El alza de 2,three puntos porcentuales de la pobreza entre 2014 y 2018 en el promedio regional se explica básicamente por el incremento registrado en Brasil y Venezuela. En el resto de los países la tendencia dominante en ese período fue hacia una disminución, debido, principalmente, a un aumento de los ingresos laborales en los hogares de menores recursos, pero también a transferencias públicas de los sistemas de protección social, y privadas, como las remesas en algunos países. Un desafío clave de Chile es avanzar hacia un crecimiento mayor y más inclusivo. En los seis años previos a la pandemia, el crecimiento fue, en promedio, de solo el 2 %.
En una encuesta de opinión, apenas 4 por ciento de los colombianos, 7 por ciento de los brasileños y 12 por ciento de los mexicanos manifestaron estar de acuerdo con la frase «puedo confiar en la mayoría de la gente». El informe para América Latina y el Caribe destaca que las percepciones de desigualdad y justicia también juegan un papel basic, en parte porque afecta las actitudes y preferencias de las personas respecto de las políticas redistributivas, a la vez que impactan la legitimidad de las instituciones del sistema democrático. A nivel regional el 81% cree que la distribución del ingreso es injusta, el desigualdad de la riqueza porcentaje asciende al 95% en Chile, poniendo al país en el primer lugar de la región en dicho indicador. Más aún, mientras el 77% de personas en América Latina y el Caribe declara que sus países son gobernados en función de los intereses de unos pocos grupos poderosos, el porcentaje asciende a 91% entre las chilenas y chilenos. Chile también aparece primero en la percepción de injusticia en el acceso a justicia, salud y educación. Finalmente, pese a tener el mejor desempeño de la región en el índice de desigualdad de género del PNUD, Chile es el segundo país donde más se percibe que la igualdad entre hombres y mujeres no está garantizada.
Las noticias y publicaciones contenidas en Diario UACh son producto del trabajo de la Dirección de Comunicaciones de la Universidad Austral de Chile y de las unidades de Comunicaciones y Prensa de las distintas unidades y macrounidades de la casa de estudios, además de otras colaboraciones externas. Algunos países han podido aprovechar el impulso de sus exportaciones de productos médicos y los productos agrícolas. La CEPAL señala (p. 6) que Guatemala y Honduras se han beneficiado de las ventas de mascarillas y Costa Rica de las de equipos médicos, destinadas principalmente a Estados Unidos. Impulsar programas integrales de mejoramiento de habitat y de oportunidades productivas para asentamientos precarios.
Ese mismo año, la tasa promedio del impuesto a los ingresos para los mayores contribuyentes latinoamericanos fue de apenas 26,7 por ciento. Ningún país de la región gravaba las ganancias de sus ciudadanos más ricos en más del 35 por ciento. Las imágenes de la sociedad distan de ser un «espejo» de la realidad, ya que se ven afectadas por una serie de variables que actúan como filtro o sesgo perceptual, lo que está en línea con investigaciones en el área de la cognición social que mencionamos al inicio del artículo. Estos filtros producen efectos que se alejan de lo esperable desde el sentido común, tales como la tendencia a percibir mayor desigualdad por parte de individuos de mayor desigualdad de recursos estatus (particularmente mayor educación), la tendencia a sobre identificarse con estratos medios y el impacto de un mayor estatus subjetivo en una menor percepción de brechas. La relevancia de estos procesos de carácter socio-cognitivo va más allá del plano meramente académico, ya que es esperable que tengan consecuencias en acciones concretas de los individuos respecto de la distribución económica del país. Por ejemplo, si aquellos individuos de menor estatus perciben menos desigualdad, no es esperable que exista presión por instalar este tema en la agenda pública como un problema social relevante ni tampoco esperar cambios a corto plazo en términos redistributivos en el país.
La pobreza regional se ubicará en torno al 37% y la desocupación, cerca del thirteen,5%. Entre los principales problemas que tiene el país y que los expertos lo ven como obstáculos para el crecimiento económico de los países está la falta de innovación, aumento de la desigualdad de ingresos, falta de confianza en la política económica del gobierno, barreras legales y administrativas para los inversores. También acusan una demanda insuficiente, falta de mano de obra calificada, clima desfavorable para los inversores extranjeros e inestabilidad política. En ese sentido, la Cepal refuerza que para erradicar la pobreza y reducir la desigualdad y la vulnerabilidad de los estratos de ingresos bajos y medios son necesarias políticas de inclusión social y laboral. También se requiere un mercado de trabajo que garantice empleo de calidad y remuneraciones dignas, eliminar las barreras de inserción laboral de las mujeres y fortalecer el desarrollo de sistemas integrales y universales de protección social en el marco de Estados de Bienestar centrados en los derechos y la igualdad.
Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad. Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas. Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación.
aumento de la concentración de la riqueza en pocas manos, provocada por la especulación y destrucción de fuerzas productivas. En la actualidad, el 1% de las familias más poderosas acapara el 46% de la
La pobreza es un fenómeno complejo y multidimensional, que abarca privaciones en muchos aspectos del bienestar individual y colectivo. El enfoque de desarrollo humano del PNUD (1997) contribuye a distinguir desarrollo económico y desarrollo social, señalando que, aun cuando hay crecimiento económico, ello en nada garantiza que se vea también comprometido el desarrollo humano. Este enfoque pone énfasis en crear un entorno propicio en el cual las personas pueden realizar sus posibilidades, y vivir plenamente2. Al encadenamiento social de la disaster económica, hay que sumarle sus efectos políticos.
Desde el punto de vista de la oferta se exigen a los sectores de pobreza ahorros, pagos para servicios, entre otros. Esta estrategia de política sin lugar a duda, ha ayudado a ampliar la cobertura de estos programas, diversificando las formas de financiar la inversión pública, como también ha ayudado a facilitar la asimilación de una cultura relacionada a esta economía. Sin embargo, la comprensión de esta realidad de economía de mercado, desde el punto de vista del hogar (e individuo), ha sido ajena a la política habitacional y a la intervención urbano-territorial. Esta falla en el marco de las políticas del habitat en la región no ha permitido potenciar a los sectores de pobreza en aspectos críticos de su desarrollo. Asimismo, ha inhibido a que la política pública comprenda su potencialidad «destructiva» sobre los activos y posibilidades de desarrollo de los pobres urbanos (por ejemplo, construcción de vivienda social en lugares apartados de fuentes de trabajo y sin redes de transporte adecuadas y accesibles). Este artículo busca profundizar nuestra comprensión de la dimensión económica de la pobreza y precariedad urbana en las vidas de los pobres urbanos, y averiguar sobre sus implicancias en el diseño de estrategias de política.
Este Informe fue elaborado antes de los fuertes conflictos que se desataron en varios países de la región. El incremento de la desigualdad económica, política y social, que se registra en nuestros países y que CEPAL ha venido denunciando, es algo que inevitablemente afecta la estabilidad democrática de la región y que ha generado las reacciones en nuestros países. Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia en América Latina también han sido de las más graves del mundo. Se espera que las economías de la región se contraigan en un promedio de más de ocho por ciento este año, peor que cualquier otra región importante del mundo, con excepción de la eurozona. Casi todo el progreso logrado en reducir la pobreza en los últimos 20 años podría perderse. Tanto inversionistas como ciudadanos comunes y corrientes temen que América Latina esté al borde de una «década perdida» como la de los años eighty, marcados por episodios de alta inflación, crisis de deuda externa, olas de crimen y una paralizante caída del ingreso per cápita.
Analizando la situación que está dejando la pandemia, aclaró que todavía no se sabe si se puede caracterizar como muchos hogares que pierden poco o pocos hogares que pierden mucho.
De esta manera se distinguen los pobres indigentes de los pobres no indigentes y los no pobres. Las variaciones de los índices de pobreza e indigencia dependen de la situación del mercado de trabajo y de las oportunidades para generar ingresos por cuenta propia. La perspectiva de necesidades habitacionales insatisfechas materialidad de la vivienda, acceso a agua potable y saneamiento, tenencia, actualmente orienta la política habitacional en América Latina y el Caribe, donde proporciona objetivos agregados sobre los déficits cuantitativos y cualitativos, al marco de desarrollo de la política. Así, el trabajo busca atender un vacío en el marco de desarrollo que orienta la política pública del habitat y de las intervenciones urbano-territoriales, para mitigar los impactos de la vulnerabilidad económica de los sectores de pobreza urbana y mejorar su acceso al empleo e ingresos estables. La pandemia de Covid-19 no sólo generó una crisis económica que impactó al mundo, sino que también trajo una disaster social que se expresó en mayores niveles de pobreza, desigualdad y que desnudó una serie de brechas en acceso a tecnologías y a viviendas de calidad, entre otros factores que continúan sin resolverse. Mientras la brecha entre ricos y pobres se incrementa en el mundo, América Latina sigue siendo la región donde la riqueza se distribuye de forma más desigual.
“Los datos muestran un efecto izquierda que estamos analizando ahora econométricamente”, puntualizó. Por otra parte, Chile, Costa Rica, Paraguay y Ecuador, sufrieron aumentos de pobreza entre tres y cinco puntos porcentuales. Bolivia, México y República Dominicana tuvieron un crecimiento de menos de dos puntos porcentuales.