podÃa agujerear cuerpos ante cualquier reclamo. Irónico es el destino que quiso que esa misma policÃa, que suele usar un manto de impunidad, fuese la causa principal de que la tapa de la olla volara por los aires y emergiera la rabia.
“En América Latina es un enfoque que está ahora muy en boga, muy de moda porque plantea la imbricación entre el género, la raza y la clase. Es un enfoque potente para explicar muchas cosas, lo que voy a discutir hoy ayuda mucho a entender, pero no es suficiente, entonces voy a tratar de provocar un poquito la reflexión”, indicó. En consecuencia, ha sido un lugar común en buena parte de la elaboración académica de al menos las últimas dos décadas asegurar que las luchas del Trabajo han quedado en un segundo plano frente a otros sujetos, como las clases medias radicalizadas, las adscripciones étnicas, los pueblos, las mujeres, los jóvenes, los excluidos, and so forth. De forma que si antes el movimiento obrero fue el sujeto antagónico por excelencia y nadie cuestionaba que protagonizaba la conducción de lo popular, hoy se hace ver justamente lo contrario, que lo «obrero» como expresión de lo proletario salarizado se subsume en la heteroclitud multiforme de «lo popular», diluyéndose con ello también la posibilidad de encontrar un «sujeto-vanguardia». Pero reflexionar desde el compromiso de clase por parte de los científicos sociales requiere de una rigurosa tarea de recuperación y sistematización de la memoria histórica de las luchas y los logros del Trabajo, sin la cual las luchas del presente se deshilachan, huérfanas de una óptica y una estrategia más holísticas, en una aparente multitud de resistencias tan esporádicas como inconexas. Porque esa se ha vuelto la constante en las protestas de la gente contra los sistemas sociales de occidente, la búsqueda de dignididad, el fin de los abusos, el «yo también importo».
El argumento es extrañamente similar a la queja neoliberal de que la regulación impide el crecimiento, al atar las manos a los tomadores de decisiones con un papeleo interminable. ¿Por qué la autonomía burocrática y la corrupción controlada son funcionales en China, pero disfuncionales en otros lugares? Otros países —Francia, por ejemplo— tienen burocracias dotadas de funcionarios altamente capacitados y de mentalidad pública, que gozan de considerable autonomía para dirigir las decisiones económicas, pero que han sido conspicuamente carentes de éxito en estimular el crecimiento. Otros países —Italia, por ejemplo— tienen “una corrupción generalizada que se extiende por todos los estratos de la sociedad”, como señala el propio Milanovic, pero que no han logrado capitalizar la autonomía que se les otorga para maniobrar en medio de las restrictivas constricciones legales. Las preguntas que plantea Milanovic son buenas, y si el recurso a tipos ideales estrechamente modelados sobre los Estados Unidos y China es una simplificación rígida, es, con todo, justificable y quizá necesaria para extraer un indicador útil desde el ruido ambiente.
Paradójicamente, en este relato, se puede decir que el capitalismo ha logrado el objetivo del comunismo de instigar a la extinción del Estado, que se ha reducido, en la visión de Milanovic, a “el Consejo de Administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa” (para tomar prestada una frase de Marx y Engels). Estas tendencias confirman una redistribución de ingresos del trabajo al capital y de los salarios inferiores a los superiores en la era a que se debe la desigualdad social neoliberal. La estructura de la morbilidad (enfermedades) y la estructura de la mortalidad, especialmente la infantil, tuvieron mejores índices que todos los países latinoamericanos y a la par con Cuba.
“Nuestro campo laboral es bastante reducido, la mayor parte de las y los antropólogos quedan como en un limbo de precarización laboral donde hay mucho trabajo casual, por cuenta propia, sumado al auge de las consultoras vuelve necesarias las postulaciones a fondos culturales y hace estar en una constante autogestión laboral que sin duda no es lo perfect. En el panel, también estuvo invitada la presidenta de Colegio de Antropólogos de Chile, Natalia Caniguan, para analizar la empleabilidad, cómo se configura el campo laboral y de qué manera la formación académica de antropólogo en Chile, pero también en otros países como México, está respondiendo o no a las demandas actuales. En la ocasión, que tuvo como objetivo brindar un espacio de reflexión en torno al análisis sobre las desigualdades en países como México y Chile, Reygadas analizó qué tanto el enfoque de la interseccionalidad resulta útil para entender o no, la desigualdad de Latinoamérica.
Y explica que, si con impuestos se quisiera retrotraer la desigualdad en el Reino Unido al nivel que tenía en los años 60, habría que subir el de la renta en un 16%, medida imposible para cualquier gobierno. En su libro, Atkinson nos recuerda que los mercados no caen del cielo; incluso procesos complejos como la globalización son el resultado de decisiones tomadas por organizaciones, gobiernos, corporaciones e individuos. Y eso implica que “las fuerzas de mercado, indudablemente potentes, dejan mucho espacio para otras determinantes y operan en un contexto social que puede influenciar el resultado de la distribución de ingresos”, escribió.
Estas visiones valientes y compasivas que son objeto de burla y rechazo por los capitalistas “realistas”, tenían suficiente tiempo en el aire, llamaban la atención, para permitir que un número cada vez mayor –algunos por primera vez– desearan un mundo cambiado. Esperemos que podamos mantener vivo ese deseo, especialmente ahora que Trump propone en Semana Santa eliminar las restricciones a la vida pública y las empresas, y liberar el virus. Él apuesta que las ganancias financieras potenciales para unos pocos compensarán el aumento en el número de muertes que se predicen claramente, lo cual él acepta y se niega a detener –en nombre de la salud nacional–. Así que ahora aquellos con una visión social de la atención médica universal tienen que luchar contra una enfermedad a la vez ethical y viral trabajando en una mutua unión letal.
Y los emparejamientos, siguiendo la lógica de selección por similitud, suelen darse entre personas de un mismo nivel educacional y de ingresos. Es decir, los hombres educados y ricos, que antes por lo common eran la única fuente de ingresos de sus hogares, se casan hoy con mujeres igualmente educadas y ricas. El impacto en la aceleración de las desigualdades del emparejamiento selectivo es evidente.
Las medidas de Atkinson buscan intervenir antes en el mercado, de modo que la repartición de los premios sea distinta. Propone, entre otros asuntos, que los gobiernos intervengan en la dirección que toma la tecnología, para que ésta colabore en la creación de nuevos empleos y no sea como ahora una amenaza constante a los puestos de trabajo. [9] See Karabarbonuis and Neiman (2013) para la evolución de la participación del trabajo a nivel international y Elsby, Hobijn and Sahin (2012) para los Estados Unidos. [6] El mayor número de billonarios per cápita (ajustando por el tamaño de la población) se encuentra en los Estados Unidos, en tanto que la Federación de Rusia ocupa el segundo lugar. Violencia e historia de la desigualdad desde la Edad de Piedra hasta el siglo XXI, Walter Scheidel, Crítica, 2018, 624 páginas, $33.900.
Ante este panorama, los actores luchan en diversos sectores por sobrevivir y desde distintos grupos que protestan por situaciones específicas o que promueven nuevos modos de enfrentar la precariedad que los caracteriza. Pero aún en estas condiciones, las razones de sus luchas siguen siendo las mismas que levantaran los actores de los movimientos sociales que en el llamado «corto siglo XX» tejían proyectos de emancipación y de justicia. A su vez, el invitado internacional agregó que “Antes se decía que la desigualdad en América Latina se debía al capitalismo, pero bueno, hay países capitalistas que son desiguales, pero no tanto como los de la región. Se decía que era la dependencia hacia Estados Unidos lo que explicaba todos los males.
La destructiva lógica del capital parece haber llegado a su punto más feroz gracias a la retirada de los Estados, al servilismo generalizado de los gobiernos y a las transnacionalizaciones protagonizadas por las burguesías de cada país, cada vez más abultadas de un poder que las obliga a defender a cualquier precio sus propiedades de los posibles ataques de estas «clases peligrosas». Todos tenemos la sensación amartya sen desigualdad de que el sistema económico se inclina a favor de las grandes empresas. Unas pocas corporaciones dominan sectores enteros; la industria financiera regula la economía a su antojo; los gobiernos negocian acuerdos comerciales que en absoluto benefician a los intereses de los ciudadanos; y las tecnológicas custodian celosamente una ingente cantidad de datos personales sin supervisión y trafican con ellos.
En otras palabras, tendríamos que aceptar un mundo social y económico en el que es radicalmente inaceptable que algunos tengan acceso a una vacuna que puede salvarles la vida cuando a otros se les debe negar el acceso, porque no pueden pagar o no pueden tener el seguro que pagaría o porque carecían de visa o de estatus authorized. El economista británico Paul Collier, en El futuro del capitalismo, señala que el deterioro de las identidades nacionales también contribuyó al crecimiento de la desigualdad. Para el autor, el éxito de la socialdemocracia de posguerra —que estima como un modelo perfect de Estado ético e igualitarista— se debió a un extraordinario alcance en las obligaciones mutuas asumidas por los ciudadanos. La Segunda Guerra Mundial consiguió que, en Europa occidental y Estados Unidos, por un lado, izquierda y derecha confluyeran en un punto intermedio y, por otro, que dichas sociedades, alentadas por el orgullo del papel desempeñado en la guerra o por la necesidad de levantarse de las ruinas, abrazaran un relato común de pertenencia y responsabilidades recíprocas.
Sin desconocer los innegables orígenes del pensamiento feminista, el artículo insiste en las particularidades de los feminismos latinoamericanos, en su lo-calización neohistórica. Con este propósito narra los avatares de la movilización feminista de los años setenta-ochenta en la región. En las subsecuentes fases descendentes se desata un mayor descontento pero al tiempo disminución del poder social de negociación del Trabajo, que van de la mano de mayores niveles de represión y conflicto. Se incrementa la mercantilización de la fuerza de trabajo y diferentes combinaciones de conflictividad del Trabajo, que se hace más generalizada.