Actualmente Ignacio se encuentra haciendo un análisis de 50 ciudades latinoamericanas para ver la distribución de coberturas de suelo, con el objetivo de distinguir la desigualdad ambiental a un nivel más objetivo, “eso es súper importante porque una ciudad que tiene muy poca vegetación, es poco funcional en términos ecológicos y, por ende, la gente de ahí quizás va a vivir peor”. Dentro del estudio, Fernández comenta que la mayor cantidad de investigaciones del tema provenían de Brasil, México y Chile. En el caso de los primeros dos países, tiene que ver con que poseen las ciudades más pobladas y por ende, está relacionado al desarrollo investigativo en este tema, sin embargo, el caso de Chile es distinto. «Hay un reduccionismo conceptual terrible en eso. Es impresionante y la falta de profundidad del tema, es decir, tener una sociedad más igualitaria contribuye a la paz social, contribuye al crecimiento económico, contribuye al desarrollo económico».
El documento revela datos importantes respecto a la participación de mujeres en el sistema de educación superior, que incluye la formación universitaria y técnico profesional. Junto con esto, se mostrará cuáles son las implicancias que indica la literatura respecto un acceso deficitario a bienes públicos y privados, y cómo esto puede estar afectando al desarrollo de Chile. Luego, siguiendo la evidencia, se propondrán políticas desde una mirada liberal que permitan la igualdad moral y política de todos los ciudadanos, sean universalmente aceptable por todos los chilenos, tengan igual consideración y respeto por los intereses de todos los integrantes de la sociedad, y que respeten la integridad del orden social. Además, quienes tienen un mayor nivel de formación, se deberían desempeñar en sectores productivos que son más demandantes y competitivos, lo cual también facilitaría que puedan acceder a mayores ingresos líquidos, y por consiguiente que tengan mayor poder de negociación en el proceso de fijación de sus rentas e incentivos laborales. En efecto, la llegada de autoridades regionales electas y las prioridades que marca la Convención Constitucional anticipan que muchas inequidades territoriales debieran enfrentarse. Y en ese propósito la experiencia, conocimientos y aportes de las comunidades universitarias regionales serán fundamentales.
Los menores ingresos a los esperados generaron un aumento del nivel de endeudamiento de los hogares, la calidad de vida se precarizó (hogares con muchos bienes, pero con dificultades para llegar a fin de mes, por el endeudamiento que generó la adquisición de dichos bienes y la baja co-rrespondencia con el mayor ingreso esperado)”, explicó Segura. Por último, la revisión de los datos a nivel regional también nos deja un panorama claro de los espacios de rezago en cuanto a los indicadores de desarrollo utilizados en esta medición. Es importante mencionar que algunas regiones cuentan con muchas comunas con bajo nivel de desarrollo y otras tendrán que enfrentar los desafíos de un crecimiento más armónico entre sus territorios. Lo evidente es que no serán pocos los retos que enfrentarán los nuevos gobernadores regionales, llamados a fomentar y articular los planes de desarrollo regional, más aún en un contexto submit pandemia y estallido social.
Esa ha sido la petición que han planteado desde redes sociales a opiniones de diversos actores, frente a la actual situación social que atraviesa Chile. En coordinación con el Ministerio de Desarrollo Social y de Familia, el BM se encuentra entregando asistencia técnica al proyecto Gestión Social Local (GSL) Esta nueva metodología para la entrega integrada de servicios y beneficios sociales en los municipios, ya se encuentra disponible en casi el 70% de las municipalidades del país. A través de una “ventanilla única”, los funcionarios disponen de los distintos programas y subsidios con que cuenta y puede acceder un beneficiario, permitiendo entregar una mejor atención social, además de aumentar la eficiencia del gasto público.
En contraste, se evidencian algunos casos donde se observa cierta homogeneidad en los niveles de desarrollo de sus comunas, como son las regiones de Los Ríos y de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, mientras otras regiones cuentan con diversos focos de desarrollo comunal, muy marcado en las regiones de Valparaíso, Metropolitana de Santiago y Antofagasta. No es de extrañar que estas últimas, al promediar los números de sus comunas, obtengan un mayor puntaje a nivel nacional. En este artículo proponemos una representación cuantitativa de los territorios del país a un nivel subregional, basada en el estado actual del proceso de urbanización.
En segundo lugar, para delimitar los territorios, es posible realizar sucesivas agregaciones de municipios o bien partir de una preselección de las comunas que constituyen los centros urbanos principales. En este trabajo partiremos de una definición establecida de los centros urbanos principales, como se efectúa en otros países (OMB 2010,Antikainen 2005). En Chile se cuenta con definiciones relativamente estandarizadas desigualdad social en la actualidad y ampliamente aplicadas especialmente con fines de planificación territorial, respecto de los límites de las grandes ciudades de Santiago, Concepción y Valparaíso, así como de las principales ciudades intermedias, desde Arica en el norte hasta Punta Arenas en el sur (SECTRA 2008). Estas ciudades intermedias cuentan con una población de al menos 50 mil habitantes y son relativamente autónomas de las grandes ciudades.
Porque además, apunta, junto con la sabida inequidad entre regiones, hay fuertes desigualdades intrarregionales. La desigualdad sería menos problemática si el lugar que ocupan las personas en el orden social fuese pasajero, sujeto a cambios durante el ciclo de vida o, por último, si la posición social de los hijos no dependiera de la de los padres. Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo.
Esto significa que hay una correlación clara entre la disparidad de los resultados y la de oportunidades –que determina la movilidad social–. Es muy possible que la causalidad opere en ambas direcciones, puesto que una alta desigualdad de ingresos dificulta la igualación de oportunidades en ámbitos como el desarrollo infantil temprano y el sistema educacional, por las grandes divergencias que existen en el capital económico, social y cultural de los hogares de origen. Luego de las palabras introductorias realizó la presentación del estudio Marcela Ríos, Representante Residente Adjunta PNUD. Los resultados de la medición de flujos de conmutación considerando a las comunas como unidad básica, muestran que la ruralidad es menor que en un sentido estrictamente poblacional o estructural. De acuerdo a la definición del Instituto Nacional de Estadísticas, una localidad rural es aquella cuya población económicamente activa se emplea en un 50% o más en actividades primarias y que no alcanza los 2.000 habitantes (INE 2005). La OECD (2009), por su parte, considera como población rural en Chile a los habitantes de localidades de menos de 5.000 habitantes.
Mientras que las tasas de educación y alfabetización están aumentando en todo el mundo, no queda claro si se está disminuyendo la desigualdad educativa. Por eso, hay necesidad de aumentar la educación en los sectores en crecimiento como la tecnológica y habilidades sociales específicas adaptables al mundo que actualmente se necesita movilidad ocupacional. Esto sigue la teoría de que la educación proporciona más capital humano en la que, cuanto más educadas están las personas en una sociedad, mejor compiten por empleos e ingresos y viceversa.
En efecto, la lógica comercial que domina la oferta de medicamentos margina a una parte importante de la población que vive en territorios aislados rurales, de baja población o distante de sus cabeceras comunales. Por su parte, Lorena Flores, directora ejecutiva de Centro de Microdatos, fue enfática desigualdad segun autores en señalar que “los resultados de esta Casen refuerzan la línea de trabajo que nuestro país debe seguir para derrotar la pobreza. En ese sentido, el desafío del Gobierno es aprovechar estos datos que son muy valiosos para afinar las políticas públicas que conduzcan al país hacia el desarrollo”.
1-) Políticas y programas públicos nacionales diseñados en el nivel central (Universalización de la atención primaria y Plan nacional de emergencia habitacional) para dar respuesta a la cobertura en salud y al déficit habitacional. Esto último está en línea con un análisis del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (Ocec-UDP), el cual revela que, para países seleccionados de la Ocde, América Latina, Asia, Oceanía y África, Chile se posiciona en el lugar 32 de fifty nine naciones con US$1.051 mensuales a poder de paridad de compra. Uno de los grandes déficits que subsiste en regiones es la ausencia de especialidades médicas, odontológicas y otras. Asumir este desafío ha sido tarea compleja para las universidades en parte por la ausencia de profesionales en regiones disponibles para implementar esos programas y también por las exigencias de los sistemas de acreditación que se les aplican. En efecto y sólo como ejemplo, en marzo 2021 sólo algunos Servicios de Salud cuentan con oncólogos médicos, especialistas en medicina nuclear o geriatras como parte de su dotación efectiva. La constitución de la República de Chile, Artículo 19º, asegura a todas las personas igualdad ante la ley.
En efecto, los profesionales que ellas han formado son los que integran una parte significativa del personal de salud que se desenvuelve en hospitales y consultorios de la vasta geografía chilena. Las desigualdades sociales contribuyen a las desigualdades educativas porque restringen la habilidad cognitiva y no cognitiva. Según un estudio del Economic Policy Institute sobre niños y niñas de guardería del año 1998 y 2010, hay un hueco de desempeño entre los niños en el nivel socioeconómico más bajo y más alto que persisten entre ambas clases. Esto es importante porque las habilidades cognitivas y no cognitivas son importantes para el éxito en la escuela y en otros aspectos. Sin estos éxitos, no habrá buenas perspectivas económicas en el futuro lo que conduciría a una falta de movilidad social. Es imperioso posicionar este problema social como tal en la comunidad native, de manera que la política pública se haga cargo de esta situación no deseada, cumpliendo con esto, con la interacción que debe existir entre Estado y ciudadanía.
La conclusión central es que es urgente lograr mayor distribución de los recursos del país, para disminuir las brechas por regiones. Además, la tarea más importante es revisar la forma de distribución de los tributos recaudados, tal vez, proponiendo nuevas estructuras impositivas de atracción de personas calificadas a regiones e incentivar la inversión. Además, se observa al comparar el IDHR (posiciones del IDHR) y la posición del aporte del IGC de la región encontramos grandes diferencias. Esta situación valida a Sanhueza (2018), mostrando que existen poblaciones que tienen más beneficios sociales directos e indirectos que en otras zonas. En Chile, se concentra la desigualdad en las regiones de Araucanía, Maule, O´Higgins, Biobío, Los Lagos y Valparaíso. Lo que podemos observar por la posición que ocupan en el IDHR, además, no existiendo una relación con el aporte de recursos vía impuestos (ver cuadro Nº1).