El proyecto para el Fortalecimiento de las Universidades Estatales culminó en junio de 2023, consiguiendo importantes logros en términos de mejoras en la calidad y equidad, pese al difícil contexto como resultado de la pandemia. La deserción en el tercer año entre los estudiantes más vulnerables se redujo en casi 10%, pasando del 36,6 por ciento en 2018 al 26.8 por ciento en 2022. También aumentó la cantidad de proyectos de investigación adjudicados por estas universidades y la cantidad de profesores con doctorado.
Uno de los Estados que aún no ha ratificado la Convención, pero que ha expresado su intención de hacerlo, es Estados Unidos. El aumento sostenido en los costos de la enseñanza superior y su consecuente aumento en las tasas de endeudamiento juvenil, han puesto en evidencia los riesgos de asumir obligaciones crediticias de las cuales difícilmente pueden escapar (Houle, 2014; Riajas, Lehtiner, & Leskinen, 2010). Las investigaciones nos muestran que la adquisición de deudas durante la juventud puede moldear las trayectorias de vida de los jóvenes ocasionando una acumulación de desventajas conforme pasa el tiempo (Dannefer, 2003). Así, como señalan Pérez-Roa y Gómez (en este número), su inserción al mundo laboral ya se inicia con un importante número de deudas. Daños colaterales, una obra estrenada hace un par de años por Zygmunt Bauman, sintetiza no sólo parte de su carrera profesional e intelectual, sino que pone el foco en las asimetrías causadas por el capitalismo avanzado, al cual el autor bautiza como modernidad líquida. Particularmente, la tesis central del trabajo de Bauman discute los alcances y los resultados de una gran desigualdad entre los que tienen y los que no.
La generación de políticas integrales con una perspectiva de derechos humanos es urgente para generar cambios sistémicos. Cada vez más, estudiosos defienden, y también profesionales están reconociendo, que la democracia native debe ser apoyada y, al mismo tiempo, ha de apoyar a la democracia nacional (así como también regional y global). Incluso las instituciones más innovadoras de democracia native pueden llegar a ser «administradas», socavadas o capturadas por poderosas élites económicas, éticas, políticas y religiosas.
A nivel mundial estamos enfrentando desafíos múltiples y muy complejos que requerirán esfuerzos conjuntos, y que deberán enfrentar un escenario de divisiones, alta polarización, desconfianza hacia las instituciones y fragmentación del panorama geopolítico. Al respecto aparece la advertencia sobre una explosión de desigualdad, lo que acapara la atención del FEM, espacio diseñado hace más de media década para abordar los principales problemas económicos del mundo. En tanto, Silvia Lara, consultora internacional y experta en sociología, subrayó la necesidad de un cambio de mentalidad estratégica para abordar las desigualdades. “Si bien la guía BCTI entrega un camino claro para actuar, tenemos que encontrar otras vías que se complementen y que nos permitan detectar la llave maestra para combatir la desigualdad”, expresó Lara. En la instancia, Matías Verdugo, Presidente de Acción Empresas, enfatizó en la necesidad de que el sector empresarial intensifique sus esfuerzos en la lucha contra la desigualdad, una problemática que tiene menos visibilidad que otras disaster que también representan un riesgo global.
Aquellos que hicieron sus fortunas a partir de las empresas de tecnología, en particular las que prosperaron durante los períodos prolongados de confinamiento y distanciamiento social, lideraron las ganancias. Los trabajadores de todas partes se apresuraron, muchos arriesgaron sus vidas, para seguir llevando el alimento para sus familias y proporcionarles techo y cuidados. Estos cálculos balancean los potenciales efectos negativos sobre la eficiencia y positivos sobre la redistribución que tienen este tipo de impuestos. En otras palabras, el Gini corregido da cuenta de una realidad aún más desigual de la que la simple comparación internacional sugiere. Puedes revisar y descargar el Informe sobre la desigualdad global 2022 del World Inequiality Lab aquí.
Este es un impuesto donde todos los individuos, independiente de sus ingresos, pagan el mismo porcentaje por cada compra que realizan. En Chile la tasa es 19% del monto consumido y aplica a (casi) todos los bienes y algunos servicios. «Las estimaciones disponibles sugieren que la desigualdad en Chile ha sido extrema durante los últimos a hundred and twenty años, con una participación del ingreso del 10% superior constantemente en torno al 55-60% y una participación del ingreso del 50% inferior en torno al 9-10%», puntualiza el reporte. «Las consecuencias de no atajarlo nos abocan al conflicto social y al caos político», afirma, antes de detallar algunos datos del último Informe sobre la desigualdad global, trabajo llevado a cabo por el World Inequiality Lab. La también economista y catedrática española dedica gran parte de su texto a la desigualdad de ingresos y advierte que es un tema complejo y de múltiples dimensiones «al que es imprescindible atender».
En las dos últimas décadas, la investigación sobre salud pública y salud laboral ha ido ampliando paulatinamente su campo de estudio dando cabida a las condiciones de empleo en su relación con la salud y, más recientemente, con la desigualdad. No obstante, los estudios realizados apenas si analizan la situación de los países de renta media y baja, las causas de las desigualdades, o las políticas que ayuden a mejorar la salud y reducir la desigualdad, entre otros temas. Este libro, cuyo origen fue el informe realizado en el 2007 por la Red de Condiciones de Empleo (EMCONET) como parte desigualdad en américa latina 2021 del trabajo para la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud de la OMS, ofrece una visión integral de cómo las condiciones de empleo afectan a las desigualdades de salud de los trabajadores y trabajadoras en todo el mundo. Este volumen se dirige tanto a los especialistas de salud pública, desigualdades de salud, y salud laboral, como a los investigadores en ciencias políticas y sociales, y a los activistas y miembros de sindicatos y movimientos sociales y, en general, a aquellos lectores y lectoras interesados sin un conocimiento previo especializado sobre estos temas.
En el caso de nuestro país, esta investigación plantea que los niveles de desigualdad se encuentran entre los más altos de la región. «El 50% más pobre en Chile gana solo el 10% de los ingresos totales, mientras que el 10% más rico equivale a casi el 60%», destaca el informe. Branko Milanovic, nacido hace 70 años en la Yugoslavia de Tito, ha vivido una vida marcada por la diversidad cultural y la educación cosmopolita.
Esto se ve reforzado por el uso de la publicidad, mediante el cual se difunde información que influye en los estilos de vida y modos de consumo. En el contexto económico, el desarrollo de los medios de comunicación de masas se establece a partir de las leyes de producción industrial y de su actividad comercial en el mercado; esto de acuerdo a las lógicas de producción, distribución y consumo. En esta fase de integración del sistema mundial, como indica Murciano (1992), los medios de comunicación constituyen los agentes de expansión y legitimación de las prácticas y valores de las sociedades centrales, y cuyo sistema de circulación resulta uno de los factores imprescindibles para el mantenimiento y desarrollo del proceso de mundialización o transnacionalización. En la comunicación global, los distintos mercados siguen siendo un factor importante, ya sea al facilitar la transnacionalización de industrias culturales nacionales o al impedir un crecimiento mayor de los medios locales.
“El 10% más rico de la población mundial actualmente acapara el 52% del ingreso global, mientras que la mitad más pobre de la población solo gana el eight.5% de ese ingreso. Miles de millones de personas enfrentan la horrible dificultad de altos y crecientes precios de alimentos y el hambre, mientras que el número de multimillonarios se ha duplicado en la última década”, expresa el documento. Además, la riqueza tiene la característica que suele transmitirse intergeneracionalmente, por lo que esta alta concentración de riqueza contradice principios de igualdad de oportunidades dentro de cada generación.[16] Coherente con el análisis de la primera columna, es evidente el riesgo que estos niveles de concentración suponen para el ejercicio democrático.
Para ello, la autora analiza las dificultades teóricas e institucionales derivadas de los derechos sociales y sugiere la elaboración de categorías acordes a su especialidad. Casi un tercio de las personas indicaron dormir menos (24,7%) o más (7,7%) de lo recomendado, dos factores asociados a un mayor riesgo de mortalidad. La incidencia del sueño más corto o largo aumentaba con la privación social y variaba con la etnia, siendo peor en personas solas y en etnias con menor acceso a salud, educación y trabajo. El sueño es esencial para la salud, pero persisten diferencias en el acceso a la salud del sueño entre las poblaciones de todo el mundo, lo que crea cargas adicionales y refuerza las desigualdades en salud.
Una buena educación, según expertos, tiene la función de adquirir habilidades y certificar conocimientos para participar aún más en la sociedad, y sirve para “socializar”. El estudio longitudinal desarrollado por Leandro Sépulveda y María José Valdebenito, “¿Estudiar para trabajar? Transición educativa-laboral de los egresados de la Educación Técnico Profesional en Chile” corresponde al seguimiento de egresados entre 2011 y 2016. Los autores constatan el carácter heterogéneo de las experiencias de los egresados, el rol instrumental atribuido al trabajo en el proceso de tránsito educativo-laboral y el peso que adquieren las experiencias y decisiones de los estudiantes en sus trayectorias. Relevar estos procesos y las subjetividades asociadas, permite analizar de una manera más compleja cuestiones tales como la masificación de la educación superior y la postergación de la entrada al mercado del trabajo que experimentan las nuevas generaciones.
Para abordar estos desafíos globales e interseccionales necesitamos una transformación sistémica y estructural urgente, a través de la cooperación internacional, la solidaridad y un sistema multilateral que salvaguarde la democracia, y los derechos humanos, y que preserve la dignidad de las personas y las comunidades para las generaciones futuras. La única esperanza es encontrar una solución multilateral, porque el multilateralismo funciona, pero no ha sido lo suficientemente ágil ni eficaz. Con una verdadera respuesta multilateral, el mundo todavía puede soñar con lograr prosperidad para todos y todas. A pesar de la disaster desigualdad en la actualidad económica, en el mundo hay una gran riqueza acumulada por una minoría de millonarios y empresas transnacionales.