Latinoamérica Retrocede Casi 30 Años En Pobreza Extrema: Chile Fue El País Donde Más Creció La Desigualdad

Formación y capacitación de Cooperativas de Vivienda de personas cesantes para la autoconstrucción asistida de viviendas; contratación por Municipios y otros. El mayor obstáculo para que la población consiga la seguridad de la tenencia se basa en el derecho de propiedad del suelo a través del mercado. El suelo se convierte en una mercancía más que se compra y vende en particulares mercados —legal e ilegal—; la población que no puede acceder al mercado legal desigualdades actuales, infringe, justamente, la ley La seguridad de la tenencia puede ser obtenida a través de distintos instrumentos, desde tenencias intermedias hasta escrituras «duras» o completas.

Aun así, países que han expandido la asistencia social, como Brasil, están logrando contener la caída. En segundo lugar, como se desprende del análisis del periodo posterior a 2012 (año que, aproximadamente, marca el last del auge de las materias primas), la reducción de la desigualdad no ha sido sostenible en un conjunto de países. Descomponiendo los datos para encontrar los factores que explican esta disminución tan importante de la desigualdad, se observa que, en promedio para la región, un 62% está asociada a la caída en la desigualdad del ingreso laboral.

Cuando se corrige la información para incorporar los altos ingresos con datos de declaraciones fiscales, la concentración del ingreso en el tope de la distribución es más alta y ha estado subiendo. La percepción de las personas de que la distribución de ingresos en su país era injusta o muy injusta disminuyó al caer la desigualdad, en tanto subió cuando la brecha se acrecentó. “La caída de la desigualdad se detiene, el ímpetu se acabó, y se acaba en un contexto en que además también está disminuyendo la tasa de crecimiento y en algunos países incluso hay algo de recesión y aumenta la pobreza”, dijo. «Se volvió a hablar de hambre durante la pandemia, aparecieron nuevas inequidades -los niños que no tenían herramientas tecnológicas no podían aprender-, y la verdad es que el que la pobreza extrema haya aumentado y hayamos retrocedido 27 años nos muestra una parte del problema», apuntó. En el caso de Chile (dato para 2015), la participación del 1% más rico en el ingreso total, también medida por las encuestas de hogares, alcanzaba a 7,5%, proporción que subía a 22,6% considerando la información de los registros tributarios y a 26,5% en el caso de la riqueza neta (activos financieros y no financieros menos pasivos). El documento destaca el crecimiento de los estratos de ingresos medios, aunque estos siguen experimentando diversas carencias y vulnerabilidades, tanto en relación con sus ingresos como en el ejercicio de sus derechos, alerta la Comisión.

desigualdad y pobreza en américa latina

Por otra parte, el informe señala que el gasto social del gobierno central en los países de la región aumentó de 10,3% a eleven,3% del PIB entre 2011 y 2018, alcanzando a 52,5% del gasto público whole. América del Sur tiene el promedio de gasto público social más alto de la región (13,2% en 2018). El estudio alerta que justamente aquellos países que enfrentan mayores desafíos para cumplir las metas de la Agenda 2030 son los que presentan niveles más bajos de gasto social.

Algunos ejemplos son el Ingreso Familiar de Emergencia en Argentina, el Bono COVID-19 de Chile, el Ingreso Solidario de Colombia, el Bono Proteger en Costa Rica o el Bono de Emergencia en Brasil. El teletrabajo ha sido un elemento diferencial y muy importante para poder mantener la producción y la actividad laboral. Pero el teletrabajo no es posible para todas las empresas, ni para todos los empleados.

La Comisión también estima que 18,9% del complete de personas ocupadas recibe ingresos por debajo de la línea de pobreza en América Latina y el Caribe. Brasil, la Argentina, Colombia, México y Perú forman parte de los 10 países más golpeados por el coronavirus. Además, la región experimentará una de las caídas económicas más fuertes a raíz de la pandemia. Según las últimas estimaciones del FMI, mientras a nivel mundial la economía retrocederá un 4,4% en 2020, América Latina sufrirá este año una caída del eight,1%, casi el doble que el promedio mundial. La Cepal prevé una contracción económica del 9,1% para la región, lo que supone unos forty five,4 millones de nuevos pobres y 26,1 millones de desocupados más que el año pasado. Desde el organismo indica que la disminución de la desigualdad de ingresos es clave para retomar la senda de reducción de la pobreza y cumplir las metas establecidas en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 1 de la Agenda 2030.

Estas rentas son muy importantes en Centroamérica, donde representan entre el 13% y el 20% del PIB, especialmente para los hogares más vulnerables. Entre el 80% y el 90% de las remesas se destinan a cubrir necesidades básicas de los hogares, como la alimentación o la salud. La pandemia habrá ocasionado el cierre del 2,7 millones de empresas latinoamericanas, es decir el 19% del total de las empresas. Pero las medidas de distanciamiento social y las limitaciones a la movilidad han afectado de forma desigual a las actividades económicas. «Existe un vínculo indirecto entre populismo y pandemia, a través de la crisis económica y social. Ante las frustraciones económicas que va a dejar el coronavirus, pueden fortalecerse este tipo de liderazgos, que vemos en América Latina y en el mundo. Pueden crecer los discursos antisistema a partir de esas frustraciones», afirmó Negri. Detrás de las protestas no solo hay causas inmediatas vinculadas a la crisis económica y la desigualdad social.

Entre ellas se cuentan recursos materiales que han logrado acumular en el tiempo y recursos sociales y culturales. A continuación, se revisan los enfoques conceptuales principales en torno a la problemática de la pobreza y precariedad urbana. En la misma línea, en la región las mujeres constituyen aproximadamente el 51% de la población complete, pero solo acceden al 38% de la masa de ingresos monetarios que generan y perciben las personas, correspondiendo el otro 62% a los hombres. Tras unos años en los que el índice de Gini había bajado de zero desigualdad social y derechos humanos,fifty three a zero,forty six entre 2001 y 2019, la pandemia ha ocasionados enormes costes sociales muy desigualmente distribuidos.

Como ejemplo, el estudio resalta que en 2009, de acuerdo a las cifras tributarias, las 77 personas más ricas declararon un ingreso mensual de $100 millones, mientras que de acuerdo a la Casen de ese año los 77 más ricos registraron ingresos sólo por $10 millones. En palabras de los autores, la Casen puede decir con mucha precisión qué es lo que pasa en la mitad de la distribución de ingresos, pero cube poco sobre lo que ocurre entre los más ricos. La comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó hoy en esta capital su informe especial “El desafío social en tiempos del Covid-19”, con una estimación del impacto y los desafíos que tendría la actual disaster para los países de la región a corto, mediano y largo plazos. Agregó que si no se abordan esos temas y no se restructuran la educación y la salud, la región no recuperará el one hundred pc de los empleos y seguirá en la senda que se encuentra ahora, generando un aumento de la pobreza, la pobreza extrema, la desigualdad y el deterioro del medio ambiente. Asimismo, todavía falta mucho por avanzar, ya que aún 220 millones de personas en la Región todavía no han logrado ingresar a la clase media ni tampoco se califican como pobres.

Los programas públicos de intervención en la precariedad del habitat en general no han incorporado la temática del empleo, aunque sí se detectan algunos casos, por ejemplo en Chile y Argentina. Los enfoques conceptuales tradicionales de carencias y necesidades básicas insatisfechas, son aquellos que ponen atención sobre la dimensión de las carencias o déficits que presentan grupos de población en indicadores o estándares entendidos como básicos de acuerdo a convenciones internacionales. De esta manera se distinguen los pobres indigentes de los pobres no indigentes y los no pobres. Las variaciones de los índices de pobreza e indigencia dependen de la situación del mercado de trabajo y de las oportunidades para generar ingresos por cuenta propia. La perspectiva de necesidades habitacionales insatisfechas —materialidad de la vivienda, acceso a agua potable y saneamiento, tenencia—, actualmente orienta la política habitacional en América Latina y el Caribe, donde proporciona objetivos agregados sobre los déficits cuantitativos y cualitativos, al marco de desarrollo de la política. «La pandemia es una oportunidad histórica para construir un nuevo pacto social. Ahora vienen años de menor crecimiento económico y, si no se mantienen los esfuerzos, serán mayores los aumentos en pobreza y desigualdad», concluyó.

Un enfoque centrado en el capital humano reconoce explícitamente que los pobres tienen un capital humano inicial que proporciona posibilidades de superar su condición socioeconómica desmejorada. Desde este segundo enfoque surgen políticas y programas de desarrollo de capital humano. No obstante, desde la perspectiva de desarrollo humano se les critica la falta de una perspectiva integral del desarrollo. En este sentido, se incorpora al enfoque de desarrollo humano del Programa Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), las teorías de capital social, el enfoque de creación de capacidades y las que se refieren a la política social como garante de los derechos de ciudadanía. La pandemia de Covid-19 no sólo generó una crisis económica que impactó al mundo, sino que también trajo una disaster social que se expresó en mayores niveles de pobreza, desigualdad y que desnudó una serie de brechas en acceso a tecnologías y a viviendas de calidad, entre otros factores que continúan sin resolverse.

A mediados de 2001 había en la región aproximadamente 128 millones de personas que vivían en tugurios, es decir, el 32% de la población urbana. Se prevé que el número de habitantes en asentamientos precarios continuará en aumento si no se toman medidas preventivas y de regularización de la situación actual, complementadas con políticas que den acceso ordenado a la tierra urbana. Durante las últimas décadas, las políticas del habitat han ido incorporando una marcada orientación hacia la economía de mercado en sus programas. Desde el punto de vista de la oferta se exigen a los sectores de pobreza ahorros, pagos para servicios, entre otros.

Uno de los problemas para el exponencial incremento de las desigualdades en Latinoamérica son las cargas tributarias de los ricos acordes a su nivel de riqueza y los impuestos directos a la propiedad (bienes inmuebles, herencias, transacciones financieras) poco importantes tradicionalmente, resalta la Cepal. Las mayores alzas en desigualdades fueron en Chile, Perú, El Salvador, Bolivia y Colombia. Por su parte, Brasil, Paraguay, México, Costa Rica y República Dominicana tuvieron mejorar en la distribución de sus recursos.

Estas medidas deben ir en la línea de la inclusión social, grupos indígenas y pobres excluidos. Las razones de estas buenas cifras corresponden al «growth» económico y a los programas innovadores de transferencia social, que ayudaron a mantener a los niños en las escuelas, mejorando la calidad de vida de las mujeres y sus familias. Esta situación, combinada con la heterogeneidad del territorio urbano y sus procesos y actividades económicas, hace difícil y complejo anticiparse a los efectos de los shocks externos en los distintos sectores sociales. El enfoque de los derechos y la ciudadanía (CEPAL, 2000) plantea que los Estados deben asumir responsabilidades en la garantía de derechos de todos los ciudadanos.